Re: ¿PUEDE UN CRISTIANO SER RICO?
¿Y qué significa servir?
No se puede servir a dos señores, exactamente. La clave es la palabra "servir". Quien sirve al dinero, vive para hacer dinero y para su bienestar, no se acuerda de más, por eso le sirve. El que sirve a Dios, se acuerda de Dios y da de lo que tiene, por amor a Dios.
El que quiera seguir a Jesús literalmente, que haga lo que ordenó para ser discípulo suyo: Que venda todo menos la ropa que lleva puesta, lo reparta entre los pobres, y salga al mundo. Que abandone su casa, su entorno y su trabajo. Yo seré la primera en sentir un gran respeto por esa persona.
Y que haga todo lo demás de forma literal, como sacarse ojos y cortarse miembros.
Riqueza, la tenemos todos los de aquí, unos más y unos menos. Lo que yo tengo en relación a un niño que se muere de hambre, es como lo que tiene un millonario en relación a mí. Ese niño me vería a mí, como yo vería al millonario. Esa riqueza no es mía, no veo mi firma ni mi imagen sobre ella, pero la uso como un medio. Me da igual el dinero, no siento apego por el, pero lo tengo y lo uso.
Si lo que poseemos mientras haya un pobre, es un testimonio en nuestra contra, tomando a Jesús como base, estamos perdidos; puesto que dará igual que a final de mes te sobren 1.000 o 10 EUR, es un testimonio en tu contra; dará igual si tienes una cama grande o pequeña, es un testimonio en tu contra; dará igual si tienes conexión vía satélite o tarifa plana con módem, es un testimonio en tu contra; porque has gastado en ello, en vez de gastar en el que no tiene qué comer, en el que no tiene dónde dormir, en el que no tiene con quién intercambiar.
Todo lo que tengas y consumas, si no es vital, será un testimonio en tu contra. Cada vez que compres aspirinas por tener dolores de cabeza, contribuyes a que un niño no reciba una vacuna; cada vez que te compres un par de zapatillas nuevas en vez de coser veinte veces las que tienes, contribuyes que a alguien le falte una comida; cada vez que compres café, té, o cualquier otra bebida, contribuyes a que una persona no tenga agua; cada vez que vayas al cine, al teatro o te compres un libro, contribuyes a que un niño no pueda recibir educación escolar.
Y con este juicio, habrá quienes levanten iglesias, llena de cosas bellas y caras, y como es patrimonio humano, la mayoría señalará que es ilógico repartirlo entre el humano, hay que conservarlo no venderlo, y hacer lo contrario a lo que según Jesús, hacen las aves. Y todo lo que lleva el papa cuando sale al público, y lo que hay en museos, también es patrimonio humano. "Tiene valor emocional". Mejor si nos pusieramos todos de acuerdo en vender lo que tenemos, que no habría quién lo compre.
Las cosas tienen un equilibrio: Ni un extremo ni el otro: Si das, recibes. Si recibes, da de lo que hayas recibido. El mundo no puede existir sin intercambio (de lo que sea).
Si tú ayudas a alguien, Dios se ocupa de que tú seas ayudado. Si te acuerdas de Dios, Dios se acuerda de ti. Si das un paso, Dios te empuja a dar diez pasos. Si extiendes tu mano, Dios extenderá su brazo. Si intentas hacer lo posible por otros, Dios hará lo posible por ti.
Y quien pueda dar más, que de más. Cada uno según sus posibilidades, sus circunstancias, su aguante y su avance personal.
¿Acaso si das, Dios te quita tu casa? ¿Acaso si compartes tu comida, Dios quema tu parte? ¿Acaso si le das la cara a tu hermano, Dios te da la espalda?
Quien sea extremo en una cosa, que lo sea en todo, y que sea el primero en aplicarselo, y que se aleje del hombre, de lo humano y de lo imperfecto.
La Biblia hay que leersela de principio a fin. Jesús no vino a anular todo lo anteriormente dicho, vino a perfeccionarlo... Ahora, como Jesús hizo con la adúltera, que tire la primera piedra el que esté libre de pecado.
