Más fe que sexo
martes, 12 de mayo de 2009
Bárbara J. Figueroa Rosa / Primera Hora
Al parecer, los cónyuges de los pastores puertorriqueños están insatisfechos con muchos aspectos de su vida marital, incluyendo su vida sexual.
Así concluyó un estudio piloto titulado Actitudes sobre la satisfacción marital en parejas pastorales puertorriqueñas, realizado por el sociólogo José Rodríguez de la Universidad Carlos Albizu de San Juan, el cual evidenció que muchos de los líderes religiosos del país no logran satisfacer a sus parejas íntimamente, aparentemente a causa del estrés que reciben a diario como parte de su ministerio pastoral y por la presión que les provocan las expectativas que pueden llegar a tener la congregación y la comunidad en cuanto a sus roles.
“El problema comienza porque los feligreses ven al pastor como un ser perfecto que tiene para ellos todo el tiempo del mundo y ahí es que viene el descuido en la relación matrimonial”, reflexionó Rodríguez sobre el estudio en el que 93% de las mujeres y el 84% de los hombres expresaron estar insatisfechos sexualmente.
“Parece que, lamentablemente, los pastores llegan tan cansados a sus hogares que se bañan y se acuestan”, determinó el sociólogo a juzgar por los “comentarios” que hicieron los 70 cónyuges de pastores que participaron del estudio, que duró un año y contó con participantes de denominaciones pentecostales, episcopales, bautistas, presbiterianas y evangélicas unidas.
Además de la falta de intimidad, los encuestados mostraron frustración matrimonial pues reciben poca ayuda de los líderes religiosos en las tareas del día a día.
“Sobre todo las mujeres (81%) catalogan como un vago de ocho suelas a los líderes pastorales, pues no las ayudan en los quehaceres del hogar y en el cuidado y crianza de los niños”, manifestó Rodríguez.
Estas cónyuges revelaron, según el experto, que en algún momento les han manifestado sus preocupaciones maritales a los pastores, sin embargo el 90% de ellas no se sintieron comprendidas por su pareja.
“Definitivamente, la iglesia le ha dado más énfasis a la religiosidad, dejando a un lado las necesidades psicológicas de la familia pastoral”, opinó el sociólogo al sugerir que el estudio evidencia una problemática que debe ser atendida con prontitud por las oficinas pastorales de la Isla.
“Hay insatisfacción en las parejas conyugales y hay que comenzar a explorar esos riesgos para que se fortalezcan las posibilidades de intervención”, dijo al mencionar como medidas preventivas la posibilidad de crear talleres para terapia matrimonial o de familia pastoral.
Cabe destacar que los cónyuges elogiaron la labor pastoral de su pareja y resaltaron a Dios como la figura principal de su vida y matrimonio.
De hecho, esa espiritualidad parece ser el consuelo a sus penas pues, según el análisis, más del 96% de los entrevistados sienten que es su fe lo que los ayuda a sobrellevar los problemas matrimoniales que atraviesan.

martes, 12 de mayo de 2009
Bárbara J. Figueroa Rosa / Primera Hora
Al parecer, los cónyuges de los pastores puertorriqueños están insatisfechos con muchos aspectos de su vida marital, incluyendo su vida sexual.
Así concluyó un estudio piloto titulado Actitudes sobre la satisfacción marital en parejas pastorales puertorriqueñas, realizado por el sociólogo José Rodríguez de la Universidad Carlos Albizu de San Juan, el cual evidenció que muchos de los líderes religiosos del país no logran satisfacer a sus parejas íntimamente, aparentemente a causa del estrés que reciben a diario como parte de su ministerio pastoral y por la presión que les provocan las expectativas que pueden llegar a tener la congregación y la comunidad en cuanto a sus roles.
“El problema comienza porque los feligreses ven al pastor como un ser perfecto que tiene para ellos todo el tiempo del mundo y ahí es que viene el descuido en la relación matrimonial”, reflexionó Rodríguez sobre el estudio en el que 93% de las mujeres y el 84% de los hombres expresaron estar insatisfechos sexualmente.
“Parece que, lamentablemente, los pastores llegan tan cansados a sus hogares que se bañan y se acuestan”, determinó el sociólogo a juzgar por los “comentarios” que hicieron los 70 cónyuges de pastores que participaron del estudio, que duró un año y contó con participantes de denominaciones pentecostales, episcopales, bautistas, presbiterianas y evangélicas unidas.
Además de la falta de intimidad, los encuestados mostraron frustración matrimonial pues reciben poca ayuda de los líderes religiosos en las tareas del día a día.
“Sobre todo las mujeres (81%) catalogan como un vago de ocho suelas a los líderes pastorales, pues no las ayudan en los quehaceres del hogar y en el cuidado y crianza de los niños”, manifestó Rodríguez.
Estas cónyuges revelaron, según el experto, que en algún momento les han manifestado sus preocupaciones maritales a los pastores, sin embargo el 90% de ellas no se sintieron comprendidas por su pareja.
“Definitivamente, la iglesia le ha dado más énfasis a la religiosidad, dejando a un lado las necesidades psicológicas de la familia pastoral”, opinó el sociólogo al sugerir que el estudio evidencia una problemática que debe ser atendida con prontitud por las oficinas pastorales de la Isla.
“Hay insatisfacción en las parejas conyugales y hay que comenzar a explorar esos riesgos para que se fortalezcan las posibilidades de intervención”, dijo al mencionar como medidas preventivas la posibilidad de crear talleres para terapia matrimonial o de familia pastoral.
Cabe destacar que los cónyuges elogiaron la labor pastoral de su pareja y resaltaron a Dios como la figura principal de su vida y matrimonio.
De hecho, esa espiritualidad parece ser el consuelo a sus penas pues, según el análisis, más del 96% de los entrevistados sienten que es su fe lo que los ayuda a sobrellevar los problemas matrimoniales que atraviesan.