Uno de los rumores más longevos del cristianismo moderno lo constituye la afirmación de que los artistas de la Watchtower (brazo publicador de los Testigos de Jehová) han introducido subrepticiamente, y durante años, imágenes satánicas en sus publicaciones.
El siguiente blog presentará evidencia irrefutable que demostrara, más allá de toda duda, la existencia de un culto satànico encriptado dentro de las publicaciones de los Testigos de Jehová.
Uno de los libros que trata el tema de las imágenes subliminales ocultas en los libros y revistas de los Testigos de Jehová, es "Die geheime Macht hinter den Zeugen Jehovas", escrito en alemán por Robin de Ruiter. Aunque Robin de Ruiter es conocido por sus apego a las teorías conspirativas (y ese libro contiene muchos de sus clichés), sin embargo, la mención que hace de las imagenes subliminales ocultas en las piezas de arte de las publicaciones de los Testigos de Jehová (capítulo 7) es bastante significativa. No sólo las expone sino que también las relaciona con el satanismo y la brujería.
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Otro autor que destaca en este tema es Darek Barefoot quien en su libro "Jehovah's Witnesses and The Hour of Darkness" relaciona el arte subliminal de la Watchtower con distintas formas de brujería.
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La misma Sociedad Watchtower tuvo que admitir, en 1984, la existencia de estos rumores. Veamos cómo, en septiembre de 1984, la Watchtower negaba estas acusaciones mediante un artículo publicado en la revista “La Atalaya”:
“Hasta las publicaciones de la Sociedad Watchtower han sido objeto de rumores... por ejemplo, ¡el de que uno de los artistas había estado introduciendo en secreto dibujos de demonios en las ilustraciones, y posteriormente había sido descubierto y expulsado!
¿Participó usted en esparcir cualquiera de estos relatos? De haber sido así, usted se halló esparciendo —quizás involuntariamente— una mentira, ya que todos eran falsos. No hay duda de que el rumor relacionado con las publicaciones de la Sociedad era perjudicial, así como una calumnia contra los celosos cristianos que trabajan largas horas para producir la labor artística que hace lucir tan atractivas las revistas, los folletos y los libros. Este rumor era tan ridículo como sería el decir que Dios, al crear los cuerpos celestes, modeló deliberadamente la apariencia del llamado ‘hombre de la Luna’.” (La Atalaya, 1 de septiembre de 1984)
Los mensajes e imágenes subliminales abundan en las producciones cinematográficas, y en la publicidad y el marketing de nuestros días. Un excelente ejemplo de arte subliminal lo constituye el anime "Dragon Ball Z". Observe esta imagen extraída de esta conocida serie animada:
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En esta imagen hay varios mensajes subliminales, de tipo religioso, encriptados. Por ejemplo, las palabras "nataS rM", escritas en la puerta del auto, representan la frase "Mr Satan" ("Señor Satanás" en español) al revés. El nombre de la joven que va en el auto es "Videl". Este nombre es en realidad un anagrama que representa la palabra "Devil" (diablo en inglés). El auto además lleva estampado el número seiscientos sesenta y seis (666) en su parte lateral.
Recordemos lo que dicen las escrituras respecto de ese número y su relación con el poder religioso de Satanás en los últimos días:
"Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón... Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis." (Apocalipsis 13:11-18)
Sorprendente, ¿verdad? Ahora fíjese en el siguiente dibujo que aparece en la página 240 del libro “Children”, publicado por los Testigos de Jehová en 1941:
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¿Notó usted el número 666 en la parte superior de la puerta?
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Aunque son varios los tipos de imagenes subliminales y símbolos satánicos, ocultos en las publicaciones de los Testigos de Jehová, en este blog nos concentraremos casi exclusivamente en las imágenes reflejadas (o, como se conoce en inglés, "mirroring images").
Estas están constituidas por mitades de rostros que se hallan ocultos dentro de la mayoría de las piezas de arte de las publicaciones de los Testigos de Jehová. Lo que se tiene que hacer para descubrirlos es tomar una pieza de arte, tal como se halla en la revista, y colocar un espejo en un lugar específico dentro de la misma, creando así una nueva imagen compuesta de la mitad de la pintura vista hacia adelante y hacia atrás al mismo tiempo. Y cuando se ven de esta manera, las nuevas imágenes que se forman de verdad se asemejan a cabezas de demonios, rostros torturados, hombres decapitados, calaveras gritando y formas psicodélicas sugestivas de locura y maldad.
Comenzaremos con la pieza de arte que se encuentra en la página 27 de la revista “La Atalaya” del 15 de agosto de 1993. En ella aparecen Noemí y Ruth:
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Para revelar esta imagen oculta lo único que se ha hecho es tomar la pieza de arte, tal como se halla en la revista, y colocar un espejo en un lugar específico dentro de la misma, creando así una nueva imagen compuesta de la mitad de la pintura vista hacia adelante y hacia atrás al mismo tiempo.
La nueva imagen que se forma se asemeja a la cabeza de un demonio o diablo. Aparece también una especie de "espíritu familiar" flotando sobre la cabeza de este diablo, y un par de mujeres que observan, a manera de brujas, al demonio:
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Esta escena nos trae a la memoria la pintura llamada El Aquelarre del pintor español Francisco de Goya:
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Un Aquelarre era una reunión secreta de brujos que se llevaba a cabo a intervalos regulares durante las edades Media y Moderna. Estas reuniones se llevaban a cabo generalmente en los bosques, y se desarrollaban de una manera muy peculiar. El jefe de los brujos presidía dicha Reunión usualmente disfrazado de carnero o de macho cabrío (razón por la cual las pinturas sobre aquelarres, de Francisco de Goya, muestran a un carnero humanoide como personaje central).
