Ricardo:
Muy interesante tema!
Permíteme aportar lo siguiente, porque creo que está en contexto con el tema:
Viene a mi mente la parábola de las diez vígenes. Todas ellas son parte de la iglesia que espera al esposo, más cinco de ellas son prudentes, y cinco insensatas.
-PRUDENTES = gr. Frónimos (φρόνιμος ) «sensatas, prudentes, inteligentes, obedientes, pacientes, entendidas.»
-INSENSATAS = gr. Morós (μωρός ) «insensatas, fatuas, arrogantes, cabeza duras, necias, impacientes, presumidas.» gr. Musterión (μύω )”, religiosas, misteriosas, místicas.»
De entrada, creo que podemos comprender muchas cosas si tomamos en cuenta estos significados, pues nos damos una mejor idea de lo que hacen cada una de estas vírgenes.
El Señor nos muestra esa polaridad significativa. Por un lado tenemos que:
Mat 25:3 «Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;»
Sabemos que el aceite es un símbolo Bíblico de la presencia del Espíritu Santo.
Dice aquí que tomaron sus lámparas, pero no aceite. De manera que entendemos que ellas pensaron que sus lámparas podían alumbrar sin aceite, lo cual resulta totalmente absurdo. Nunca podremos ser hacedores sin el aceite. Sin el aceite solo seremos oidores, pero nunca hacedores.
Son tan arrogantes, tan necias, tan presumidas, que se creyeron que podían alumbrarse con luz propia, sin el aceite. Y por otra parte, también son tan religiosas que creen que están en lo cierto. Que todo cuanto hacen es lo correcto, es la única verdad.
La iglesia local en Laodicea, bien podría ejemplificar a estas vírgenes insensatas, por eso el Señor les reclama solemnemente y les dice:
Que tremendo es ver que a quienes el Señor les dice: «Si alguno oye mi voz y me deja entrar», no solo es a los incrédulos del mundo (como normalmente creemos), sino es a aquellos que estaban seguros que el Señor estaba con ellos, adentro de su iglesia, y que todo lo que hacían era para agradar a Dios.
Creen que sus lámparas pueden alumbrar por sí mismas, y que no tienen necesidad del aceite. ¡Se han hecho religiosas, se han hecho tibias! ¿Es que esto difiere a muchas Laodiceas, hoy en día?
Por su parte:
Mat 25:4 «mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.»
Aquí hay algo bien interesante. Notemos que habla de “vasijas y lámparas”. Aquí no solo dice lámparas, como en el caso de las insensatas.
Las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, es decir, ellas son vasijas de barro, y se llenaron del aceite, se llenaron de la presencia del Espíritu Santo de Dios. Y también lo hicieron con sus lámparas.
En otras palabras, al estar llenas del aceite (sus vasijas, sus vidas), ¡ellas podían alumbrar! Fuimos llamados a ser la luz del mundo, y esto NO puede ser de otra manera. La única luz que puede brillar es la luz de Jesús en nuestras vidas, es la presencia de su Espíritu en nuestras vidas, no podemos alumbrar con luz propia.
Y a diferencia de las insensatas, que creían que por sí mismas podían alumbrar con sus propias lámparas, SIN aceite (notemos que NO dice que llenaron sus vasijas, como lo hicieron las prudentes), ¿podemos comprender?
Ahora, aquí encuentro algo bien interesante.....
Y el Señor sigue diciendo:
Mat 25:5 «Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.»
Uno de los atributos de la prudencia, es la paciencia. Y a diferencia de las insensatas, las prudentes son pacientes. “Aquí está la paciencia y la fe de los santos”, nos dice el Señor a sus vírgenes prudentes.
Sin embargo, a veces no entendemos que a la luz de estas palabras del Señor, aún nuestra paciencia va a ser probada, y ambas, tanto las insensatas como las prudentes, se durmieron al ver que el esposo tardaba. Es decir, no solo las insensatas lo hicieron.
Cuando la noche está avanzada llega un momento en que el sueño es tan pesado que es casi imposible permanecer despierto. Todo esto nos habla de fatiga, de cansancio, de desánimo. Pareciera que ya no hay llenura, ni conocimiento, sino solo hay pereza y sueño.
