¡Único remedio para sobrevivir en una sociedad sin Dios!

28 Febrero 1999
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-Como nunca antes en la historia de la humanidad se hace patente el horror cotidiano ya descrito desde antiguo en Rom 3:10-18 y aun antes.

Las noticias del día de hoy compiten con las de ayer en cuanto a cuales sean peores. Abusos, corrupción, delitos y crímenes estremecen a lectores, oyentes o telespectadores, lacerando nuestra alma ante la impotencia personal de no poder hacer nada para frenar tal ola de maldad.

La gente organiza marchas reclamando a los gobiernos por más seguridad y patrullaje policial. ¡Pero eso es imposible! ¿De dónde sacar un funcionario policial para ponerlo de custodia tras cada ciudadano? Y aun eso nada garantizaría. Habría que hacer dormir al policía en medio de la cama matrimonial para prevenir la eventualidad de un femicidio. También tendrían que distribuirse policías en salones, corredores y puertas de los institutos de enseñanza para evitar que algún descontento atente contra alumnos y maestros. Más policías todavía patrullando calles y rutas para impedir el robo de vehículos. A otros habría que acomodarlos en algún asiento delantero del ómnibus para evitar el imprevisto atraco al conductor y pasajeros, etc. etc.

No pretendo hacer proselitismo religioso ni presentarme como ecumenista, pero lo cierto es que en nuestras sociedades modernas occidentales queda mal hablar de Dios. Sean cristianos, judíos o musulmanes, tenemos vergüenza de hablar de Dios, pues tememos faltar al laicismo de nuestras constituciones republicanas.

Sin embargo, lo único que le falta a nuestra moderna sociedad es precisamente lo indispensable: nos falta Dios. Gobernantes y gobernados actuamos como si no hubiera Dios. Al no haber temor de Dios, no hay límite alguno a las atrocidades que todavía se puedan cometer.

Entonces, la única solución es Dios. ¿Nos atreveremos a hablar de Él públicamente? En la iglesia, la sinagoga y la mezquita es fácil ¿pero afuera?


Saludos cordiales
 
-Como nunca antes en la historia de la humanidad se hace patente el horror cotidiano ya descrito desde antiguo en Rom 3:10-18 y aun antes.

Las noticias del día de hoy compiten con las de ayer en cuanto a cuales sean peores. Abusos, corrupción, delitos y crímenes estremecen a lectores, oyentes o telespectadores, lacerando nuestra alma ante la impotencia personal de no poder hacer nada para frenar tal ola de maldad.

La gente organiza marchas reclamando a los gobiernos por más seguridad y patrullaje policial. ¡Pero eso es imposible! ¿De dónde sacar un funcionario policial para ponerlo de custodia tras cada ciudadano? Y aun eso nada garantizaría. Habría que hacer dormir al policía en medio de la cama matrimonial para prevenir la eventualidad de un femicidio. También tendrían que distribuirse policías en salones, corredores y puertas de los institutos de enseñanza para evitar que algún descontento atente contra alumnos y maestros. Más policías todavía patrullando calles y rutas para impedir el robo de vehículos. A otros habría que acomodarlos en algún asiento delantero del ómnibus para evitar el imprevisto atraco al conductor y pasajeros, etc. etc.

No pretendo hacer proselitismo religioso ni presentarme como ecumenista, pero lo cierto es que en nuestras sociedades modernas occidentales queda mal hablar de Dios. Sean cristianos, judíos o musulmanes, tenemos vergüenza de hablar de Dios, pues tememos faltar al laicismo de nuestras constituciones republicanas.

Sin embargo, lo único que le falta a nuestra moderna sociedad es precisamente lo indispensable: nos falta Dios. Gobernantes y gobernados actuamos como si no hubiera Dios. Al no haber temor de Dios, no hay límite alguno a las atrocidades que todavía se puedan cometer.

Entonces, la única solución es Dios. ¿Nos atreveremos a hablar de Él públicamente? En la iglesia, la sinagoga y la mezquita es fácil ¿pero afuera?


Saludos cordiales
Aunque no se quiera creer, ya estamos pasando por el comienzo de las tribulaciones, para aquellos que creen que la iglesia no estará en medio de la tribulación.
 
Los que sabemos que la iglesia pasará por la tribulación, nos preparamos para ello, pero los que creen que serán llevados, se sentirán frustrados al vivir en medio de tanta maldad y el rechazo creciente contra Dios... Esto precisamente es parte de la tribulación.
 
Última edición:
Los que sabemos que la iglesia pasará por la tribulación, nos preparamos para ello, pero los que creen que serán llevados, se sentirán frustrados al vivir en medio de tanta maldad y el rechazo creciente contra Dios... Esto precisamente es parte de la tribulación.
-Creo firmemente que los que esperan y aman la venida del Señor, serán arrebatados antes que el Anticristo se manifieste, cunda la apostasía y comience la gran tribulación anunciada. Pero este no será mi tema aquí (hay otros epígrafes donde se discute) sino el vivir en una sociedad sin Dios.
 
-Creo firmemente que los que esperan y aman la venida del Señor, serán arrebatados antes que el Anticristo se manifieste, cunda la apostasía y comience la gran tribulación anunciada. Pero este no será mi tema aquí (hay otros epígrafes donde se discute) sino el vivir en una sociedad sin Dios.
Entiendo tu punto, lo que sucede es que de acuerdo a la creencia de cada quien, es la actitud que manifiesta.

