Shalom quisiera exponer un estudio sobre un tópico histórico, que relaciona al protestante Juan Calvino con la ejecución en la hoguera y muerte de Miguel Servet
IV. El proceso judicial
IV. I. Servet encarcelado
El 13 de Agosto de 1553, Servet era encarcelado por los soldados ginebrinos, por orden del consejo civil de Ginebra. La ley de por aquel entonces, exigía que el acusador fuera encerrado con el acusado hasta la fijación de los cargos. Calvino, en lugar de ir él, envió en representación suya a un estudiante que estaba bajo su cuidado y hacía las veces de secretario, se llamaba Nicolás de la Fontaine, éste le representaría en su puesto dentro de prisión como acusador.
Esto tiene una explicación bien sencilla de porqué no fue el propio Calvino a la prisión. Las fijaciones de los cargos, podían tardar días en establecerse, las condiciones de la cárcel medieval, eran muy duras en cuanto a higiene y humedad, y Calvino, recordemos que era asmático crónico y padecía de continuos catarros severos. Además si sobre temas teológicos, era él, el que tenía que elaborar ciertos cargos y pruebas teológicas que escapaban a la capacidad del consejo civil, era evidente de que en esas condiciones en la cárcel no hubiera podido hacerlo.
IV. II. Los cargos contra Servet
Los principales cargos que presentó de la Fontaine por parte de Calvino, estuvieron basados principalmente en el libro de Servet –Restitutio-, donde el médico español, ponía en duda asuntos como la Trinidad, la divinidad de Cristo, la inmortalidad del alma o el bautismo de infantes.
Personalmente creo, que Calvino en este proceso ocupó el puesto de especialista científico teólogo, un puesto que no podía ocupar ninguno de los 25 miembros del consejo civil de Ginebra, que eran los que de verdad ostentaban el poder en aquel momento y en aquel tiempo. Estos a lo sumo, y a lo más que podían aspirar para no caer en descrédito y no hacer el ridículo ante; protestantes y católicos -estos dos términos, son estrictamente políticos- ante el resto de civiles de la ciudad y del resto de consejos locales que eran los de Zurich, Berna, Basilea y Schaffhausen; era decir lo que todo el mundo sabía sobre el hereje de Servet, que era culpable por brujería (defendía el uso de la astrología en la medicina), por ser aliado y expía de los musulmanes (pues leyó el Corán), por visionario (pues decía que el fin del mundo llegaría en 1585), por blasfemo (pues decía que los católicos y reformadores habían falsificado los evangelios).
El consejo civil de Ginebra, era consciente de que toda Europa y los católicos estaban expectantes por ver que acción tomaban contra el famoso hereje. Este consejo, convirtió la cuestión de Servet en una cuestión política y de estado. La única innovación llevada a cabo a diferencia de la inquisición católica, fue que a Servet le habían dado la oportunidad de argumentar su defensa ante un tribunal
Fue interrogado de nuevo por el gobierno local de Ginebra, se le volvieron a leer los cargos del día anterior, y con más énfasis que la primera vez, admitió unos y negó otros.
Una de las aclaraciones que hizo Servet, fue que Calvino no tenía nada que ver con su frustrada ejecución en Viena.
Además de esto, Servet dijo que quería mostrar a Calvino, las razones de sus enseñanzas ante numerosos testigos. Parece que confiaba mucho en los argumentos que iba a utilizar, pensaría que con ellos podría derrotarle teológicamente ante el consejo y ante la presencia de los testigos que solicitó.
Por este tipo de iniciativas, podemos deducir que Servet se encontraba en su medio que era la exponencia pública, la discusión y el enfrentamiento, y hasta cierto punto, era algo que hacía con agrado.
El tribunal aceptó solamente por escrito las argumentaciones teológicas de los dos contendientes, ya que si lo hacían de forma oral, el juicio se alargaría más de lo previsto, y además muchos matices teológicos escaparían a la capacidad del tribunal civil de la ciudad. Servet y Calvino, estuvieron escribiendo sus alegatos durante cuatro días. Calvino, recopiló 38 fragmentos literarios de Servet que presentó como blasfemias y sin añadir ninguna nota. Mientras que Servet los replicó al mismo tiempo que anotaba en los márgenes sobre el manuscrito de Calvino.
