Aunque este espacio, pretenciosamente abierto a todos, está únicamente copado por gente contraria a la Iglesia Apostólica, me voy a atrever a romper una lanza en favor de ella, a riesgo de que multitud de foristas me contesten unas cuantas barbaridades fruto de la desinformación, fruto de lectura de periódicos como El País, claramente contrario a cualquier confesión religiosa, incluso la vuestra, que busca el sensacionalismo y el deshacer los principios de la religiosidad del hombre. A lo que iba.
Se han publicado un montón de noticias, que más que nada buscan el escándalo, que se han producido en los dos últimos meses en el seno de la Iglesia Católica. Ya sabéis, desde el caso del cura que anuncia en la prensa su homosexualidad -aunque eso es lo de menos, el caso es que anuncia que se pasa el celibato por el arco del triunfo- hasta los 71 sacerdotes que anuncian, casualmente también en la prensa y en internet, que se han unido a favor del celibato opcional.
Pero el mayor problema es que nos creemos a pies juntillas lo que sale en los periódicos y, creedme que sé de lo que hablo, en este medio de "comunicación" -recordad que es un negocio, no es ninguna entidad altruista- la principal finalidad es vender el mayor número de ejemplares y la única manera de coseguirlo es contando historias que no sólo sean escandalosas y llamativas -por supuesto aderezadas con la imaginación del redactor- sino que además, si es posible, hay que dañar el máximo posible las instituciones que hacen que los ciudadanos tengan una opinión coherente y verdadera contraria a las convicciones políticas del momento. Pero no voy a insistir en esto.
El caso es que estos escándalos, estas noticias aireadas en la prensa, son ciertos, no voy a negarlo, pero tampoco voy a negar, como ya he dicho, que se han exagerado ¿O alguien piensa lo contrario?.
Sí, José Mantero es homosexual, pero no es cierto que la Iglesia Católica expulse a los homosexuales, y los tenga marginados como pecadores sin remedio. Nada más lejos de la realidad. A Mantero se le ha sancionado por romper su promesa con Dios: anunciar el Evangelio con su vida y ejemplo, intentar ser como Jesucristo para poder anunciar la Buena Nueva a los hombres. La Iglesia no expulsa a los pecadores, se acerca a ellos, los acoge y ayuda, los ama y se entrega a ellos, tal como haría Cristo -otra cosa es que estos no quieran-. Y no hace falta rebuscar en ninguna parte para comprobarlo: Cualquier parroquia es presencia viva de Jesucristo entre los hombres. Pero es cierto que hay que contar que además de este lado Santo de la Iglesia, está el lado humano. La Iglesia es Santa, Católica y Apostólica, o lo que es lo mismo, procede de Dios, es Universal y la recibimos de la tradición apostólica. Y es en este último punto donde se dan los fallos, en la parte humana de la Iglesia: si la forman hombres y los hombres son pecadores, entonces el lado humano de la Iglesia será pecador -pero no olvidemos el otro lado, el Santo y Católico, el lado infalible de Dios.
Si en esto estamos todos de acuerdo ¿Por qué se tacha de error a toda la Iglesia? Por malentender las cosas, simplemente con un poco de información -y no con la desinformación periodística- la gente podría razonar las cosas y ver dónde está la verdad. Porque no sé si habréis caído en ello, pero las cosas hay que razonarlas, no tragárselas y aceptarlas porque sí, hay que preguntarse los por qué de las cosas, la razón de ser de todo, hay que pensar, aprender a pensar, no a idolatrizar ideas que os vienen dadas, como hacen algunos con la Biblia, sobre todo con el Antiguo Testamento, que se lo toman como si de un dictado de Dios se tratara, olvidando que ha sido escrita por hombres inspirados por Dios, no por Dios mismo. Pensad esto, de verdad, pensadlo, razonadlo.
En fin, al final me he alejado de mi objetivo y me he ido a otro distinto. Acabaré aglutinando en dos frases mi apoyo a la Iglesia Católica, en cuatro palabras inseparables:
Fe y Razón.
Palabras y Obras.