Re: israelitas del nuevo pacto
Las doce tribus de Israel, desde siglos que fue dominada y explotada por grandes imperios, que las exparcieron por todo el mundo. Y los desterraron de su tierra, ellos hoy reclaman su tierras, y vuelven a Israel, para cuando todo Israel sea restaurado, aca dejo un tema un poco extenso pero bien claro, de como Dios va a obrar con su pueblo.
RESTAURACIÓN DE ISRAEL
PROFECÍA:
Amós 3:7 “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto a sus siervos los Profetas”.
En este pasaje encontramos que Jehová utilizaría a aquellos hombres, fieles siervos de Dios para anunciar todo lo que le acontecería a la humanidad, en especial a su pueblo Israel.
El apóstol Pablo aconseja a la Iglesia diciendo:
2ª Pedro 1:19 “Tenemos también la palabra profética más permanente, a lo cual hacéis bien de estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”.
El apóstol insta a la Iglesia a que esté atenta a la profecía, ya que Dios ha dejado marcado en ellas el futuro del género humano.
El pueblo de Israel ocupa un lugar preponderante en ellas, es por eso que debemos estar atentos al pueblo de Israel, ya que todo lo que le acontece está marcando los tiempos de la humanidad, y los designios de Dios.
La profecía debe ocupar un lugar importante en la vida de la Iglesia, ya que el sabio Salomón exhortó en uno de sus proverbios:
Proverbios 29:18 “Sin profecía el pueblo será disipado, más el que guarda la ley bienaventurado el”.
Si nos alejamos de la profecía, la Iglesia perdería el rumbo que debe tener, desconocería los tiempos marcados por el Eterno, se desvanecería, quedaría en la nada.
PEQUEÑA RESEÑA SOBRE EL PUEBLO DE ISRAEL
El pueblo de Israel fue anunciado como nación, en aquella promesa que le hiciera Dios a Abraham cuando le dijo:
Génesis 12:1 y 2“Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré, y haré de ti una nación grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre y será bendición: Y bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré: Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.
En estas palabras que pronunció Dios, destacaremos tres cosas importantes:
1º) Dios le ofrece a Abraham una tierra. Esta tierra, como todo lo que ofrece Dios iba a ser de lo mejor, tierra ancha, que fluye leche y miel, la cual es la mas hermosa de las tierras. (Ex. 3:8; Ez. 20:6)
2º) De la simiente de Abraham iba a salir una nación grande y especial.
3º) A esta nación Dios la iba a bendecir, y en ella iban a ser benditas todas las familias de la tierra.
Luego que Dios saca a este pueblo de Egipto para llevarlos a esa tierra prometida, establece un pacto entre ellos:
Éxodo 19:5 y 6 “Ahora pues, si dieres oído a mi voz, y guardareis mi pacto vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra”.
A pesar que Israel se comprometió con Dios a obedecerle, no pudo cumplir con esa promesa, y muchas veces le fue infiel y desobediente.
A raíz de estas continuas desobediencias, Dios lo castigó de distintas maneras. Pero hubo un castigo que fue anunciado por sus profetas que sería durísimo.
ESPARCIMIENTO DE ISRAEL
El profeta Ezequiel en su capítulo 22 relata de qué manera se desencaminó el pueblo de Israel, haciendo cosas profanas delante de los ojos de Dios. Por ello en el verso 15 dice:“Yo te esparciré por las gentes, y te aventaré por las tierras, y haré fenecer tu inmundicia”.
Nuestro Dios anunciaba que Israel iba a ser esparcido por el mundo, donde pasaría momentos de mucho dolor y angustias.
El mismo Señor Jesús alertaba al pueblo sobre esto:
Lucas 21:20 al 24“Y cuando viereis a Jerusalem cercada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estuvieren en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de venganza: para que se cumplan todas las cosas que están escritas.
Más ¡ay de las que están en cinta y de las que crían en aquellos días! Porque habrá apuro grande sobre la tierra e ira en este pueblo.
Y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones: y Jerusalem será hollada de las gentes, hasta que el tiempo de las gentes sean cumplidos”.
