Juan el Bautista esperaba a otro Mesías de Jesús

Respuesta a Mensaje # 38:

Respuesta a Mensaje # 38:

Estimado smm:

1 - En tiempos de Jesús los que le perseguían tenían "buenas" razones para ellos; pero no para nosotros que tenemos luz y entendimiento. Sacerdotes, escribas y fariseos tenían las mismas razones de todos los profesionales de la religión de todas las épocas. Ellos podían reglamentar la fe, el culto y las obligaciones que debía cumplir el pueblo, pues de eso vivían. Jesús les representaba un peligro. Ridiculizó a los diezmeros fieles, y para pagar el impuesto del templo ¡tuvo que hacer un milagro! El Señor tuvo que reprocharles "erráis ignorando las Escrituras", pues las "buenas razones" de ellos quedaban desvirtuadas a la luz de la Palabra de Dios. Para no abundar demasiado, los judíos creyeron haber encontrado una buena razón para desacreditar el pretendido mesianismo, cuando los fariseos que maldecían a la gente por no saber la Ley, le increparon a Nicodemo: "Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta" (Jn 8:49, 52). Cometieron un error más grande que una ballena, ¡pues el profeta Jonás era de Galilea! (2Re 14:25).
2 - Los cristianos no nos hacemos ilusión alguna, pues nuestra esperanza es firme y segura apoyándose en la promesa del Señor que volvería por nosotros. ¡Falta poco!
3 - Tú fuiste quien iniciaste el "juego reprospectivo" preguntándome al efecto; yo simplemente te seguí. Ahora me sigues preguntando por cual sería mi reacción si oyera de Jesús alguna sentencia contradictoria a mi conocimiento de la Torá. Pues procuraría llegar junto a Él para pedirle aclaración, tal como sigo haciendo ahora cuando hay algo que no entiendo. Pero sería también probable que mientras pugnara por acercarme al Maestro, me topase, por ejemplo, con algún erudito de la época, como Gamaliel, y así él mismo me aclararía: -No te preocupes, eso es un hebraísmo; una figura de lenguaje a la que los griegos llaman hipérbole. Simplemente, a través de una exageración evidente quiere significar que Él reclama tal amor hacia su persona, que los más grandes afectos humanos a los que nos obliga el propio Decálogo, comparativamente y por efecto de contraste parecería aborrecimiento.
Las siete cartas a las iglesias en Asia (la provincia romana no el Lejano Oriente), finalizan todas con una promesa a los que vencieren (Ap 2 y 3). Todos los cristianos podemos hacernos acreedores si por nuestra fidelidad al Señor guardamos su Palabra y no negamos Su nombre. Precisamente, la expresión "Al que venciere" hace extensiva la promesa a todos los vencedores. Ninguna de esas promesas lleva nombre y apellido como si alguno de los mortales pudiera arrogarse la exclusividad de la recompensa.
4 - Un auténtico maestro debe ser lo suficientemente solvente como para despejar toda duda que le planteen sus discípulos. El problema se da cuando los discípulos no le exponen sus dudas sino que siguen aprendiendo pese a ellas. Si el maestro intuye que las dudas reprimidas de sus discípulos pueden multiplicarse hasta acabar por negar la enseñanza recibida, quizás es el momento de recurrir a otro más sabio y experimentado que los pueda ayudar eficazmente. Creo que es lo que hizo Juan con Jesús. Ni Juan le pidió a Herodes una "salida transitoria" para ir personalmente con sus discípulos al encuentro con Jesús, ni tampoco mandó pedir al Señor que lo viniera a visitar a la cárcel para celebrar una conferencia.
5 - ¿Cómo puedo acreditar un mínimo de posibilidad a la tesis tuya de que Juan fracasó al no unir su ministerio al de Jesús, cuando sacas debajo de tu sombrero no un conejo sino nada menos que un caballo para poner bajo el trasero de Saulo? En este mismo Foro hay un epígrafe creo que con el título "¿De cuál caballo cayó San Pablo" donde se debate y refuta esa tradición católica romana.
6 - Creo que fui suficientemente claro en este punto.
8 - a) Bastante tenía ya Herodes con Juan, a quien tenía cerca, en Judea, para ocuparse de otro predicador que recorría la lejana Galilea. La indiferencia de entonces de Herodes hacia Jesús no hay por qué achacarla a un defectuoso testimonio del Bautista ante el Tetrarca, pues siendo que lo escuchaba con gusto y se quedaba muy perplejo, la tal perplejidad de Herodes no podría mejor atribuirse que al anuncio que le haría Juan de que Jesús de Nazaret era el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios (Mr 6:20). Después de haber matado a Juan, y cuando la fama de Jesús resonó en sus oídos, recién Herodes repara en Él, aunque sin poder olvidar lo que había hecho con Juan. La incredulidad de un empedernido pecador como Herodes era su propia culpa, y no por un deficiente testimonio del precursor.
b) Que Juan cumpliera fielmente el cometido que le fue asignado de preparar el camino del Señor, y manifestarlo al pueblo como el Cordero de Dios, el Mesías, el Cristo. el Hijo de Dios, no exige necesariamente que la gente respondiera masivamente al ver y oír a Jesús que efectivamente era tal cual Juan lo había pintado, ¡pero muchos sí lo hicieron! ¡Cuán fácilmente te olvidas de los versículos que no convienen a tu posición! "Muchos acudían a él, y decían: -...todo lo que Juan dijo de este era verdad" (Jn 10:41). Y lo que Juan les había dicho era lo que todavía leemos en Jn 1:26-36. ¿Qué te parece?
c) Este episodio en el Templo no muestra lo que tú quisieras sino la realidad vivida entre todos los comparecientes. Aunque los fariseos pudieran convenir entre ellos de contentar a Jesús respondiendo que el bautismo de Juan era del cielo, sin exponerse a incurrir en herejía, no lo podían hacer precaviendo que entonces Jesús les recriminaría diciéndoles "¿Por qué, pues, no le creísteis?". El problema no estaba en un testimonio incompleto del precursor sino en la misma incredulidad de la gente. Es probable que hasta algunos de los que ahora se enfrentaban a Jesús en el Templo, estuvieran entre los enviados a interrogar al Bautista y escucharon el testimonio completo que Juan dio acerca de Jesús (Jn 1:19-34). Juan había venido para dar testimonio, "a fin de que todos creyeran por medio de él" (Jn 1:7). Sabemos que como nación, Israel rechazó a su Mesías. Empero, "a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (v.12). La general apostasía del pueblo y sus dirigentes religiosos no puede atribuirse a fallas en el precursor o a la incompetencia del propio Cristo, pero una buena explicación se halla en los sermones de Pedro y Pablo en el libro de Los Hechos enrostrando al pueblo y sus gobernantes que negaran al Santo y al Justo, matando al Autor de la vida. La responsabilidad del hombre -que en tus aportes sueles reiterar-, trae aparejada su culpabilidad. Son culpables por haber rechazado a su Mesías; no porque Juan hubiera omitido algunas cosas, no se juntara a Jesús o provocara su muerte prematura. Los cristianos modernos que todos los domingos ocupan sus bancas en las iglesias, también escuchan muchas verdades que les entra por un oído y les sale por el otro. Pueden repetirlas de memoria; pero no inciden sobre sus vidas. En tal caso, no es el predicador el culpable sino los oyentes.
Recibe mis amables saludos.
Ricardo.























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Estimado smm:

1 - En tiempos de Jesús los que le perseguían tenían "buenas" razones para ellos; pero no para nosotros que tenemos luz y entendimiento. Sacerdotes, escribas y fariseos tenían las mismas razones de todos los profesionales de la religión de todas las épocas. Ellos podían reglamentar la fe, el culto y las obligaciones que debía cumplir el pueblo, pues de eso vivían. Jesús les representaba un peligro. Ridiculizó a los diezmeros fieles, y para pagar el impuesto del templo ¡tuvo que hacer un milagro! El Señor tuvo que reprocharles "erráis ignorando las Escrituras", pues las "buenas razones" de ellos quedaban desvirtuadas a la luz de la Palabra de Dios. Para no abundar demasiado, los judíos creyeron haber encontrado una buena razón para desacreditar el pretendido mesianismo, cuando los fariseos que maldecían a la gente por no saber la Ley, le increparon a Nicodemo: "Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta" (Jn 8:49, 52). Cometieron un error más grande que una ballena, ¡pues el profeta Jonás era de Galilea! (2Re 14:25).
2 - Los cristianos no nos hacemos ilusión alguna, pues nuestra esperanza es firme y segura apoyándose en la promesa del Señor que volvería por nosotros. ¡Falta poco!
3 - Tú fuiste quien iniciaste el "juego reprospectivo" preguntándome al efecto; yo simplemente te seguí. Ahora me sigues preguntando por cual sería mi reacción si oyera de Jesús alguna sentencia contradictoria a mi conocimiento de la Torá. Pues procuraría llegar junto a Él para pedirle aclaración, tal como sigo haciendo ahora cuando hay algo que no entiendo. Pero sería también probable que mientras pugnara por acercarme al Maestro, me topase, por ejemplo, con algún erudito de la época, como Gamaliel, y así él mismo me aclararía: -No te preocupes, eso es un hebraísmo; una figura de lenguaje a la que los griegos llaman hipérbole. Simplemente, a través de una exageración evidente quiere significar que Él reclama tal amor hacia su persona, que los más grandes afectos humanos a los que nos obliga el propio Decálogo, comparativamente y por efecto de contraste parecería aborrecimiento.
Las siete cartas a las iglesias en Asia (la provincia romana no el Lejano Oriente), finalizan todas con una promesa a los que vencieren (Ap 2 y 3). Todos los cristianos podemos hacernos acreedores si por nuestra fidelidad al Señor guardamos su Palabra y no negamos Su nombre. Precisamente, la expresión "Al que venciere" hace extensiva la promesa a todos los vencedores. Ninguna de esas promesas lleva nombre y apellido como si alguno de los mortales pudiera arrogarse la exclusividad de la recompensa.
4 - Un auténtico maestro debe ser lo suficientemente solvente como para despejar toda duda que le planteen sus discípulos. El problema se da cuando los discípulos no le exponen sus dudas sino que siguen aprendiendo pese a ellas. Si el maestro intuye que las dudas reprimidas de sus discípulos pueden multiplicarse hasta acabar por negar la enseñanza recibida, quizás es el momento de recurrir a otro más sabio y experimentado que los pueda ayudar eficazmente. Creo que es lo que hizo Juan con Jesús. Ni Juan le pidió a Herodes una "salida transitoria" para ir personalmente con sus discípulos al encuentro con Jesús, ni tampoco mandó pedir al Señor que lo viniera a visitar a la cárcel para celebrar una conferencia.
5 - ¿Cómo puedo acreditar un mínimo de posibilidad a la tesis tuya de que Juan fracasó al no unir su ministerio al de Jesús, cuando sacas debajo de tu sombrero no un conejo sino nada menos que un caballo para poner bajo el trasero de Saulo? En este mismo Foro hay un epígrafe creo que con el título "¿De cuál caballo cayó San Pablo" donde se debate y refuta esa tradición católica romana.
6 - Creo que fui suficientemente claro en este punto.
8 - a) Bastante tenía ya Herodes con Juan, a quien tenía cerca, en Judea, para ocuparse de otro predicador que recorría la lejana Galilea. La indiferencia de entonces de Herodes hacia Jesús no hay por qué achacarla a un defectuoso testimonio del Bautista ante el Tetrarca, pues siendo que lo escuchaba con gusto y se quedaba muy perplejo, la tal perplejidad de Herodes no podría mejor atribuirse que al anuncio que le haría Juan de que Jesús de Nazaret era el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios (Mr 6:20). Después de haber matado a Juan, y cuando la fama de Jesús resonó en sus oídos, recién Herodes repara en Él, aunque sin poder olvidar lo que había hecho con Juan. La incredulidad de un empedernido pecador como Herodes era su propia culpa, y no por un deficiente testimonio del precursor.
b) Que Juan cumpliera fielmente el cometido que le fue asignado de preparar el camino del Señor, y manifestarlo al pueblo como el Cordero de Dios, el Mesías, el Cristo. el Hijo de Dios, no exige necesariamente que la gente respondiera masivamente al ver y oír a Jesús que efectivamente era tal cual Juan lo había pintado, ¡pero muchos sí lo hicieron! ¡Cuán fácilmente te olvidas de los versículos que no convienen a tu posición! "Muchos acudían a él, y decían: -...todo lo que Juan dijo de este era verdad" (Jn 10:41). Y lo que Juan les había dicho era lo que todavía leemos en Jn 1:26-36. ¿Qué te parece?
c) Este episodio en el Templo no muestra lo que tú quisieras sino la realidad vivida entre todos los comparecientes. Aunque los fariseos pudieran convenir entre ellos de contentar a Jesús respondiendo que el bautismo de Juan era del cielo, sin exponerse a incurrir en herejía, no lo podían hacer precaviendo que entonces Jesús les recriminaría diciéndoles "¿Por qué, pues, no le creísteis?". El problema no estaba en un testimonio incompleto del precursor sino en la misma incredulidad de la gente. Es probable que hasta algunos de los que ahora se enfrentaban a Jesús en el Templo, estuvieran entre los enviados a interrogar al Bautista y escucharon el testimonio completo que Juan dio acerca de Jesús (Jn 1:19-34). Juan había venido para dar testimonio, "a fin de que todos creyeran por medio de él" (Jn 1:7). Sabemos que como nación, Israel rechazó a su Mesías. Empero, "a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (v.12). La general apostasía del pueblo y sus dirigentes religiosos no puede atribuirse a fallas en el precursor o a la incompetencia del propio Cristo, pero una buena explicación se halla en los sermones de Pedro y Pablo en el libro de Los Hechos enrostrando al pueblo y sus gobernantes que negaran al Santo y al Justo, matando al Autor de la vida. La responsabilidad del hombre -que en tus aportes sueles reiterar-, trae aparejada su culpabilidad. Son culpables por haber rechazado a su Mesías; no porque Juan hubiera omitido algunas cosas, no se juntara a Jesús o provocara su muerte prematura. Los cristianos modernos que todos los domingos ocupan sus bancas en las iglesias, también escuchan muchas verdades que les entra por un oído y les sale por el otro. Pueden repetirlas de memoria; pero no inciden sobre sus vidas. En tal caso, no es el predicador el culpable sino los oyentes.
Recibe mis amables saludos.
Ricardo.


















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Estimado smm:

1 - En tiempos de Jesús los que le perseguían tenían "buenas" razones para ellos; pero no para nosotros que tenemos luz y entendimiento. Sacerdotes, escribas y fariseos tenían las mismas razones de todos los profesionales de la religión de todas las épocas. Ellos podían reglamentar la fe, el culto y las obligaciones que debía cumplir el pueblo, pues de eso vivían. Jesús les representaba un peligro. Ridiculizó a los diezmeros fieles, y para pagar el impuesto del templo ¡tuvo que hacer un milagro! El Señor tuvo que reprocharles "erráis ignorando las Escrituras", pues las "buenas razones" de ellos quedaban desvirtuadas a la luz de la Palabra de Dios. Para no abundar demasiado, los judíos creyeron haber encontrado una buena razón para desacreditar el pretendido mesianismo, cuando los fariseos que maldecían a la gente por no saber la Ley, le increparon a Nicodemo: "Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta" (Jn 8:49, 52). Cometieron un error más grande que una ballena, ¡pues el profeta Jonás era de Galilea! (2Re 14:25).
2 - Los cristianos no nos hacemos ilusión alguna, pues nuestra esperanza es firme y segura apoyándose en la promesa del Señor que volvería por nosotros. ¡Falta poco!
3 - Tú fuiste quien iniciaste el "juego reprospectivo" preguntándome al efecto; yo simplemente te seguí. Ahora me sigues preguntando por cual sería mi reacción si oyera de Jesús alguna sentencia contradictoria a mi conocimiento de la Torá. Pues procuraría llegar junto a Él para pedirle aclaración, tal como sigo haciendo ahora cuando hay algo que no entiendo. Pero sería también probable que mientras pugnara por acercarme al Maestro, me topase, por ejemplo, con algún erudito de la época, como Gamaliel, y así él mismo me aclararía: -No te preocupes, eso es un hebraísmo; una figura de lenguaje a la que los griegos llaman hipérbole. Simplemente, a través de una exageración evidente quiere significar que Él reclama tal amor hacia su persona, que los más grandes afectos humanos a los que nos obliga el propio Decálogo, comparativamente y por efecto de contraste parecería aborrecimiento.
Las siete cartas a las iglesias en Asia (la provincia romana no el Lejano Oriente), finalizan todas con una promesa a los que vencieren (Ap 2 y 3). Todos los cristianos podemos hacernos acreedores si por nuestra fidelidad al Señor guardamos su Palabra y no negamos Su nombre. Precisamente, la expresión "Al que venciere" hace extensiva la promesa a todos los vencedores. Ninguna de esas promesas lleva nombre y apellido como si alguno de los mortales pudiera arrogarse la exclusividad de la recompensa.
4 - Un auténtico maestro debe ser lo suficientemente solvente como para despejar toda duda que le planteen sus discípulos. El problema se da cuando los discípulos no le exponen sus dudas sino que siguen aprendiendo pese a ellas. Si el maestro intuye que las dudas reprimidas de sus discípulos pueden multiplicarse hasta acabar por negar la enseñanza recibida, quizás es el momento de recurrir a otro más sabio y experimentado que los pueda ayudar eficazmente. Creo que es lo que hizo Juan con Jesús. Ni Juan le pidió a Herodes una "salida transitoria" para ir personalmente con sus discípulos al encuentro con Jesús, ni tampoco mandó pedir al Señor que lo viniera a visitar a la cárcel para celebrar una conferencia.
5 - ¿Cómo puedo acreditar un mínimo de posibilidad a la tesis tuya de que Juan fracasó al no unir su ministerio al de Jesús, cuando sacas debajo de tu sombrero no un conejo sino nada menos que un caballo para poner bajo el trasero de Saulo? En este mismo Foro hay un epígrafe creo que con el título "¿De cuál caballo cayó San Pablo" donde se debate y refuta esa tradición católica romana.
6 - Creo que fui suficientemente claro en este punto.
8 - a) Bastante tenía ya Herodes con Juan, a quien tenía cerca, en Judea, para ocuparse de otro predicador que recorría la lejana Galilea. La indiferencia de entonces de Herodes hacia Jesús no hay por qué achacarla a un defectuoso testimonio del Bautista ante el Tetrarca, pues siendo que lo escuchaba con gusto y se quedaba muy perplejo, la tal perplejidad de Herodes no podría mejor atribuirse que al anuncio que le haría Juan de que Jesús de Nazaret era el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios (Mr 6:20). Después de haber matado a Juan, y cuando la fama de Jesús resonó en sus oídos, recién Herodes repara en Él, aunque sin poder olvidar lo que había hecho con Juan. La incredulidad de un empedernido pecador como Herodes era su propia culpa, y no por un deficiente testimonio del precursor.
b) Que Juan cumpliera fielmente el cometido que le fue asignado de preparar el camino del Señor, y manifestarlo al pueblo como el Cordero de Dios, el Mesías, el Cristo. el Hijo de Dios, no exige necesariamente que la gente respondiera masivamente al ver y oír a Jesús que efectivamente era tal cual Juan lo había pintado, ¡pero muchos sí lo hicieron! ¡Cuán fácilmente te olvidas de los versículos que no convienen a tu posición! "Muchos acudían a él, y decían: -...todo lo que Juan dijo de este era verdad" (Jn 10:41). Y lo que Juan les había dicho era lo que todavía leemos en Jn 1:26-36. ¿Qué te parece?
c) Este episodio en el Templo no muestra lo que tú quisieras sino la realidad vivida entre todos los comparecientes. Aunque los fariseos pudieran convenir entre ellos de contentar a Jesús respondiendo que el bautismo de Juan era del cielo, sin exponerse a incurrir en herejía, no lo podían hacer precaviendo que entonces Jesús les recriminaría diciéndoles "¿Por qué, pues, no le creísteis?". El problema no estaba en un testimonio incompleto del precursor sino en la misma incredulidad de la gente. Es probable que hasta algunos de los que ahora se enfrentaban a Jesús en el Templo, estuvieran entre los enviados a interrogar al Bautista y escucharon el testimonio completo que Juan dio acerca de Jesús (Jn 1:19-34). Juan había venido para dar testimonio, "a fin de que todos creyeran por medio de él" (Jn 1:7). Sabemos que como nación, Israel rechazó a su Mesías. Empero, "a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (v.12). La general apostasía del pueblo y sus dirigentes religiosos no puede atribuirse a fallas en el precursor o a la incompetencia del propio Cristo, pero una buena explicación se halla en los sermones de Pedro y Pablo en el libro de Los Hechos enrostrando al pueblo y sus gobernantes que negaran al Santo y al Justo, matando al Autor de la vida. La responsabilidad del hombre -que en tus aportes sueles reiterar-, trae aparejada su culpabilidad. Son culpables por haber rechazado a su Mesías; no porque Juan hubiera omitido algunas cosas, no se juntara a Jesús o provocara su muerte prematura. Los cristianos modernos que todos los domingos ocupan sus bancas en las iglesias, también escuchan muchas verdades que les entra por un oído y les sale por el otro. Pueden repetirlas de memoria; pero no inciden sobre sus vidas. En tal caso, no es el predicador el culpable sino los oyentes.
Recibe mis amables saludos.
Ricardo.



















