Re: URRACANTA LABASUYA
Estimados hermanos
Nadie puede negar el error, exceso o extravagancia de algunos cristianos que dicen hablar en lenguas. Las palabras, expresiones o frases aprendidas y repetidas, por cierto nunca jamás podríamos llamarle "don de lenguas".
Pero, intentar burlarse de un don del Espíritu Santo, usando como pretexto falencias de algunos pocos cristianos; es sencillamente ir en contra de lo que Dios ha establecido para edificación del pueblo de Dios: los dones del Espíritu; y es pasar a llevar nada menos que al mismo Dios y su doctrina divina.
¿Porqué el señor Lifman no examina el don de lenguas BÍBLICAMENTE y no en base a imitaciones burdas de éste don? Errores en la interpretación de la doctrina del evangelio, y asimismo en sus prácticas, los hay en todo orden de enseñanzas bíblicas,... ¿por eso haremos vana la verdad irrefutable de Dios?
Con esto, ¿está el señor Lifman, aceptando todo lo malo que se le aplica a los isarelitas o judíos secularmente o religiosamente por la ignorancia de aquellos que lo dicen, así como acepta el "urracanta labasuya"?
Los engaños del diablo, sus maquinaciones y esfuerzos en su afán de desprestigiar y ridiculizar el evangelio de Jesucristo o la Palabra de Dios, no deben ser ignorados por aquellos que dicen creer en Dios. ¿Podemos examinar la verdad de Dios, desde un punto de vista carnal, en razón a errores o desvaríos de algunos creyentes?.... ¿Porqué no la examinamos a la luz de la Palabra de Dios?
Lo invito señor Rav Lifman; ya que tuvo la osadía (osadía digo, porque declarando no creer en el evangelio de Jesucristo, trae algo que corresponde al Nuevo Testamento, en el que usted como buen isarelita no cree),... de traer este tema a la palestra, a examinar los dones de Dios, entre ellos el don de lenguas, desde una perspectiva biblica; ... y aceptar lo que su Palabra dice en relación al don de lenguas, vigente hasta hoy, para salud y edificación del pueblo de Dios, con el compromiso de aceptar lo que la Palabra de Dios dice en relación a ello, así como usted acepta una forma de ridiculizar el don de lenguas, como si fuera lícito o correcto; pues... si acepta aquello que es una ridícula imitación, por cierto que aceptará lo verdadero y legitímo ¿verdad?
Y debo aclararle, que creo rotúndamente en el don de lenguas; aunque NUNCA, JAMÁS he hablado en lenguas, ni mucho menos esas palabras o frases repetidas, que lo único que pretenden es ridicular el verdadero don de lenguas;... Y lo más lamentable, es que existen creyentes o cristianos que se prestan a seguir el jueguito de aquellos que conscientes o ignorantes hablan tales sandeces y de los que los critican, como si eso fuera de Dios.
Dios le bendiga.