El 26 de junio de 1994, la máxima autoridad judicial de los EE.UU., Janet Reno, fue entrevistada en referencia al tema de las sectas. Durante la entrevista, que duró una hora, se le preguntó qué tipo de características tiene un miembro de una secta. Entre las características que ella citó estaban:
a) Tener una sólida creencia en la Biblia.
b) Creer en la 2ª venida de Jesucristo.
c) Participar frecuentemente en estudios bíblicos.
d) Apoyar económicamente una causa cristiana.
Cualquiera de las características convertirían a una persona en sospechosa de pertenecer a una secta, pero más de una de ellas haría de esa persona una amenaza, y colocaría a su familia en una situación de riesgo como para que el gobierno pudiera intervenir.
Parece incomprensible que en un país eminentemente cristiano los valores y creencias cristianas hayan comenzado a despreciarse de tal manera. ¿Qué es lo que ha cambiado para que eso ocurra? ¿Qué está ocurriendo en la nación de la libertad religiosa?
Muchas cosas están ocurriendo en los EE.UU. Una de ellas ha sido comenzar a introducir una nueva estrategia educativa con el fin de modificar todos los valores tradicionales de la sociedad americana. Actualmente, el programa “Objetivos 2.000” está tratando de arrebatar la función educativa de los padres y dársela a la escuela. Para ello, se requiere que los padres introduzcan a sus hijos cuanto antes en el sistema educativo, y durante un mayor número de horas. Con ello, se pretende que la escuela pase a ser el primer medio educativo de los niños. Más aún, el programa “Objetivos 2.000” determina a los propios padres que es lo que pueden o no pueden enseñar a sus propios hijos en el hogar. Por supuesto, los valores cristianos están excluidos de dicho programa educativo, la disciplina por parte de los padres está restringida, e incluso la enseñanza de la Biblia podría considerarse como un abuso infantil.
Con el fin de crear un ambiente hostil contra dichos valores cristianos, prestigiosos expertos en educación están desacreditando cualquier enseñanza o sistema que de crédito al cristianismo. Uno de esos expertos es el psicopedagogo Paul Brandwein que instruye a profesores y directores académicos diciendo que: “Cualquier niño que cree en Dios está mentalmente enfermo.”
Muchas agencias de protección infantil están interviniendo y separando familias por este asunto, aún en casos en los que no hay más que sospechas infundadas sobre los padres. El problema radica en que el estado cree que la protección de los niños les pertenece a ellos en lugar de los padres.
Aunque parezca difícil de creer todo esto, es una realidad. De hecho, hay un caso que ha captado la atención de quienes aun defienden y luchan por mantener la libertad religiosa en EE.UU.
La familia de Stephen Ames Jr. está sufriendo persecución religiosa en los EE.UU., supuestamente el país de la libertad religiosa. En la Corte de Northhumberland (Pennsylvania), dos niños han sido separados de sus padres. El motivo: a) Que sus padres distribuyan material defendiendo la constitución. b) La lectura de la Biblia “sin tener formación adecuada.” Leslie Brydon, fiscal del gobierno, alegó que “los padres creen que la constitución aún es relevante, leen la Biblia a sus hijo, y que ese tipo de creencias son peligrosas para sus hijos.” Richard Medellin y su abogado, Herschel Lock, acusaron a los padres de estar mentalmente enfermos y de leer la Biblia a sus hijos sin tener formación para ello.
Los niños fueron tomados de manos de sus padres sin notificación alguna y tampoco fueron avisados del procedimiento que se iba a llevar con la custodia. Los padres han llevado a juicio a varios empleados judiciales. No obstante, han sido avisados por el juez del estado, James F. McClure, que el control político y religioso de los niños pertenece al estado. Cuando la familia Ames fue en busca de ayuda a su senador correspondiente, se les comunicó que “lo que el gobierno quiere lo consigue y lo que ahora no quiere es que la gente crea en la constitución y que lea la Biblia, y si seguís intentando conseguir la custodia de vuestros hijos o incluso intentáis visitarlos terminaréis el resto de vuestros días en la cárcel.” Los servicios sociales ya han tomado medidas para que los niños no puedan ser visitados por sus padres.
Es sorprendente que esto esté ocurriendo en el país de las libertades. Quienes crean que el problema se limita a los EE.UU. y que no les afectará nunca, sepan que las Naciones Unidas tienen elaborado un programa educativo a nivel mundial (Hábitat II) con las mismas directrices que la versión americana “Objetivos 2.000”. De hecho, el programa de los EE.UU. fue copiado del que ya había diseñado las ONU con anterioridad y cuyo nombre es “Objetivos 2.000”. El objetivo es crear un único sistema educativo a nivel mundial. En ese nuevo sistema educativo está incluida una nueva visión espiritual menos exclusiva, más tolerante y más ecuménica. En este sistema se valora y aprecia a María como un Diosa femenina, se promueven los valores de la Nueva Era tales como la reencarnación, la meditación, la astrología,...etc.
Uno de los organismos que quiere educar a los niños, más que los propios padres es la Organización Mundial de Salud (OMS). Desde su fundación, está intentando tomar un mayor control sobre los niños y desvincularlos de los padres, en el caso que estos no se adapten al plan establecido. El primer presidente de la OMS fue Brock Chisholm, un psiquiatra que dijo que los padres cristianos “adoctrinan a sus indefensos niños con certezas dañinas” que causan guerra y conflicto. El
dijo: “El verdadero problema no es ya el germen de la difteria, sino las actitudes de los padres que son incapaces de aceptar y usar un conocimiento probado.