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Estimado smm:

1 - En tiempos de Jesús los que le perseguían tenían "buenas" razones para ellos; pero no para nosotros que tenemos luz y entendimiento. Sacerdotes, escribas y fariseos tenían las mismas razones de todos los profesionales de la religión de todas las épocas. Ellos podían reglamentar la fe, el culto y las obligaciones que debía cumplir el pueblo, pues de eso vivían. Jesús les representaba un peligro. Ridiculizó a los diezmeros fieles, y para pagar el impuesto del templo ¡tuvo que hacer un milagro! El Señor tuvo que reprocharles "erráis ignorando las Escrituras", pues las "buenas razones" de ellos quedaban desvirtuadas a la luz de la Palabra de Dios. Para no abundar demasiado, los judíos creyeron haber encontrado una buena razón para desacreditar el pretendido mesianismo, cuando los fariseos que maldecían a la gente por no saber la Ley, le increparon a Nicodemo: "Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta" (Jn 8:49, 52). Cometieron un error más grande que una ballena, ¡pues el profeta Jonás era de Galilea! (2Re 14:25).
2 - Los cristianos no nos hacemos ilusión alguna, pues nuestra esperanza es firme y segura apoyándose en la promesa del Señor que volvería por nosotros. ¡Falta poco!
3 - Tú fuiste quien iniciaste el "juego reprospectivo" preguntándome al efecto; yo simplemente te seguí. Ahora me sigues preguntando por cual sería mi reacción si oyera de Jesús alguna sentencia contradictoria a mi conocimiento de la Torá. Pues procuraría llegar junto a Él para pedirle aclaración, tal como sigo haciendo ahora cuando hay algo que no entiendo. Pero sería también probable que mientras pugnara por acercarme al Maestro, me topase, por ejemplo, con algún erudito de la época, como Gamaliel, y así él mismo me aclararía: -No te preocupes, eso es un hebraísmo; una figura de lenguaje a la que los griegos llaman hipérbole. Simplemente, a través de una exageración evidente quiere significar que Él reclama tal amor hacia su persona, que los más grandes afectos humanos a los que nos obliga el propio Decálogo, comparativamente y por efecto de contraste parecería aborrecimiento.
Las siete cartas a las iglesias en Asia (la provincia romana no el Lejano Oriente), finalizan todas con una promesa a los que vencieren (Ap 2 y 3). Todos los cristianos podemos hacernos acreedores si por nuestra fidelidad al Señor guardamos su Palabra y no negamos Su nombre. Precisamente, la expresión "Al que venciere" hace extensiva la promesa a todos los vencedores. Ninguna de esas promesas lleva nombre y apellido como si alguno de los mortales pudiera arrogarse la exclusividad de la recompensa.
4 - Un auténtico maestro debe ser lo suficientemente solvente como para despejar toda duda que le planteen sus discípulos. El problema se da cuando los discípulos no le exponen sus dudas sino que siguen aprendiendo pese a ellas. Si el maestro intuye que las dudas reprimidas de sus discípulos pueden multiplicarse hasta acabar por negar la enseñanza recibida, quizás es el momento de recurrir a otro más sabio y experimentado que los pueda ayudar eficazmente. Creo que es lo que hizo Juan con Jesús. Ni Juan le pidió a Herodes una "salida transitoria" para ir personalmente con sus discípulos al encuentro con Jesús, ni tampoco mandó pedir al Señor que lo viniera a visitar a la cárcel para celebrar una conferencia.
5 - ¿Cómo puedo acreditar un mínimo de posibilidad a la tesis tuya de que Juan fracasó al no unir su ministerio al de Jesús, cuando sacas debajo de tu sombrero no un conejo sino nada menos que un caballo para poner bajo el trasero de Saulo? En este mismo Foro hay un epígrafe creo que con el título "¿De cuál caballo cayó San Pablo" donde se debate y refuta esa tradición católica romana.
6 - Creo que fui suficientemente claro en este punto.
8 - a) Bastante tenía ya Herodes con Juan, a quien tenía cerca, en Judea, para ocuparse de otro predicador que recorría la lejana Galilea. La indiferencia de entonces de Herodes hacia Jesús no hay por qué achacarla a un defectuoso testimonio del Bautista ante el Tetrarca, pues siendo que lo escuchaba con gusto y se quedaba muy perplejo, la tal perplejidad de Herodes no podría mejor atribuirse que al anuncio que le haría Juan de que Jesús de Nazaret era el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios (Mr 6:20). Después de haber matado a Juan, y cuando la fama de Jesús resonó en sus oídos, recién Herodes repara en Él, aunque sin poder olvidar lo que había hecho con Juan. La incredulidad de un empedernido pecador como Herodes era su propia culpa, y no por un deficiente testimonio del precursor.
b) Que Juan cumpliera fielmente el cometido que le fue asignado de preparar el camino del Señor, y manifestarlo al pueblo como el Cordero de Dios, el Mesías, el Cristo. el Hijo de Dios, no exige necesariamente que la gente respondiera masivamente al ver y oír a Jesús que efectivamente era tal cual Juan lo había pintado, ¡pero muchos sí lo hicieron! ¡Cuán fácilmente te olvidas de los versículos que no convienen a tu posición! "Muchos acudían a él, y decían: -...todo lo que Juan dijo de este era verdad" (Jn 10:41). Y lo que Juan les había dicho era lo que todavía leemos en Jn 1:26-36. ¿Qué te parece?
c) Este episodio en el Templo no muestra lo que tú quisieras sino la realidad vivida entre todos los comparecientes. Aunque los fariseos pudieran convenir entre ellos de contentar a Jesús respondiendo que el bautismo de Juan era del cielo, sin exponerse a incurrir en herejía, no lo podían hacer precaviendo que entonces Jesús les recriminaría diciéndoles "¿Por qué, pues, no le creísteis?". El problema no estaba en un testimonio incompleto del precursor sino en la misma incredulidad de la gente. Es probable que hasta algunos de los que ahora se enfrentaban a Jesús en el Templo, estuvieran entre los enviados a interrogar al Bautista y escucharon el testimonio completo que Juan dio acerca de Jesús (Jn 1:19-34). Juan había venido para dar testimonio, "a fin de que todos creyeran por medio de él" (Jn 1:7). Sabemos que como nación, Israel rechazó a su Mesías. Empero, "a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (v.12). La general apostasía del pueblo y sus dirigentes religiosos no puede atribuirse a fallas en el precursor o a la incompetencia del propio Cristo, pero una buena explicación se halla en los sermones de Pedro y Pablo en el libro de Los Hechos enrostrando al pueblo y sus gobernantes que negaran al Santo y al Justo, matando al Autor de la vida. La responsabilidad del hombre -que en tus aportes sueles reiterar-, trae aparejada su culpabilidad. Son culpables por haber rechazado a su Mesías; no porque Juan hubiera omitido algunas cosas, no se juntara a Jesús o provocara su muerte prematura. Los cristianos modernos que todos los domingos ocupan sus bancas en las iglesias, también escuchan muchas verdades que les entra por un oído y les sale por el otro. Pueden repetirlas de memoria; pero no inciden sobre sus vidas. En tal caso, no es el predicador el culpable sino los oyentes.
Recibe mis amables saludos.
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1 - En tiempos de Jesús los que le perseguían tenían "buenas" razones para ellos; pero no para nosotros que tenemos luz y entendimiento. Sacerdotes, escribas y fariseos tenían las mismas razones de todos los profesionales de la religión de todas las épocas. Ellos podían reglamentar la fe, el culto y las obligaciones que debía cumplir el pueblo, pues de eso vivían. Jesús les representaba un peligro. Ridiculizó a los diezmeros fieles, y para pagar el impuesto del templo ¡tuvo que hacer un milagro! El Señor tuvo que reprocharles "erráis ignorando las Escrituras", pues las "buenas razones" de ellos quedaban desvirtuadas a la luz de la Palabra de Dios. Para no abundar demasiado, los judíos creyeron haber encontrado una buena razón para desacreditar el pretendido mesianismo, cuando los fariseos que maldecían a la gente por no saber la Ley, le increparon a Nicodemo: "Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta" (Jn 8:49, 52). Cometieron un error más grande que una ballena, ¡pues el profeta Jonás era de Galilea! (2Re 14:25).
2 - Los cristianos no nos hacemos ilusión alguna, pues nuestra esperanza es firme y segura apoyándose en la promesa del Señor que volvería por nosotros. ¡Falta poco!
3 - Tú fuiste quien iniciaste el "juego reprospectivo" preguntándome al efecto; yo simplemente te seguí. Ahora me sigues preguntando por cual sería mi reacción si oyera de Jesús alguna sentencia contradictoria a mi conocimiento de la Torá. Pues procuraría llegar junto a Él para pedirle aclaración, tal como sigo haciendo ahora cuando hay algo que no entiendo. Pero sería también probable que mientras pugnara por acercarme al Maestro, me topase, por ejemplo, con algún erudito de la época, como Gamaliel, y así él mismo me aclararía: -No te preocupes, eso es un hebraísmo; una figura de lenguaje a la que los griegos llaman hipérbole. Simplemente, a través de una exageración evidente quiere significar que Él reclama tal amor hacia su persona, que los más grandes afectos humanos a los que nos obliga el propio Decálogo, comparativamente y por efecto de contraste parecería aborrecimiento.
Las siete cartas a las iglesias en Asia (la provincia romana no el Lejano Oriente), finalizan todas con una promesa a los que vencieren (Ap 2 y 3). Todos los cristianos podemos hacernos acreedores si por nuestra fidelidad al Señor guardamos su Palabra y no negamos Su nombre. Precisamente, la expresión "Al que venciere" hace extensiva la promesa a todos los vencedores. Ninguna de esas promesas lleva nombre y apellido como si alguno de los mortales pudiera arrogarse la exclusividad de la recompensa.
4 - Un auténtico maestro debe ser lo suficientemente solvente como para despejar toda duda que le planteen sus discípulos. El problema se da cuando los discípulos no le exponen sus dudas sino que siguen aprendiendo pese a ellas. Si el maestro intuye que las dudas reprimidas de sus discípulos pueden multiplicarse hasta acabar por negar la enseñanza recibida, quizás es el momento de recurrir a otro más sabio y experimentado que los pueda ayudar eficazmente. Creo que es lo que hizo Juan con Jesús. Ni Juan le pidió a Herodes una "salida transitoria" para ir personalmente con sus discípulos al encuentro con Jesús, ni tampoco mandó pedir al Señor que lo viniera a visitar a la cárcel para celebrar una conferencia.
5 - ¿Cómo puedo acreditar un mínimo de posibilidad a la tesis tuya de que Juan fracasó al no unir su ministerio al de Jesús, cuando sacas debajo de tu sombrero no un conejo sino nada menos que un caballo para poner bajo el trasero de Saulo? En este mismo Foro hay un epígrafe creo que con el título "¿De cuál caballo cayó San Pablo" donde se debate y refuta esa tradición católica romana.
6 - Creo que fui suficientemente claro en este punto.
8 - a) Bastante tenía ya Herodes con Juan, a quien tenía cerca, en Judea, para ocuparse de otro predicador que recorría la lejana Galilea. La indiferencia de entonces de Herodes hacia Jesús no hay por qué achacarla a un defectuoso testimonio del Bautista ante el Tetrarca, pues siendo que lo escuchaba con gusto y se quedaba muy perplejo, la tal perplejidad de Herodes no podría mejor atribuirse que al anuncio que le haría Juan de que Jesús de Nazaret era el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios (Mr 6:20). Después de haber matado a Juan, y cuando la fama de Jesús resonó en sus oídos, recién Herodes repara en Él, aunque sin poder olvidar lo que había hecho con Juan. La incredulidad de un empedernido pecador como Herodes era su propia culpa, y no por un deficiente testimonio del precursor.
b) Que Juan cumpliera fielmente el cometido que le fue asignado de preparar el camino del Señor, y manifestarlo al pueblo como el Cordero de Dios, el Mesías, el Cristo. el Hijo de Dios, no exige necesariamente que la gente respondiera masivamente al ver y oír a Jesús que efectivamente era tal cual Juan lo había pintado, ¡pero muchos sí lo hicieron! ¡Cuán fácilmente te olvidas de los versículos que no convienen a tu posición! "Muchos acudían a él, y decían: -...todo lo que Juan dijo de este era verdad" (Jn 10:41). Y lo que Juan les había dicho era lo que todavía leemos en Jn 1:26-36. ¿Qué te parece?
c) Este episodio en el Templo no muestra lo que tú quisieras sino la realidad vivida entre todos los comparecientes. Aunque los fariseos pudieran convenir entre ellos de contentar a Jesús respondiendo que el bautismo de Juan era del cielo, sin exponerse a incurrir en herejía, no lo podían hacer precaviendo que entonces Jesús les recriminaría diciéndoles "¿Por qué, pues, no le creísteis?". El problema no estaba en un testimonio incompleto del precursor sino en la misma incredulidad de la gente. Es probable que hasta algunos de los que ahora se enfrentaban a Jesús en el Templo, estuvieran entre los enviados a interrogar al Bautista y escucharon el testimonio completo que Juan dio acerca de Jesús (Jn 1:19-34). Juan había venido para dar testimonio, "a fin de que todos creyeran por medio de él" (Jn 1:7). Sabemos que como nación, Israel rechazó a su Mesías. Empero, "a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (v.12). La general apostasía del pueblo y sus dirigentes religiosos no puede atribuirse a fallas en el precursor o a la incompetencia del propio Cristo, pero una buena explicación se halla en los sermones de Pedro y Pablo en el libro de Los Hechos enrostrando al pueblo y sus gobernantes que negaran al Santo y al Justo, matando al Autor de la vida. La responsabilidad del hombre -que en tus aportes sueles reiterar-, trae aparejada su culpabilidad. Son culpables por haber rechazado a su Mesías; no porque Juan hubiera omitido algunas cosas, no se juntara a Jesús o provocara su muerte prematura. Los cristianos modernos que todos los domingos ocupan sus bancas en las iglesias, también escuchan muchas verdades que les entra por un oído y les sale por el otro. Pueden repetirlas de memoria; pero no inciden sobre sus vidas. En tal caso, no es el predicador el culpable sino los oyentes.
Recibe mis amables saludos.
Ricardo..


1 -Exactamente, es lo que quiero decir, que los cristianos de hoy también tienen buenas razones para perseguir y rechazar a la segunda venida, pero los pensamientos de los hombres no son las de Dios……<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>

2 -¡Aleluya! Falta tan poco que ya está aquí, en medio de nosotros, pero no viene a por los verdaderos creyentes, sino a por toda la humanidad. ¡Amén! <o:p></o:p>

3 - Bien, pues del mismo modo hoy día tienes la posibilidad de acercarte al Señor de la segunda venida a pedirle aclaraciones acerca de lo que en tus oídos cristianos parecen herejías…En tus manos está hacer lo que dices harías….<o:p></o:p>

Pero si lees atentamente las promesas te darías cuenta que no reflejan cualidades de cualquier cristiano sino del Cristo en su segunda venida. <o:p></o:p>

- “Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”.<o:p></o:p>

¿Qué es la piedra blanca? En I Cor 10:4 Pablo describe a Cristo con la roca del que Moisés dio de beber a los Israelitas: Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; <SUP>2</SUP> y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, <SUP>3</SUP> y todos comieron el mismo alimento espiritual, <SUP>4</SUP> y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. <o:p></o:p>

Luego sobre la piedra blanca, que es Cristo, se escribirá un nuevo nuevo…Uno que no es Jesús, por eso es nuevo. <o:p></o:p>

- “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, <SUP>27</SUP> y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; <SUP>28</SUP> y le daré la estrella de la mañana. <SUP>29</SUP> El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.<o:p></o:p>
¿Cualquier cristiano puede tener autoridad sobre las naciones y regirlas con cetro de hierro? Desde leugo que no: <SUP><o:p></o:p></SUP>
<SUP>11</SUP> Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. <SUP>12</SUP> Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. <SUP>13</SUP> Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. <SUP>14</SUP> Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. <SUP>15</SUP> De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. <SUP>16</SUP> Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. <o:p></o:p>

El que regirá a las naciones con cetro de hierro es el Señor de la segunda venida y tiene un nombre escrito que ninguna conoce sino él mismo, como en la piedrecita blanca. <o:p></o:p>

¿Quién es la estrella de la mañana que el vencedor recibirá como Jesús lo recibió del Padre? <o:p></o:p>

Ap 22: 16: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”. <o:p></o:p>

Jesús dará al vencedor su misión de Cristo. <o:p></o:p>

- “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. <SUP>13</SUP> El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.<o:p></o:p>

Este es clarísimo, Jesús escribirá sobre el vencedor SU NOMBRE NUEVO. ¿Por qué Jesús va a tener un nombre nuevo? Porque será otra persona con la misma misión, la de Cristo. <o:p></o:p>

-<SUP>“</SUP>Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. <SUP>22</SUP> El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.<o:p></o:p>

¿Cualquier cristiano puede sentarse con Jesús en su trono, y con el Padre en su trono? <o:p></o:p>

4 - Veamos, aceptemos que lo que dices es cierto, Juan planteó la pregunta no porque realmente dudaba sino para resolver la duda de sus discípulos. ¿Pero no crees que si eran los discípulos quienes dudaban encontrarían confirmación en esa pregunta? “Mira, nuestro maestro también duda y quiere que se lo preguntemos directamente a Jesús”. Al menos para ellos la pregunta dudosa era de Juan y por tanto la respuesta de Jesús sería también para Juan. ¿Por qué iban a pensar que la respuesta de Jesús sería para ellos, si llevaban una pregunta de parte de Juan? Máxime si Jesús así lo planteó:Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis” <o:p></o:p>

No creo que Herodes estuviera dispuesto a darle un perimisio especial para hacerle una pregunta a Jesús, por eso envió a dos de sus discípulos. Y Jesús no tenia porqué ir a la cárcel para implorarle a Juan que creyera en él, creer en él era su responsabilidad personal, ya Dios en persona se lo había dicho…..<o:p></o:p>

5 - Sí, cierto, los Hechos no menciona que Pablo cayera de un caballo, pero eso no quita nada de lo importante que mencioné; Pablo puso su grano de arena al orar durando esos tres días de ceguera y ayuno. Por eso recibió la visión de que Ananías iba a venir a verle a su casa para imponerle las manos y recobrar la vista. En eso tres días de oración y ayuna Dios pudo inspirar y fortalecer la fe de Pablo. <o:p></o:p>
Juan, en cambio, recibió una visión dónde Dios le dijo directamente quien era Jesús y sin embargo, ésta se desvanecía cual sueño lejano hasta mandar a preguntarle a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos espera a otro?” La fe de Juan en Jesús en vez de verse fortalecida con el paso del tiempo disminuyó…..<o:p></o:p>

6 -Pues sí, da la impresión como que cualquier cosa que ocurre es obra de Dios, sea bueno o malo, victoria o fracaso y los seres humanos meros marionetas que nos movemos cuando Dios tira de los hilos hacia dónde Él quiere…..

