Yo sí sé qué. . . . (Don Luis Fernando Perez, conteste mis argumentos. No evada.

25 Enero 2000
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Este es un esfuerzo más para que el nuncio Luis Fernando Perez conteste los argumentos que le he presentado. Al insistirle esto al nuncio Perez parece que estoy haciendo el papel de un papanata, ya que todavía creo que Luis Fernando Perez es un hombre capaz de contestar inteligente y específicamente lo que le digo acerca del cura escribidor (a) ángel.

Aquí esta su oportunidad, señor nuncio.

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"A ti te salva no sólo lo que sabes sino también lo que ignoras o no recuerdas. Lo que tú sabes en cierto modo entra dentro de lo que tú controlas. Lo que tú desconoces pertenece al rango de lo que quizá tiene algún poder sobre ti."

Son tres cláusulas:


Mi primera respuesta al artículo la hice tomándolo en su totalidad. Al final "ángel" habla de Cristo. Cosa que es muy bonita y que nos puede hacer pensar que hay un viraje en la mende de don Luis. Esta segunda respuesta es productos de una segunda lectura. Veamos:

(1) A ti te salva no sólo lo que sabes sino también lo que ignoras o no recuerdas.

(2) Lo que tú sabes en cierto modo entra dentro de lo que tú controlas.

(3) Lo que tú desconoces pertenece al rango de lo que quizá tiene algún poder sobre ti.

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(1) A ti te salva no sólo lo que sabes sino también lo que ignoras o no recuerdas.

En oposición a este pensamiento inicial, los cristianos afirmamos que Quien nos salva es JESUCRISTO, eL ES EL SALVADOR. Nadie ni nada más. Lo que ignoro o no recuerdo no tiene ninguna acción en aquellos que han sido llamados para la salvación. Esta afirmación está cargada de gnosticismo. Es muy peligroso pensar así. JESUCRISTO es lo UNICO que tiene poder para salvar a su pueblo.

(2) Lo que tú sabes en cierto modo entra dentro de lo que tú controlas.

Sigue la afirmación gnóstica. (Parece que la metamorfosis de don Luis se encamina a un pleno gnosticismo. "Las muchas letras te tienen . . .".

En oposición a esta afirmación, en la Palabra de Dios, la Biblia, aprendemos que lo que nos controla no es lo que sabemos sino el Espíritu Santo. El auto-control es un don del Espíritu Santo dado al pueblo de Dios, a los que han sido salvados por JESUCRISTO y no por "un no sé qué".

(3) Lo que tú desconoces pertenece al rango de lo que quizá tiene algún poder sobre ti.

Esto es paganismo puro. Es un animismo ancestral. ¿Está volviendo don Luis a practicar el animismo de algunas de las tribus ibéricas que poblaron esa península antes que llegara el cristianismo?

Ayer tuve que determe ante un semáforo, miré a la derecha y vi un escaparate muy interesante. En esa tienda venden imágenes del panteón romanista: figuras masculinas y femeninas. Estas estatuillas estaban rodeadas de carteles que ofrecían los servicios de lectura de las manos, de la cartas, del tarot. Me pregunté, ¿estoy en los Estados Unidos o en Roma?

El amigo don Luis nos ofrece, muy elegantemente, toda una filosofía que ya ha hecho mucho daño a nuestras gentes. En oposición a este punto, JESUCRISTO dijo: Conocerás la verdad y la verdad te libertará. Don Luis nos dice: Tu ignorancia te libertará. Esto está muy alejado de la verdad, especialmente tratándose del mundo hispanoparlante: Roma nos vedó el conocimiento de la Verdad y en consecuencia la ignorancia está ahí.

El novísimo cardenal Cipriani es uno que aprovechó de la ignorancia del pueblo peruano para aliarse con Montesinos y Fujimori. Si no creen esto, pregúntenselo al monseñor Bambarén.

Sí, la ignorancia nos afecta; pero lo que nos afecta bíblicamente es el PECADO, la transgresión de la Ley de Dios o la omisión a la indiferencia sus decretos.

Tenemos que leer con discernimiento lo que escribe don Luis, a quien le deberíamos pedir que no trate de sentar cátedra en este foro y debe limitarse a preguntarnos acerca de lo que pensamos de esto y de lo otro, por lo menos hasta que salga la crisálida y tengamos un don Luis que traza ben la Palabra de Verdad.

Quiero aprovechar para saludar al pueblo de Dios, lavado en la sangre del Cordero de Dios.

El vasallo de JESUCRISTO, Ezequiel Romero
 
Vamos a ver, ¿tan complicado le es a usted el no sacar de contexto el texto con el que empieza la carta?
Porque claro, si el autor se quedara en "A ti te salva no sólo lo que sabes sino también lo que ignoras o no recuerdas", entendería que las alarmas doctrinales se le encendieran, pero ¿qué pasa? ¿que es incapacz de ver el texto en su conjunto?