Estos documentos, fueron enviados a los consejos de las cuatro iglesias “protestantes” o “reformadas” en: Zurih, Berna, Basilea y Schaffhausen con el fin de que los cotejaran y establecieran su veredicto paralelo marginal. Estas respuestas, tardaron unas cuatro semanas en llegar a Ginebra, mientras Servet, había estado en prisión y ante el consejo ginebrino.
El fiscal, entonces, se encargó del proceso en representación del Estado y formuló nuevas acusaciones diferentes a las primeras. Como ya he dicho anteriormente, estas segundas acusaciones, obedecían más a convertir el proceso a Servet en una cuestión política y de estado, que en motivaciones religiosas. Por ejemplo, los cargos fueron entre otros a partir de ahora: brujería, anarquía y espionaje islamista.
Aparte de esto, el consejo de Ginebra pidió a las autoridades de Viena, las pruebas que ellos tenían por haber acusado a Servet, pero Viena no las envió. Sólo, recordemos, solicitó su extradición.
Inicio del Proceso Judicial
Antes de este juicio, Servet pidió ser absuelto diciendo, que ni los mismos apóstoles y primeros cristianos, habían condenado a nadie a ser ejecutado, sino como mucho se separaban del hereje o lo desterraban. Esto buscaba predisponer al jurado, ya que, nunca antes un hereje había pedido su absolución. Por primera vez en la historia, un hereje intentó cambiar la ley y sobre todo su pena capital.
Al ser interrogado por todas estas nuevas cuestiones, que se le imputaban ahora, argumentó de tal manera y de forma tan inteligente ante el jurado, que los motivos argumentados por Servet, le parecieron al jurado muy lógicos y en cierta manera, casi convincentes. Pero Calvino, con su turno y argumentación, volvió a dejar sentado las bases, por las que aquel hombre era llamado hereje. Esta argumentación de Calvino, estaba basada no sólo en los primeros escritos de Servet, si no también en lo que escribió durante su proceso.
Viena envió una copia de la sentencia que tenían sobre Servet. Pero pidieron su extradición, ya que decían que era un fugitivo suyo y que había ocasionado crímenes en el país y que debía ser castigado allí. Entonces el tribunal de Ginebra dirigiéndose a Servet, le preguntó si quería ser juzgado en Ginebra o en Viena, él, inmediatamente se tiró al suelo, y pidió suplicando con lágrimas que no le deportaran, sino que le juzgaran allí mismo y que hicieran lo que quisieran con él. El consejo de los 25 respondió a Viena y rechazó su petición de extradición, al mismo tiempo que les prometieron que se haría justicia.
Servet, llevaba un mes en prisión desde que dio comienzo su proceso. Durante ese tiempo, la mal nutrición, la humedad y la falta de higiene hicieron enfermar al médico español. Esta situación, mermaría la capacidad de auto defensa del reo. Pidió varias veces que le trajeran ropa nueva y limpia para cambiarse, pero le estuvo siendo denegado hasta que se acercó el día del veredicto final.
Servet, apeló al tribunal del Consejo de los Doscientos, esto también lo apoyaron los enemigos de Calvino, pero el tribunal civil de Ginebra lo desestimó. Querían ser ellos, los que hicieran justicia, querían demostrar a todos los países que esperaban expectantes la resolución sobre el hereje español, que tenían el poder y el valor suficiente para hacerlo ellos mismos.
La apelación de Servet, fue desestimada. El médico español, vio como se le escapaba su causa y ya había agotado todos sus argumentos hablados y por escrito. Entonces él, buscó culpar a Calvino por falso acusador y además pidió para el reformador francés la pena de muerte y que todas sus propiedades le fueran confiscadas y entregadas a Servet. Esto lo hizo gritando y profiriendo escandalosos insultos al tribunal y a Calvino.
El reformador francés no cayó en la provocación, y las demandas últimas y acusatorias de Servet, fueron nuevamente desestimadas por el consejo civil de la ciudad.