Todo lo anunciado por los profetas, y el mismo señor Jesús tuvo su fiel cumplimiento. En el año 70 de la era cristiana, el emperador romano Tito Vespasiano cercó a Jerusalem con sus ejércitos, y comenzó el momento más terrible de la historia del pueblo de Israel.
Aquellos que oyeron las palabras del Señor Jesús, lograron huir y escaparon buscando refugio en otros lugares; pero muchos quedaron allí sitiados, y tuvieron que afrontar las experiencias más cruentas que nos podamos imaginar.
Jerusalem quedó destruida, y el pueblo casi exterminado. Los que lograron huir se dispersaron por las naciones buscando refugio, y así se cumplió lo anunciado por los profetas que Israel debía ser esparcido.
Israel en esos años de esparcimiento, fue perseguido y ultrajado, a tal extremo que se sintió abandonado por Dios ya que los momentos que debió pasar disperso, fueron de mucho dolor.
El profeta Isaías anunciaba este desconcierto de Israel:
Isaías 49:14 “Más Sión dijo: Dejóme Jehová y el Señor se olvido de mi”.
Pero la divina respuesta a este sentir fue:
Isaías 49:15 y 16 “¿Olvidarse la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse de hijo de su vientre? Aunque ellas se olviden, yo no me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas te tengo esculpida: delante de mi están siempre tus muros”.
A pesar del castigo, Dios jamás se olvidaría de su pueblo, ni lo abandonaría por completo. Israel siempre estaría delante de la presencia del Señor.
Ezequiel 11:16“Aunque los he echado lejos entre las gentes, y los he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario en las tierras á donde llegaren”.
Israel, siempre iba a estar delante de la presencia de Dios como un pueblo especial; es por ello que los profetas también anunciaron un recogimiento:
Ezequiel 11:17 “Así ha dicho el Señor Jehová: Yo os recogeré de los pueblos, y os allegaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos y os daré la tierra de Israel”.
RESTAURACIÓN DE ISRAEL
Gran parte de los profetas anunciaron la restauración de Israel. Son muchas las profecías que relatan este acontecimiento. Tomaremos como ejemplo la profecía de Ezequiel 37, en donde nuestro Dios le muestra al profeta un campo lleno de huesos secos en extremo. Estos huesos estaban diseminados por todo el campo, y Dios le dice al profeta que profetice acerca de esos huesos diciendo:
Ezequiel 37: 4 “Huesos secos, oíd palabra de Jehová: He aquí yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré nervios sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré sobre vosotros Espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová”
Esta profecía, como dice el verso 11 se está refiriendo al pueblo de Israel, que estuvo diseminado en el mundo, casi sin vida, pero el poder de Dios los haría juntarse como dice el verso 7, cada hueso con su hueso, luego pondría sobre ellos nervios, después carne, a continuación piel, y por último Espíritu.
De esta manera, nos damos cuenta que este proceso de restauración se realizaría por etapas.
El comienzo de esta profecía sería después de casi 1.700 años de la destrucción de Jerusalem, y el esparcimiento del pueblo.
Los judíos comenzaron a organizarse, y a poner su mirada en la tierra que Dios les había dado. Muchos fueron los esfuerzos que se realizaron para lograr el gran propósito de volver a su tierra amada. El primer congreso sionista se llevó a cabo en la ciudad de Basilea, Suiza en el año 1.897. Así fue el comienzo de este gran movimiento, buscando apoyo en los distintos países del mundo; pero el principal apoyo lo tenían de Dios.
Jeremías 31:10 “Oíd palabra de Jehová oh gentes, y hacedlo saber en las islas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo juntará y guardará como pastor a su ganado”.
Así fue que un 14 de Mayo de 1948, Israel es nuevamente proclamado un estado independiente, y reconocido como nación por 52 países del mundo. Pero esto no era casualidad, los profetas también lo habían anunciado.
Isaías 68:8 al 10 “¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio cosa tal? ¿Parirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sión estuvo de parto, parió sus hijos. ¿Yo que hago parir, no pariré? ¿Yo que hago engendrar, seré detenido? Dice el Dios tuyo”.
