Re: Vivir en Santidad.......Requisito o Propuesta?
Para mí la santidad es la respuesta amorosa del ser humano al amor de Dios, que siempre se da primero.
El que ama busca satisfacer al amado. Y quien ama a Dios busca ser santo no porque crea que necesita ser perfecto para que Dios le ame sino porque quiere "pagar" amor con amor.
El que verdaderamente llega a amar a Dios, ama todo aquello que Dios ama. Por ello es que de amar a Dios es de donde podemos sacar las fuerzas para amar al prójimo, del cual sabemos que es amado por Dios. De ahí que una buena forma de medir la madurez del amor que tenemos a Dios es preguntarnos por el amor que tenemos y demostramos por los demás.
Para muchos que están metidos de lleno en esa aventura maravillosa de buscar la santidad sin la cual nadie verá a Dios, es muy típico caer en este círculo vicioso que voy a describir:
- reconciliación con Dios.
- momentos de fortaleza y euforia espiritual en los que oramos y alabamos mucho al Señor y parece que vamos a ser completamente fieles a Dios por el resto de nuestra vida pues no hay tentación que pueda con nosotros en esa etapa.
- aparición de pequeñas brechas en esa fortaleza porque ya no oramos tanto y empezamos a no evitar la tentación en la necia creencia de que por nuestras propias fuerzas podremos no caer en ella.
- pecado.
- sensación de fracaso absoluto, humillación e incluso alejamiento continuado de Dios porque nos da vergüenza volver a Él ya que nos vemos indignos por ese pecado.
- concienciación de que sólo en Dios podremos encontrar el perdón y las fuerzas para volver a intentar vivir esa aventura de la santidad
- reconciliación con Dios.
Mi consejo es que tan pronto como pequemos busquemos la reconciliación por medio de la confesión, la cual debemos de preparar a conciencia, evitando en todo momento que se convierta en algo rutinario. Si dejamos pasar el tiempo sin reconciliarnos con Dios, la situación empeorará a marchas forzadas y nuestros pecados serán cada vez más numerosos y peores.
Y una vez reconciliados con Dios, ayudados por su gracia debemos de poner todo lo que esté a nuestro alcance para que esas etapas de fortaleza espirituales se prolongen más en el tiempo. Estemos atentos a las primeras señales de debilidad, porque justo ahí es cuando más fácil nos será dominar nuestra tendencia al pecado. Creo que más santo es el cristiano que evita ponerse en situaciones de tentación que aquel que las vence, porque casi siempre una victoria concreta contra una tentación concreta es el preludio a una derrota que nos lleva a pecar. Por eso Cristo dijo que si algo nos era ocasión para pecar, deberíamos arrancarnos ese algo. Para algunos puede ser el no salir con determinado tipo de gente. Para otros puede ser no abrir una bebida alcohólica. Para otros no ver determinadas películas..... creo que todos sabemos qué es aquello que más fácilmente nos conduce al pecado. Pues bien, aprovechemos los momentos en que estamos muy a gustito con Dios para cortar todo lazo que nos una a esas futuras tentaciones.
Fácil no es. Pero Dios está en nosotros produciendo tanto el querer como el hacer.
El Señor nos guarde de todo mal.
---