Veredicto del Jurado
Culpable. Ese fue el veredicto. El Consejo civil de Ginebra no podía permitir quedar en ridículo, ante la atenta mirada del viejo continente Europeo y la historia. Ellos no podían ser menos. Los católicos lo querían ver muerto por hereje, y los reformadores condenaban sus escritos, luego el resto de la población ya sea por temor a la Inquisición o no; se mantenían indiferentes o igualmente lo condenaban o querían verlo fuera de sus fronteras.
Ante tal panorama, la resolución del Consejo civil era obvia, no podían desterrarlo porque era un hereje muy peligroso –a vista de los demás gobiernos-, había sido muy difícil dar con él, eludió en varias ocasiones a la “justicia”- no sólo cuando cambió su nombre- sino cuando escapó en Viena y cuando el propio hermano de Servet quiso venderlo a la Inquisición española. También motivaba su no destierro, el hecho de que Servet había estado alterando el orden con sus escritos que no había parado de publicar, y con su inquieta plática y presencia en lugares públicos.
Hay una placa en Champel en la que los habitantes de Ginebra
el 27 de octubre de 1903 pusieron en Champel
en la que escribieron exculpando a Calvino y
dice: “Hijos respetuosos y reconocidos de
Calvino nuestro gran reformador, pero
condenando un error que fue el de su época,
y firmemente adheridos a la libertad de
conciencia, según los verdaderos principios
de la Reforma y del Evangelio, hemos
levantado este monumento expiatorio.”
La Ejecución
Servet, fue condenado a morir en la hoguera. Esta era la pena que había ideado el Santo Oficio o la Iglesia Católico romana, para todos los herejes. Esta misma pena, fue copiada e imitada por el Consejo de Ginebra con el único fin de hacerse respetar en su entorno y en su tiempo.
Al reo, se le colocaba encima de una montaña de leña, donde los troncos más gruesos se hacinaban bajo los pies del ajusticiado, la leña más fina era colocada estratégicamente en distintos puntos de la pira, para lograr un fuego bien repartido. A veces, para dar mayor ejemplo al pueblo y a futuros herejes, la leña que se colocaba era verde y aún empapada por agua o por el rocío de la mañana, para que el tormento fuese más lento. En ocasiones, se esperaban ciertas condiciones climatológicas para que el reo sufriera más, una de ellas por ejemplo, sería el viento, que haría que el fuego fuera subiendo más lentamente por el cuerpo del hereje. Este, permanecería atado con cadenas a un poste centrado en la pila de leña. Había ejecuciones en que se le colocaba encima de la cabeza una hilachada en forma de gorro o corona, impregnada en azufre, con el fin de que la imagen ejecutoria tuviera más poder de atención y ejemplo, al mismo tiempo que podría producir con “suerte” la muerte por asfixia.
Servet al contemplar la pira de leña verde, exclamó pidiendo el hacha a gritos. Esto lo dijo con el único propósito de que su muerte fuera lo menos dolorosa posible. Pero el Consejo civil de Ginebra, lo había previsto todo de tal manera de que fuera al contrario. Calvino no quiso asistir a ésta ejecución, es más, él pidió para Servet durante el proceso, una muerte menos violenta, como la decapitación.
Sin lugar a dudas, el asesino de Miguel Servet, fue el Consejo civil de los 25 miembros del jurado de Ginebra. Por varias razones, a saber:
1º. Ellos tenían que demostrar a la Inquisición Católica que no eran menos.
2º. Ellos tenían que demostrar a los países reformadores, que se habían constituido como una ciudad independiente y republicana.
3º. Ellos tenían que demostrar a sus contemporáneos que tenían el poder para ejecutar herejes que habían sido perseguidos por todos los estados.
4º. Ellos tenían que demostrar a los reformadores y teólogos, que la ley del Consejo civil era inquebrantable y no se mezclaría con veredictos religiosos.
5º. Ellos tenían que demostrar que poseían un tribunal avanzado permitiendo un proceso con alegatos.
6º. Ellos tenían que demostrar que eran capaces de ejecutar resoluciones sobre herejes populares con la pena capital.
7º. Ellos tenían que demostrar que estaban por encima de todos y no podían permitirse caer en descrédito y burla, ante una condena tan evidente.
