Lo ideal sería que no hubiera ni victimarios ni víctimas. Todos los humanos deberíamos tratarnos con caridad.
Pero desgraciadamente; para afrontar a los "victimarios superiores" y evitar "victimas inferiores" algunas veces no hay más remedio que convertirles en víctimas a los victimarios. Peor es que los malos conviertan en víctimas a los buenos que los buenos conviertan en víctimas a los malos. Hay que luchar contra el mal. Pero intentando siempre, tanto como sea posible, no acercarse demasiado al mal para luchar contra él.