Totalmente de acuerdo.
El Señor dijo que ya había llegado el tiempo en le que no se adoraría a Dios en Jerusalén, en el templo, sino en Espíritu y en Verdad. Y ése era el único templo que había entonces, así que no quería que adoráramos en templos. Pues sabía lo que ocurría: que los violentos secuestrarían la enseñanza y la arrebatarían, de hecho ya hablaba de que desde Juan el Bautista hasta ahora (y ése ahora es entonces y sigue siendo ahora) el Reino de los Cielos sufre violencia y es arrebatado por los violentos. Y, si echó del templo a los mercaderes, es precisamente para liberar esa enseñanza que habían secuestrado en el que hasta entonces era templo de Dios. Pero, con su sacrificio, Cristo no sólo destruyó su cuerpo y lo resucitó, sino que destruyó el templo, como Sansón destruyó las columnas, extendiendo las manos en la Cruz para acoger a todos los que están sobre la faz de la tierra y, así, liberó su enseñanza del templo muerto y roció sobre los hombres una enseñanza viva. Alguna vez alguno me ha dicho que Jesús se equivocó ya que queda un muro en Jerusalén donde los judíos se lamentan por la pérdida del templo. Y Jesús dijo que no quedaría piedra sobre piedra. Lo que muchos no saben es que ese muro es el que delimitaba el recinto donde se encontraba el templo, pero no es un muro del templo. Pues del templo, efectivamente, no queda absulutamente ni una sola piedra.
La verdad es que comprendo a Petrino, pues yo también fui católico. Y, realmente, hay doctrinas protestantes (como negar las obras para la salvación) que no incitan a dejar de ser católico. Pero el que busca y busca la verdad al final la encuentra porque la verdad es que todos somos cristianos si tenemos el amor y las obras de Dios. Y éso destroza todos los templos, todas las paredes de nuestras divisiones. Pues la verdad no viene de los hombres, ni de pastores ni de "padres" asalariados, la verdad viene del Cielo.
Un beso para ti y un abrazo para petrino.