8º. Ellos tenían que demostrar, que tenían valor y coraje.
1º Calvino, ocupaba el lugar que le correspondía como testimonio cautelar de las pruebas sobre la correspondencia mantenida con el acusado.
2º Calvino no tenía ningún poder como legislador en el jurado, si no más bien, era reprochado por el Consejo civil al negarle una pena menos dolorosa al reo, y por el mismo hereje que pidió para él la pena capital y la confiscación de sus bienes.
3º Calvino nunca delató a Servet. Desde que estuvo escribiéndose con él en Viena (1546-47) hasta ocho años después que Servet entró en la iglesia de San Pedro (13 agosto de 1553) en Ginebra. Durante nueve años Calvino jamás le delató. Además, el mismo Servet lo exculpó de lo de Viena.
4º Calvino no asistió a la ejecución del médico español, porque abominaba este proceder y tenía cierto arraigo teológico con el que mantuvo durante mucho tiempo correspondencia.
5º Si realmente, hubiera sido Calvino el que mandó ejecutar a Servet, hubiera sido muy importante para él haber estado presente durante la ejecución del reo. Pero no fue así porque él no lo mandó ejecutar. Sólo estuvo Guillem Farel como ciudadano ginebrino, acompañando hasta la hora final al teólogo y médico español.
6º Calvino tenía las manos atadas, no podía consentir ni dejar de consentir nada, simplemente porque Calvino no tenía culpa de lo que el Consejo civil iba a hacer.
7º Calvino también fue ordenado a ir a la cárcel porque así lo establecía la ley civil independiente y republicana ginebrina. Si Calvino hubiera dirigido este proceso y Consejo Civil de 25, esto no tendría ningún sentido.
8º Viena le condenó a ser quemado lentamente si lo volvían a capturar . El consejo de Ginebra imitó ésta sentencia, no Calvino.
9º Calvino, no obtuvo la ciudadanía ginebrina, hasta siete años después de la muerte de Servet, y durante ese tiempo no ocupó ningún cargo civil o público.
10º El monumento en Champel dice que fue el error de su época, no de Calvino. Fue el error del consejo civil.
Conclusión
Calvino añadía en su primera edición de Institutio al rey de Francia:
“Es criminal llevar a los herejes a la muerte. El acabar con ellos por la espada o el fuego está opuesto a todo principio de humanidad.”
Espero, les haya gustado.
Shalom
IV. El proceso judicial
IV. I. Servet encarcelado
Esto tiene una explicación bien sencilla de porqué no fue el propio Calvino a la prisión. Las fijaciones de los cargos, podían tardar días en establecerse, las condiciones de la cárcel medieval, eran muy duras en cuanto a higiene y humedad, y Calvino, recordemos que era asmático crónico y padecía de continuos catarros severos. Además si sobre temas teológicos, era él, el que tenía que elaborar ciertos cargos y pruebas teológicas que escapaban a la capacidad del consejo civil, era evidente de que en esas condiciones en la cárcel no hubiera podido hacerlo.
IV. II. Los cargos contra Servet
Los principales cargos que presentó de la Fontaine por parte de Calvino, estuvieron basados principalmente en el libro de Servet –Restitutio-, donde el médico español, ponía en duda asuntos como la Trinidad, la divinidad de Cristo, la inmortalidad del alma o el bautismo de infantes.
Personalmente creo, que Calvino en este proceso ocupó el puesto de especialista científico teólogo, un puesto que no podía ocupar ninguno de los 25 miembros del consejo civil de Ginebra, que eran los que de verdad ostentaban el poder en aquel momento y en aquel tiempo. Estos a lo sumo, y a lo más que podían aspirar para no caer en descrédito y no hacer el ridículo ante; protestantes y católicos -estos dos términos, son estrictamente políticos- ante el resto de civiles de la ciudad y del resto de consejos locales que eran los de Zurich, Berna, Basilea y Schaffhausen; era decir lo que todo el mundo sabía sobre el hereje de Servet, que era culpable por brujería (defendía el uso de la astrología en la medicina), por ser aliado y expía de los musulmanes (pues leyó el Corán), por visionario (pues decía que el fin del mundo llegaría en 1585), por blasfemo (pues decía que los católicos y reformadores habían falsificado los evangelios).
