Vivir por fe
Mateo 1:2 Abraham engendró a Isaac; e Isaac engendró a Jacob; y Jacob engendró a Judá y a sus hermanos.
Romanos 9:7-8 Ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino : “En Isaac te será llamada descendencia”. Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos de la promesa son contados como descendientes.
¿Qué constituye a un Isaac? Isaac es el producto de vivir y andar por la fe. Esto es Cristo. Isaac tipifica plenamente a Cristo en el sentido de heredar todas las riquezas del Padre. Todos debemos experimentar a Cristo de tal manera; es decir, no por el hacer, ni por nuestros esfuerzos ni por el afán, sino simplemente confiando en Él. Nuestra confianza en Él producirá a Isaac. Sólo Isaac es el verdadero elemento de la genealogía de Cristo. No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos de la promesa son contados como descendientes (Ro. 9:7-8). Por lo tanto, Dios consideraba a Isaac como el único hijo de Abraham (Gn. 21:10, 12; 22:2a, 12b, 16-18), el único que heredaría la promesa con respecto a Cristo (Gn. 26:3-4).
Somos el linaje de Abraham hoy, pero ¿andamos en el camino de Ismael o vivimos como Isaac? Andar por el camino de Ismael es cumplir el propósito de Dios por nuestros propios esfuerzos y obras. En el camino de Isaac nos introducimos en Dios, confiando en Él para que Él haga todo por nosotros a fin de cumplir Su propósito. ¡Qué diferencia tan grande entre estos dos caminos! Ismael no tiene nada que ver con Cristo. Todo lo que nosotros hagamos, todo lo que intentemos realizar por nuestra propia cuenta, no tiene nada que ver con Cristo. Necesitamos a Isaac. Si queremos conseguir a Isaac, tenemos que echar a Ismael, detener nuestra obra y entregarnos a la operación de Dios. Si permitimos que Él cumpla Su promesa para nosotros, entonces tendremos a Isaac.
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!
PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 14 --- La iglesia en Filipos
Domingo --- Leer con oración: Fil 1:19, 21-30; 2:14-18
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí” (Fil 1:29-30)
TENER EL MISMO CONFLICTO DEL APÓSTOL
En Filipenses 1:21 Pablo dice: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Él estaba dispuesto aun a morir por el evangelio, pues estaba bajo una gran persecución y muchos le causaban tribulación. Aunque experimentase la salvación por la oración de los santos, y por la suministración abundante del Espíritu de Jesucristo (v. 19), Pablo consideraba ganancia si es que muriese (v. 21).
En el versículo 22 leemos: “Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces que escoger”. Por un lado, debido a la presión exterior, quería morir, por otro, por causa de los santos era necesario que permaneciese en la carne (vs. 24). Sólo consideraba a los demás y no a sí mismo: si muriese estaría para siempre con el Señor y descansaría de sus sufrimientos, sin embargo prefería quedarse para el beneficio de los hermanos (v. 25). Era como si Pablo dijese: “Yo predico el evangelio y aún soy perseguido. Entonces es mejor morir y estar con el Señor. Pero, ¿cómo voy a elegir? Estar con Cristo es mucho mejor, pero si yo permanezco en la carne, quedo vivo, es más beneficio para ustedes, entonces escojo permanecer. Es esto lo que vemos en los versículos 25 y 26: “Y confiando en esto se que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mí presencia otra vez entre vosotros”.
En los versículos 29 y 30 vemos un poco más sobre el corazón de Pablo y la condición de la iglesia en Filipos: “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino que también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí”. La iglesia en Filipos fue realmente una iglesia agraciada, pues no solamente participó de la predicación del evangelio de Pablo, sino también de la provisión de ofrendas de riquezas materiales. Cuando fue atacada por los enemigos, ella se quedó del lado de Pablo, pues estaba totalmente en unidad con él. Debemos practicar todas las cualidades y virtudes de la iglesia en Filipos y aplicarlas a nuestro vivir.
Vamos a concluir con algunos versículos: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo” (Fil 2:14-18).
¡Aleluya! ¡Todos nosotros nos gozamos! A pesar de ser atribulados, los filipenses se gozaban, porque Pablo se gozaba con ellos. Como el ejemplo de los filipenses. ¡Que también nosotros podamos alegrarnos aún en sufrimientos, al participar del mismo encargo del apóstol Pablo en el ministerio de levantar iglesias, y cuidar de ellas con el fin de edificar el Cuerpo de Cristo, con miras al regreso del Señor!
Punto Clave: Ser uno con el apóstol
Pregunta: ¿Cuál fue la postura de la iglesia in Filipos cuando sufrió los ataques de los enemigos?