Que levante la mano alguno de los foristas que ha estado alguna vez enamorado y que se identifica con lo que la carta dice en este párrafo:
Piensa, por ejemplo, en el amor, el amor humano. Piensa en una pareja que se enamora. Si preguntas a ese hombre por qué ama a esa mujer en particular, seguramente te dirá "no sé", y si él es poeta y tú eres su amigo, añadirá: "...y es maravilloso no saberlo". De esto hablan los que escriben cosas bellas sobre los afectos humanos. Te hablan de "un no sé qué". ¿Qué significa esto? Es un modo de hablar de la dulce experiencia de estar en brazos de un poder que quema y abraza, que envuelve y se adueña del ser entero, conduciéndolo a una dimensión nueva, a un mundo que hacía unos momentos no existía.

Yo sí la levanto, ¿alguien más?

Sigamos
Dice el texto:
Por ello, si una persona quisiera comprender completamente qué le sucede cuando ama, se perdería en cierto sentido lo mejor del amor, que es la sensación de "ser sostenido", de "ser llevado" y por eso también "ser creado"

¿Acaso el niño que es amado no es sostenido, no es llevado en volandas por sus padres, y no ve como su personalidad es en cierta forma creada por el amor paternal?
Yo creo que en el amor de pareja, también un experimenta todas esas cosas en mayor o menos medida. Y no digamos nada si de lo que hablamos es del amor de Dios. Aunque no le conocemos del todo sino en parte, somos sostenidos por su amor, llevados por él, creados a la imagen de Cristo.

Sigue la carta:
Cuando estabas siendo creado, esto es, cuando Dios, el único Creador, te conducía por sendas inenarrables desde la nada al ser, tú estabas simplemente recibiendo; es pura pasividad, puro silencio, pura escucha, pura acogida. Y ni siquiera te dabas a ti mismo el ser acogida, escucha y pasividad, sino que también el poder ser eso y poder grabarlo en algún lugar más allá de la memoria de conceptos, también eso fue regalo. Ese es el regalo que el alma humana desea repetir cuando, olvidada de sí y ebria de gozo se deja arrastrar por al corriente potente del amor.

Luis:
¿Quién no se acuerda del primer amor para con Cristo? ¿no es una prueba del infinito amor de nuestro Dios el que podamos recordar aquellos primeros momentos en que nuestra alma se dejaba arrastrar por la corriente de su amor divino? Sí, cuando era Él quien nos amaba y nosotros despertábamos a ese mundo de ensueño que es la relación Padre Celestial-hijo; cuando nosotros simplemente callábamos experimentando su amor y como mucho respondíamos con un "te amo Señor". Sin su gracia, esos momentos quedarían perdidos en nuestra memoria y sin embargo, si realmente somos suyos, vienen a nuestra mente cuando más los necesitamos, cuando más podemos creer que nos estamos separando de ese amor.

Más:
De esto hablaba aquel enamorado cuando escribió, según consta en la Escritura: «Hermosa eres, amiga mía, como Tirsá, encantadora, como Jerusalén, imponente como batallones» (Ct 6,4). ¡Él sentía que la belleza de ella le sobrepasaba, él sentía que ese rostro y esos ojos le podían! Por eso añadió: «Retira de mí tus ojos, que me subyugan» (Ct 6,5).

Luis:
¿Habéis experimentado alguna vez el fuego del amor de Dios que te quema de forma que parece que si no se aparta en ese momento, te vas a consumir en medio de él? ¿no?
Pues orad para que podáis experimentar ese fuego

.....
En verdad, para aquel hombre era bello no entender; no era terrible, sino terriblemente hermoso sentir que algo iba más allá de su comprensión y se adueñaba de sus entrañas, hasta conducirlo a una dimensión nueva, a un mundo que él no conocía. En esa experiencia él podía recordar con la memoria del afecto aquella primera mañana en que la luz de Dios alumbró su faz todavía sin rostro y le concedió simplemente y bellamente ser.


Luis:
Somos por amor. Existimos por amor. Nuestra mera existencia en este mundo es un acto del amor de Dios, un amor creador que nos concede el ser conscientes de su divina presencia si nos sometemos a la dirección de su Espíritu.


....
Mira, a partir de aquí cuánto yerran los que pretenden hacer de la razón su última razón.

Luis:
Amén, porque ¿quién podrá entender racionalmente lo que es el amor? ¿quién puede explicar a la mente humana que el amor de Dios consiste en que Cristo ha muerto en la Cruz por nosotros? ¿no es eso locura para el hombre natural?

....
Entiende, amado amigo, que sólo quien sepa abrir estas esclusas podrá atravesar los canales y escondrijos del corazón humano. Tú ya sabes quién tenía ciencia bastante para hacer esta tarea: aquel que llego a ti y con la dulcedumbre de su gracia se apoderó de tus tesoros: Cristo, Nuestro Señor. Rendido a Él eres vencedor. Para ti será el Reino de los Cielos.

Luis:
¡¡Amén!!
¡¡Aleluya!!