Usted manifiesta su preocupación por el aumento del mal, la corrupción y la falta de Dios, y eso está bien, pero hay que manifestar también "la esperanza" en que Dios nos protege en medio de la tribulación.

En mi caso, no me sorprende el aumento de la maldad y de todos los problemas mundiales, pues ya la Biblia lo enseña para que estemos preparados para confrontarlo.
 
Entiendo tu punto, lo que sucede es que de acuerdo a la creencia de cada quien, es la actitud que manifiesta.

Usted manifiesta su preocupación por el aumento del mal, la corrupción y la falta de Dios, y eso está bien, pero hay que manifestar también "la esperanza" en que Dios nos protege en medio de la tribulación.

En mi caso, no me sorprende el aumento de la maldad y de todos los problemas mundiales, pues ya la Biblia lo enseña para que estemos preparados para confrontarlo.
-Desde hace ya casi dos milenios fuimos advertidos que los malos hombres irán de mal en peor (2Tim 3:13) por lo que nunca la expectativa cristiana fue halagüeña respecto a la gente del mundo, como bien dices. Sin embargo, esto tampoco nos debiera desanimar hasta la inercia, sino estar siempre prontos en cualquier lugar y situación a procurar el bien temporal y eterno de los que nos rodean.
 
Totalmente de acuerdo.

Y ¿como sería eso?, pregunto esto porque veo que es muy difícil hablar o predicar a Jesucristo en publico o en la calle.
¿Cual es el modelo, ejemplo, o forma de hacer esto Bíblicamente?
-Con apenas dieciséis años empecé a predicar al aire libre en plazas y esquinas concurridas con un grupo de jóvenes de mi edad. Hasta hace unos años atrás volví a hacerlo en una feria vecinal. El problema actual es el de no encontrar a un solo hermano que me acompañe. Incluso, ahora, ya con mis 82 años, temo que la potencia de mi voz no sea la misma y no quisiera exponerme al ridículo.

-También es posible conseguir gratuitamente porciones bíblicas, evangelios y Nuevos Testamentos que pueden ser ofrecidos a personas que visitamos o con las que nos cruzamos. Con esto, puede seguir también una buena conversación.

-Si nos movilizamos entre personas que fácilmente se sueltan a hablar de cualquier cosa, una referencia a Dios que hagamos, ya las sobresalta, y eso puede dar lugar a que prosigamos. No es fácil.
 
-Con apenas dieciséis años empecé a predicar al aire libre en plazas y esquinas concurridas con un grupo de jóvenes de mi edad. Hasta hace unos años atrás volví a hacerlo en una feria vecinal. El problema actual es el de no encontrar a un solo hermano que me acompañe. Incluso, ahora, ya con mis 82 años, temo que la potencia de mi voz no sea la misma y no quisiera exponerme al ridículo.
Eso es precisamente lo que pensaba cuando escribí la pregunta pues me vino a memoria que Jesus siempre los enviaba de dos en dos o a todos los doce juntos, o sea que nunca andaban solos, así es como debería de ser pues el sentirse apoyado da mas fuerza.
El ir solo es muy desgastante. Pero Gloria a Dios!
 
-Algo que me pasma en nuestra realidad latinoamericana, es que en algunas repúblicas del norte, centro y sur, para ser candidato a Presidente y otros destacados cargos públicos de gobierno, hay que tener un coraje a toda prueba, ya que los magnicidios son lamentablemente frecuentes. Sea por mandato de algún dirigente opositor, o por locura de algún exaltado que pretende saltar a la fama eliminando a un "famoso", se hace relativamente fácil atentar contra la vida de alguien que -en el acierto o en el error-, se ofrece al voto popular para el servicio de la nación o la comunidad. Las medidas precautorias de seguridad son todas insuficientes ante la insania criminal. No hay temor de Dios y ni siquiera aprecio por la propia vida.
 
No saben o no creen lo que les espera por toda la Eternidad, llorarán, gritarán, y maldecirán por la eternidad. El Remedio es Jesus el Señor, si él reinara en el corazón de todos, no habría enemistad entre los hombres. Así será en el Milenio.
Es nuestro deber anunciar lo que se les viene encima al anunciar el evangelio de la Gracia, si lo creen, bien, y si no lo creen, también, pues todos sin excepción se les ha dado una medida de fe para responder al evangelio al creer en Jesucristo como Señor y Salvador, si deciden no usar esa medida de fe es cosa suya.
 
-Otra de las formas más recientes de la inusitada violencia de nuestra sociedad contemporánea y urbana, es la que se viene dando en algunos institutos de enseñanza media. Los adolescentes de colegios cercanos, se citan por las redes a encontrarse en determinado lugar y hora, a fin de enfrentarse a golpes de puños, participando en la acción también las chicas. Parece que el aliciente que los mueve es el de filmarse para luego exhibirse en las pantallas de sus celulares. Cuando alguno lleve consigo un arma y resuelva usarla, ya aparecerán víctimas heridas o muertas. Si algún buen cristiano apareciese entre ellos suplicándoles que por Dios vuelvan en paz a sus casas, seguramente será derribado y pateado hasta su muerte. ¡Así estamos!