Re: Versiculos "incomodos"
alicantino dijo:
perdona miniyo...pero en esos versos no veo a ningun angel celestial caido
si te fijas los versos van destinados al REY DE TIRO,cuya ciudad era tambien conocida como EDEN(VER LIBROS DE HISTORIA)
alicantino
Oh
querubin protector.
QUERUBÍN Forma plural del vocablo hebreo querub (posiblemente originado del acádico karabu [bendecir u orar]), usada para referirse a ciertos dioses menores a veces representados con un animal alado con cabeza de hombre.
Los querubines de la Biblia no son dioses ni reciben adoración; son seres celestiales que sirven a Dios. En Edén guardan «el camino del árbol de la vida» (Gn 3.24). Simbólicamente, guardaban los objetos sagrados en el tabernáculo, pues sobre la cubierta del arca del pacto se colocaron dos figuras de querubines cubiertas con oro. Las alas de estos querubines cubrían el propiciatorio, que era el trono al que Dios descendía en una nube de gloria (Éx 25.22; Lv 16.2).
En la poesía israelita los querubines rodean o sostienen el trono de Dios (1 S 4.4; 2 S 6.2; 2 R 19.15; Sal 80.1; 99.1; Is 37.16). En Ez 10 el trono de Dios es llevado por querubines. En otra figura poética, Jehová cabalga sobre un querubín (2 S 22.11; Sal 18.10).
El templo de Salomón se decoró con muchas lujosas representaciones de querubines (1 R 7.29, 36). Dos de ellos, hechos de olivo y cubiertos de oro, tenían 5 m de altura.
El Antiguo Testamento no describe claramente a los querubines, pero Ezequiel los vio en sus visiones con cuatro caras y cuatro alas cada uno, acompañados por muchas ruedas (Ez 10.3–22; cf. 1.4–28.).
Los arqueólogos han descubierto varios artefactos que pueden tener semejanza con los querubines, pues en el Cercano Oriente antiguo las representaciones de seres alados eran comunes. En Samaria se encontró un grabado en marfil que tenía cuerpo de un animal cuadrúpedo, cara humana y alas. En Gebal (1200 a.C.) se encontró una escultura en la que dos figuras aladas sostienen el trono del rey.
Los querubines, pues, nos presentan otro caso donde la revelación bíblica usa imágenes y figuras comunes, y hasta elementos usados en la mitología, pero los usa con otro sentido y en una manera completamente desmitologizada.
Nelson, W. M., & Mayo, J. R. (2000, c1998). Nelson nuevo diccionario ilustrado de la Biblia (electronic ed.). Nashville: Editorial Caribe.
QUERUBINES (heb. kerûḇı̂m). En el AT esta palabra representa seres simbólicos y celestiales. En el libro de Génesis se les encomendó guardar el árbol de la vida en el Edén (Gn. 3.24). Una función simbólica similar se le acordó a los querubines de oro que se colocaron a cada lado del propiciatorio que cubría el arca del pacto (Ex. 25.18–22; cf. He. 9.5), porque se consideraba que protegían los objetos sagrados contenidos en el arca, y que ofrecían, con sus alas extendidas, un pedestal visible para el trono invisible de Dios (cf. 1 S. 4.4; 2 S. 6.2; 2 R. 19.15; Sal. 80.1, 99.1, etc.). En Ez. 10 el trono-carro de Dios, todavía sostenido por querubines, adquiere movilidad. También se bordaban representaciones de estas criaturas aladas en las cortinas y el velo del tabernáculo, y en las paredes del templo (Ex. 26.31; 2 Cr. 3.7).
Figuras de querubines formaban parte de las lujosas decoraciones del templo de Salomón (1 R. 6.26ss). Dos de ellas, talladas en madera de olivo y recubiertas con oro, dominaban el santurario interior. Tenían aproximadamente 5 m de altura, y la distancia entre las puntas de sus alas extendidas era similar; cuando se los colocaba juntos cubrían toda una pared. También se tallaron querubines en frisos alrededor de las paredes del templo de Salomón, donde aparecían junto con representaciones de animales, en paneles decorativos que formaban parte de la base del enorme recipiente (“mar”) que contenía el agua para las abluciones rituales.
En otras alusiones, especialmente en los libros poéticos, representaban simbólicamente las tormentas de viento celestiales; así en 2 S. 22.11 (Sal. 18.10) se representa a Dios “cabalgando sobre un querubín” (expresión que tiene una cláusula paralela, “voló sobre las alas del viento”).
El AT no describe claramente el aspecto y la naturaleza general de los querubines. Generalmente se los representaba como criaturas aladas con pies y manos. En la visión que tuvo Ezequiel de la Jerusalén restaurada los seres tallados que semejaban querubines tenían dos caras, una de hombre y otra de león (Ez. 41.18s), mientras que los que ve en su visión de la gloria divina, tenían cada uno cuatro caras y cuatro alas (Ez. 10.21). Se desconoce hasta qué punto se consideraba que poseían cualidades morales y éticas. Invariablemente se los relacionaba estrechamente con Dios, y disfrutaban de una posición elevada y etérea.
Gracias a los descubrimientos arqueológicos tenemos algunas antiguas representaciones de criaturas que podrían ser querubines. En Samaria se encontraron paneles de marfil en los que puede verse una figura compuesta por un rostro humano, un cuerpo de animal con cuatro patas, y dos alas muy trabajadas y muy destacadas. Excavaciones llevadas a cabo en la antigua ciudad fenicia de Gebal (la Biblos gr.) han revelado una representación labrada de dos querubines similares, en los que se apoya el trono de Hiram, rey de Gebal, que reinó ca. 1000 a.C.
Las criaturas aladas simbólicas ocupaban lugar prominente en la mitología y la arquitectura del Cercano Oriente de la antigüedad. Las representaciones de este tipo eran comunes en el animismo egipcio; en Mesopotamia leones y toros alados guardaban los edificios importantes. Los hititas popularizaron los grifos, seres muy complejos que consistían en un cuerpo de león con cabeza y alas de águila, y cuya apariencia general era muy similar a la de la esfinge.
Bibliografía. G. von Rad, El libro del Génesis, 1977, pp. 117–18; id., Estudios sobre el Antiguo Testamento, 1976, pp. 103–121: G. Auou, La danza ante el arca, 1971, pp. 82, 251, 344–345, etc.; L. Alfonso Schökel, J. L. Sicre, Los profetas, 1980, t(t). I y II; R. de Vaux, Instituciones del Antiguo Testamento, 1985.
ICC, Genesis, pp. 89s, Ezekiel, pp. 112–114, Revelation, I, pp. 118–127; art. “Cherub” en JewE; art. “Cherubim” en HDB y DAC; H. Heppe, Reformed Dogmatics, trad. ing., 1950.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
Bendiciones