<o:p></o:p>
8 -a) Pues me estás dando la razón, si el ministerio de Juan se limitó a Judea y no había aún abarcado a todo Israel como se puede decir que ya había cumplido su misión? Apenas había empezado, especialmente a dar testimonio del Mesías que encontró en vida, Jesús. . Lo mínimo que salta a la visto es que su ministerio fue muy corto como para preparar el pueblo de Israel para la vendía del Mesías…..Menos aún si muere prematuramente.

<o:p></o:p>
b) Pero si supuestamente Juan hubiera creado un buen fundamento sobra la que Jesús pudiera trabajar, como es que Jesús tuviera que preguntar: ¿quién dicen los hombres que es el hijo del hombre? ¿Acaso eso no lo había declarado Juan con claridad? Parece que no y su actitud de mantenerse separado de Jesús después de bautizarle y acabar en la cárcel mandándole esa pregunta de escándalo, así lo demuestran. <o:p></o:p>

c) Muestra que Jesús estaba dando testimonio de sí mismo. Haciendo de precursor del Mesías. Al morir Juan esa tarea quedo sin realizarse, y Jesús mismo lo asumió. Por eso fue tan difícil porque a la gente le parecía que él daba testimonio de sí mismo. Y no puedes pasar por alto la importancia de la vuelta de Elías, era la profecía de Dios para indicar que el tiempo había de la venida del Mesías había llegado. Jesús no podía decir que él era el Elías y luego el Mesías. Pero sí dijo que Juan era Elías, pero éste, te recuerdo por enésima vez, lo negó. “No soy Elías”, dijo cuando se lo preguntaron. Sin Elías el Mesías no podía aparecer, según la profecía de Dios. Pero el Mesías si había venida y el Elías retornado negando que lo fuera también. Después de morir Juan y sin haber preparado adecuadamente un fundamento para Jesús a éste se le complicaron mucho las cosas…..<o:p></o:p>

Que Dios te bendiga<o:p></o:p>
 
Re: Juan el Bautista esperaba a otro Mesías de Jesús

El conocimiento del destino de las personas y de sus almas, el como y el cuando para abarcar su totalidad es un misterio que bien llegado el momento lo sabremos...

Prácticamente la cultura cristiana occidental niega la reencarnación y acepta el dogma de una sola muerte y resurrección de cuerpos el día de la Segunda Venida de Cristo.

Yo del Evangelio cuando Cristo habla de Resurrección, lo entiendo tal como lo dice "resurrección de los muertos" no de "cuerpos" algo que luego en el dogma de las Iglesias fue modificado para dar a entender algo que es propio de la creencia de la misma religión. De "resurrección de los muertos" entiendo como que el hombre muere para nacer de nuevo, frase que en el Evangelio Jesús repite. En el día del Juicio los hombres mueren y nacen de nuevo, eso es resurrección de los muertos. Bien, por muerte podemos entenderlo como el hombre que vive en el pecado, y no tal vez se habla de los muertos en carne sino en espíritu.

No niego la capacidad de Dios de resucitar un cuerpo muerto, pero si entiendo de cuando habla de la resurrección de los muertos como el hombre que nace en el Espíritu para nueva vida, una nueva era que será renovada por el Mesías.

Y son tantas cosas que uno toma en forma literal... Bien está correcta la Escritura pero como todo texto, la profundidad del contenido se puede saber con la Gracia de Dios y si Dios lo provee, porque no todo es revelado sino a su tiempo...
Mapzero no soy una estudiosa del tema pero reconozco que en mis tiempos de estudiante me llamó la atención algunas reflexiones de Origenes que apuntaban hacia la reencarnación. Tu me hablas de la cultura cristiana occidental como la que imposibilitó la creencia en la reencarnación, y eso viene signficiando que hubo un momento en el cristianismo primitivo de que la creencia en reencarnación era aceptada, y eso es lo que quiero que me argumentes (pero sin citar la contradicción de que nuestro señor diga que Juan es Elías y de que el mismisimo Juan diga que no lo es porque eso es un misterio)
 
Respuesta a Mensaje # 42

Respuesta a Mensaje # 42

Estimado smm:

1 - A los anticristos nadie los persigue aunque todos ellos padecen de manía persecutoria.
2 - El Señor Jesucristo dijo: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18:18). Esta presencia imposibilita a los falsos cristos inmiscuirse donde nadie los ha llamado.
3 - No todos los cristianos recibirán las recompensas prometidas al final de aquellas siete cartas a las iglesias en la provincia de Asia, pero sí todos los que de entre ellos resultaran vencedores. Esto es lo que el Señor Jesucristo dijo y yo lo creo al pie de la letra. No puedo aceptar distorsiones a lo que Dios ha hablado.
4 - A buen entendedor pocas palabras bastan, pero es probable que los mensajeros trasladaran a Jesús la pregunta y devolvieran a Juan la respuesta, sin caer en cuenta de que habían sido emisarios inconscientes de su propio problema, regresando ahora con la solución. Juan tiene que haberse alegrado mucho en presencia de sus discípulos por la contestación de Jesús a su misiva; pero sin importar que los mensajeros mantuvieran su ingenuidad -sin percaterse del tácito entendimiento entre Juan y Jesús-, lo que importa es que ahora ellos tenían un convencimiento del que antes carecían.
5 - No confundas las cosas: el propio Juan había anunciado que era necesario que él mismo disminuya (Jn 3:30), se entiende, en cuanto a la gravitación de su persona y obra entre los judíos, pero no en cuanto a su fe. El auge de Jesús coincidía con su ocaso en la cárcel de donde saldría apenas su cabeza servida en bandeja. Juan no vio como paulatinamente se apagaba su llama, sino que de un solo tajo de filosa espada la antorcha que ardía se apagó de súbito.
6 - La errónea impresión que te causa mi declaración obedece al propósito de afear lo que digo.
8 - (a, b, c)
En los relatos pertinentes al tema a los que continuamente echamos mano, se me pasó una breve sentencia de Jesús que nunca imaginé pudiera contestar de forma categórica a tus objeciones al ministerio del Bautista. Es la última frase con la que Jesús remata su exposición sobre las contrarias impresiones que el ministerio de Juan y el suyo causaban en el ánimo de la gente de aquella generación: “Pero la sabiduría es justificada por sus hijos” (Mt 11:19; Lc 7:35). Tras una lectura rápida la frase parece enigmática; pero vista en el contexto que la precede, esclarece cual haya sido el resultado de ambos ministerios. Estos hijos de la sabiduría no pueden ser otros que Juan y Jesús, que como exponentes de la sabiduría divina dieron a los judíos exactamente lo que ellos necesitaban a través de sus respectivas acciones. En el texto griego, nuestra traducción “es justificada”, es un verbo aoristo pasivo, que pone la acción como definida en el pasado. El agente tras el verbo se corresponde con esa misma generación (v.16) que con su actitud contradictoria hacia los ministerios de Juan y Jesús, había dado la razón a la sabiduría divina. Calumniando y rechazando a uno y otro, en su necedad ni cuenta se daban del craso error que cometían, con lo que la sabiduría divina quedaba plenamente justificada en los resultados obtenidos por los hijos que la personificaban: el Mesías y su precursor.
Esta breve sentencia, entonces, basta para acreditar que Juan cumplió su misión cabalmente, tanto como Jesús la suya.
Cordiales saludos.
Ricardo
 
Re: Juan el Bautista esperaba a otro Mesías de Jesús

Mapzero no soy una estudiosa del tema pero reconozco que en mis tiempos de estudiante me llamó la atención algunas reflexiones de Origenes que apuntaban hacia la reencarnación. Tu me hablas de la cultura cristiana occidental como la que imposibilitó la creencia en la reencarnación, y eso viene signficiando que hubo un momento en el cristianismo primitivo de que la creencia en reencarnación era aceptada, y eso es lo que quiero que me argumentes (pero sin citar la contradicción de que nuestro señor diga que Juan es Elías y de que el mismisimo Juan diga que no lo es porque eso es un misterio)

No, no digo que la creencia en la reencarnación era aceptada, digo que la reencarnación puede ser una verdad y el cristianismo desde los primeros tiempos predicó en contra de quienes la habrían sostenido. Yo digo que Jesús no predicó en contra de la reencarnación, y que no encontrarás nada de Jesús que impida esa creencia, tal vez si la encontrarás de parte de teólogos, pero es otro asunto... Ahora el que deja abierta la posibilidad a la reencarnación soy yo.
 
Re: Respuesta a Mensaje # 42

Re: Respuesta a Mensaje # 42

Estimado smm:

1 - A los anticristos nadie los persigue aunque todos ellos padecen de manía persecutoria.
2 - El Señor Jesucristo dijo: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18:18). Esta presencia imposibilita a los falsos cristos inmiscuirse donde nadie los ha llamado.
3 - No todos los cristianos recibirán las recompensas prometidas al final de aquellas siete cartas a las iglesias en la provincia de Asia, pero sí todos los que de entre ellos resultaran vencedores. Esto es lo que el Señor Jesucristo dijo y yo lo creo al pie de la letra. No puedo aceptar distorsiones a lo que Dios ha hablado.
4 - A buen entendedor pocas palabras bastan, pero es probable que los mensajeros trasladaran a Jesús la pregunta y devolvieran a Juan la respuesta, sin caer en cuenta de que habían sido emisarios inconscientes de su propio problema, regresando ahora con la solución. Juan tiene que haberse alegrado mucho en presencia de sus discípulos por la contestación de Jesús a su misiva; pero sin importar que los mensajeros mantuvieran su ingenuidad -sin percaterse del tácito entendimiento entre Juan y Jesús-, lo que importa es que ahora ellos tenían un convencimiento del que antes carecían.
5 - No confundas las cosas: el propio Juan había anunciado que era necesario que él mismo disminuya (Jn 3:30), se entiende, en cuanto a la gravitación de su persona y obra entre los judíos, pero no en cuanto a su fe. El auge de Jesús coincidía con su ocaso en la cárcel de donde saldría apenas su cabeza servida en bandeja. Juan no vio como paulatinamente se apagaba su llama, sino que de un solo tajo de filosa espada la antorcha que ardía se apagó de súbito.
6 - La errónea impresión que te causa mi declaración obedece al propósito de afear lo que digo.
8 - (a, b, c)
En los relatos pertinentes al tema a los que continuamente echamos mano, se me pasó una breve sentencia de Jesús que nunca imaginé pudiera contestar de forma categórica a tus objeciones al ministerio del Bautista. Es la última frase con la que Jesús remata su exposición sobre las contrarias impresiones que el ministerio de Juan y el suyo causaban en el ánimo de la gente de aquella generación: “Pero la sabiduría es justificada por sus hijos” (Mt 11:19; Lc 7:35). Tras una lectura rápida la frase parece enigmática; pero vista en el contexto que la precede, esclarece cual haya sido el resultado de ambos ministerios. Estos hijos de la sabiduría no pueden ser otros que Juan y Jesús, que como exponentes de la sabiduría divina dieron a los judíos exactamente lo que ellos necesitaban a través de sus respectivas acciones. En el texto griego, nuestra traducción “es justificada”, es un verbo aoristo pasivo, que pone la acción como definida en el pasado. El agente tras el verbo se corresponde con esa misma generación (v.16) que con su actitud contradictoria hacia los ministerios de Juan y Jesús, había dado la razón a la sabiduría divina. Calumniando y rechazando a uno y otro, en su necedad ni cuenta se daban del craso error que cometían, con lo que la sabiduría divina quedaba plenamente justificada en los resultados obtenidos por los hijos que la personificaban: el Mesías y su precursor.
Esta breve sentencia, entonces, basta para acreditar que Juan cumplió su misión cabalmente, tanto como Jesús la suya.
Cordiales saludos.
Ricardo

1 – Lo mismo debían pensar los judíos que rechazaron a Jesús, por eso decían que explosaba a los demonios con el poder de Belcebú, príncipe de lso demonios….No ha cambiado mucho en 2.999 años.

<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>
2 -El Señor Jesucristo también dijo, cuando le preguntaron acera de cuándo sería la segunda venida: “Dónde está la presa, allí se reúnen los buitres” Quien tenga oídos que oiga…..

<o:p></o:p>
3 - Sí, claro, si a ti o a cualquiera vencedor te van a dar la piedra blanca, que es Cristo, te darán la estrella de la mañana, que es Cristo, regirás a las naciones con cetro de hierro, que es la potestad de Cristo, Jesús te pondrá su nuevo nombre, y te sentarás en el trono de Jesús y de Dios…..Modestia aparte, por supuesto…

<o:p></o:p>
4 - Ese “táctico entendimiento” entre Jesús y Juan, esa complicidad telepática no parece desprenderse del propio Jesús cuando claramente dirige la respuesta a Juan: Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis”Si Jesús hubiera entendido que era una pregunta táctica de parte de Juan para disuadir a sus discípulos de que él era el Mesías, no hubiera dirigido la respuesta a Juan. De Juan venía la pregunta a Juan fue la respuesta y la reprimenda: “Dichoso el que no halle haya escándalo en mí”. <o:p></o:p>

Tampoco sabemos qué pasó después con eso discípulos, tú asumes que quedaron convencidos de que Jesús era el Mesías, pero eso no aparece en ninguna parte, sólo dice que tras la respuesta de Jesús a Juan ellos se fueron de allí…..<o:p></o:p>

5 -Pero no era necesaria esa separación entre Juan y Jesús. Al contrario, era confusa e iba en contra de la providencia. La estrategia de Dios siempre es la unidad, no la división. Viendo esa clara división entre los dos maestros, surgió la discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación, o sea, el bautismo. Juan no dejó paso a Jesús sino que continuó bautizando, viendo desde una distancia a ver qué pasaba con Jesús., si crecía o menguaba. ¿Te encuentras con el Mesías tan esperado y no te unes a Él, esperas a ver si crece o mengua? La gente que se encontraba con Jesús y comprendía su misión mesiánica, no le decía. “Ah, Eres el Mesías, qué bien, pues tu a lo tuyo y yo a lo mío” sino que lo dejaban todo y se hacían sus discípulos.<o:p></o:p>

6 -¿Afear lo que dijiste? Pues dijiste que Juan seguía una libreta escrita en el cielo y que por eso desentonaba con los pensamientos más bajos de los hombres: El libreto que debía seguir Juan se escribía desde arriba, y por eso desentonaba con los pensamientos naturalmente más bajos de los hombres. <o:p></o:p>

Pues da la impresión que Juan tenía su propia voluntad y libertad anuladas y no le quedaba más remedio que siempre hacer “lo que estaba escrito desde arriba”…..Era infalible. <o:p></o:p>

8 - Veo que sigues eludiendo el asunto clave, la de la vuelta de Elías que Juan negó ser cuando Jesús afirmaba que lo era. Sin Elías no podía haber Mesías. ¿Lo eludes porque es demasiado obvio?

<o:p></o:p>
Que Dios te bendiga<o:p></o:p>
 
Respuesta a Mensaje # 46

Respuesta a Mensaje # 46

Apreciado smm:
1 - Conviene citar de las Escrituras con precisión. Lo que tú dices que los judíos decían, no lo decían ellos propiamente (la gente, el pueblo), sino los dirigentes religiosos: fariseos (Mt 9:34; 12:24) y escribas (Mr 3:22). En contraste con ellos, el común del pueblo reaccionaba muy distinto: "La gente se maravillaba y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel" (Mt 9:33); "Toda la gente estaba atónita y decía: -¿Será este aquel hijo de David?" (Mt 12:23).
3 - No es mi culpa que el Cristo victorioso y entronado a la diestra del Padre sea tan magnánimemente generoso como para hacer extensivas esas promesas a todos lo que vencieren. Pero si así lo dijo, así será. Si tú le creyeras al Señor Jesús -y no a lo que un maníaco religioso que se hace pasar por lo que ni él mismo cree que sea-, tendrías igual oportunidad de hacerte acreedor a tales recompensas. Pero debes decidir entre seguirle a Él, o a aquel o al otro. Hay muchos cristos para elegir. 4 - Yo no hablé de "táctico entendimiento" sino de "tácito entendimiento", que suena parecido pero es muy distinto. El texto no dice explícitamente como yo lo digo, sino que hallo implícito en él lo que naturalmente se infiere cuando se atiende a los contextos inmediatos del pasaje, con lo que precede y lo que sigue. El Hijo de Dios no necesitaba de habilidades telepáticas, pues Él conocía los pensamientos y lo que había en el corazón de los hombres. Que Él dijera a los mensajeros "Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis" de ninguna manera niega que se acomodara a la intención del Bautista. Solamente Dios conoce las intenciones del corazón del hombre, y Jesucristo, como Hijo, es Dios y Señor, el cual, cuando venga, también "manifestará las intenciones de los corazones" (1Co 4:5). Es una osadía calificar de reprimenda la bienaventuranza al que no halle tropiezo en Él. Al que se le reprende no se le promete dicha alguna, antes bien, se le llama al arrepentimiento como en Ap 3:19.
Al irse los discípulos de Juan, la lógica indica que regresaron al mismo que los había enviado portando la respuesta a la consulta. Seguramente que permanecieron lo más cerca de Juan que pudieron, para asistirle en lo necesario. Lo que volvemos a saber de ellos es recién después de la muerte del Bautista: "Entonces llegaron sus discípulos, tomaron el cuerpo, lo enterraron y fueron a dar la noticia a Jesús" (Mt 14:12). Esto es muy poco pero es lo único que tenemos. Sin embargo, debiera bastarnos para saber que lo último que se diga en los evangelios de los discípulos de Juan, es que fueron hasta Jesús. Si muchos, pocos o apenas algunos de ellos permanecieron con Jesús, es algo que no sabemos. Sin embargo pienso -no dogmatizo-, que los más fieles discipulos de Juan pasaron a integrar el número mayor de discípulos (aparte de los doce más íntimos), que lo seguían por todas partes, y que seguramente estuvieron entre aquellos más de quinientos hermanos de los que dice Pablo que se les apareció el Cristo resucitado (1Co 15:6). Tanto Apolos (Hch 18:25) como la docena de discípulos que encontró Pablo en Éfeso (Hch 19:1-7), podían haber sido seguidores del propio Juan, o más probablemente, de sus discípulos. Y así los discípulos de Juan se funden en el único cuerpo de creyentes que es la iglesia de Jesucristo.
5 - La perfecta unidad en el plan de Dios no exigía un ministerio conjunto del Mesías y su precursor. Mientras el uno estaba culminando de roturar el terreno (preparando a la gente con su bautismo de arrepentimiento), el otro ya estaba comenzando a sembrar la semilla del evangelio en los corazones ya dispuestos a recibirlo. Concluye Juan lo suyo y es promovido a la presencia de Dios a quien fielmente había servido. Mientras tanto Jesús invita a los suyos a mirar los campos ya listos para la siega (Jn 4:35). Todo armoniza, nada desentona entre la actividad del precursor y el Mesías que viene anunciando. ¿Para qué inventar problemas donde no los hay? ¿Qué necesidad hay de tildar de "división" lo que no pasa de ser una transición entre una época que termina y otra que comienza? "La Ley y los Profetas llegan hasta Juan.Desde entonces es anunciado el reino de Dios y todos se esfuerzan por entrar en él" (Lc 16:16). Más tarde, la obra apostólica se distribuye en dos esferas distintas: "...que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los de la circuncisión" (Gl 2:9). A veces, Pablo envía a algunos de sus colaboradores a otros lados, y otras se lamenta de la demora en el regreso de alguno de ellos. Pedro y Juan son enviados por la iglesia en Jerusalén a ayudar a Felipe en Samaria, y luego este mismo es quitado de tan próspera obra para irle a explicar un pasaje de Isaías a uno que iba por el desierto leyendo en su carro (Hechos 8). El Espíritu obra como Él quiere y no atiende a nuestras mejores razones.
6 - Aquella mano de Dios que desde el principio estuviera con Juan (Lc 1:66), también le guiaba en la senda de la obediencia. Así que no tenía él necesidad de devanarse los sesos pensando en donde ir, qué hacer y cómo hacerlo, sino simplemente acatar la voluntad de Dios. Esto no hace del hombre un robot, pero sí "una voz que clama en el desierto", único documento de identidad que presenta Juan a los inquisidores (Jn 1:19,23).
8 - Tengo por costumbre jamás eludir nada. No necesito explayarme en explicaciones cuando la propia Escritura es suficientemente clara: "E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías" lo que el ángel anunció a Zacarías padre de Juan el Bautista. Además, no debemos tampoco olvidar, que aunque fuera testigo apenas el pequeño grupo de los tres discípulos más íntimos de Jesús, Elías en persona estuvo hablando con el Señor, cuando su transfiguración, lo que está relatado en los tres sinópticos (Mt 17:1-13; Mr 9:2-13; Lc 9:28-36). Recordemos también, que Eliseo siempre fue Eliseo y nunca Elías, pero como había pedido una doble porción de su espíritu y se cumplió la señal predicha, leemos en 2Reyes 2:15 lo que dijeron los hijos de los profetas tras ver el primer milagro que hacía: "El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo". Si atendemos a toda la revelación de la Sagrada Escritura y no nos ponemos anteojeras atascándonos en un solo versículo, se acaban los problemas.
Ya ves que el Señor en su gracia siempre contesta positivamente tus mejores deseos de que me bendiga, pues lo hace de modo que pueda recibir el entendimiento necesario para responder a todas tus objeciones. Yo mismo me maravillo que a pesar de mi natural torpeza pueda discernir a la luz de la Palabra cuando me la abre ante mis ojos.
Quiera Él concederte todavía mayor gracia.
Ricardo.
 
