Re: Una advertencia a todos los hermanos del foro!
Reciban todos un cordial saludo cristiano!
Primeramente quisiera alertar a todos de "una posible intromisión" de una secta en el foro llamada "Los Cristadelfianos" (busquen por wikipedia) dirijida "posiblemente" por Francisco Saavedra desde Chile, los Cristadelfianos, niegan doctrinas fundamentales de las sagradas escrituras como la deidad de Cristo, la Trinidad, el Infierno, la existencia de Satanás, entre otras.
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¿ cordial saludo cristiano?
¿ en wikipedia dicen que dirijo desde Chile a los cristadelfianos?
La deidad de cristo, la Trinidad, el infierno, la existencia de Satanás de NINGUNA FORMA son DOCTRINAS DE LA BIBLIA ni MENOS FUNDAMENTALES.
Pueden ser doctrinas fundamentales de algunos grupos cristianos, de ninguna manera, son doctrinas de Cristo.
Cristo No enseño NINGUNA DOCTRINA RELIGIOSA, no enseño ninguna doctrina del Padre, tampoco enseño alguna doctrina de si mismo, ni ninguna doctrina acerca del Espíritu Santo.
efectivamente, NO CREO nada de esas " doctrinas fundamentales". NO SOY cristadelfiano, ni lo he sido Jamas.
Ademas NO CREO en muchas otras cosas
No creo en una divinidad que ayude a una nación a vencer una guerra, que intervenga en la cura de una persona amada, que permita a cierto equipo derrotar sus adversarios, ni que altere el tiempo para beneficiar a alguien, sea quien sea. No me parece apropiado fingir que esas cosas son posibles cuando todo lo que sé sobre el orden natural del mundo en el que vivo proclama lo contrario.
Puesto que no considero a Dios como un ser, tampoco puedo interpretar a Jesús como la encarnación de ese Dios sobrenatural, ni puedo asumir con credibilidad que él tenga el poder divino suficiente para hacer cosas tan milagrosas como calmar las olas del mar, expulsar a los demonios, caminar sobre el agua o multiplicar cinco panes para alimentar a cinco mil personas. Si tengo que proclamar la naturaleza divina de ese Jesús, tendrá que ser sobre otras bases
Los milagros naturales dicen mucho sobre el poder que las personas le atribuyeron a Jesús, pero no dicen nada sobre lo que ocurrió realmente.
No creo que este Jesús pudiera, literalmente, resucitar a los muertos, curar parálisis médicamente diagnosticadas, devolver la vista a los ciegos de nacimiento o a quienes hubieran la visión por otra causa. Tampoco creo que él hizo oír a alguien que había sido sordo y mudo de nacimiento. Las historias de curación pueden ser vistas de diversas formas. Considerarlas sobrenaturales o milagrosas es, en mi opinión, la posibilidad menos creíble de todas.
No creo que Jesús vino al mundo nacido milagrosamente de una virgen, ni que ocurran partos virginales, excepto en la mitología. No creo que una estrella, literalmente, guió a los reyes magos a llevar regalos a Jesús, ni que los ángeles cantaron anunciando su nacimiento a los pastores. No creo que Jesús nació en Belén, ni que haya huido a Egipto para escapar de la ira del rey Herodes. Considero todo eso leyendas que posteriormente fueron transformadas en historia, conforme la tradición iba creciendo y se desarrollaba, mientras las personas trataban de entender el significado y el poder de la vida de Cristo
No creo que la experiencia celebrada en la Pascua por los cristianos sea la resurrección física del cuerpo de Jesús, muerto tres días antes, ni creo que alguien haya hablado literalmente con él después del momento de la resurrección, le haya dado comida, haya tocado en su carne resucitada, ni que él haya caminado físicamente con su cuerpo resucitado. Me parece interesante el hecho de que todas las narraciones que hablan de esos encuentros ocurren solamente en los evangelios posteriores. No creo que la resurrección de Jesús haya sido señalada literalmente por un terremoto, un anuncio de los ángeles o una tumba vacía. Todo eso lo considero también como tradiciones legendarias de un sistema religioso en un proceso de maduración. No creo que Jesús, en el final de su viaje terrenal, haya regresado a Dios ascendiendo literalmente a un cielo ubicado en algún lugar sobre las nubes. Mi conocimiento del tamaño del universo reduce ese concepto a un sinsentido.