El siguiente blog presentará evidencia irrefutable que demostrara, más allá de toda duda, la existencia de un culto satànico encriptado dentro de las publicaciones de los Testigos de Jehová.
Uno de los libros que trata el tema de las imágenes subliminales ocultas en los libros y revistas de los Testigos de Jehová, es "Die geheime Macht hinter den Zeugen Jehovas", escrito en alemán por Robin de Ruiter. Aunque Robin de Ruiter es conocido por sus apego a las teorías conspirativas (y ese libro contiene muchos de sus clichés), sin embargo, la mención que hace de las imagenes subliminales ocultas en las piezas de arte de las publicaciones de los Testigos de Jehová (capítulo 7) es bastante significativa. No sólo las expone sino que también las relaciona con el satanismo y la brujería.
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Otro autor que destaca en este tema es Darek Barefoot quien en su libro "Jehovah's Witnesses and The Hour of Darkness" relaciona el arte subliminal de la Watchtower con distintas formas de brujería.
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La misma Sociedad Watchtower tuvo que admitir, en 1984, la existencia de estos rumores. Veamos cómo, en septiembre de 1984, la Watchtower negaba estas acusaciones mediante un artículo publicado en la revista “La Atalaya”:
“Hasta las publicaciones de la Sociedad Watchtower han sido objeto de rumores... por ejemplo, ¡el de que uno de los artistas había estado introduciendo en secreto dibujos de demonios en las ilustraciones, y posteriormente había sido descubierto y expulsado!
¿Participó usted en esparcir cualquiera de estos relatos? De haber sido así, usted se halló esparciendo —quizás involuntariamente— una mentira, ya que todos eran falsos. No hay duda de que el rumor relacionado con las publicaciones de la Sociedad era perjudicial, así como una calumnia contra los celosos cristianos que trabajan largas horas para producir la labor artística que hace lucir tan atractivas las revistas, los folletos y los libros. Este rumor era tan ridículo como sería el decir que Dios, al crear los cuerpos celestes, modeló deliberadamente la apariencia del llamado ‘hombre de la Luna’.” (La Atalaya, 1 de septiembre de 1984)
Los mensajes e imágenes subliminales abundan en las producciones cinematográficas, y en la publicidad y el marketing de nuestros días. Un excelente ejemplo de arte subliminal lo constituye el anime "Dragon Ball Z". Observe esta imagen extraída de esta conocida serie animada:
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En esta imagen hay varios mensajes subliminales, de tipo religioso, encriptados. Por ejemplo, las palabras "nataS rM", escritas en la puerta del auto, representan la frase "Mr Satan" ("Señor Satanás" en español) al revés. El nombre de la joven que va en el auto es "Videl". Este nombre es en realidad un anagrama que representa la palabra "Devil" (diablo en inglés). El auto además lleva estampado el número seiscientos sesenta y seis (666) en su parte lateral.
Recordemos lo que dicen las escrituras respecto de ese número y su relación con el poder religioso de Satanás en los últimos días:
"Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón... Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis." (Apocalipsis 13:11-18)
Sorprendente, ¿verdad? Ahora fíjese en el siguiente dibujo que aparece en la página 240 del libro “Children”, publicado por los Testigos de Jehová en 1941:
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¿Notó usted el número 666 en la parte superior de la puerta?
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Aunque son varios los tipos de imagenes subliminales y símbolos satánicos, ocultos en las publicaciones de los Testigos de Jehová, en este blog nos concentraremos casi exclusivamente en las imágenes reflejadas (o, como se conoce en inglés, "mirroring images").
Estas están constituidas por mitades de rostros que se hallan ocultos dentro de la mayoría de las piezas de arte de las publicaciones de los Testigos de Jehová. Lo que se tiene que hacer para descubrirlos es tomar una pieza de arte, tal como se halla en la revista, y colocar un espejo en un lugar específico dentro de la misma, creando así una nueva imagen compuesta de la mitad de la pintura vista hacia adelante y hacia atrás al mismo tiempo. Y cuando se ven de esta manera, las nuevas imágenes que se forman de verdad se asemejan a cabezas de demonios, rostros torturados, hombres decapitados, calaveras gritando y formas psicodélicas sugestivas de locura y maldad.
Comenzaremos con la pieza de arte que se encuentra en la página 27 de la revista “La Atalaya” del 15 de agosto de 1993. En ella aparecen Noemí y Ruth:
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Para revelar esta imagen oculta lo único que se ha hecho es tomar la pieza de arte, tal como se halla en la revista, y colocar un espejo en un lugar específico dentro de la misma, creando así una nueva imagen compuesta de la mitad de la pintura vista hacia adelante y hacia atrás al mismo tiempo.
La nueva imagen que se forma se asemeja a la cabeza de un demonio o diablo. Aparece también una especie de "espíritu familiar" flotando sobre la cabeza de este diablo, y un par de mujeres que observan, a manera de brujas, al demonio:
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Esta escena nos trae a la memoria la pintura llamada El Aquelarre del pintor español Francisco de Goya:
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Un Aquelarre era una reunión secreta de brujos que se llevaba a cabo a intervalos regulares durante las edades Media y Moderna. Estas reuniones se llevaban a cabo generalmente en los bosques, y se desarrollaban de una manera muy peculiar. El jefe de los brujos presidía dicha Reunión usualmente disfrazado de carnero o de macho cabrío (razón por la cual las pinturas sobre aquelarres, de Francisco de Goya, muestran a un carnero humanoide como personaje central).