Re: Respuesta a Mensaje # 46

Re: Respuesta a Mensaje # 46

Apreciado smm:
1 - Conviene citar de las Escrituras con precisión. Lo que tú dices que los judíos decían, no lo decían ellos propiamente (la gente, el pueblo), sino los dirigentes religiosos: fariseos (Mt 9:34; 12:24) y escribas (Mr 3:22). En contraste con ellos, el común del pueblo reaccionaba muy distinto: "La gente se maravillaba y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel" (Mt 9:33); "Toda la gente estaba atónita y decía: -¿Será este aquel hijo de David?" (Mt 12:23).
3 - No es mi culpa que el Cristo victorioso y entronado a la diestra del Padre sea tan magnánimemente generoso como para hacer extensivas esas promesas a todos lo que vencieren. Pero si así lo dijo, así será. Si tú le creyeras al Señor Jesús -y no a lo que un maníaco religioso que se hace pasar por lo que ni él mismo cree que sea-, tendrías igual oportunidad de hacerte acreedor a tales recompensas. Pero debes decidir entre seguirle a Él, o a aquel o al otro. Hay muchos cristos para elegir. 4 - Yo no hablé de "táctico entendimiento" sino de "tácito entendimiento", que suena parecido pero es muy distinto. El texto no dice explícitamente como yo lo digo, sino que hallo implícito en él lo que naturalmente se infiere cuando se atiende a los contextos inmediatos del pasaje, con lo que precede y lo que sigue. El Hijo de Dios no necesitaba de habilidades telepáticas, pues Él conocía los pensamientos y lo que había en el corazón de los hombres. Que Él dijera a los mensajeros "Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis" de ninguna manera niega que se acomodara a la intención del Bautista. Solamente Dios conoce las intenciones del corazón del hombre, y Jesucristo, como Hijo, es Dios y Señor, el cual, cuando venga, también "manifestará las intenciones de los corazones" (1Co 4:5). Es una osadía calificar de reprimenda la bienaventuranza al que no halle tropiezo en Él. Al que se le reprende no se le promete dicha alguna, antes bien, se le llama al arrepentimiento como en Ap 3:19.
Al irse los discípulos de Juan, la lógica indica que regresaron al mismo que los había enviado portando la respuesta a la consulta. Seguramente que permanecieron lo más cerca de Juan que pudieron, para asistirle en lo necesario. Lo que volvemos a saber de ellos es recién después de la muerte del Bautista: "Entonces llegaron sus discípulos, tomaron el cuerpo, lo enterraron y fueron a dar la noticia a Jesús" (Mt 14:12). Esto es muy poco pero es lo único que tenemos. Sin embargo, debiera bastarnos para saber que lo último que se diga en los evangelios de los discípulos de Juan, es que fueron hasta Jesús. Si muchos, pocos o apenas algunos de ellos permanecieron con Jesús, es algo que no sabemos. Sin embargo pienso -no dogmatizo-, que los más fieles discipulos de Juan pasaron a integrar el número mayor de discípulos (aparte de los doce más íntimos), que lo seguían por todas partes, y que seguramente estuvieron entre aquellos más de quinientos hermanos de los que dice Pablo que se les apareció el Cristo resucitado (1Co 15:6). Tanto Apolos (Hch 18:25) como la docena de discípulos que encontró Pablo en Éfeso (Hch 19:1-7), podían haber sido seguidores del propio Juan, o más probablemente, de sus discípulos. Y así los discípulos de Juan se funden en el único cuerpo de creyentes que es la iglesia de Jesucristo.
5 - La perfecta unidad en el plan de Dios no exigía un ministerio conjunto del Mesías y su precursor. Mientras el uno estaba culminando de roturar el terreno (preparando a la gente con su bautismo de arrepentimiento), el otro ya estaba comenzando a sembrar la semilla del evangelio en los corazones ya dispuestos a recibirlo. Concluye Juan lo suyo y es promovido a la presencia de Dios a quien fielmente había servido. Mientras tanto Jesús invita a los suyos a mirar los campos ya listos para la siega (Jn 4:35). Todo armoniza, nada desentona entre la actividad del precursor y el Mesías que viene anunciando. ¿Para qué inventar problemas donde no los hay? ¿Qué necesidad hay de tildar de "división" lo que no pasa de ser una transición entre una época que termina y otra que comienza? "La Ley y los Profetas llegan hasta Juan.Desde entonces es anunciado el reino de Dios y todos se esfuerzan por entrar en él" (Lc 16:16). Más tarde, la obra apostólica se distribuye en dos esferas distintas: "...que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los de la circuncisión" (Gl 2:9). A veces, Pablo envía a algunos de sus colaboradores a otros lados, y otras se lamenta de la demora en el regreso de alguno de ellos. Pedro y Juan son enviados por la iglesia en Jerusalén a ayudar a Felipe en Samaria, y luego este mismo es quitado de tan próspera obra para irle a explicar un pasaje de Isaías a uno que iba por el desierto leyendo en su carro (Hechos 8). El Espíritu obra como Él quiere y no atiende a nuestras mejores razones.
6 - Aquella mano de Dios que desde el principio estuviera con Juan (Lc 1:66), también le guiaba en la senda de la obediencia. Así que no tenía él necesidad de devanarse los sesos pensando en donde ir, qué hacer y cómo hacerlo, sino simplemente acatar la voluntad de Dios. Esto no hace del hombre un robot, pero sí "una voz que clama en el desierto", único documento de identidad que presenta Juan a los inquisidores (Jn 1:19,23).
8 - Tengo por costumbre jamás eludir nada. No necesito explayarme en explicaciones cuando la propia Escritura es suficientemente clara: "E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías" lo que el ángel anunció a Zacarías padre de Juan el Bautista. Además, no debemos tampoco olvidar, que aunque fuera testigo apenas el pequeño grupo de los tres discípulos más íntimos de Jesús, Elías en persona estuvo hablando con el Señor, cuando su transfiguración, lo que está relatado en los tres sinópticos (Mt 17:1-13; Mr 9:2-13; Lc 9:28-36). Recordemos también, que Eliseo siempre fue Eliseo y nunca Elías, pero como había pedido una doble porción de su espíritu y se cumplió la señal predicha, leemos en 2Reyes 2:15 lo que dijeron los hijos de los profetas tras ver el primer milagro que hacía: "El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo". Si atendemos a toda la revelación de la Sagrada Escritura y no nos ponemos anteojeras atascándonos en un solo versículo, se acaban los problemas.
Ya ves que el Señor en su gracia siempre contesta positivamente tus mejores deseos de que me bendiga, pues lo hace de modo que pueda recibir el entendimiento necesario para responder a todas tus objeciones. Yo mismo me maravillo que a pesar de mi natural torpeza pueda discernir a la luz de la Palabra cuando me la abre ante mis ojos.
Quiera Él concederte todavía mayor gracia.
Ricardo.

1 - De todas formas poco ha cambiado en 2.000 años. Muchos cristianos están aferrados a su compresión de la Biblia, y dispuestos a perseguir y rechazar la segunda venida. ¿Qué quieres? ¿Que se les llame farisaicos? Pues eso…..

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2. Veo que no has respondido al punto 2. Los buitres que se reúnen alrededor de la presa son aquellos que de verdad y de corazón esperan la seguida venida, ellos, como los buitres que no fallan en hallar a sus presas, serán capaces de reconocer al Señor de la segunda venida, la presa, mientras la mayoría de cristianos seguirán mirando al cielo…..<o:p></o:p>

3 – Veo que estás empleando un lenguaje cada vez más farisaico y acusador. Ya has decidido que la segunda vendía es un maniaco religioso que se hace pasar por Mesías. Igual que esos fariseos que decían que no expulsaba demonios sino por el poder de Belcebú, un falso Mesías. Lo dicho, poco o nada ha cambiado en 2.000 años. <o:p></o:p>
En cuando a las promesa, sólo piensa en la promesa de sentarse en el trono de Cristo, ¿cuántos cabrán en ese trono? ¿Quién tendrá la autoridad? ¿Todo cristiano vencedor? ¿Todo cristiano vencedor regirá las naciones con cetro de hierro? Ora a Dios para descubrir la verdad…..Por cierto, en tiempo de Jesús también habían muchos Mesías para elegir, Jesús no era el único candidato, el mismo Juan lo era, como bien sabes, y hasta hoy hay un grupo de fieles seguidores suyos así le veneran y ven a Jesús como un falso Mesías y traidor a Juan, el verdadero Mesías.<o:p></o:p>

4 - “Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis" no es ninguna alegoría, ni una parábola cuya significado hay que adivinar, deducir o imaginar, es un lenguaje muy directo y claro, no hay duda de que la respuesta de Jesús va dirigido a Juan. En cuanto al desenlace posterior con los discípulos de Juan al regresar a la cárcel con la respuesta de Jesús, nada sabemos. Tu supones alegremente que los discípulos quedarnos convertidos a Jesús, pero nada lo indica. Si realmente al ver a Jesús hacer esos milagros en persona y oírle decir esas palabras ellos se hubieran convertido, era digo de haberse registrado. “Entonces al ver los hechos y oír las palabras de Jesús los discípulos de Juan creyeron en él, y fueron alegras a contárselo todo a Juan”. Pero simplemente dice los evangelios que se retiraron. Sobre las últimas reflexiones de Juan después de recibir la respuesta de Jesús tampoco no sabemos nada. <o:p></o:p>

Es posible que algunos discípulos hayan formado parte del grupo formado por Jesús, pero por iniciativa propia, desoyendo a la actitud poco firme de Juan al mantenerse separado de Jesús aún después de declararle el Mesías. <o:p></o:p>

5 -Era más que una transición de una era a otra, Juan no sólo debía entregar a Jesús el fundamento del AT, que lo hizo al bautizar a Jesús. Era el momento providencial que marcaba el inicio de la era mesiánica. Jesús no fue el aguafiestas que hiciera apagarse a Juan hasta hacerle sombra, creciendo mientras Juan menguaba. Al contrario, como dije, encontrarse con el Mesías y reconocerle era para cualquier judío de aquello época de expectativa mesiánica una bendición, como encontrar una aguja en un pajar. Representaba la esperanza para Israel y para el mundo. ¿Qué le impedía a Juan unirse a Jesús? Si Juan ya tenía una gran reputación uniéndose a Jesús y proclamándolo Mesías día tras día haría a Jesús más creíble. Israel, y si, los líderes religiosos y políticos de aquel tiempo también tenían su papel providencial, podrían haber respondido de manera muy distinta a cuando Jesús iba dando testimonio d si mismo……<o:p></o:p>

6 -Si claro, no sólo tenía su voluntad y su libertad anuladas, sino la obediencia programada. Y no, no era un robot, ….sólo te falta decir que habían ángeles dictándole lo que tenía que hacer en cada momento….Mira Ricardo, Existe el Espíritu Santo, la guía y la revelación de Dios pero nada de eso sustituye la libre voluntad del ser humano. No determinan nuestras acciones, pueden estimularlas pero el ser humano siempre es responsable por sus acciones, por dejar que sus acciones sean guiadas por Dios. Por eso Jesús nos dijo que no bastaba con decir Señor, Señor, para entrar en el reino de los cielos, sino que hay que HACER la voluntad de Dios. <o:p></o:p>

8 – El ángel anunció a Zacarías padre de Juan el Bautista que Juan irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías… El caso es que Juan lo negó públicamente cuando se lo preguntaron mientras que Jesús lo afirmaba. Tú a eso lo llamas ponerse anteojeras atascándose en un solo versículo. Yo lo llamo ponerse las vendas ante la realidad, la realidad de que no se cumplió la profecía de Dios porque la persona elegida por Dios para llevarlo a cabo no respondió debidamente, negando que él era el Elías profetizado. Claro que según tú visión de un Juan infalible con la mano de Dios estando siempre con él y guiándole en la senda de la obediencia estaría simplemente obedeciendo la voluntad de Dios. Luego negar que era Elías era la voluntad de Dios, aunque contradijera a Jesús…..<o:p></o:p>

Sí, ¡Todo encaja a la maravilla!.....<o:p></o:p>

Que Dios te bendiga<o:p></o:p>
 
Respuesta a Mensaje # 48

Respuesta a Mensaje # 48

Estimado smm:

1 - Ignoro cuales puedan ser los cristianos que rechacen la segunda venida del Señor y hasta lleguen a perseguir a los que la esperan. Los que yo conozco, pueden sustentar criterios disímiles en cuanto a la cronología escatológica: amilenaristas, premilenaristas y posmilenaristas; pretribulacionistas, mesotribulacionistas y postribulacionistas; pre-ira, etc., y luego están los escépticos que alegan la tardanza, olvidados de lo que ya había prevenido Pedro (2Pe 3:9).
2 - No había respondido al punto 2 porque nada tenía ahí para comentar. Con lo que dices ahora pienso distinto: para mí el "cuerpo muerto" de Mt 24:28 alude al Anticristo.
Pero siendo que ese sería un tema que merecería discusión aparte, prefiero ahora no distraerme del asunto del epígrafe. Por lo demás, nunca veo a cristianos mirando
al cielo, sino muy bajo, a la tierra, donde suelen tener su corazón y su tesoro.
3 - Lo que tú dices que yo digo sólo tiene sentido aplicándolo a la manifestación del Anticristo y todos sus precursores; porque yo realmente espero y amo la segunda
venida del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
¿Qué dificultad puedes tener en admitir que el Dios creador que de la nada lo hizo todo, pueda construir un trono lo suficientemente espacioso como para acomodar a
todos los vencedores? ¡Tampoco es cosa que por falta de lugar tengamos que sentarnos sobre la falda de otro! La verdad no se descubre orando por recibir una
revelación especial, sino por creerla, amarla y obedecerla. Con la excusa de orar a Dios por revelación de la verdad se ha prestado oídos a espíritus de mentira. "Antes
bien, sea Dios veraz y todo hombre mentiroso" (Ro 3:4).
4 - Sin duda que la respuesta de Jesús dirigida a Juan fue entregada fielmente por los mensajeros. Pero estos fueron los primeros en oírla de sus labios y testigos
presenciales de las cosas que ahora retrasmiten. Que aquellos mensajeros al regresar todavía mantuvieran las mismas dudas que al salir, es llevar su incredulidad a un
extremo que excede a la razón. Tal dureza hubiera ameritado que quedara constancia en el evangelio; mientras que la fe de ellos en Jesús como el Cristo puede colegirse
sin necesidad de dejar registro impreso.
5 - No creo que en aquella época, a cualquier judío, el encontrarse con el Mesías tal bendición le fuera como encontrar una aguja en el pajar. ¡Sobre todo si te la clavas! No
tiene sentido insistir en que Juan pudo haber hecho las cosas mejor a lo que hizo. ¿Quiénes somos nosotros para juzgarle más allá del propio texto bíblico? No es
posible que a tanta distancia (en espacio y tiempo), pudiéramos augurar ahora mejores resultados a los habidos.
6 - En ningún momento he negado el libre ejercicio de la voluntad humana con la consiguiente responsabilidad de sus acciones. Que declare la soberanía de Dios y su
providencia, para nada niega la culpabilidad del hombre cuando se opone a ella, desobedeciendo y pecando. Pero que tanto Juan el Bautista como Elías fuesen
hombres de carne y hueso "sujeto a pasiones semejantes a las nuestras" (Stg 5:17), tampoco nos faculta a endilgarles las faltas que se nos ocurra.
8 - "No toquéis -dijo- a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas" (Sal 105:15). Juan el Bautista, lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre (Lc 1:15) y declarado
por el propio Jesús el mayor de los profetas, en este Foro, en uno y otro de tus aportes ha sido constantemente cuestionado, por haber negado e incumplido lo que él
efectivamente era y la misión que le había sido encomendada. ¿A ti no te entra un poquito de temor siquiera de que quizás estés pecando gravemente contrariendo la
Palabra de Dios?
Saludos cordiales.
Ricardo.
 