¿Y qué significa servir?
No se puede servir a dos señores, exactamente. La clave es la palabra "servir". Quien sirve al dinero, vive para hacer dinero y para su bienestar, no se acuerda de más, por eso le sirve. El que sirve a Dios, se acuerda de Dios y da de lo que tiene, por amor a Dios.
El que quiera seguir a Jesús literalmente, que haga lo que ordenó para ser discípulo suyo: Que venda todo menos la ropa que lleva puesta, lo reparta entre los pobres, y salga al mundo. Que abandone su casa, su entorno y su trabajo. Yo seré la primera en sentir un gran respeto por esa persona.
Y que haga todo lo demás de forma literal, como sacarse ojos y cortarse miembros.
Riqueza, la tenemos todos los de aquí, unos más y unos menos. Lo que yo tengo en relación a un niño que se muere de hambre, es como lo que tiene un millonario en relación a mí. Ese niño me vería a mí, como yo vería al millonario. Esa riqueza no es mía, no veo mi firma ni mi imagen sobre ella, pero la uso como un medio. Me da igual el dinero, no siento apego por el, pero lo tengo y lo uso.
Si lo que poseemos mientras haya un pobre, es un testimonio en nuestra contra, tomando a Jesús como base, estamos perdidos; puesto que dará igual que a final de mes te sobren 1.000 o 10 EUR, es un testimonio en tu contra; dará igual si tienes una cama grande o pequeña, es un testimonio en tu contra; dará igual si tienes conexión vía satélite o tarifa plana con módem, es un testimonio en tu contra; porque has gastado en ello, en vez de gastar en el que no tiene qué comer, en el que no tiene dónde dormir, en el que no tiene con quién intercambiar.
Todo lo que tengas y consumas, si no es vital, será un testimonio en tu contra. Cada vez que compres aspirinas por tener dolores de cabeza, contribuyes a que un niño no reciba una vacuna; cada vez que te compres un par de zapatillas nuevas en vez de coser veinte veces las que tienes, contribuyes que a alguien le falte una comida; cada vez que compres café, té, o cualquier otra bebida, contribuyes a que una persona no tenga agua; cada vez que vayas al cine, al teatro o te compres un libro, contribuyes a que un niño no pueda recibir educación escolar.
Y con este juicio, habrá quienes levanten iglesias, llena de cosas bellas y caras, y como es patrimonio humano, la mayoría señalará que es ilógico repartirlo entre el humano, hay que conservarlo no venderlo, y hacer lo contrario a lo que según Jesús, hacen las aves. Y todo lo que lleva el papa cuando sale al público, y lo que hay en museos, también es patrimonio humano. "Tiene valor emocional". Mejor si nos pusieramos todos de acuerdo en vender lo que tenemos, que no habría quién lo compre.
Las cosas tienen un equilibrio: Ni un extremo ni el otro: Si das, recibes. Si recibes, da de lo que hayas recibido. El mundo no puede existir sin intercambio (de lo que sea).
Si tú ayudas a alguien, Dios se ocupa de que tú seas ayudado. Si te acuerdas de Dios, Dios se acuerda de ti. Si das un paso, Dios te empuja a dar diez pasos. Si extiendes tu mano, Dios extenderá su brazo. Si intentas hacer lo posible por otros, Dios hará lo posible por ti.
Y quien pueda dar más, que de más. Cada uno según sus posibilidades, sus circunstancias, su aguante y su avance personal.
¿Acaso si das, Dios te quita tu casa? ¿Acaso si compartes tu comida, Dios quema tu parte? ¿Acaso si le das la cara a tu hermano, Dios te da la espalda?
Quien sea extremo en una cosa, que lo sea en todo, y que sea el primero en aplicarselo, y que se aleje del hombre, de lo humano y de lo imperfecto.
La Biblia hay que leersela de principio a fin. Jesús no vino a anular todo lo anteriormente dicho, vino a perfeccionarlo... Ahora, como Jesús hizo con la adúltera, que tire la primera piedra el que esté libre de pecado.