De esta manera Israel logró recuperar una pequeña porción de su territorio, y allí comenzó a trabajar para afianzarse como Nación; comenzó a reedificar sus ciudades y a recibir las bendiciones de Dios.
Amós 9:14 “Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán, y plantarán viñas, y beberán vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos”.
La mano de Dios se hizo notar en este gran proyecto de reconstrucción:
Isaías 61:9 “Y la simiente de ellos será conocida entre las gentes, y sus renuevos en medio de los pueblos. Todos los que los vieren los conocerán, que son simiente bendita de Jehová”.
Poco a poco Israel se hizo notar como Nación organizada, la mirada del mundo se posó sobre ellos al ver sus progresos, y como se destacaron en las distintas ramas del arte, la ciencia, la tecnología, etc.
Sofonías 3:20 “En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os daré por renombre y por alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando tornaré vuestros cautivos delante de vuestros ojos, dice Jehová”.
Israel logró cosas casi imposibles en esta pequeña porción de territorio que recuperó, como por ejemplo, logró que el desierto produzca, pero esto también estaba anunciado por los profetas:
Isaías 51:3“Ciertamente consolará Jehová a Sión: consolará todas sus soledades y tornará su desierto como paraíso, y su soledad como huerto de Jehová hallarase en ella alegría y gozo, alabanza y cantar”.
Israel tiene que recuperar aun gran parte del territorio que le fue dado por Dios, ya que cuando Jehová le dio la tierra prometida se la obsequió con sus límites establecidos:
Éxodo 23:31“Y yo pondré su término desde el mar Bermejo hasta la mar de Palestina y desde el desierto hasta el río Eufrates: porque pondré en vuestras manos los moradores de la tierra, y tú los echaras de delante de ti”.
Así como aquella primera vez que Israel tomó posesión de ese territorio, poniendo Dios en su mano a los habitantes de ese lugar, una vez más debe recuperarlo:
Zacarías 12:6 “En aquel día pondré loa capitanes de Judá como un brasero de fuego en leña, y como un hacha de fuego en gavillas; y consumirán a su diestra y a siniestra todos los pueblos alrededor: y Jerusalem será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalem”.
Israel tiene que recuperar ese territorio ya que va a llegar el momento que el pueblo hebreo regresará a su país en forma masiva, llevando todos sus bienes:
Isaías 60:8 y 9 “¿Quiénes son estos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas? Ciertamente a mí esperarán las islas, y las naves de Társis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado”.
También Isaías menciona este acontecimiento del ensanchamiento del territorio:
Isaías 54:2 y 3“Ensancha el sito de tu cabaña, y las cortinas de tus tiendas sean extendidas; alarga tus cuerdas, y fortifica tus estacas. Porque a la mano derecha y a la mano izquierda has de crecer: y tu simiente heredará gentes, y habitarán las ciudades asoladas”.
Vemos como el mismo Dios da la orden para extender el territorio, ya que en este gran movimiento de retorno, Israel va a heredar gentes que habitarán en ese lugar. ¿Quiénes serán esas gentes?
En el capítulo 56 de Isaías el profeta menciona a los extranjeros que abrazaron el pacto de Jehová, y guardaron sus ordenanzas, y se allegaron a Jehová para ser sus siervos; el verso 7 y 8 nos dice: “Yo los llevaré al monte de mi santidad, y los recrearé a mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar. Porque mi casa, casa de oración será llamada de todos los pueblos.
Dice el señor Jehová, el que junta a los echados de Israel: Aun juntaré sobre el sus congregados”.
De esta manera tomamos parte también nosotros, los que nos integramos al pueblo a través de la aceptación del pacto que consta de mandamientos, estatutos, y leyes.
Una vez que Israel recupere su territorio y esté asentado en su lugar, comenzará la última etapa que será la más feliz, porque ya no solo será bendecido materialmente, sino que tendrá la bendición espiritual más extraordinaria jamás vista:
Ezequiel 34:26“Y daré a ellas, y a los alrededores de mi collado, bendición; y haré descender la lluvia en su tiempo, lluvias de bendición serán”.