Re: Respuesta a Mensaje # 48

Re: Respuesta a Mensaje # 48

Estimado smm:

1 - Ignoro cuales puedan ser los cristianos que rechacen la segunda venida del Señor y hasta lleguen a perseguir a los que la esperan. Los que yo conozco, pueden sustentar criterios disímiles en cuanto a la cronología escatológica: amilenaristas, premilenaristas y posmilenaristas; pretribulacionistas, mesotribulacionistas y postribulacionistas; pre-ira, etc., y luego están los escépticos que alegan la tardanza, olvidados de lo que ya había prevenido Pedro (2Pe 3:9).
2 - No había respondido al punto 2 porque nada tenía ahí para comentar. Con lo que dices ahora pienso distinto: para mí el "cuerpo muerto" de Mt 24:28 alude al Anticristo.
Pero siendo que ese sería un tema que merecería discusión aparte, prefiero ahora no distraerme del asunto del epígrafe. Por lo demás, nunca veo a cristianos mirando
al cielo, sino muy bajo, a la tierra, donde suelen tener su corazón y su tesoro.
3 - Lo que tú dices que yo digo sólo tiene sentido aplicándolo a la manifestación del Anticristo y todos sus precursores; porque yo realmente espero y amo la segunda
venida del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
¿Qué dificultad puedes tener en admitir que el Dios creador que de la nada lo hizo todo, pueda construir un trono lo suficientemente espacioso como para acomodar a
todos los vencedores? ¡Tampoco es cosa que por falta de lugar tengamos que sentarnos sobre la falda de otro! La verdad no se descubre orando por recibir una
revelación especial, sino por creerla, amarla y obedecerla. Con la excusa de orar a Dios por revelación de la verdad se ha prestado oídos a espíritus de mentira. "Antes
bien, sea Dios veraz y todo hombre mentiroso" (Ro 3:4).
4 - Sin duda que la respuesta de Jesús dirigida a Juan fue entregada fielmente por los mensajeros. Pero estos fueron los primeros en oírla de sus labios y testigos
presenciales de las cosas que ahora retrasmiten. Que aquellos mensajeros al regresar todavía mantuvieran las mismas dudas que al salir, es llevar su incredulidad a un
extremo que excede a la razón. Tal dureza hubiera ameritado que quedara constancia en el evangelio; mientras que la fe de ellos en Jesús como el Cristo puede colegirse
sin necesidad de dejar registro impreso.
5 - No creo que en aquella época, a cualquier judío, el encontrarse con el Mesías tal bendición le fuera como encontrar una aguja en el pajar. ¡Sobre todo si te la clavas! No
tiene sentido insistir en que Juan pudo haber hecho las cosas mejor a lo que hizo. ¿Quiénes somos nosotros para juzgarle más allá del propio texto bíblico? No es
posible que a tanta distancia (en espacio y tiempo), pudiéramos augurar ahora mejores resultados a los habidos.
6 - En ningún momento he negado el libre ejercicio de la voluntad humana con la consiguiente responsabilidad de sus acciones. Que declare la soberanía de Dios y su
providencia, para nada niega la culpabilidad del hombre cuando se opone a ella, desobedeciendo y pecando. Pero que tanto Juan el Bautista como Elías fuesen
hombres de carne y hueso "sujeto a pasiones semejantes a las nuestras" (Stg 5:17), tampoco nos faculta a endilgarles las faltas que se nos ocurra.
8 - "No toquéis -dijo- a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas" (Sal 105:15). Juan el Bautista, lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre (Lc 1:15) y declarado
por el propio Jesús el mayor de los profetas, en este Foro, en uno y otro de tus aportes ha sido constantemente cuestionado, por haber negado e incumplido lo que él
efectivamente era y la misión que le había sido encomendada. ¿A ti no te entra un poquito de temor siquiera de que quizás estés pecando gravemente contrariendo la
Palabra de Dios?
Saludos cordiales.
Ricardo.

1 - Muchos de los que esperan que Jesús en persona aparezca de manera sobrenatural y espectacular en las nubes del cielo están prontos a acusar y perseguir a cualquier en la tierra de anticristo….<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>
<o:p></o:p>

2 - Me temo que no que Jesús estaba hablando de la venida del hijo del HOMBRE, de su segunda venida: <o:p></o:p>
<o:p></o:p>

Mat 24.27:Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. <SUP>28</SUP> Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.<o:p></o:p>
<o:p></o:p>

Así será la vendía del hijo del hombre, no la del anticristo, lo dice Jesús, al que tanto amas…..<o:p></o:p>
<o:p></o:p>

3 - Sí, tú a lo tuyo, espera la segunda venida en las nubes otros 2.000 años, y sigue juzgando a anticristos, como hace 2.000 años juzgaron a Jesús anticristo y falso Mesías…..aunque anticristo es una palabra inventado por los cristianos……<o:p></o:p>
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<o:p></o:p>
No me digas, entonces cuando Pablo al que citas oró tres días y nos dice los Hechos que Dios le mostró en un sueño que el hermano Ananias iba a devolverle la vista era un espíritu de mentira? Entonces todo en ministerio de Pablo se basa en una mentira? ¿Por qué crees que Jesús digo que el que busca halla, en que llama a la puerta se le abrirá? …No seas absurdo, hermano.<o:p></o:p>
<o:p></o:p>

Vuelve a revisar, hermano, que Jesús habla del vencedor en SINGULAR no en PLURAL: Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, <SUP>27</SUP> y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; <SUP>28</SUP> y le daré la estrella de la mañana. <SUP>29</SUP> El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.

<o:p></o:p>
Dice “Le daré” al que venciera, no les daré al los que vencieran……<o:p></o:p>
<o:p></o:p>

4 - Los milagros no garantizan que la gente tenga fe y menos que la mantengan….ya le ocurrió antes a Moisés que hizo milagros mayores que Jesús, la gente en el desierto caía una y otra vez en la incredulidad, tanto que al final toda aquella primera generación de judíos que salieron de Egipto murieron en el desierto.

<o:p></o:p>
También le ocurrió a Jesús: “Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo: <SUP>21</SUP> Ay de ti, Corazín! Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. <SUP>22</SUP> Por tanto os digo que en el día del juicio, serámás tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras. <SUP>23</SUP> Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. <SUP>24</SUP> Por tanto os digo que en el día del juicio, serámás tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti.<o:p></o:p>
<o:p></o:p>

5 -Desde luego que Juan encontró la aguija y se le atravesó en el ojo izquierdo….lo que no tiene sentido es que pensemos que todo lo que está escrito en la Biblia es que debió ocurrir de esa manera, que todo lo ocurrido es la voluntad de Dios…..<o:p></o:p>
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6 - Exacto, por tanto Juan estaba sujeto al libre ejercicio de su voluntad que podía o no alinearse con la de Dios….<o:p></o:p>
<o:p></o:p>

8 -Parece ser que sigues sin admitir que Juan efectivamente negará lo que era, Elías, a pesar que eso queda clarísimo en el primer capítulo de Juan. Es lo que está escrito en la Palabra de Dios, que tanto veneras. Quien con esa negación contradijo a Jesús fue el propio Juan….<o:p></o:p>
<o:p></o:p>

Que Dios te bendiga<o:p></o:p>
 
Respuesta a Mensaje # 50

Respuesta a Mensaje # 50

Estimado smm:
1 - No te voy a negar que en todos lados haya fanáticos dispuestos a acusar y perseguir como anticristos a los que disientan con su particular forma de doctrina. Pero los hermanos que conozco -con los que esperamos la segunda venida del Señor-, no acusan ni persiguen, sino que tan solo se limitan a desenmascarar a los anticristos, cuando por sus dichos, hechos y escritos pueden ser identificados como tales. Esto en su tiempo ya hacía el apóstol Juan (1Jn 2:18-22; 4:3; 2Jn 7).
2 – Tienes razón si usas de contexto apenas el versículo anterior, pero de lo que Jesús venía hablando desde el v.23 al 26 es de la aparición de falsos cristos y profetas, y en el 29 retoma el asunto de la venida del Hijo del Hombre “sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” v.30.
3 - ¿Entonces qué debo hacer según tú? Para no seguir esperando, ¿acaso buscaré por el mundo algún candidato a Señor de la segunda venida? Hay muchos de entre los cuales escoger. Los hay ya muertos, otros nonagenarios, y también demasiado jóvenes. ¿Porque el Verdadero se demora me asiste derecho a reemplazarlo por cualquier osado voluntario? ¿Cuál es la prisa?
Pablo obedecía a lo que le había sido mandado (Hch 9:6b), y el texto no dice que su oración estuviera dedicada a descubrir la verdad, que es lo que tú me recomendabas que yo hiciera. Es una lamentable práctica común entre cristianos, que en vez de hacer inmediato caso de lo que aprenden de la Palabra de Dios, le dan dilatorias a su obediencia rogándole a Dios que les muestre cual sea su voluntad, como si nunca acabaran por conocerla. De todo cuanto no sé y fuera necesario saberlo, por supuesto que siempre deberé orar a Dios pidiéndole el entendimiento y sabiduría que Él da sin retacearla. Sin embargo, el conocer la verdadera doctrina sólo es para el que tiene la intención de hacer la voluntad de Dios; no al que busca salirse con la suya (Jn 7:17).
He revisado lo del uso del singular y no el del plural como me pedías, pero el modo condicional “al que venciere” se refiere a un individuo que entre los muchos otros resulte vencedor, lo que no está limitado a un solo privilegiado, pues de ser así, la promesa no vendría sobre el que consigue salir victorioso, sino sobre alguien único sobre quien recaería en exclusividad. Es lo mismo que en el famoso texto de Juan 3:16: también aquí se habla en el singular, pero la vida eterna es ofrecida a todo aquel que cree, quien individualmente entra en posesión de la vida eterna por su fe en el Señor; bienaventuranza compartida con todos los que como él han creído, distinguiéndose de todos los demás que siguen perdidos en su incredulidad. Además, sólo el Señor reconocerá a quienes resultaren victoriosos, lo que no es posible podamos determinar nosotros. Si yo mismo me proclamara ser un vencedor que recibirá las tales promesas, ¿quién me creería? O si un grupo de amigos o discípulos me proclamara como el vencedor en aquellos siete casos de Ap 2 y 3; ¿quiénes les creerían? Quienes no creyeran tales patrañas, no merecerían llamarse de incrédulos, sino apenas seguirlas reconociendo como personas sensatas en su sano juicio. Los crédulos, por otra parte, son ingenuos dispuestos a creer cualquier cosa si se les presenta con algún atractivo.
4 – Mi argumento en este apartado no se limitaba al mero aspecto milagrero sino que contestaba a tu objeción. Como seguramente no hallas réplica que dar, sales del paso soslayando el meollo de mi respuesta para comentar algo tan obvio que sabes que no será cuestionado.
5 – Da la impresión de que se te acaban los argumentos y que no te queda otra que reiterar las mismas premisas por más desautorizadas que hubieren quedado ante las Escrituras y la razón. Toma en cuenta que aunque este sea un diálogo de dos, otros muchos foristas también nos leen.
6 – En este punto concordamos, y es por lo que sostengo que no diciéndonos la Escritura que Juan incurriera en desobediencia, mal podríamos asumir nosotros que lo hubiera hecho. El panegírico que hace el mismo Jesús del Bautista, no da lugar a las fallas que tú le achacas.
8 – Me he gastado con todo un razonamiento –creo que coherente-, distinguiendo las personas de Juan, Elías y Eliseo, aunque relacionadas en su misión y unidas espiritualmente, para que tú insistas con tu anacronismo de que Juan contradijo a Jesús, cuando la identificación que hace Jesús de Juan con Elías, es posterior. ¿O acaso podrías antedatar Jn 1:21 a Mt 11:14 y 17:12? Te repito, otros foristas nos están leyendo; no pases una vergüenza innecesaria. Todos muchas veces en la vida hemos defendido posiciones equivocadas. Pero cuando la luz de la verdad irrumpe, debemos rechazar las tinieblas del error. Si no alcanzas a percibirlo del propio texto, consulta una Armonía de los Evangelios.
Recibe mis amables saludos. Ricardo
 
Re: Respuesta a Mensaje # 50

Re: Respuesta a Mensaje # 50

Estimado smm:
1 - No te voy a negar que en todos lados haya fanáticos dispuestos a acusar y perseguir como anticristos a los que disientan con su particular forma de doctrina. Pero los hermanos que conozco -con los que esperamos la segunda venida del Señor-, no acusan ni persiguen, sino que tan solo se limitan a desenmascarar a los anticristos, cuando por sus dichos, hechos y escritos pueden ser identificados como tales. Esto en su tiempo ya hacía el apóstol Juan (1Jn 2:18-22; 4:3; 2Jn 7).
2 – Tienes razón si usas de contexto apenas el versículo anterior, pero de lo que Jesús venía hablando desde el v.23 al 26 es de la aparición de falsos cristos y profetas, y en el 29 retoma el asunto de la venida del Hijo del Hombre “sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” v.30.
3 - ¿Entonces qué debo hacer según tú? Para no seguir esperando, ¿acaso buscaré por el mundo algún candidato a Señor de la segunda venida? Hay muchos de entre los cuales escoger. Los hay ya muertos, otros nonagenarios, y también demasiado jóvenes. ¿Porque el Verdadero se demora me asiste derecho a reemplazarlo por cualquier osado voluntario? ¿Cuál es la prisa?
Pablo obedecía a lo que le había sido mandado (Hch 9:6b), y el texto no dice que su oración estuviera dedicada a descubrir la verdad, que es lo que tú me recomendabas que yo hiciera. Es una lamentable práctica común entre cristianos, que en vez de hacer inmediato caso de lo que aprenden de la Palabra de Dios, le dan dilatorias a su obediencia rogándole a Dios que les muestre cual sea su voluntad, como si nunca acabaran por conocerla. De todo cuanto no sé y fuera necesario saberlo, por supuesto que siempre deberé orar a Dios pidiéndole el entendimiento y sabiduría que Él da sin retacearla. Sin embargo, el conocer la verdadera doctrina sólo es para el que tiene la intención de hacer la voluntad de Dios; no al que busca salirse con la suya (Jn 7:17).
He revisado lo del uso del singular y no el del plural como me pedías, pero el modo condicional “al que venciere” se refiere a un individuo que entre los muchos otros resulte vencedor, lo que no está limitado a un solo privilegiado, pues de ser así, la promesa no vendría sobre el que consigue salir victorioso, sino sobre alguien único sobre quien recaería en exclusividad. Es lo mismo que en el famoso texto de Juan 3:16: también aquí se habla en el singular, pero la vida eterna es ofrecida a todo aquel que cree, quien individualmente entra en posesión de la vida eterna por su fe en el Señor; bienaventuranza compartida con todos los que como él han creído, distinguiéndose de todos los demás que siguen perdidos en su incredulidad. Además, sólo el Señor reconocerá a quienes resultaren victoriosos, lo que no es posible podamos determinar nosotros. Si yo mismo me proclamara ser un vencedor que recibirá las tales promesas, ¿quién me creería? O si un grupo de amigos o discípulos me proclamara como el vencedor en aquellos siete casos de Ap 2 y 3; ¿quiénes les creerían? Quienes no creyeran tales patrañas, no merecerían llamarse de incrédulos, sino apenas seguirlas reconociendo como personas sensatas en su sano juicio. Los crédulos, por otra parte, son ingenuos dispuestos a creer cualquier cosa si se les presenta con algún atractivo.
4 – Mi argumento en este apartado no se limitaba al mero aspecto milagrero sino que contestaba a tu objeción. Como seguramente no hallas réplica que dar, sales del paso soslayando el meollo de mi respuesta para comentar algo tan obvio que sabes que no será cuestionado.
5 – Da la impresión de que se te acaban los argumentos y que no te queda otra que reiterar las mismas premisas por más desautorizadas que hubieren quedado ante las Escrituras y la razón. Toma en cuenta que aunque este sea un diálogo de dos, otros muchos foristas también nos leen.
6 – En este punto concordamos, y es por lo que sostengo que no diciéndonos la Escritura que Juan incurriera en desobediencia, mal podríamos asumir nosotros que lo hubiera hecho. El panegírico que hace el mismo Jesús del Bautista, no da lugar a las fallas que tú le achacas.
8 – Me he gastado con todo un razonamiento –creo que coherente-, distinguiendo las personas de Juan, Elías y Eliseo, aunque relacionadas en su misión y unidas espiritualmente, para que tú insistas con tu anacronismo de que Juan contradijo a Jesús, cuando la identificación que hace Jesús de Juan con Elías, es posterior. ¿O acaso podrías antedatar Jn 1:21 a Mt 11:14 y 17:12? Te repito, otros foristas nos están leyendo; no pases una vergüenza innecesaria. Todos muchas veces en la vida hemos defendido posiciones equivocadas. Pero cuando la luz de la verdad irrumpe, debemos rechazar las tinieblas del error. Si no alcanzas a percibirlo del propio texto, consulta una Armonía de los Evangelios.
Recibe mis amables saludos. Ricardo

1 -Pues en vez de perder el tiempo en “desenmascarar” a posibles anticristos sería muchísimo más acertado que se adoptara una actitud prudente y llena de sabiduría como la que demostró el sabio Gamaliel ante el Sanedrín cuando los Apóstoles estaban en peligro de ser matados por proclamar el mesianismo de Jesucristo ante los príncipes de los sacerdotes. En los Hechos de los apóstoles Gamaliel dio éste consejo: "... si esta obra es de los hombres, se desvanecerá. Más si es de Dios, no la podréis deshacer. No seáis tal vez hallados resistiendo a Dios." (Hechos 5: 30-40) <?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>

Si el anticristo es realmente un anticristo y cosa de un hombre sin la guía de Dios, no hay nada que desenmascarar ya que su obra, por muy grandioso que aparente, se derrumbará por sí misma. Ahora bien, todo el dinero, esfuerzo y tiempo empleando en perseguir lo que es de Dios, es inútil, pues se encontrarían luchando en contra de Dios. <o:p></o:p>

2 –Bien, pues aclarado que el cadáver del que habló Jesús ciertamente no es un anticristo sino el hijo del hombre. ¿Si viene en las nubes del firmamento porqué debería ser como una presa al que acuden las águilas? Da que pensar…..

<o:p></o:p>
3 - La prisa no es la tuya sino la del cumplimento de la providencia de Dios. Ciertamente el cristianismo es el fundamento de 2.000 años con el que Dios trabajó para recibir a la segunda venida, como fue el judaísmo desde Abraham hasta la venida de Jesús. Sería una pena que los cristianos fueran por el mismo derrotero que el judaísmo, perdiendo el tren de la providencia y con ello prolongando el establecimiento del reino de los cielos. <o:p></o:p>

A mí me parece que el tema de la segunda venida es demasiado serio como para no consultarlo con Dios, ahora si ya crees estar en posesión de la verdadera doctrina sobre el mismo y piensan que no necesitan preguntarle a Dios, tú mismo….

