Una historia reconfortante.

Jumela

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27 Abril 2007
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En el Louvre de París se exhibe una intrigante pintura. La misma representa a Fausto (el legendario mago alemán que negoció su alma con el diablo) sentado frente a Satanás junto a un tablero de ajedrez. Satanás está gozando maliciosamente por lo que aparenta ser jaque mate del rey de Fausto. La expresión del mago es la de un hombre derrotado.
Según una popular historia, un famoso maestro de ajedrez visitó la galería un día y estudió la pintura con mucho detenimiento. De repente sorprendió a todo el mundo a su alrededor gritando con emoción: “¡Es mentira!, ¡es mentira! El rey y el caballo tienen otra jugada.”

Isaías aseguró al pueblo de Judá que Dios siempre provee una salida de escape. Aunque iban a ser deportados a Babilonia a causa de su maldad, Isaías profetizó que llegaría un día de liberación en que tendrían que salir apresuradamente. Pero no tenían que preocuparse. Así como Dios había provisto agua para los israelitas en el desierto, también proveería para ellos en su largo camino a casa.
Muchos de nosotros hemos vivido situaciones que parecían irremediables. No veíamos la salida, pero oramos y Dios abrió un camino. Hizo esa “jugada imposible”. Podemos confiar en Él. Nunca le pueden hacer jaque mate.
Herb Vander Lugt
 
Re: Una historia reconfortante.

En el Louvre de París se exhibe una intrigante pintura. La misma representa a Fausto (el legendario mago alemán que negoció su alma con el diablo) sentado frente a Satanás junto a un tablero de ajedrez. Satanás está gozando maliciosamente por lo que aparenta ser jaque mate del rey de Fausto. La expresión del mago es la de un hombre derrotado.
Según una popular historia, un famoso maestro de ajedrez visitó la galería un día y estudió la pintura con mucho detenimiento. De repente sorprendió a todo el mundo a su alrededor gritando con emoción: “¡Es mentira!, ¡es mentira! El rey y el caballo tienen otra jugada.”
Isaías aseguró al pueblo de Judá que Dios siempre provee una salida de escape. Aunque iban a ser deportados a Babilonia a causa de su maldad, Isaías profetizó que llegaría un día de liberación en que tendrían que salir apresuradamente. Pero no tenían que preocuparse. Así como Dios había provisto agua para los israelitas en el desierto, también proveería para ellos en su largo camino a casa.
Muchos de nosotros hemos vivido situaciones que parecían irremediables. No veíamos la salida, pero oramos y Dios abrió un camino. Hizo esa “jugada imposible”. Podemos confiar en Él. Nunca le pueden hacer jaque mate.
Herb Vander Lugt
Tienes mucha razón así como el famoso jugador de ajedréz: Tanto El rey (Cristo) como el caballo (Nosotros) siempre tenemos otra jugada. El Rey (Cristo) siempre sabrá jugarla, pero el caballo (nosotros) no siempre.

Ya Job lo había apuntado: "...tendreis confianza porque hay esperanza"

Dios te bendice!

Greivin.