Así como en el tiempo de los apóstoles Jehová se manifestó con aquellos que estaban reunidos aquel día de Pentecostés, enviando la lluvia temprana, aquella lluvia de Espíritu Santo, También Israel de estos tiempos recibirá la lluvia tardía:
Joel 2:23 “Vosotros también hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia arregladamente, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”.
Esta lluvia de Espíritu Santo hará que cada israelita pueda sentir en su nuevo corazón cosas sublimes, y este Espíritu cumplirá la misma misión que digiera el Señor Jesús, los guiará a toda verdad y a toda justicia:
Ezequiel 36:26 y 27“Y os daré corazón nuevo, y pondré Espíritu nuevo, dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis caminos y guardéis mis mandamientos, y mis derechos pongáis en obra”.
Este Espíritu será también de conocimiento el cual se manifestará en forma masiva a todo el pueblo hebreo:
Jeremías 31:34“Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce Jehová: Porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová: porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré mas de sus pecados”.
Otra obra magnifica que hará el Espíritu, será que cada israelita reconozca a Jesús como su salvador:
Zacarías 12:10“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalem, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mi, a quien traspasaron, y harán llanto sobre él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre él como quién se aflige sobre primogénito”.
Así será, que cuando los ojos de los hebreos sean abiertos, y reconozcan que Jesús vino una vez y ellos no le recibieron, sentirán aflicción en su corazón, pero también la gran alegría de que Dios los haya perdonado.
Juan, el teólogo, también menciona acerca de estas dos sensaciones diferentes que sentirá cada judío:
Apocalipsis 10:10“Y tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré; y era dulce a mi boca como la miel; y cuando lo hube devorado, fue amargo mi vientre”.
De esta manera, Israel con Espíritu escudriñará las Sagradas Escrituras, y comprenderán aquellas cosas que no lograron comprender sin Espíritu; especialmente lo referente al Señor Jesús.
El verso 11 de este mismo capítulo nos dice: “Necesario es que otra vez profetices a muchos pueblos y gentes y lenguas y reyes”.
Israel tendrá que cumplir en los últimos tiempos, una corta etapa de predicación al mundo entero; utilizando toda su capacidad, su sabiduría, sus riquezas para poder expandir por todos los medios de difusión modernos, el mensaje de salvación.
Esta corta predicación, tendrá mucho éxito, así como las primeras predicaciones de los apóstoles cuando comenzó a difundirse el evangelio:
Zacarías 8:20 al 23“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aun vendrán pueblos, y moradores de muchas ciudades; y vendrán los moradores de la una a la otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalem, y a implorar el favor de Jehová.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de todas las lenguas de las gentes, trabarán de la falda de un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros”.
Esta última etapa de Israel, será de plena alegría y regocijo, tanto material como espiritual:
Isaías 51:11“Cierto, tornarán los redimidos de Jehová, volverán a Sión cantando, y gozo perpetuo será sobre sus cabezas: Poseerán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán”.
Aquel territorio se convertirá en ciudad de refugio para todos los que escucharon el mensaje de salvación, y lo aceptaron, ya que para el resto de las naciones del mundo, se aprestan momentos de aflicción:
Zacarías 14:17“Y acontecerá, que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalem a adorar al Rey, Jehová de los ejércitos no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la familia de Egipto no subiere, y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las gentes que no subieren a celebrar la fiesta de las Cabañas.
Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las gentes que no subieren a celebrar la fiesta de las Cabañas”.
Así, luego que el mensaje de salvación haya sido entregado al mundo entero, y los que aceptaron el llamado del Señor hayan llegado a la tierra de Israel, para el mundo comenzarán momentos de gran angustia:
Apocalipsis 18:14“Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella pueblo mío porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas”.
En estos momentos de angustia y dolor, muchos buscarán tener una oportunidad de salvación, pero ya no habrá lugar para ello:
Amos 8:11 y 12“He aquí vienen días dice el Señor Jehová, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar: desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán”.
De esta manera se aproxima el tiempo de la venida del Señor Jesús, con el pueblo de Israel restaurado material y espiritualmente:
Hechos 3:20 y 21“Y enviaré a Jesucristo, que fue antes anunciado: al cual de cierto es menester que el cielo tenga hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde el siglo”.