<o:p></o:p>
Ah, entonces según tú serán unos cuantos privilegiados entre muchos vencedores, ahora bien, si admites que el vencedor se refiera a “un individuo” no sé como a continuación dices que no está limitado a uno sólo. Además, más que ser una promesa de premio o recompensa, que me parece que así lo entiendes tú, se refiere a las cualidades y la misión de ese “vencedor”. Con los versículos que he citado creo que queda bastante claro que se refiere al Cristo de la segunda venida. <o:p></o:p>
Juan 3:16: dice claramente “para que todo el que cree, no se pierda….”mientras en las cartas a las iglesias dice al que venciera. No a todo el que venciera….<o:p></o:p>

Pues has acertado. Ese es el dilema del Mesías. Con Jesús nos hemos hecho una imagen ensalzado del Mesías, pensando que nació como Dios hecho hombre y toda su vida estaba escrito. ¿Pero, alguien se ha parado a pensar en que momento de su vida Jesús toma conciencia de que es el Mesías? ¿No crees que tuvo que sopesar: Y ahora qué hago, cómo cumplo mi misión de Mesías? ¿Cómo llegar a la gente? ¿Cómo hacer que me acepten y colaboren conmigo? <o:p></o:p>

Desde luego el resultado fue el que has dicho, los más preparados del pueblo, los entendidos del Tora y la ley, no creyeren en sus patrañas y se creían sensatos y en su sano juico mientras que para ellos los pocos que creyeron en Jesús eran ingenuos desconocedores de la ley de Moisés. <o:p></o:p>

Jesús, anticipando que algo parecido ocurriría en la segunda venida. Dijo: ¿Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?<o:p></o:p>
Desde luego, el Señor de la segunda venida va a tener que sufrir en su carne persecución y acusaciones injustas de anticristo, él lo sabe, pero al aceptar esta misión no le queda más remedio que andar el camino de espinas, como lo hizo Jesús. <o:p></o:p>

4 – ¿A qué te refieres? A mi parece que de ser cierto que su incredulidad hubiese sido solucionado por ver a Jesús hacer milagros y escucharle en persona afirmar que es el Mesías y no hay que esperar a otro, sería digno de mencionar. Sencillamente no hay registrado nada en absoluto de cómo respondieron ni los mensajeros ni el propio Juan a la respuesta de Jesús... Si admites que es obvio que los milagros no necesariamente infunden ni mucho menos mantienen la fe de la gente, creo que es más que obvio que no bastaba con ver a Jesús hacer milagros ni decir que él es el Mesías (qué iba a decir él, de todas formas, ¿que deben esperar a otro?) <o:p></o:p>

5 – Me parece que burlarse de esa manera del hecho de encontrarse con el Mesías tampoco es una actitud muy seria de tú parte….De los 6 millones de habitantes que habían en la Judea de aquel tiempo sólo un grupo de unos 120 reconocieron al Mesías en vida. De éstos Jesús dijo. “Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. <SUP>17</SUP> Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. Juan fue uno de los privilegiados de encontrarse personalmente con el Mesías pero no se mantuvo en ese grupo. ¿Casualidad, fue que no era su cometido seguir a Jesús o simplemente por alguna razón, la duda es muy probable por la pregunta directa que envía a Jesús, no lo hizo?…..

<o:p></o:p>
6 –Lo que nos dice la escritura. “Que Juan dudó de Jesús con su famoso pregunta, que negó ser el Elías por lo que hizo la venida del Mesías casi imposible, el panegírico de Jesús cuando dijo: “Bienaventurados aquello que no haya escándalo en mí, desde los días de Juan el Bautista el reino de los cielos sufre violencias, Juan es el mayor nacido de mujer pero el menor en el reino de los cielos es mayor que él….”

<o:p></o:p>
8 –Tanto da si la identificación que hace Jesús de Juan con Elías es posterior, era la palabra de Juan, que dijo: “No soy el Elías” contra la de Jesús: “Y si podéis aceptarlo, el, Juan, es el Elías que iba a venir”. No sólo Juan contradijo lo que Jesús testificaba, también desmintió lo que dijo el ángel a su padre. Zacarías, que Juan vendría “con el poder y el Espíritu de Elías”. Luego Juan también negó lo profetizado por el ángel. <o:p></o:p>

Claro que seguirás diciendo que lo hacia guiado por el Espíritu Santo y que no podía caer en las enmarañadas redes de la mente frágil y dudosa de cualquier mortal….<o:p></o:p>

Que Dios te bendiga<o:p></o:p>
<o:p></o:p>
 
Respuesta a Mensaje # 52

Respuesta a Mensaje # 52

Estimado smm:
1 – Pues mira que tampoco es demasiado el tiempo que se invierte en desenmascarar a tales anticristos, pues a poco de oírles y/o leerles, fácilmente se detecta el enfermizo narcisismo, que en un psicópata no iría más allá de delirios de grandeza, pero que en estos otros se distingue por una manía religiosa con la que pretenden resarcirse de maltratos y humillaciones sufridos desde la temprana juventud. Cuando ellos envejecen, y aún antes de que mueran, ya suelen aflorar los dos bandos antagonistas que se disputan la sucesión: el sanguíneo (hermano, hijo o nieto, como en cualquier dinastía) y el del discípulo más cercano y aventajado que cuenta con ascendencia y poder político en la organización. Pero ya dije, y ahora repito, que prefiero no discutir aquí lo que podría hacerse en un epígrafe abierto al efecto, lo que no me interesa, por ahora.
2 – 3 - Las discrepancias que tenemos en torno al tema de la Segunda Venida del Señor son demasiado grandes, y cuanto más hablas de ello los errores me parecen de lo más garrafales que haya oído o leído en mi vida, por lo que para que nuestros lectores todavía aprovechen algo de nuestro diálogo en el tema del presente epígrafe, ya no me ocuparé más de aquello para ceñirme a esto. No es que no tenga como replicarte, sino que es tanto lo que tendría para corregir y refutar, que el que volvería ahora a menguar sería Juan el Bautista nuevamente.
4 – Cuando aduces que para que tal y cual cosa fuese así o asá, entonces el texto bíblico tendría que decirlo expresamente, y lo que para muchos de nosotros está implícito en el texto es suficiente para bien entenderlo, mientras que tú aprovechas de los silencios de la Biblia para rellenarlos con lo que mejor te parezca, no puedo menos que recordar el texto de Isaías 50:11: “He aquí que todos vosotros encendéis fuego, os rodeáis de teas; pues andad a la luz de vuestro fuego y de las teas que encendisteis”. Nosotros preferimos andar a la luz de la Palabra de Dios y no la de nuestra propia imaginación.
5 – No es que Juan el Bautista no se mantuviera en el mismo grupo que el de Jesús, pues nunca llegó a formar parte de él. Se encontraron cuando Juan bautizó a Jesús, y no sabemos que hubieran vuelto a tener otro encuentro. Si crees que Juan estuvo omiso en seguir a Jesús, fíjate que tampoco leemos que Jesús lo invitara a seguirlo o a permanecer con él. Así las cosas, no tenemos derecho de juzgar ni al uno ni al otro, antes bien aceptar que cada cual hizo lo que debía.
6 – Vuelves a citar entre comillas como si fuera un texto de la Escritura lo que no lo es, en cuanto a que Juan dudara de Jesús con su pregunta. Tienes todo el derecho a pensar, decir y escribir como quieras, pero no a encomillar tu opinión como si fuese un versículo bíblico. Los textos que sí citas, para nada prueban lo que te gustaría que probaran.
8 – Sí, importa y mucho el orden en el tiempo de las declaraciones de Juan y de Jesús, porque no es posible que una persona contradiga a otra, si la otra no hubiera hablado primero. Y aunque una y otra vez se te hace notar algo tan natural y lógico, haces el sentido común a un lado y porfías con insistir que Juan contradijo a Jesús.
No es necesario que yo argumente como anticipas, pues para cualquier lector sensato la negación de Juan a que él fuera Elías no desmentía las palabras del ángel a su padre, que no implicaban igualdad de personalidad, sino el mismo espíritu y poder que operara en Elías (Lc 1:17).
Te saludo atentamente.
Ricardo.
 
Re: Respuesta a Mensaje # 52

Re: Respuesta a Mensaje # 52

Estimado smm:
1 – Pues mira que tampoco es demasiado el tiempo que se invierte en desenmascarar a tales anticristos, pues a poco de oírles y/o leerles, fácilmente se detecta el enfermizo narcisismo, que en un psicópata no iría más allá de delirios de grandeza, pero que en estos otros se distingue por una manía religiosa con la que pretenden resarcirse de maltratos y humillaciones sufridos desde la temprana juventud. Cuando ellos envejecen, y aún antes de que mueran, ya suelen aflorar los dos bandos antagonistas que se disputan la sucesión: el sanguíneo (hermano, hijo o nieto, como en cualquier dinastía) y el del discípulo más cercano y aventajado que cuenta con ascendencia y poder político en la organización. Pero ya dije, y ahora repito, que prefiero no discutir aquí lo que podría hacerse en un epígrafe abierto al efecto, lo que no me interesa, por ahora.
2 – 3 - Las discrepancias que tenemos en torno al tema de la Segunda Venida del Señor son demasiado grandes, y cuanto más hablas de ello los errores me parecen de lo más garrafales que haya oído o leído en mi vida, por lo que para que nuestros lectores todavía aprovechen algo de nuestro diálogo en el tema del presente epígrafe, ya no me ocuparé más de aquello para ceñirme a esto. No es que no tenga como replicarte, sino que es tanto lo que tendría para corregir y refutar, que el que volvería ahora a menguar sería Juan el Bautista nuevamente.
4 – Cuando aduces que para que tal y cual cosa fuese así o asá, entonces el texto bíblico tendría que decirlo expresamente, y lo que para muchos de nosotros está implícito en el texto es suficiente para bien entenderlo, mientras que tú aprovechas de los silencios de la Biblia para rellenarlos con lo que mejor te parezca, no puedo menos que recordar el texto de Isaías 50:11: “He aquí que todos vosotros encendéis fuego, os rodeáis de teas; pues andad a la luz de vuestro fuego y de las teas que encendisteis”. Nosotros preferimos andar a la luz de la Palabra de Dios y no la de nuestra propia imaginación.
5 – No es que Juan el Bautista no se mantuviera en el mismo grupo que el de Jesús, pues nunca llegó a formar parte de él. Se encontraron cuando Juan bautizó a Jesús, y no sabemos que hubieran vuelto a tener otro encuentro. Si crees que Juan estuvo omiso en seguir a Jesús, fíjate que tampoco leemos que Jesús lo invitara a seguirlo o a permanecer con él. Así las cosas, no tenemos derecho de juzgar ni al uno ni al otro, antes bien aceptar que cada cual hizo lo que debía.
6 – Vuelves a citar entre comillas como si fuera un texto de la Escritura lo que no lo es, en cuanto a que Juan dudara de Jesús con su pregunta. Tienes todo el derecho a pensar, decir y escribir como quieras, pero no a encomillar tu opinión como si fuese un versículo bíblico. Los textos que sí citas, para nada prueban lo que te gustaría que probaran.
8 – Sí, importa y mucho el orden en el tiempo de las declaraciones de Juan y de Jesús, porque no es posible que una persona contradiga a otra, si la otra no hubiera hablado primero. Y aunque una y otra vez se te hace notar algo tan natural y lógico, haces el sentido común a un lado y porfías con insistir que Juan contradijo a Jesús.
No es necesario que yo argumente como anticipas, pues para cualquier lector sensato la negación de Juan a que él fuera Elías no desmentía las palabras del ángel a su padre, que no implicaban igualdad de personalidad, sino el mismo espíritu y poder que operara en Elías (Lc 1:17).
Te saludo atentamente.
Ricardo.

1 –Pues para ser éste el punto menos interesante para ti le has dedicado bastantes líneas. Sólo recordarte dos cosas, 1) que los entendidos de la palabra de Dios en tiempos de Jesús también fácilmente detectaron la falsedad del mesianismo de Jesús. Y 2) que a pesar de que Jesús también tuvo su Judas y a pesar la continúa división del cristianísimo a lo largo de los últimos 2.000 años, Dios ha trabajado su providencia mediante la misma, como lo hizo antes también con un judaísmo rebelde y dividido. . <?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>

2 – 3 – Cómo quieras, si te parece bien podemos crear un nuevo epígrafe para discutir sobre la segunda venida de Cristo….<o:p></o:p>

4 –Pues ya puedes aplicarte el versículo de Isaías a ti mismo. Pues fuiste tú que empezaste leyendo e imaginarte entre los textos del evangelio. Cuando es clarísimo que la duda que Juan plantea en la suya propia, tú te hasta sacado de la manga que en realidad era la duda de sus discípulos que él intentaba solucionar….<o:p></o:p>

5 – La Biblia no es un periódico ni un libro de historia como para reflejar cada palabra o hecho que ocurriese. Como ya dije, los evangelios fueron escritos para dar testimonio de Jesús como Mesías. El hecho que no esté registrado que Jesús le invitara a Juan a formar parte de su grupo no significa que no tuviera que ser así. Lo que sí está claramente registrado es que los propios discípulos de Juan estaban sorprendidos de que habiendo dado testimonio de Jesús como Mesías, estuviesen separados: Juan 3:25: “Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación. <SUP>26</SUP> Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él. <SUP></SUP><o:p></o:p>

Y si la admiración de Juan acerca de Jesús era tan grande como para exclamar: Juan 3: 31:”El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. <SUP>32</SUP> Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. <SUP>33</SUP> El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. <SUP>34</SUP> Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. <SUP>35</SUP> El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. <SUP>36</SUP> El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. <o:p></o:p>
Es poco compresible que si él creía 100% que Jesús era el Mesías esperado, el hijo de Dios que no le siguiera y quería que el menguara para que Jesús creciera. Es lo que sus discípulos le estaban planteando….<o:p></o:p>

6 – No tengo inconveniente en citar los evangelios. Juan dudó de Jesús con su famoso pregunta, Mat 11:2: “Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, <SUP>3</SUP> para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? ” que negó ser el Elías: Juan 1:21:“Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. <o:p></o:p>

8 – Ricardo, el evangelio de Juan empieza con esa declaración de Juan el Bautista diciendo que no es el Elías, después del preludio de Verbo de Dios hecho carne y del testimonio de Juan acerca de Jesús. .No se desprenda del texto en qué momento Juan lo dijo, pero parece que no fuera al principio de su ministerio, porque menciona que aún no había sido encarcelado. Es pues probable que fuera próxima a su encarcelamiento, al fin de su ministerio. Pareces afirmar con mucha seguridad que Juan hablo antes que Jesús y la realidad es que no se puede deducir eso de los textos, tampoco lo contrario, aunque es muy probable que los dos hablaron al poco tiempo. <o:p></o:p>

¿Qué Juan no contradijo a Jesús si hubiera hablado antes? ¿Por qué no? Si dijo lo opuesto. ¿O quieres decir que fue Jesús el que contradijo a Juan, si éste hablo antes que Jesús? El caso es que no dijeron lo mismo. Uno dijo: “No soy Elías” y el otro: “El es Elías”. Para la gente que escucha esos dos declaraciones contradictorias las dos cosas no podían ser verdad, uno de los dos mentía o no decía la verdad. <o:p></o:p>

Por último, si él comprendía que el mismo espíritu y poder que operaba en Elías operaba en él bien podrá haber respondido afirmativamente a la pregunta si él era Elías, especialmente sabiendo como debería saber la importancia de la pregunta. <o:p></o:p>

Que Dios te bendiga<o:p></o:p>
 
Respuesta Mensaje # 54

Respuesta Mensaje # 54

Estimado smm:
1 – He dicho en algún aporte anterior que admitía que en una primera lectura, superficial y rápida de la porción de Mateo 11 y Lucas 7 subtitulada como “Los mensajeros de Juan el Bautista”, la pregunta en cuestión sugiere una duda en Juan que requiere una clara definición por parte de Jesús. Luego, también añadí, que el asunto se prestaba para elocuentes sermones para predicadores hábiles en explotar la penosa situación en que el Bautista se hallaba, y que hasta conceptuosos comentaristas bíblicos a los que mucho recurro y respeto, se hacían eco a la tal duda. Pero ninguno de ellos, en apoyo de su posición, orilló los extremos a los que tú llegaste. No solamente Juan sale muy mal parado de todo esto, sino que hasta el mismo Jesús como que parece no haber estado todo lo acertado que sería de desear. Pero si Juan –todavía vivo y hasta después de muerto-, ha recibido tan excelente testimonio del mismo Jesús; y del Hijo de Dios, el Padre desde los cielos manifestó su complacencia a los tres discípulos más íntimos en el monte de la transfiguración (Mt 17:5), ¡mira que audacia la tuya para decir las cosas que has dicho! Además, el permanente descuido que has tenido en la redacción de tus argumentos permitiéndote inexactitudes que en cuanto se te hacían notar las minimizabas, quita seriedad a una controversia que merecía un tratamiento más ajustado a la realidad. Tampoco yo he sacado debajo de mi manga esa carta con los discípulos de Juan como los verdaderos dudosos del mesianismo de Jesús, ya que de antiguo se ha considerado como factible tal cosa.
5 – Fíjate lo que haces: primero aseveras: “Lo que sí está claramente registrado es que los propios discípulos de Juan estaban sorprendidos de que habiendo dado testimonio de Jesús como Mesías, estuviesen separados” y cuando clavamos ambos ojos en la pantalla para leer el versículo que por toda la vida nos pasó desapercibido, resulta que Jn 3:25,26 sigue diciendo lo que siempre dijo pero sin decir lo que tú dices que tan claramente quedó registrado: la sorpresa de los discípulos de Juan por estar separados.
De que Juan hablaba plenamente convencido de lo que decía, creyendo en el auténtico mesianismo de Jesús no me deja duda alguna; pero ello no me obliga a pensar que debió de seguir a Jesús sólo porque tú lo dices, cuando no hay en los evangelios vestigio alguno que así debiera de hacerlo. Lo que le vienen a plantear los discípulos a Juan -tras el asunto de la discusión con los judíos por la purificación-, es el buen suceso que estaba teniendo Jesús con su bautismo al otro lado del Jordán. Podía haber allí un celo competitivo como más adelante tendrían algunos discípulos de Jesús que le prohibieron a uno que continuara echando demonios en su nombre, nada más que porque no los seguía a ellos, lo que Jesús desestimó (Mr 9:38-40). Pero no leemos que los discípulos de Juan se le quejaran que Jesús y los suyos no estaban con ellos, ni que los discípulos de Jesús se quejaran a su Maestro de que Juan y su compañía no les seguía a ellos. Más bien lo que sí leemos es que cuando Jesús oye que entre los fariseos se comentaba que Jesús venía haciendo y bautizando más discípulos que Juan, le deja el campo libre al Bautista en Judea, y Él se vuelve al norte, a Galilea (Jn 4:1-3). Esta deliberada separación del Mesías de su precursor, debería bastar para disuadir cualquier intención de mostrar a Juan como remiso a seguir a Jesús y fusionarse con los suyos a la compañía del Cristo.
6 – El inconveniente no está ahora en que cites de los evangelios, sino en lo que infieres de la cita interpretándola a tu gusto, cuando dices “Juan dudó de Jesús con su famosa pregunta”. Un lector nuestro me podrá decir ahora: -Ricardo, tú estás en la misma situación que smm, cuando le atribuyes la duda a los discípulos de Juan, lo que tampoco está en el texto. Respondo: -Es cierto, pero yo no uso de la pregunta citándola como prueba de la duda de los discípulos, lo que sí hace smm como si la mera formulación de la preguntara equivaliera a que Juan confesara la duda que lo embargaba.
Además, cuando citas Jn 1:21, sería bueno que comenzaras por el v. anterior: “Él confesó y no negó”. O sea, que en cada respuesta del Bautista, no hay una negación sino una confesión. “¡Ahí está el detalle! –decía Cantinflas. Aunque el Espíritu Santo ha tenido una manera muy suya de hacerle escribir a Juan el evangelista usando la forma que leemos -y que hasta podría desconcertarnos-, lo cierto es que siguen tres “no” a esta declaración de que “confesó y no negó”. No es una contradicción. Sin embargo, preferiríamos que dijera todo al revés: “negó y confesó”, pues fácilmente aplicaríamos el primer verbo a los tres “no” y el segundo a su confesión de que era una voz en el desierto. No es que el Espíritu Santo nos dificulte nada más que por puro gusto de complicarnos las cosas, sino para que aprendamos a discernir la Palabra de Dios.
8 – smm, sigues confundiendo los pasajes, y eso explica todo el lío que tienes. Donde dice que “aún no habían encarcelado a Juan” no es al principio del Evangelio donde Juan anticipa su respuesta contraria a ser Elías (Jn 1:21) sino en el 3:24, ya hacia el final de su ministerio. Si te oímos o te leemos sin escudriñar las Escrituras, fíjate en los errores que nos puedes hacer incurrir.
Sigues sin advertir que la contradicción no es posible mientras otro no haya proferido lo que se ha de negar. Tú y yo nos pasamos contradiciendo el uno al otro, al respondernos, pero nunca anticipándonos a negar lo que no tenemos como adivinar que el otro habrá de decir más adelante.
La declaración de Jesús es contradictoria con la de Juan apenas en apariencia. La contradicción desaparece no bien atendemos a las primeras palabras de Mt 11:14, que en nuestro diálogo han pasado como desapercibidas ¡pero que por algo están!: “Y si queréis recibirlo” y recién tras este recaudo sigue lo que declara respecto a Juan: “él es aquel Elías que había de venir” con obvia referencia a Malaquías 4:5. La forma no dogmática sino permisiva de Jesús se acomoda a las diversas reacciones de aquella generación ante el ministerio de ambos, como seguidamente ilustrará con lo que han dicho de Juan y del Hijo del hombre. No hay tampoco manera de leer esto, olvidándonos deliberadamente de lo dicho por el ángel a Zacarías del hijo prometido, que iría delante del Señor “con el espíritu y el poder de Elías” (Lc 1:17). Hay igualdad de dotación espiritual; no igualdad de persona. Lo ilustré también con el caso de Eliseo.
Creo que Juan sí estaría informado por su padre de lo anteriormente dicho, pero ello no lo comprometía a substituir su lacónico pero suficiente “no”, explicando a los sacerdotes y levitas las palabras del ángel que apenas los fariseos serían capaces de aceptarlas (Hch 23:8). Juan no tenía como acomodar su declaración a la que posteriormente Jesús expresaría. Él no llevaba consigo el Evangelio de Mateo como nosotros hoy día, que podemos leer simultáneamente todos los relatos que vienen al caso.
Recibe mis amables saludos.
Ricardo.
 
