https://definicion.de/displicente/
El vocablo latino displĭcens, derivado de displicēre, llegó al castellano como displicente.
Así se califica a aquel o aquello que resulta altivo, altanero, apático o indiferente.
Por ejemplo: “No voy a tolerar la actitud displicente de nadie en este equipo”, “Cuando fue increpado por la mujer, el cantante se limitó a esbozar una sonrisa displicente”, “El presidente, en tono displicente, le aseguró a los empresarios que sabe perfectamente lo que está haciendo”.
El concepto de displicente suele emplearse en el terreno de los deportes para aludir al jugador que no obedece las indicaciones de su entrenador y que, por lo tanto, no respeta las estrategias o las tácticas del conjunto. Un deportista displicente, por otra parte, no se esfuerza al máximo ni muestra compromiso.
Supongamos que un futbolista siempre intenta resolver sus jugadas con alguna acción lujosa, que le permita destacarse a nivel individual aunque no sea eficaz ni útil para el equipo. Además no suele involucrarse en las tareas que no lucen pero que son necesarias para el conjunto. Por todos estos motivos, el futbolista en cuestión es calificado como “displicente”por los periodistas.
Se denomina displicencia, por otra parte, a la indiferencia o la abulia en el trato.
De esta manera, el trato displicente es frío y apático, evidenciando desinterés por el otro y hasta reflejando, en algunos casos, una falta de respeto
“La mujer, desesperada, se acercó al gobernador para pedirle colaboración y el mandatario la trató de forma displicente, diciéndole que él ayudaba a todos los vecinos a través de sus decisiones políticas”.
Retomando la etimología de la palabra displicente, podemos decir que su pariente latino displicens, displicentis es el participio presente del verbo displicere, que puede traducirse como «desagradar, disgustar, no aprobar algo o estar lejos de cualquier consentimiento o placer».
. La palabra displicente puede reemplazarse en muchos casos por las siguientes:
apático, descortés, desagradable, desabrido, hosco, seco, desapacible e indolente.
En pocas palabras, podemos decir que a nadie le gustaría ser calificado de displicente, al menos en una relación donde busque la armonía, ya que se trata de un adjetivo que habla de una actitud mal vista por los demás.
El vocablo latino displĭcens, derivado de displicēre, llegó al castellano como displicente.
Así se califica a aquel o aquello que resulta altivo, altanero, apático o indiferente.
Por ejemplo: “No voy a tolerar la actitud displicente de nadie en este equipo”, “Cuando fue increpado por la mujer, el cantante se limitó a esbozar una sonrisa displicente”, “El presidente, en tono displicente, le aseguró a los empresarios que sabe perfectamente lo que está haciendo”.
El concepto de displicente suele emplearse en el terreno de los deportes para aludir al jugador que no obedece las indicaciones de su entrenador y que, por lo tanto, no respeta las estrategias o las tácticas del conjunto. Un deportista displicente, por otra parte, no se esfuerza al máximo ni muestra compromiso.
Supongamos que un futbolista siempre intenta resolver sus jugadas con alguna acción lujosa, que le permita destacarse a nivel individual aunque no sea eficaz ni útil para el equipo. Además no suele involucrarse en las tareas que no lucen pero que son necesarias para el conjunto. Por todos estos motivos, el futbolista en cuestión es calificado como “displicente”por los periodistas.
Se denomina displicencia, por otra parte, a la indiferencia o la abulia en el trato.
De esta manera, el trato displicente es frío y apático, evidenciando desinterés por el otro y hasta reflejando, en algunos casos, una falta de respeto
“La mujer, desesperada, se acercó al gobernador para pedirle colaboración y el mandatario la trató de forma displicente, diciéndole que él ayudaba a todos los vecinos a través de sus decisiones políticas”.
Retomando la etimología de la palabra displicente, podemos decir que su pariente latino displicens, displicentis es el participio presente del verbo displicere, que puede traducirse como «desagradar, disgustar, no aprobar algo o estar lejos de cualquier consentimiento o placer».
. La palabra displicente puede reemplazarse en muchos casos por las siguientes:
apático, descortés, desagradable, desabrido, hosco, seco, desapacible e indolente.
En pocas palabras, podemos decir que a nadie le gustaría ser calificado de displicente, al menos en una relación donde busque la armonía, ya que se trata de un adjetivo que habla de una actitud mal vista por los demás.