El consejo civil de Ginebra, era consciente de que toda Europa y los católicos estaban expectantes por ver que acción tomaban contra el famoso hereje. Este consejo, convirtió la cuestión de Servet en una cuestión política y de estado. La única innovación llevada a cabo a diferencia de la inquisición católica, fue que a Servet le habían dado la oportunidad de argumentar su defensa ante un tribunal
IV. III. Vista Preliminar
Fue interrogado de nuevo por el gobierno local de Ginebra, se le volvieron a leer los cargos del día anterior, y con más énfasis que la primera vez, admitió unos y negó otros.
Una de las aclaraciones que hizo Servet, fue que Calvino no tenía nada que ver con su frustrada ejecución en Viena.
Además de esto, Servet dijo que quería mostrar a Calvino, las razones de sus enseñanzas ante numerosos testigos. Parece que confiaba mucho en los argumentos que iba a utilizar, pensaría que con ellos podría derrotarle teológicamente ante el consejo y ante la presencia de los testigos que solicitó.
Por este tipo de iniciativas, podemos deducir que Servet se encontraba en su medio que era la exponencia pública, la discusión y el enfrentamiento, y hasta cierto punto, era algo que hacía con agrado.
El tribunal aceptó solamente por escrito las argumentaciones teológicas de los dos contendientes, ya que si lo hacían de forma oral, el juicio se alargaría más de lo previsto, y además muchos matices teológicos escaparían a la capacidad del tribunal civil de la ciudad. Servet y Calvino, estuvieron escribiendo sus alegatos durante cuatro días. Calvino, recopiló 38 fragmentos literarios de Servet que presentó como blasfemias y sin añadir ninguna nota. Mientras que Servet los replicó al mismo tiempo que anotaba en los márgenes sobre el manuscrito de Calvino.
Estos documentos, fueron enviados a los consejos de las cuatro iglesias “protestantes” o “reformadas” en: Zurih, Berna, Basilea y Schaffhausen con el fin de que los cotejaran y establecieran su veredicto paralelo marginal. Estas respuestas, tardaron unas cuatro semanas en llegar a Ginebra, mientras Servet, había estado en prisión y ante el consejo ginebrino.
El fiscal, entonces, se encargó del proceso en representación del Estado y formuló nuevas acusaciones diferentes a las primeras. Como ya he dicho anteriormente, estas segundas acusaciones, obedecían más a convertir el proceso a Servet en una cuestión política y de estado, que en motivaciones religiosas. Por ejemplo, los cargos fueron entre otros a partir de ahora: brujería, anarquía y espionaje islamista.
Aparte de esto, el consejo de Ginebra pidió a las autoridades de Viena, las pruebas que ellos tenían por haber acusado a Servet, pero Viena no las envió. Sólo, recordemos, solicitó su extradición.
Inicio del Proceso Judicial
Antes de este juicio, Servet pidió ser absuelto diciendo, que ni los mismos apóstoles y primeros cristianos, habían condenado a nadie a ser ejecutado, sino como mucho se separaban del hereje o lo desterraban. Esto buscaba predisponer al jurado, ya que, nunca antes un hereje había pedido su absolución. Por primera vez en la historia, un hereje intentó cambiar la ley y sobre todo su pena capital.
Al ser interrogado por todas estas nuevas cuestiones, que se le imputaban ahora, argumentó de tal manera y de forma tan inteligente ante el jurado, que los motivos argumentados por Servet, le parecieron al jurado muy lógicos y en cierta manera, casi convincentes. Pero Calvino, con su turno y argumentación, volvió a dejar sentado las bases, por las que aquel hombre era llamado hereje. Esta argumentación de Calvino, estaba basada no sólo en los primeros escritos de Servet, si no también en lo que escribió durante su proceso.
Viena envió una copia de la sentencia que tenían sobre Servet. Pero pidieron su extradición, ya que decían que era un fugitivo suyo y que había ocasionado crímenes en el país y que debía ser castigado allí. Entonces el tribunal de Ginebra dirigiéndose a Servet, le preguntó si quería ser juzgado en Ginebra o en Viena, él, inmediatamente se tiró al suelo, y pidió suplicando con lágrimas que no le deportaran, sino que le juzgaran allí mismo y que hicieran lo que quisieran con él. El consejo de los 25 respondió a Viena y rechazó su petición de extradición, al mismo tiempo que les prometieron que se haría justicia.
