Y le dije "Escrito está..."

5 Febrero 2006
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Hace un rato por Gracia del Señor, nunca por mérito propio, he visto:

El Señor me presentaba para que yo comiese unos frutos de la tierra, comí uno parecido a un pimentón rojo brillante.

Poco después una luz roja se difundía por todos lados sobre mi y a mi alrededor.

A mi izquierda estaba aquel viejo enemigo a unos 15 metros, aterrorizado, por por un momento sentí lástima, pero de inmediato me dí cuenta que no debía dejarme llevar por eso. Y le presenté una reverencia a Jesús: Alto y vestido de blanco en la penumbra.

Aquel ser de maldad estaba siendo aplastado, triturado en el piso por una fuerza invisible, y sus huesos quedaron visibles, Todo estaba iluminado de rayos rojos como una aspersión de sangre.

Luego yo pequeño delante del Señor con el rostro iluminado, sonriente, y sosteniendo un Libro grueso con una cerradura de oro, volteo hacia el enemigo sonriente y le digo:
"Escrito está..."

Un viento se llevó sus restos.

Permanece en mí desde esta mañana una sensación de paz y amor.

Saludos