Amigo, me parece muy bueno que te preocupes por la sola Escritura en tu deseo de "destruir" (oh, pido perdón, digo de "instruir"), a los demás.
Para mí hay una palabra de parte del Señor Jesús para ti, una buena Escritura:"Por sus frutos los conoceréis" creo que no necesitas saber donde está el pasaje. Tu espacio es este, pero no estás en mi corazón ni en el de muchos aquí...Solamente en el cielo sabremos bien cuales fueron todos tus motivos. Que tengas la razón de que yo sea un sectario, no te da el derecho de tratarme como lo haces, yo no sé que demonio o potestad te trataba así a ti en el pasado, pero de Cristo no has aprendido nada de esto.
No te muevas más por el pasado Billy, ni el de tus padres adventistas, ni por el presente tan amargo que llevas, ni tu búsqueda obstentosa de verdad y carente de amor. Eres un teólogo como aquellos que llegaban a oir a Jesús, no para ayudarle, sino para tener de qué tener que acusarle, para ver en que palabra le sorprenderían. Conozco los frutos de hombres como tú.
Ten cuidado que no seas hallado al final por el Señor Jesús entre aquellos que le dirán: Señor, Señor, en tu Nombre profetizamos...Nunca os conocí les diré en aquel día, dice el amante Salvador.
Te invito a encontrarte de nuevo con Jesús, yo para ti, sólo soy un pobre sectario, engañado y engañador, así es como me juzgas; para ti, solamente un pobre ignorante tratando de explicar cosas que no son ciertas...Así me miras, pero te diré algo, amigo...Es urgente que sepas y escudriñes como te mira Dios a ti. Tu problema no es conmigo como sectario, tu problema es tuyo en tu corazón sin el amor del Dios que profesas estudiar, conocer y oír.
Con la misma vara con que juzgaste a los sectarios de tu cuenta, así mismo te juzgará Dios a ti. (Mateo 7:1-6.)
Amigo, te veo como dijo Pedro a aquel Simón: "Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás" (Hechos 8:23.)
Ahora enfermo, sin verdaderos amigos, amargado y lleno de odio, te queda poco tiempo en esta vida ya para mejorar tus caminos. Dios te dió una oportunidad al sanarte, yo mismo oré por ti en esa ocasión, pero mira, "no peques más para que no te venga alguna cosa peor." (Juan 5:14.)
Si tan malo fue el adventismo en tu vida, ¿Para qué sigues contemplándolo? Oh ya veo, justicia...venganza, lucir libre de este destructivo mensaje...LLámalo como quieras, no hay pureza, ni amor, ni verdad en tus hechos, y para que veas que no estoy solo en esto, voy a colocar este epígrafe en la página central, allí que opinen todos los que quieran y te aconsejen mucho más, pues tampoco apruebo como te han tratado otros adventistas, me parece de muy mal ejemplo para el testimonio que ellos profesan tener, la manera en que te han respondido; no son mejores que tú.
Esto te prueba que no todos somos iguales, procura entender eso.
Ya no digo que oraré por ti, porque así lo dije y lo hice una véz y también te burlaste. No importa que es lo que un adventista haga, te basta que eso sea, un adventista para condenarle, burlarte de ello como malo. Te dejo en las manos de Dios, sé que hay aun esperanza de que El more en tu corazón si tan solo le dejas entrar. No tienes que ser adventista para verte con Cristo, todos aquí sabemos eso, simplemente presentamos puntos, ciertos, falsos, malos, buenos, no te hace dueño y señor de los maltratos, venenos y odios que salen de tu boca como está escrito de aquellos que están bajo la ley: "Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura...Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios." (Romanos 3:13-14; 19.)
Te veré un día frente a Cajiga y otros hermanos delante del trono de Dios en el día del juicio, donde Dios juzgará a los hombres y ellos darán cuenta por cada palabra ociosa, porque por tus palabras serás condenado y por tus palabras serás justificado. Ya sabes donde están esos pasajes, búscalos dentro de tu corazón y mira bien si los encuentras si los tienes. (Hechos 13:8-10.) Adiós Billy, no me quedo ni el polvo, aun el polvo que se me pegara a los dedos me lo he quitado, ya lo sabes.