Re: Respuesta Mensaje # 54

Re: Respuesta Mensaje # 54

Estimado smm:
1 – He dicho en algún aporte anterior que admitía que en una primera lectura, superficial y rápida de la porción de Mateo 11 y Lucas 7 subtitulada como “Los mensajeros de Juan el Bautista”, la pregunta en cuestión sugiere una duda en Juan que requiere una clara definición por parte de Jesús. Luego, también añadí, que el asunto se prestaba para elocuentes sermones para predicadores hábiles en explotar la penosa situación en que el Bautista se hallaba, y que hasta conceptuosos comentaristas bíblicos a los que mucho recurro y respeto, se hacían eco a la tal duda. Pero ninguno de ellos, en apoyo de su posición, orilló los extremos a los que tú llegaste. No solamente Juan sale muy mal parado de todo esto, sino que hasta el mismo Jesús como que parece no haber estado todo lo acertado que sería de desear. Pero si Juan –todavía vivo y hasta después de muerto-, ha recibido tan excelente testimonio del mismo Jesús; y del Hijo de Dios, el Padre desde los cielos manifestó su complacencia a los tres discípulos más íntimos en el monte de la transfiguración (Mt 17:5), ¡mira que audacia la tuya para decir las cosas que has dicho! Además, el permanente descuido que has tenido en la redacción de tus argumentos permitiéndote inexactitudes que en cuanto se te hacían notar las minimizabas, quita seriedad a una controversia que merecía un tratamiento más ajustado a la realidad. Tampoco yo he sacado debajo de mi manga esa carta con los discípulos de Juan como los verdaderos dudosos del mesianismo de Jesús, ya que de antiguo se ha considerado como factible tal cosa.
5 – Fíjate lo que haces: primero aseveras: “Lo que sí está claramente registrado es que los propios discípulos de Juan estaban sorprendidos de que habiendo dado testimonio de Jesús como Mesías, estuviesen separados” y cuando clavamos ambos ojos en la pantalla para leer el versículo que por toda la vida nos pasó desapercibido, resulta que Jn 3:25,26 sigue diciendo lo que siempre dijo pero sin decir lo que tú dices que tan claramente quedó registrado: la sorpresa de los discípulos de Juan por estar separados.
De que Juan hablaba plenamente convencido de lo que decía, creyendo en el auténtico mesianismo de Jesús no me deja duda alguna; pero ello no me obliga a pensar que debió de seguir a Jesús sólo porque tú lo dices, cuando no hay en los evangelios vestigio alguno que así debiera de hacerlo. Lo que le vienen a plantear los discípulos a Juan -tras el asunto de la discusión con los judíos por la purificación-, es el buen suceso que estaba teniendo Jesús con su bautismo al otro lado del Jordán. Podía haber allí un celo competitivo como más adelante tendrían algunos discípulos de Jesús que le prohibieron a uno que continuara echando demonios en su nombre, nada más que porque no los seguía a ellos, lo que Jesús desestimó (Mr 9:38-40). Pero no leemos que los discípulos de Juan se le quejaran que Jesús y los suyos no estaban con ellos, ni que los discípulos de Jesús se quejaran a su Maestro de que Juan y su compañía no les seguía a ellos. Más bien lo que sí leemos es que cuando Jesús oye que entre los fariseos se comentaba que Jesús venía haciendo y bautizando más discípulos que Juan, le deja el campo libre al Bautista en Judea, y Él se vuelve al norte, a Galilea (Jn 4:1-3). Esta deliberada separación del Mesías de su precursor, debería bastar para disuadir cualquier intención de mostrar a Juan como remiso a seguir a Jesús y fusionarse con los suyos a la compañía del Cristo.
6 – El inconveniente no está ahora en que cites de los evangelios, sino en lo que infieres de la cita interpretándola a tu gusto, cuando dices “Juan dudó de Jesús con su famosa pregunta”. Un lector nuestro me podrá decir ahora: -Ricardo, tú estás en la misma situación que smm, cuando le atribuyes la duda a los discípulos de Juan, lo que tampoco está en el texto. Respondo: -Es cierto, pero yo no uso de la pregunta citándola como prueba de la duda de los discípulos, lo que sí hace smm como si la mera formulación de la preguntara equivaliera a que Juan confesara la duda que lo embargaba.
Además, cuando citas Jn 1:21, sería bueno que comenzaras por el v. anterior: “Él confesó y no negó”. O sea, que en cada respuesta del Bautista, no hay una negación sino una confesión. “¡Ahí está el detalle! –decía Cantinflas. Aunque el Espíritu Santo ha tenido una manera muy suya de hacerle escribir a Juan el evangelista usando la forma que leemos -y que hasta podría desconcertarnos-, lo cierto es que siguen tres “no” a esta declaración de que “confesó y no negó”. No es una contradicción. Sin embargo, preferiríamos que dijera todo al revés: “negó y confesó”, pues fácilmente aplicaríamos el primer verbo a los tres “no” y el segundo a su confesión de que era una voz en el desierto. No es que el Espíritu Santo nos dificulte nada más que por puro gusto de complicarnos las cosas, sino para que aprendamos a discernir la Palabra de Dios.
8 – smm, sigues confundiendo los pasajes, y eso explica todo el lío que tienes. Donde dice que “aún no habían encarcelado a Juan” no es al principio del Evangelio donde Juan anticipa su respuesta contraria a ser Elías (Jn 1:21) sino en el 3:24, ya hacia el final de su ministerio. Si te oímos o te leemos sin escudriñar las Escrituras, fíjate en los errores que nos puedes hacer incurrir.
Sigues sin advertir que la contradicción no es posible mientras otro no haya proferido lo que se ha de negar. Tú y yo nos pasamos contradiciendo el uno al otro, al respondernos, pero nunca anticipándonos a negar lo que no tenemos como adivinar que el otro habrá de decir más adelante.
La declaración de Jesús es contradictoria con la de Juan apenas en apariencia. La contradicción desaparece no bien atendemos a las primeras palabras de Mt 11:14, que en nuestro diálogo han pasado como desapercibidas ¡pero que por algo están!: “Y si queréis recibirlo” y recién tras este recaudo sigue lo que declara respecto a Juan: “él es aquel Elías que había de venir” con obvia referencia a Malaquías 4:5. La forma no dogmática sino permisiva de Jesús se acomoda a las diversas reacciones de aquella generación ante el ministerio de ambos, como seguidamente ilustrará con lo que han dicho de Juan y del Hijo del hombre. No hay tampoco manera de leer esto, olvidándonos deliberadamente de lo dicho por el ángel a Zacarías del hijo prometido, que iría delante del Señor “con el espíritu y el poder de Elías” (Lc 1:17). Hay igualdad de dotación espiritual; no igualdad de persona. Lo ilustré también con el caso de Eliseo.
Creo que Juan sí estaría informado por su padre de lo anteriormente dicho, pero ello no lo comprometía a substituir su lacónico pero suficiente “no”, explicando a los sacerdotes y levitas las palabras del ángel que apenas los fariseos serían capaces de aceptarlas (Hch 23:8). Juan no tenía como acomodar su declaración a la que posteriormente Jesús expresaría. Él no llevaba consigo el Evangelio de Mateo como nosotros hoy día, que podemos leer simultáneamente todos los relatos que vienen al caso.
Recibe mis amables saludos.
Ricardo.

1 – Es posible que los discípulos de Juan albergaran dudas acerca de Jesús, pero esas dudas se hubieran disipado si el propio Juan hubiera al menos sido firme en su declaración de que Jesús es el Mesías. Cuando se mira todo desde una compresión cristiana, en el que se acepta a Jesús como Mesías y pensamos que todo lo que ocurre alrededor de él es como magia, no alejamos bastante de la realidad. La realidad es que la providencia de Dos siempre requiere que el ser humano comprenda y responda a la misma voluntariamente. <?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>
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Por eso hay que hacer un viaje imaginario al pasado y ponerse en los zapatos de esos protagonistas de la historia providencial, no verlos desde otra perspectiva. <o:p></o:p>
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Primer punto: Cuando Jesús aparece en escena pública, menos Dios y el mismo, nadie sabía que era el Mesías. Por tanto, desde el punto de visita de los discípulos de Juan, Jesús era menor que Juan puesto que el primero fue bautizado por el segundo. Desde una retrospectiva cristiana se puede decir, es que era el acto de marcar el fin de la era de AT e inaugurar la era del NT. Pero eso no era algo que pudieran ver los discípulos de Juan, a los que le parecía que Juan era el maestro y Jesús su discípulo. Sin embargo, éste Jesús después de ser bautizado por Juan parece copiarle a Juan y empieza a bautizar a la otra orilla del Jordán y muchos acuden a él. Para mayor perplejidad los discípulos de Juan oyeron el testimonio de Juan, diciendo que era el cordero que quita el pecado del mundo. Ponte en su lugar, Ricardo, siendo un fiel seguidor de Juan aguardando la ansiada llegado del Mesías que estaba al caer, tú maestro le encuentra pero después de esa corta y fugaz relación, un par de testimonio igual de fugaces de que es el cordero que quita el pecado del mundo, ¿Qué pensarías, cómo reaccionarías? <o:p></o:p>
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5 –Ricardo, hermano, cuando tú lees esto, pero olvido por un momento que eres cristiano, y ponte en los zapatos de esos discípulos qué entiendes: Juan 3:25: “Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación. <SUP>26</SUP> Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.. Yo ya te he dicho mi opinión. Y reitero que si para Juan era tan calor que Jesús era el hijo de Dios, que viene de arriba mientras que él viene de lo terrenal, y que el que viene del cielo esta sobre todos, también sobre él. Además dice que quien recibe su testimonio nada debería haberle impedido unirse a Jesús, el Mesías, él y su grupos, pero él al no dar el paso, hizo que también sus discípulos no dieran el paso y dudaran. <o:p></o:p>
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Recuerda, que hasta en los días de hoy existe un grupo de fieles seguidores de Juan el Bautista, en Irak, los mandeos, consideran a Jesús un traidor que le robó a Juan, el verdadero Mesías para ellos, protagonismo y fue crucificado por Dios como castigo por volverse contra Juan el Bautista…como curiosidad los misionemos cristianos que los encontraron en Irak, como su visión de que Juan había aceptado a Jesús como Mesías, creían que eran cristianos, y los llamaron, los cristianos de San Juan. <o:p></o:p>
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6 – Pues que cada lector lea por sí mismo, el texto dice lo que dice: Mat 11:2: “Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, <SUP>3</SUP> para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?”

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8 –Dime, Ricardo, de Juan 1.21 tú puedes deducir en qué momento de su ministerio Juan dio ese testimonio? ¿Crees que porque está al principio del evangelio de Juan fue al principio de su ministerio: Pero el caso es que da igual quien hablo antes, NO DIJERON LO MISMO, eso es lo que quedó claro para la gente que escucharon a ambos…<o:p></o:p>
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¡
Ah! Tú asumes que fue Jesús el que contradijo a Juan, interesante. <o:p></o:p>
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Disculpa. Pero Mt 11.4 yo ya lo cité, y ciertamente Jesús con ello se estaba refiriendo a la profecía de Malaquías. Por eso lo que Jesús decía concadenaba completamente con lo previsto por Dios, pero Juan lo negó. Según tú, lo había negado antes. Tanto da. <o:p></o:p>
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Vamos, hermano, Juan era un profeta, los profetas no se achicaban antes nadie, ¿No has ensalzado tú su valentía de enrostrándole a Herodes la verdad? ¿Crees que le preocuparía lo más mínimo si los fariseo no entenderían lo que el ángel le había dicho a su padre? Tampoco tenía que dar muchas explicaciones. Ellos, al preguntarle, se referían a Malaquías 4 y le basta con decir: ¡Si, soy Elías! y diciéndolo era la forma como igualar su testimonio con la de Jesús, pero ésta fue la realidad Juan dijo “No soy el Elías” y Jesús dijo: “El es el Elías que iba a venir”. <o:p></o:p>
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Ponte en los zapatos de alguien que hubiera escuchado esos dos testimonios, sin saber quién es Jesús, recuerda, ¿Qué pensarías? <o:p></o:p>
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Que Dios te bendiga<o:p></o:p>
 
Respuesta a Mensaje # 56:

Respuesta a Mensaje # 56:

Apreciado smm:
1 – No sería sensato pensar al revés: que la duda sólo fuera de Juan y no de sus discípulos. La duda en un maestro fácilmente se pegará a los discípulos. Pero las convicciones de los maestros no tan fácilmente pasan a la mente de los discípulos por mejor que se enseñe y por más que se afirme. Cuando niño, cierta vez en la escuela asistió a nuestra clase la Directora. La maestra había hecho colgar un gran mapa del continente americano, del Ártico hasta la Antártida. Me ordenó que me pusiera de pie, y apoyando su regla sobre México, me preguntó a cuál de las Américas pertenecía, si a la del Norte, a la Central o a la del Sur. Mientras la regla bajaba y subía, yo veía que Norteamérica era bien ancha desde el Atlántico al Pacífico, luego se angostaba precisamente en México, y así seguía la faja angosta hasta que pasando Panamá se volvía a ensanchar donde comenzaba Sudamérica. Así que respondí bien convencido que México pertenecía a la América Central. La maestra me corrigió, enseñándome que junto con los Estados Unidos y el Canadá integraba la América del Norte. Mis conocimientos geográficos se basaban principalmente en las películas que veía del Far West, así que me atreví a discutir a mi maestra:
-¿Desde cuándo los mejicanos son norteamericanos? Estos son rubios, protestantes y hablan inglés, mientras que aquellos son más aindiados, católicos y hablan español como los centroamericanos.
La Directora se molestó muchísimo conmigo, me llevó a su despacho y me rezongó muy enojada. Luego me dio un grueso fajo de hojas, para que escribiera dos mil veces: Debo respetar a mi maestra y tener consideración de la señora directora. Muchos días me llevó cumplir la penitencia, pero no por ello terminé convencido. Disculpa, por favor la digresión.
Volviendo a lo nuestro, una diferencia importante a destacar por lo que no parecería que Jesús hubiera comenzado a imitar a Juan, es que no dice el texto que los discípulos de Juan le ayudan a efectuar los bautismos, mientras que de Jesús dice expresamente que Él no bautizaba sino sus discípulos (Jn 4:2). Esto empareja las cosas no entre Juan y Jesús, sino entre Juan y los discípulos de Jesús.
Dices que al inicio del ministerio de Jesús nadie sabía que Él era el Mesías. Si bien acepto que tal fama no se había divulgado entonces ni mucho después, con todo tampoco se puede decir que “nadie sabía”. Fíjate que Andrés (discípulo de Juan) le dice a su hermano Simón Pedro: “Hemos encontrado al Mesías” (Jn 1:41). Al día siguiente, aparecen otros dos que pasan a enterarse: Felipe y Natanael (43-51). Tras la primer señal que Jesús hace en Caná de Galilea, se dice que “sus discípulos creyeron en él” (Jn 2:11). Al final de ese segundo capítulo se dice que “muchos creyeron en su nombre” (v.23). Tras eso viene la escena con Nicodemo (cap. 3) y en el 4 es el encuentro con la mujer primero, que le dice: “Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo” y Jesús le dice “Yo soy, el que habla contigo” y luego los hombres de Samaria, creyendo muchos de ellos. La segunda señal que Jesús hizo en Galilea fue la sanidad del hijo de un oficial del rey, creyendo él con toda su casa (v. 53). Como ves, estamos todavía al inicio del ministerio de Jesús, no pasamos del cuarto capítulo, y ya unas cuantas personas creyeron en Jesús como el Mesías, el Cristo.
Te doy la razón en cuanto a que si yo me pusiera en lugar de los discípulos de Juan probablemente reaccionara en la forma que tú esperarías. Es que yo conozco mi propia torpeza pero no puedo prejuzgar que tal sería la de ellos.
5 – Te confieso que nada sabía yo de los mandeos de Irak hasta que tú aportaste la información. No niego que sea realmente curiosa, pero nada prueba. Fanatismos de toda clase siempre originaron las más diversas sectas, no sólo en el judaísmo y el cristianismo, sino también en el Islam, el Hinduísmo y el Confucionismo. No podemos estar nosotros pesquisando ahora si entre algunos montañeses del Himalaya, algún grupo de esquimales del Ártico o alguna tribu perdida de la Amazonia aparecen algunos seguidores de Juan el Bautista. La verdad de Dios difícilmente se halle oculta en algún escondrijo del planeta, sino más probablemente de dos mil años a esta parte tenga difusión universal.
6 – Cuando trasladas el texto fielmente, no hay problema alguno. Pero cuando dices que el texto dice lo que quieres que diga y no lo dice, ¡ahí está el problema!
8 – Qué tan al comienzo de su ministerio fue que Juan fue reporteado por los sacerdotes y levitas llegados de Jerusalén, ni deducirlo puedo ni importa que lo haga. Día más, día menos; si esta semana o la otra; o este mes o aquel otro; lo que importa es que la secuela de los relatos lo da como al principio, mientras que lo que se dice en el 3:24 es hacia el final, pues el dato de que “aún no habían encarcelado a Juan” sugiere que tampoco faltaba mucho para ello.
En cuanto a que Juan y Jesús no dijeron lo mismo con alusión a Elías, es cierto, pero no hay contradicción. Te lo ilustraré con algo muy repetido en mi vida: Hay gente que me pregunta:
-¿Vd. es pastor?
-No lo soy.
Sin embargo, muchos están convencidos que lo soy, lo creen, lo dicen a otros, y si se encuentran conmigo me dan el tratamiento de pastor.
¿En qué quedamos? ¿Alguien miente?
No, ninguno miente.
Cuando me apuran confieso lo mismo que vengo diciendo desde muy joven:
Soy predicador.
Para muchos, no se puede ser esto si no se es aquello. Para mí, es distinto.
Así también, Juan era sincero; pues no sabía más de que actuaba con el mismo espíritu y poder que en su tiempo operara en Elías, sin ser la misma persona.
Jesús, en cambio, aunque hombre como Juan, como Hijo, era y es Dios omnisciente que según su propósito eterno podía aseverar: “Elías ya vino” con alusión a Juan el Bautista y la expectativa judía basada en Malaquías; pero con Elías y Moisés acababa de estar en el monte, y no con Juan (Mt 17:1-13).
¿Puedes entenderlo ahora?
Reiteradamente me pides que me ponga en los zapatos de otro y que piense. El problema conmigo es que no lo hago con los pies.
Recibe mis amables saludos.
Ricardo
 