Servet, llevaba un mes en prisión desde que dio comienzo su proceso. Durante ese tiempo, la mal nutrición, la humedad y la falta de higiene hicieron enfermar al médico español. Esta situación, mermaría la capacidad de auto defensa del reo. Pidió varias veces que le trajeran ropa nueva y limpia para cambiarse, pero le estuvo siendo denegado hasta que se acercó el día del veredicto final.
Servet, apeló al tribunal del Consejo de los Doscientos, esto también lo apoyaron los enemigos de Calvino, pero el tribunal civil de Ginebra lo desestimó. Querían ser ellos, los que hicieran justicia, querían demostrar a todos los países que esperaban expectantes la resolución sobre el hereje español, que tenían el poder y el valor suficiente para hacerlo ellos mismos.
La apelación de Servet, fue desestimada. El médico español, vio como se le escapaba su causa y ya había agotado todos sus argumentos hablados y por escrito. Entonces él, buscó culpar a Calvino por falso acusador y además pidió para el reformador francés la pena de muerte y que todas sus propiedades le fueran confiscadas y entregadas a Servet. Esto lo hizo gritando y profiriendo escandalosos insultos al tribunal y a Calvino.
El reformador francés no cayó en la provocación, y las demandas últimas y acusatorias de Servet, fueron nuevamente desestimadas por el consejo civil de la ciudad.
Veredicto del Jurado
Culpable. Ese fue el veredicto. El Consejo civil de Ginebra no podía permitir quedar en ridículo, ante la atenta mirada del viejo continente Europeo y la historia. Ellos no podían ser menos. Los católicos lo querían ver muerto por hereje, y los reformadores condenaban sus escritos, luego el resto de la población ya sea por temor a la Inquisición o no; se mantenían indiferentes o igualmente lo condenaban o querían verlo fuera de sus fronteras.
Ante tal panorama, la resolución del Consejo civil era obvia, no podían desterrarlo porque era un hereje muy peligroso –a vista de los demás gobiernos-, había sido muy difícil dar con él, eludió en varias ocasiones a la “justicia”- no sólo cuando cambió su nombre- sino cuando escapó en Viena y cuando el propio hermano de Servet quiso venderlo a la Inquisición española. También motivaba su no destierro, el hecho de que Servet había estado alterando el orden con sus escritos que no había parado de publicar, y con su inquieta plática y presencia en lugares públicos.
Hay una placa en Champel en la que los habitantes de Ginebra
el 27 de octubre de 1903 pusieron en Champel
en la que escribieron exculpando a Calvino y
dice: “Hijos respetuosos y reconocidos de
Calvino nuestro gran reformador, pero
condenando un error que fue el de su época,
y firmemente adheridos a la libertad de
conciencia, según los verdaderos principios
de la Reforma y del Evangelio, hemos
levantado este monumento expiatorio.”
La Ejecución
Servet, fue condenado a morir en la hoguera. Esta era la pena que había ideado el Santo Oficio o la Iglesia Católico romana, para todos los herejes. Esta misma pena, fue copiada e imitada por el Consejo de Ginebra con el único fin de hacerse respetar en su entorno y en su tiempo.
Al reo, se le colocaba encima de una montaña de leña, donde los troncos más gruesos se hacinaban bajo los pies del ajusticiado, la leña más fina era colocada estratégicamente en distintos puntos de la pira, para lograr un fuego bien repartido. A veces, para dar mayor ejemplo al pueblo y a futuros herejes, la leña que se colocaba era verde y aún empapada por agua o por el rocío de la mañana, para que el tormento fuese más lento. En ocasiones, se esperaban ciertas condiciones climatológicas para que el reo sufriera más, una de ellas por ejemplo, sería el viento, que haría que el fuego fuera subiendo más lentamente por el cuerpo del hereje. Este, permanecería atado con cadenas a un poste centrado en la pila de leña. Había ejecuciones en que se le colocaba encima de la cabeza una hilachada en forma de gorro o corona, impregnada en azufre, con el fin de que la imagen ejecutoria tuviera más poder de atención y ejemplo, al mismo tiempo que podría producir con “suerte” la muerte por asfixia.
