Heb.9:14 no habla de "el espíritu santo", sino que dice que Jesús "se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios" "por un espíritu eterno".
Jesús, siendo un espíritu con vida eterna, llevó ante su Padre el valor de su sacrificio sin tacha:
Lea el contexto; justo antes dice:
Heb.9:11 Sin embargo, cuando Cristo vino como sumo sacerdote de las cosas buenas que han llegado a realizarse, mediante la tienda más grande y más perfecta no hecha de manos, es decir, no de esta creación, 12 él entró —no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre— una vez para siempre en el lugar santo, y obtuvo liberación eterna [para nosotros]. 13 Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado, santifica al grado de limpieza de la carne.
Y más tarde dice:
Heb.9:24 Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho de manos, el cual es copia de la realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros. 25 Tampoco es con el fin de que se ofreciera a sí mismo muchas veces, como realmente entra el sumo sacerdote en el lugar santo de año en año con sangre ajena. 26 De otro modo, tendría que sufrir muchas veces desde la fundación del mundo. Mas ahora se ha manifestado una vez para siempre, en la conclusión de los sistemas de cosas, para quitar de en medio el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. 27 Y así como está reservado a los hombres morir una vez para siempre, pero después de esto un juicio, 28 así también el Cristo fue ofrecido una vez para siempre para cargar con los pecados de muchos; y la segunda vez que aparece será aparte del pecado y a los que lo están esperando con intenso anhelo para [la] salvación [de ellos].