Dong Yu Lan
Mateo 1:2 Abraham engendró a Isaac; e Isaac engendró a Jacob; y Jacob engendró a Judá y a sus hermanos.
Romanos 9:7-8 Ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino : “En Isaac te será llamada descendencia”. Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos de la promesa son contados como descendientes.
¿Qué constituye a un Isaac? Isaac es el producto de vivir y andar por la fe. Esto es Cristo. Isaac tipifica plenamente a Cristo en el sentido de heredar todas las riquezas del Padre. Todos debemos experimentar a Cristo de tal manera; es decir, no por el hacer, ni por nuestros esfuerzos ni por el afán, sino simplemente confiando en Él. Nuestra confianza en Él producirá a Isaac. Sólo Isaac es el verdadero elemento de la genealogía de Cristo. No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos de la promesa son contados como descendientes (Ro. 9:7-8). Por lo tanto, Dios consideraba a Isaac como el único hijo de Abraham (Gn. 21:10, 12; 22:2a, 12b, 16-18), el único que heredaría la promesa con respecto a Cristo (Gn. 26:3-4).
Somos el linaje de Abraham hoy, pero ¿andamos en el camino de Ismael o vivimos como Isaac? Andar por el camino de Ismael es cumplir el propósito de Dios por nuestros propios esfuerzos y obras. En el camino de Isaac nos introducimos en Dios, confiando en Él para que Él haga todo por nosotros a fin de cumplir Su propósito. ¡Qué diferencia tan grande entre estos dos caminos! Ismael no tiene nada que ver con Cristo. Todo lo que nosotros hagamos, todo lo que intentemos realizar por nuestra propia cuenta, no tiene nada que ver con Cristo. Necesitamos a Isaac. Si queremos conseguir a Isaac, tenemos que echar a Ismael, detener nuestra obra y entregarnos a la operación de Dios. Si permitimos que Él cumpla Su promesa para nosotros, entonces tendremos a Isaac.
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!
PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 14 --- La iglesia en Filipos
Domingo --- Leer con oración: Fil 1:19, 21-30; 2:14-18
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí” (Fil 1:29-30)
TENER EL MISMO CONFLICTO DEL APÓSTOL
En Filipenses 1:21 Pablo dice: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Él estaba dispuesto aun a morir por el evangelio, pues estaba bajo una gran persecución y muchos le causaban tribulación. Aunque experimentase la salvación por la oración de los santos, y por la suministración abundante del Espíritu de Jesucristo (v. 19), Pablo consideraba ganancia si es que muriese (v. 21).
En el versículo 22 leemos: “Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces que escoger”. Por un lado, debido a la presión exterior, quería morir, por otro, por causa de los santos era necesario que permaneciese en la carne (vs. 24). Sólo consideraba a los demás y no a sí mismo: si muriese estaría para siempre con el Señor y descansaría de sus sufrimientos, sin embargo prefería quedarse para el beneficio de los hermanos (v. 25). Era como si Pablo dijese: “Yo predico el evangelio y aún soy perseguido. Entonces es mejor morir y estar con el Señor. Pero, ¿cómo voy a elegir? Estar con Cristo es mucho mejor, pero si yo permanezco en la carne, quedo vivo, es más beneficio para ustedes, entonces escojo permanecer. Es esto lo que vemos en los versículos 25 y 26: “Y confiando en esto se que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mí presencia otra vez entre vosotros”.
En los versículos 29 y 30 vemos un poco más sobre el corazón de Pablo y la condición de la iglesia en Filipos: “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino que también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí”. La iglesia en Filipos fue realmente una iglesia agraciada, pues no solamente participó de la predicación del evangelio de Pablo, sino también de la provisión de ofrendas de riquezas materiales. Cuando fue atacada por los enemigos, ella se quedó del lado de Pablo, pues estaba totalmente en unidad con él. Debemos practicar todas las cualidades y virtudes de la iglesia en Filipos y aplicarlas a nuestro vivir.
Vamos a concluir con algunos versículos: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo” (Fil 2:14-18).
¡Aleluya! ¡Todos nosotros nos gozamos! A pesar de ser atribulados, los filipenses se gozaban, porque Pablo se gozaba con ellos. Como el ejemplo de los filipenses. ¡Que también nosotros podamos alegrarnos aún en sufrimientos, al participar del mismo encargo del apóstol Pablo en el ministerio de levantar iglesias, y cuidar de ellas con el fin de edificar el Cuerpo de Cristo, con miras al regreso del Señor!
Punto Clave: Ser uno con el apóstol
Pregunta: ¿Cuál fue la postura de la iglesia in Filipos cuando sufrió los ataques de los enemigos?
Dong Yu Lan