Servet al contemplar la pira de leña verde, exclamó pidiendo el hacha a gritos. Esto lo dijo con el único propósito de que su muerte fuera lo menos dolorosa posible. Pero el Consejo civil de Ginebra, lo había previsto todo de tal manera de que fuera al contrario. Calvino no quiso asistir a ésta ejecución, es más, él pidió para Servet durante el proceso, una muerte menos violenta, como la decapitación.
Sin lugar a dudas, el asesino de Miguel Servet, fue el Consejo civil de los 25 miembros del jurado de Ginebra. Por varias razones, a saber:
1º. Ellos tenían que demostrar a la Inquisición Católica que no eran menos.
2º. Ellos tenían que demostrar a los países reformadores, que se habían constituido como una ciudad independiente y republicana.
3º. Ellos tenían que demostrar a sus contemporáneos que tenían el poder para ejecutar herejes que habían sido perseguidos por todos los estados.
4º. Ellos tenían que demostrar a los reformadores y teólogos, que la ley del Consejo civil era inquebrantable y no se mezclaría con veredictos religiosos.
5º. Ellos tenían que demostrar que poseían un tribunal avanzado permitiendo un proceso con alegatos.
6º. Ellos tenían que demostrar que eran capaces de ejecutar resoluciones sobre herejes populares con la pena capital.
7º. Ellos tenían que demostrar que estaban por encima de todos y no podían permitirse caer en descrédito y burla, ante una condena tan evidente.
8º. Ellos tenían que demostrar, que tenían valor y coraje.
Resumen de las pruebas
1º Calvino, ocupaba el lugar que le correspondía como testimonio cautelar de las pruebas sobre la correspondencia mantenida con el acusado.
2º Calvino no tenía ningún poder como legislador en el jurado, si no más bien, era reprochado por el Consejo civil al negarle una pena menos dolorosa al reo, y por el mismo hereje que pidió para él la pena capital y la confiscación de sus bienes.
3º Calvino nunca delató a Servet. Desde que estuvo escribiéndose con él en Viena (1546-47) hasta ocho años después que Servet entró en la iglesia de San Pedro (13 agosto de 1553) en Ginebra. Durante nueve años Calvino jamás le delató. Además, el mismo Servet lo exculpó de lo de Viena.
4º Calvino no asistió a la ejecución del médico español, porque abominaba este proceder y tenía cierto arraigo teológico con el que mantuvo durante mucho tiempo correspondencia.
5º Si realmente, hubiera sido Calvino el que mandó ejecutar a Servet, hubiera sido muy importante para él haber estado presente durante la ejecución del reo. Pero no fue así porque él no lo mandó ejecutar. Sólo estuvo Guillem Farel como ciudadano ginebrino, acompañando hasta la hora final al teólogo y médico español.
6º Calvino tenía las manos atadas, no podía consentir ni dejar de consentir nada, simplemente porque Calvino no tenía culpa de lo que el Consejo civil iba a hacer.
7º Calvino también fue ordenado a ir a la cárcel porque así lo establecía la ley civil independiente y republicana ginebrina. Si Calvino hubiera dirigido este proceso y Consejo Civil de 25, esto no tendría ningún sentido.
8º Viena le condenó a ser quemado lentamente si lo volvían a capturar . El consejo de Ginebra imitó ésta sentencia, no Calvino.
9º Calvino, no obtuvo la ciudadanía ginebrina, hasta siete años después de la muerte de Servet, y durante ese tiempo no ocupó ningún cargo civil o público.
10º El monumento en Champel dice que fue el error de su época, no de Calvino. Fue el error del consejo civil.
Conclusión
Calvino añadía en su primera edición de Institutio al rey de Francia:
“Es criminal llevar a los herejes a la muerte. El acabar con ellos por la espada o el fuego está opuesto a todo principio de humanidad.”
Espero, les haya gustado.
Shalom