No creo que Jesús fundó una iglesia, ni que haya establecido jerarquía eclesiástica, iniciada por los doce apóstoles que perdura hasta nuestros días. No creo que haya creado los sacramentos como medios especiales de gracia, ni que esos medios sean o puedan ser controlados por la Iglesia y por lo tanto tengan que ser presididos por el clero. Todas esas cosas representan para mí un intento de los seres humanos de ganar poder para sí mismos y para sus particulares instituciones religiosas.
No creo que los seres humanos nazcan en pecado y que, a menos que sean bautizados o de alguna forma salvados, vayan a ser expulsados para siempre de la presencia de Dios. Considero que el concepto mítico de la caída del ser humano a algún status negativo, no es una visión correcta de nuestro comienzo, ni de origen del mal. Concentrarnos en la caída de la humanidad como un estado de pecado, y sugerir que ese pecado sólo puede ser vencido por una iniciativa divina que restaure la vida humana a un status pre-caída que nunca estuvo, son conceptos muy extraños para mí, que sirven, otra vez, principalmente para construir el poder institucional
No creo que las mujeres sean menos humanas ni menos santas que los hombres, y, por lo tanto, no me puedo imaginar formando parte de una Iglesia que, de alguna forma, discrimine a las mujeres, o sugiera que la mujer no es apta para ejercer cualquier vocación que la Iglesia ofrezca a su pueblo, desde el papado hasta las funciones más humildes de servicio. Considero que la tradicional exclusión de las mujeres de las posiciones de liderazgo en la Iglesia no es una tradición sagrada, sino una manifestación del pecado del patriarcado.
No creo que los homosexuales sean personas anormales, mentalmente enfermas o moralmente depravadas. Además, considero que cualquier texto sagrado que sugiera eso está equivocado y mal informado. Mis estudios me llevaron a la conclusión de que la sexualidad en sí, incluyendo todas las orientaciones sexuales, es moralmente neutra, por lo que puede ser vivida positiva o negativamente. Me parece que el espectro de la experiencia sexual humana es muy amplio. En ese espectro, un determinado porcentaje de la población, en todas las épocas, se ha orientado hacia las personas del mismo sexo. Sencillamente así es la vida. No me puedo imaginar ser parte de una Iglesia que discrimine a los homosexuales o a las lesbianas por lo que son. Ni quiero participar en prácticas eclesiásticas que considero basadas en una ignorancia prejuiciosa
No creo que la pigmentación de la piel ni el origen étnico constituyan un asunto de superioridad o inferioridad, y considero inaceptable cualquier sistema social, incluso cualquier parte de la Iglesia cristiana, que opere con ese presupuesto. Los prejuicios de los seres humanos basados en racismos son para mí, simplemente, manifestaciones de pasados tribales; son prejuicios negativos que los seres humanos desarrollaron en su lucha por la supervivencia
No creo que todas las éticas cristianas fueran inscritas en piedra ni en las páginas de las Escrituras, quedando así establecidas para siempre. Soy consciente de que “el tiempo deteriora lo que antiguamente fue bueno” y que el prejuicio fundado en definiciones culturales negativas ha sido, durante siglos, la base sobre la que los cristianos han oprimido a las personas de color, a las mujeres y a aquellos cuya orientación no ha sido heterosexual
No creo que la Biblia sea la “palabra de Dios” en sentido literal. No la considero como la fuente principal de la revelación divina. No creo que Dios haya dictado su texto ni que haya inspirado integralmente su producción. Veo la Biblia como un libro humano que mezcla la profunda sabiduría de los sabios a través de los siglos con las limitaciones de la percepción humana de la realidad en un determinado momento de la historia humana. Esta combinación ha marcado nuestras convicciones religiosas como testimonios ambivalentes de esclavitud y emancipación, inquisiciones y progresos teológicos, libertad y opresión( tampoco soy anglicano como el autor de esto ultimo)