ACTO DE CONGREGACIONES EVANGELISTAS
Rezos y plegarias en la Plaza de Mayo para pedir por la Argentina
El acto fue presidido por 500 pastores evangelistas. Lo definieron como "un cacerolazo espiritual". La gente pidió por "una Nación con políticos honrados, creíbles e íntegros".
Mariana Iglesias. DE LA REDACCION DE CLARIN.
CON FE. LA GENTE CONCENTRADA ANOCHE FRENTE AL CABILDO, VISTA DESDE LA SEDE DEL GOBIERNO PORTEÑO. EN SUS PLEGARIAS LOS EVANGELISTAS EXPRESARON SU ESPERANZA. (Foto: Gustavo Cherro)
Como ya es costumbre en estos últimos dos meses, la simbólica Plaza de Mayo ayer volvió a llenarse. Esta vez no hubo encendidos reclamos políticos ni ruidosas protestas vecinales contra el corralito o la Corte Suprema. Esta vez, en lugar de bombos y cacerolas, se escucharon rezos y plegarias que hablaron de esperanza, dignidad y solidaridad. Es que el motivo del multitudinario encuentro, convocado por las 15.000 congregaciones evangélicas que hay en todo el país, no fue otro que "Orar por la Argentina".
Ya al atardecer, la plaza mostraba las camisetas y vinchas celestes y blancas que llevaban puestas los miles de fieles que viajaron hacia el corazón del centro porteño desde todos los rincones de la ciudad y el Gran Buenos Aires. Todos querían participar de esta convocatoria de pastores y líderes de la oración.
"Creemos que la oración es una manera de sacar la angustia y la desesperanza de la gente. Porque si todos esos sentimientos no se sacan, las personas somatizan y se enferman. La gente que puede orar le hace frente a la crisis y sale adelante. Pero la oración es algo más que una terapia, porque Dios está escuchando. La oración es como un cacerolazo espiritual", explicó a Clarín el pastor Osvaldo Carnival.
La cita era para las 19.30, pero el acto se atrasó y comenzó una hora más tarde, cuando el sol se había puesto y las estrellas iluminaban la plaza, que estaba casi cubierta. Según la Policía, había 10.000 personas. Todos estaban allí para orar por la Argentina. "Vine para pedir que el pueblo se vuelva a Dios, que es el único que puede salvarnos. Hay gente que confía en los hombres; nosotros confiamos en Dios", explicó Nilda Rodríguez mientras apretaba su pecho con la mano. La mujer, de 45 años, hace 4 que es parte de la congregación Catedral de la Fe, de Caballito.
Nilda estaba en la primera fila de la multitud, bien cerca del escenario improvisado sobre un enorme camión. Mientras algunos de los 500 pastores presentes se preparaban para decir sus oraciones, por los parlantes se escuchaba la letra de "Sana nuestra Nación". Los fieles seguían los versos con sus brazos levantados y los ojos cerrados. Finalmente, a las 20.30, un reverendo subió al camión y dio la bienvenida "a los hermanos y amigos de Cristo".
"Esta noche algo maravilloso está sucediendo, algo divino llega a nuestro país. No hemos venido a maldecir a la Argentina sino a bendecirla, porque nosotros estamos agradecidos de haber nacido en este país. Argentina no vive sólo un problema económico, tiene un gran problema espiritual. Si eso se arregla, lo demás tendrá una solución", dijo. Y la gente lo ovacionó.
Después sonaron las estrofas del Himno Argentino. Y más tarde llegaron las oraciones: "Argentina, oramos por vos porque creemos que no todo está perdido y que la salida no es el aeropuerto de Ezeiza"; "Argentina, oramos por vos porque anhelamos ver una nación con políticos honrados, creíbles e íntegros, y con verdadera justicia"; "Argentina, oramos por vos porque no permitiremos que la sigan destruyendo como lo hicieron hasta hoy porque sabemos que eres tierra bendita por Dios con riquezas incalculables".
Isaías, con sus 11 años, escuchaba muy seriamente. El chico había viajado desde Glew, y llevaba los colores de Argentina en todo su cuerpo: en su remera, en la vincha, en la bandera que lo envolvía. "Yo también vine a orar por mi país", dijo Isaías. A su lado, Estéfana Salinas (62) sentenció: "Sólo en Cristo hay salvación".
Cada familia y cada congregación había llevado sus pancartas y carteles. Por la plaza se leía "Señor, perdón por los pecados de Argentina"; "Dios y la Patria lo demandan: por un arrepentimiento público de la clase dirigente argentina"; "Argentina, levántate en el nombre de Jesús".
Entre plegarias, rezos y oraciones, los fieles tarareaban "Cuán grande es El" y "Te pido la paz". Los altoparlantes sólo hicieron silencio cuando la multitud se unió para rezar el Padre Nuestro. Y al final, 10.000 velas blancas se encendieron como símbolo de esperanza. Las llamas bailaban por el viento de la noche. Y una enorme tela blanca y negra flameaba sobre el frente del Cabildo. Decía: "No más violencia. Es un mensaje de Dios".
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