Re: Respuesta a Mensaje # 56:

Re: Respuesta a Mensaje # 56:

Apreciado smm:
1 – No sería sensato pensar al revés: que la duda sólo fuera de Juan y no de sus discípulos. La duda en un maestro fácilmente se pegará a los discípulos. Pero las convicciones de los maestros no tan fácilmente pasan a la mente de los discípulos por mejor que se enseñe y por más que se afirme. Cuando niño, cierta vez en la escuela asistió a nuestra clase la Directora. La maestra había hecho colgar un gran mapa del continente americano, del Ártico hasta la Antártida. Me ordenó que me pusiera de pie, y apoyando su regla sobre México, me preguntó a cuál de las Américas pertenecía, si a la del Norte, a la Central o a la del Sur. Mientras la regla bajaba y subía, yo veía que Norteamérica era bien ancha desde el Atlántico al Pacífico, luego se angostaba precisamente en México, y así seguía la faja angosta hasta que pasando Panamá se volvía a ensanchar donde comenzaba Sudamérica. Así que respondí bien convencido que México pertenecía a la América Central. La maestra me corrigió, enseñándome que junto con los Estados Unidos y el Canadá integraba la América del Norte. Mis conocimientos geográficos se basaban principalmente en las películas que veía del Far West, así que me atreví a discutir a mi maestra:
-¿Desde cuándo los mejicanos son norteamericanos? Estos son rubios, protestantes y hablan inglés, mientras que aquellos son más aindiados, católicos y hablan español como los centroamericanos.
La Directora se molestó muchísimo conmigo, me llevó a su despacho y me rezongó muy enojada. Luego me dio un grueso fajo de hojas, para que escribiera dos mil veces: Debo respetar a mi maestra y tener consideración de la señora directora. Muchos días me llevó cumplir la penitencia, pero no por ello terminé convencido. Disculpa, por favor la digresión.
Volviendo a lo nuestro, una diferencia importante a destacar por lo que no parecería que Jesús hubiera comenzado a imitar a Juan, es que no dice el texto que los discípulos de Juan le ayudan a efectuar los bautismos, mientras que de Jesús dice expresamente que Él no bautizaba sino sus discípulos (Jn 4:2). Esto empareja las cosas no entre Juan y Jesús, sino entre Juan y los discípulos de Jesús.
Dices que al inicio del ministerio de Jesús nadie sabía que Él era el Mesías. Si bien acepto que tal fama no se había divulgado entonces ni mucho después, con todo tampoco se puede decir que “nadie sabía”. Fíjate que Andrés (discípulo de Juan) le dice a su hermano Simón Pedro: “Hemos encontrado al Mesías” (Jn 1:41). Al día siguiente, aparecen otros dos que pasan a enterarse: Felipe y Natanael (43-51). Tras la primer señal que Jesús hace en Caná de Galilea, se dice que “sus discípulos creyeron en él” (Jn 2:11). Al final de ese segundo capítulo se dice que “muchos creyeron en su nombre” (v.23). Tras eso viene la escena con Nicodemo (cap. 3) y en el 4 es el encuentro con la mujer primero, que le dice: “Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo” y Jesús le dice “Yo soy, el que habla contigo” y luego los hombres de Samaria, creyendo muchos de ellos. La segunda señal que Jesús hizo en Galilea fue la sanidad del hijo de un oficial del rey, creyendo él con toda su casa (v. 53). Como ves, estamos todavía al inicio del ministerio de Jesús, no pasamos del cuarto capítulo, y ya unas cuantas personas creyeron en Jesús como el Mesías, el Cristo.
Te doy la razón en cuanto a que si yo me pusiera en lugar de los discípulos de Juan probablemente reaccionara en la forma que tú esperarías. Es que yo conozco mi propia torpeza pero no puedo prejuzgar que tal sería la de ellos.
5 – Te confieso que nada sabía yo de los mandeos de Irak hasta que tú aportaste la información. No niego que sea realmente curiosa, pero nada prueba. Fanatismos de toda clase siempre originaron las más diversas sectas, no sólo en el judaísmo y el cristianismo, sino también en el Islam, el Hinduísmo y el Confucionismo. No podemos estar nosotros pesquisando ahora si entre algunos montañeses del Himalaya, algún grupo de esquimales del Ártico o alguna tribu perdida de la Amazonia aparecen algunos seguidores de Juan el Bautista. La verdad de Dios difícilmente se halle oculta en algún escondrijo del planeta, sino más probablemente de dos mil años a esta parte tenga difusión universal.
6 – Cuando trasladas el texto fielmente, no hay problema alguno. Pero cuando dices que el texto dice lo que quieres que diga y no lo dice, ¡ahí está el problema!
8 – Qué tan al comienzo de su ministerio fue que Juan fue reporteado por los sacerdotes y levitas llegados de Jerusalén, ni deducirlo puedo ni importa que lo haga. Día más, día menos; si esta semana o la otra; o este mes o aquel otro; lo que importa es que la secuela de los relatos lo da como al principio, mientras que lo que se dice en el 3:24 es hacia el final, pues el dato de que “aún no habían encarcelado a Juan” sugiere que tampoco faltaba mucho para ello.
En cuanto a que Juan y Jesús no dijeron lo mismo con alusión a Elías, es cierto, pero no hay contradicción. Te lo ilustraré con algo muy repetido en mi vida: Hay gente que me pregunta:
-¿Vd. es pastor?
-No lo soy.
Sin embargo, muchos están convencidos que lo soy, lo creen, lo dicen a otros, y si se encuentran conmigo me dan el tratamiento de pastor.
¿En qué quedamos? ¿Alguien miente?
No, ninguno miente.
Cuando me apuran confieso lo mismo que vengo diciendo desde muy joven:
Soy predicador.
Para muchos, no se puede ser esto si no se es aquello. Para mí, es distinto.
Así también, Juan era sincero; pues no sabía más de que actuaba con el mismo espíritu y poder que en su tiempo operara en Elías, sin ser la misma persona.
Jesús, en cambio, aunque hombre como Juan, como Hijo, era y es Dios omnisciente que según su propósito eterno podía aseverar: “Elías ya vino” con alusión a Juan el Bautista y la expectativa judía basada en Malaquías; pero con Elías y Moisés acababa de estar en el monte, y no con Juan (Mt 17:1-13).
¿Puedes entenderlo ahora?
Reiteradamente me pides que me ponga en los zapatos de otro y que piense. El problema conmigo es que no lo hago con los pies.
Recibe mis amables saludos.
Ricardo


1. Allí lo tienes, la duda de un maestro fácilmente se pegan a sus discípulos y no es sensato que la duda fuera sólo de sus discípulos.
Por supuesto, cada discípulo debe creer por sí mismo. Sin embargo, si el maestro da el paso sin vacilar y con constancia, la mayoría de los disculpas seguirán su ejemplo. También es cierto en sentido contrario, si el maestro empieza a vaciar y a dudar, la mayoría de sus discípulos también lo harán. <?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>
Pero aunque Jesús no bautizaba en persona se entendía como sus bautismos y como obra suya, y así lo expresaron a Juan sus discípulos: <SUP>26</SUP> Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.

Me refiero a que comúnmente el cristianísimo reconoce que el comienzo del ministerio público de Cristo fue el bautismo de Jesús por Juan en el río Jordán. Luego antes de eso es difícil que nadie hubiera creído en el cómo Mesías. Y de verdad que para entender las reacciones de la gente de ese tiempo no podemos ni de lejos pensar que creían lo mismo que nosotros. Primero, eran todos judíos y para ellos la palabra de Dios era la Tora. No tenían NT ni evangelios que les hablaran de las maravillas de Jesús como Mesías. No, ellos eran los protagonistas que estaban escribiendo la historia de aquel tiempo, sobre el que luego se iba a escribir. .Por eso te decía que los discípulos de Juan lo que vieron es que Jesús acudió a Juan y éste le bautizó. <o:p></o:p>

De esa manera se entiende que no era fácil ni para Juan ni para sus discípulos creer en Jesús como Mesías, de hecho, no era fácil para nadie, a pesar de esas conversiones instantáneas que nos mencionas los evangelios….Era un desafía personal, doctrinal para cada uno, también para Juan. No se trata pues de desprestigiar a Juan sino de tratar de ponernos en su lugar…… <o:p></o:p>

5 – Te confieso que nada sabía yo de los mandeos de Irak hasta que tú aportaste la información. No niego que sea realmente curiosa, pero nada prueba. Fanatismos de toda clase siempre originaron las más diversas sectas, no sólo en el judaísmo y el cristianismo, sino también en el Islam, el Hinduísmo y el Confucionismo. No podemos estar nosotros pesquisando ahora si entre algunos montañeses del Himalaya, algún grupo de esquimales del Ártico o alguna tribu perdida de la Amazonia aparecen algunos seguidores de Juan el Bautista. La verdad de Dios difícilmente se halle oculta en algún escondrijo del planeta, sino más probablemente de dos mil años a esta parte tenga difusión universal.

<o:p></o:p>
6 –lo mismo te digo, pues el texto dice lo que dice y no que fuese una duda de los discípulos de Juan…..

<o:p></o:p>
8 –¿Me estás diciendo que Juan era ignorante acerca de la profecía de Malaquías y la importancia que tenía para los judíos en cuanto a vislumbrar el tiempo de la vendía del Mesías? Pero desde luego en este caso no te estás poniendo en los zapatos de los judíos que hubieran escuchado los dos testimonios, los de Juan y la de Jesús. De lejos no podrías haber razonado como lo acabas de hacer, y no porque pensaran con sus pies, sino porque no eran cristianos como tú……<o:p></o:p>

Que Dios te bendiga<o:p></o:p>
 
Respuesta a Mensaje # 58:

Respuesta a Mensaje # 58:

Estimado smm:
8 – De ninguna manera estoy diciendo que Juan ignorara la profecía de Malaquías. Antes bien, como hijo de sacerdote que era, pienso que más bien tenía un sólido conocimiento de la Ley, los Salmos y los Profetas. Lo más probable es que también su padre le hubiera trasmitido el anuncio del ángel, incluyendo que él iría delante con el espíritu y el poder de Elías. Esto no era mayor misterio, pues seguramente Juan conocía bien la historia final de Elías así como el comienzo del ministerio profético de Eliseo. Pero aunque pudiera recitar de memoria toda la profecía de Malaquías, eso no obliga a pensar que Juan creyera ser él mismo el Elías a quien esperaban los judíos antes de la manifestación del Mesías. Recordemos que antes de la manifestación final del Señor, uno de los dos testigos en Ap. 11:4-6 parece ser Elías -aunque no se menciona por nombre-, y de ser así cumpliría cabalmente la profecía de Malaquías. Y sea como sea, tampoco debemos de olvidar que Elías se hizo presente en el monte de la transfiguración (Mt 17).
Pero si como quieres, me esfuerzo por meterme dentro de la mollera de los judíos contemporáneos de Juan y Jesús, por supuesto que no era nada fácil para ellos aceptar el ministerio preparatorio de Juan (aunque muchos se arrepintieran y bautizaran), y mucho menos el mesianismo de Jesús, por más milagros que hiciera y bonito que hablara. En la segunda parte del primer capítulo de 1Corintios, Pablo explica que los sabios e inteligentes de este mundo, sean judíos o griegos, no pueden entender lo que les resulta locura, por lo que se requiere la gracia de Dios para descubrir que únicamente en Cristo tenemos sabiduría, justificación, santificación y redención (1Co 1:30). Tampoco es fácil ahora, cuando a cada rato surgen nuevas doctrinas capaces de entretener a los curiosos para alejarlos de la verdad que sólo está en Jesús.
También hoy la incredulidad campea por el mundo. Sin embargo, desde mediados del primer siglo salían desde Jerusalén, Judea y Samaria, muchos que fueron testigos de que como Jesús ningún hombre jamás había hablado; testigos también que fueron de grandes prodigios y milagros; testigos de verle a la distancia crucificado entre dos malhechores. Sabedores de que había estrenado un sepulcro nuevo, pero que al tercer día la piedra apareció a un lado, y Él ya no estaba allí. Testigos al haberle visto resucitado y todavía conservando las cicatrices de los clavos en las manos y de la lanza en el costado. Testigos de verle ascender a los cielos hasta que las nubes lo perdieron de su vista. Y aún así, con tales testimonios que han quedado escritos en los cuatro evangelios, y que por trasmisión oral fueron repetidos de generación en generación, con todo eso, muchos todavía pretenden considerarle un impostor. ¿Qué podemos hacer nosotros más que seguir adheridos al Cristo que habita por la fe en nuestros corazones, al paso que damos todavía testimonio de Él para que los que quedan por salvarse se conviertan?
Recapitulando, yo no condenaré al infierno a los que prefieren creer que la duda era del propio Juan; tan solo digo, que un estudio concienzudo de todo lo que el NT nos dice del Bautista, hace pensar que únicamente quiso ser previsor en cuando a conservar la fe en sus discípulos y prepararlos para que después de su partida ellos siguieran a Jesús. Ahora, si nos abstraemos de todo eso, y nos concentramos en Juan en la cárcel mandando a sus dos discípulos con la pregunta para Jesús, entonces sí la duda de Juan se haría evidente y ya no seguiría discutiendo.
Te agradezco tu paciencia.
Ricardo.
 
Re: Respuesta a Mensaje # 58:

Re: Respuesta a Mensaje # 58:

Estimado smm:
8 – De ninguna manera estoy diciendo que Juan ignorara la profecía de Malaquías. Antes bien, como hijo de sacerdote que era, pienso que más bien tenía un sólido conocimiento de la Ley, los Salmos y los Profetas. Lo más probable es que también su padre le hubiera trasmitido el anuncio del ángel, incluyendo que él iría delante con el espíritu y el poder de Elías. Esto no era mayor misterio, pues seguramente Juan conocía bien la historia final de Elías así como el comienzo del ministerio profético de Eliseo. Pero aunque pudiera recitar de memoria toda la profecía de Malaquías, eso no obliga a pensar que Juan creyera ser él mismo el Elías a quien esperaban los judíos antes de la manifestación del Mesías. Recordemos que antes de la manifestación final del Señor, uno de los dos testigos en Ap. 11:4-6 parece ser Elías -aunque no se menciona por nombre-, y de ser así cumpliría cabalmente la profecía de Malaquías. Y sea como sea, tampoco debemos de olvidar que Elías se hizo presente en el monte de la transfiguración (Mt 17).
Pero si como quieres, me esfuerzo por meterme dentro de la mollera de los judíos contemporáneos de Juan y Jesús, por supuesto que no era nada fácil para ellos aceptar el ministerio preparatorio de Juan (aunque muchos se arrepintieran y bautizaran), y mucho menos el mesianismo de Jesús, por más milagros que hiciera y bonito que hablara. En la segunda parte del primer capítulo de 1Corintios, Pablo explica que los sabios e inteligentes de este mundo, sean judíos o griegos, no pueden entender lo que les resulta locura, por lo que se requiere la gracia de Dios para descubrir que únicamente en Cristo tenemos sabiduría, justificación, santificación y redención (1Co 1:30). Tampoco es fácil ahora, cuando a cada rato surgen nuevas doctrinas capaces de entretener a los curiosos para alejarlos de la verdad que sólo está en Jesús.
También hoy la incredulidad campea por el mundo. Sin embargo, desde mediados del primer siglo salían desde Jerusalén, Judea y Samaria, muchos que fueron testigos de que como Jesús ningún hombre jamás había hablado; testigos también que fueron de grandes prodigios y milagros; testigos de verle a la distancia crucificado entre dos malhechores. Sabedores de que había estrenado un sepulcro nuevo, pero que al tercer día la piedra apareció a un lado, y Él ya no estaba allí. Testigos al haberle visto resucitado y todavía conservando las cicatrices de los clavos en las manos y de la lanza en el costado. Testigos de verle ascender a los cielos hasta que las nubes lo perdieron de su vista. Y aún así, con tales testimonios que han quedado escritos en los cuatro evangelios, y que por trasmisión oral fueron repetidos de generación en generación, con todo eso, muchos todavía pretenden considerarle un impostor. ¿Qué podemos hacer nosotros más que seguir adheridos al Cristo que habita por la fe en nuestros corazones, al paso que damos todavía testimonio de Él para que los que quedan por salvarse se conviertan?
Recapitulando, yo no condenaré al infierno a los que prefieren creer que la duda era del propio Juan; tan solo digo, que un estudio concienzudo de todo lo que el NT nos dice del Bautista, hace pensar que únicamente quiso ser previsor en cuando a conservar la fe en sus discípulos y prepararlos para que después de su partida ellos siguieran a Jesús. Ahora, si nos abstraemos de todo eso, y nos concentramos en Juan en la cárcel mandando a sus dos discípulos con la pregunta para Jesús, entonces sí la duda de Juan se haría evidente y ya no seguiría discutiendo.
Te agradezco tu paciencia.
Ricardo.

Creo que tú reflexión refleja lo que yo he querido decir con mis aportes. Quizás desde tú perspectiva te ha parecido que simplemente intentaba desprestigiar y hundir la imagen de Juan el Bautista, ¡Lejos de mí esa intención! Responder a la providencia de Dios no es fácil. Pero especialmente las figuras centrales de la providencia de Dios tienen mayor responsabilidad. ¿Si existe el señor del mal en quién crees que acentúa sus esfuerzos para ponerles pales en sus ruedas? Las fuerzas del mal actúan para parar y bloquear la providencia de Dios. Dios puede trabajar si las figuras centrales se alinean con Su providencia, si no lo hacen debe ceder y dejar que el enemigo mueve ficha. <?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>

¿Cómo sabemos si es Dios o el enemigo quien trabaja? Dios trabajo siempre para unir, el enemigo para dividir. El lema de Dios es “La unión hace la fuerza” el del enemigo “Divide y vencerás.” En el caso de la relación entre Juan bautista y Jesús, ¿Cuál podía ser el deseo de Dios, aunque no está claramente reflejado y escrito en los evangelios? ¿Que trabajaran juntos o separados? ¿Qué el precursor del Mesías se uniera al Mesías y junto a él le abriera el camino en Israel, diciendo que el era Elías y Jesús el Mesías esperado? ¿El pueblo hubiera reaccionado mejor o peor? Pues no lo sabemos, nunca lo sabremos, porque la realidad ha sido que Juan y Jesús fueron por caimanes separados. Juan al principio reconoció y testificó acerca de Jesús, pero no parece que se dedicará mucho tiempo a hacerlo. Pronto se mete en un embollo con Herodes y acaba en la cárcel y decapitado. ¿Voluntad de Dos o despiste de Juan? <o:p></o:p>
Cosas sobre las que reflexionar. Coss para orar. ? <o:p></o:p>

Que Dios te bendiga<o:p></o:p>