Pareciera que el esposo ya tardo demasiado, y que nunca llegaría. Y este es justo el tiempo cuando los burlones preguntarán: “¿Dónde está la promesa de su Venida?” (2ª. P. 3:3-4). Es el tiempo en que los falsos maestros van a introducir sus herejías destructoras y sus doctrinas de demonios, a las cuales las insensatas religiosas van a creer ciegamente.
Por eso hablamos de paciencia.....”aquí está la paciencia y la fe de las prudentes.”(los santos).
Pero el Señor nos da luz al respecto, y nos dice que en el momento antes de su llegada, y que será justo a la media noche, escucharemos un “clamor” que nos despertará.
CLAMOR = gr. Kraugé (κραυγή ), «clamor, voces, avisos, preparación, notificación, señales.»
Creo que bien podemos asociar este “clamor”, al pasaje que nos dice que cuando el Señor venga por su novia, escucharemos la “trompeta de Dios” (1ª. Ts. 4:16; Apo. 10:7), y Él juntará a sus escogidos de los cuatro ángulos de la tierra.
Sigamos con Mat 25:8 «Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
Mat 25:9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.»
Aquí también encuentro varios puntos bien interesantes:
Ante el clamor que anuncia la venida del esposo, las insensatas se dan cuenta que su aceite no era tan bueno como ellas pensaban, y piden a las prudentes que les den de su aceite, al ver que sus lámparas se apagan.
Se acostumbraron a buscar en otras partes, y por eso piden. Nunca entendieron que el aceite no se puede “comprar” ni dar a nadie más, es para uno mismo, es para llenar la vasija propia.
Nunca entendieron que la enseñanza NO proviene de los "maestros", sino del maestro, la Verdad en persona. Y por eso tarde que temprano agotaron su "fuente de sabiduría," y se volvieron a sus cuentos y fábulas de hombres, como dice Pablo.
Las prudentes les dicen que vayan a los vendedores de aceite, a comprar. Finalmente siempre “compraron” aceite en forma insensata, ¿recordamos los significados de esta palabra “Morós”? Nunca valoraron ni cuidaron su aceite.
El aceite escasea en esta hora, y esto nos habla de los pocos que hallan la puerta angosta. La hora undécima es una hora muy peligrosa, se debe cuidar el aceite. Debemos permitir que sea La Verdad en persona quien nos enseñe.
Los que tienen aceite lo cuidan con celo, no pueden arriesgarse a perderlo también.
De hecho, las insensatas, lejos de arrepentirse de su actitud, siguieron en la misma y fueron a comprar aceite.
Mat 25:10 «Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.»
Como hemos dicho, estamos en la hora undécima, la hora antes de la media noche. Y las vírgenes insensatas andan buscando comprar aceite con los vendedores de aceite barato.
Todo esto está ligado con la hora de Apostasía que habla la Biblia (2ª. Ts. 2:3). La hora onceava es la hora de Apostasía que precede a la segunda venida de Cristo. Esa iglesia apóstata ecuménica crece a pasos agigantados, haciéndose pasar como Dios y buscando “sentarse” en el templo de Dios (la iglesia).
Cuando las insensatas se den cuenta, será demasiado tarde. La puerta se ha cerrado y se han quedado afuera.
Mat 25:11 «Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
Mat 25:12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.»55)
Esto está en contexto con estas palabras del Señor:
Mat 7:22 «Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Mat 7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.»
Llama la atención que estas vírgenes insensatas eran bien religiosas y activistas. Podríamos decir que eran muy "cristianas". Vemos que siempre andaban ocupadas “profetizando”, echando fuera demonios de todo mundo, y haciendo milagros por todas partes. Y creían que lo hacían en el nombre del Señor.
Muchos no quisieron entender, aún cuando el Señor se los dijo claramente:
Luc 10:17 «Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
Luc 10:18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Luc 10:19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Luc 10:20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.»
Las insensatas son parte de las “mujercillas” que siempre andan aprendiendo y aprendiendo, pero que por más que “aprenden” no pueden llegar al conocimiento de la Verdad (2ª. Ti. 3:7). La pregunta obvia es, ¿entonces que tanto aprenden?, ¿a comprar aceite?
El amor de estas vírgenes insensatas se enfriará, pues su fe será probada también, y al ya no encontrar aceite que satisfaga su necesidad compulsiva de “comprar”, llegará el momento que nada las llene, que terrible momento.
DTB.