Seguramente, el desarrollo de niños en sus casas y en las escuelas debiera ser igual de importante que las vacunas...Los individuos que tienen problemas emocionales pueden proyectar su odio hacia otros...Esta reacción puede ser una amenaza para todo el mundo...Debemos estar preparados para sacrificar mucho...Si no se puede conseguir de buenas
maneras, tendríamos que hacerlo de forma ruda, o incluso violenta”.
Después de medio siglo, los planes de la OMS siguen siendo los mismos. Para conseguir lo que el doctor Chisholm dijo, han creado una agencia internacional llamada Nations for Mental Health (Naciones para la Salud Mental). Dicho organismo, compromete a todos los estados miembros a la agenda de las Naciones Unidas. Entre las diversas ramificaciones de dicho organismo está otro organismo llamado “Ciudades Saludables”. Dentro del plan de las Naciones Unidas para las “Ciudades Saludables”, se considera que la comunidad es más importante que el individuo. Así, por el bien de la comunidad, amigos y vecinos podrían ser requeridos para que informen sobre la forma de vida, costumbres, o actitudes de cualquier persona. Más aún, el Presidente Bill Clinton ha anunciado la creación de una página en Internet del Departamento de
Justicia donde se invita a los niños a que denuncien a “adultos de confianza” cualquier actitud ofensiva o violenta que sus padres cometan contra ellos.
Según Federico mayor Zaragoza, presidente de la UNESCO, la paz requiere “la solidaridad intelectual y moral de toda la humanidad”. Todos aquellos niños que no estén dentro del perfil del Nuevo Orden Mundial serán considerados incapacitados. El Dr. David Satcher, alto cargo en el Ministerio de Sanidad de EE.UU., también dijo que “ninguna prioridad ha generado tanto interés y entusiasmo como la salud mental.”
Una ley vigente en el estado de Colorado (EE.UU.) puede darnos una idea de lo que podría suceder a nivel mundial cuando el plan de las Naciones Unidas sea puesto en acción. Dicha ley sugiere que aquellos niños que estén siendo educados en una familia cristiana podrían estar sometidos a “abuso emocional o riesgo de consideración” y concede autoridad a los Servicios Sociales para que puedan actuar en contra de los padres cristianos por abuso a menores. En este momento, cada familia del estado de Colorado que educa a sus hijos para obedecer a Dios se arriesga a ser acusado de quebrantar la ley y enfrentar cualquier acción del Servicio de Protección Infantil. Todo ello explica la acción tomada contra la familia de Stephen Ames Jr. que antes hemos comentado.
Por cierto, ¿No se ha fijado Ud. en la cantidad de noticias que nos presentan sobre abusos a menores a través de los medios de comunicación? ¿No se estará creando ya una conciencia a nivel social sobre el asunto?
También en el estado de Wisconsin, se ha introducido una enmienda mediante la cual se asigna un trabajador social a cada niño que nace. Este trabajador va al hospital en el momento en el que nace su niño asignado y le acompaña, a casa junto con su madre. El certificado de nacimiento del niño, es, en este estado, un documento por el que dicho estado se hace el máximo responsable de ese niño, incluso por encima de la voluntad de sus padres. Los padres actúan de custodios y el
trabajador social de agente estatal. Este agente tiene la autoridad y libertad para poder comprobar, en cualquier momento, que los requerimientos del estado se estén cumpliendo en el hogar.
En Europa, seguimos el mismo camino que en los EE.UU. La Unión Europea va a destinar 4.000 millones de pesetas para crear el programa “Daphne” para la prevención de la violencia doméstica y la ayuda a niños, adolescentes y mujeres que sufran malos tratos. “El Parlamento Europeo quiere que el nuevo programa tenga como objetivo la protección de todas las formas de violencia y de todas las potenciales.”, según informa la “Tribuna del Parlamento Europeo” en su número Abril/Mayo, 1999.
La Carta Europea de Derechos Humanos coloca las demandas de la educación estatal por encima de los principios de libertad religiosa. Un ejemplo de ello lo encontramos en el trato que han recibido unas familias de guardadoras del sábado en Luxemburgo. En este país la enseñanza es obligatoria el día de sábado. Esta familia pidió que sus hijos estuvieran exentos de acudir a la escuela el sábado para poder cumplir con su deber religioso. Los tribunales de este país apelaron al “derecho a la educación como un derecho fundamental dentro de un estado”, y denegaron la petición de las familias. Estas apelaron al Tribunal Europeo de Estrasburgo, en Francia, pero este tribunal ratificó la decisión de las autoridades de Luxemburgo. Este hecho es de suma importancia ya que coloca el derecho a la educación por encima del derecho de libertad religiosa.
En España, parece que queremos seguir los dictados de la ONU y por ello ya existe un Proyecto de Ley contra los malos tratos en el que “La violencia psicológica entra en la lista de delitos y será castigada con la cárcel (de seis meses a tres años);...bastará con acreditar varios actos de violencia sea del tipo que sea, sobre la misma víctima o diferentes.” (El País, viernes 30 Abril, 1999)
No nos debe sorprender la pretensión de absoluto control que se requiere sobre los niños ya que desde hace años los líderes de la Nueva Era están haciendo reiteradas acusaciones al cristianismo sobre el asunto. Una de las personas que más éxito ha obtenido en infiltrar en la sociedad occidental la filosofía de la Nueva Era ha sido Alice Bailey. Ella dijo, en cierta ocasión: “Si la Nueva Era tiene que triunfar, a los niños se les debe de proveer de un nuevo entorno.” El medio para conseguir el objetivo es separar cuanto antes a los niños del entorno familiar. Según ella, hay que: “Crear centros de atención infantil fuera de los hogares para que los niños no sean afectados por sus padres.”
Note Ud. que esto se está cumpliendo ya que la legislación cada día tiende a escolarizar a los niños a una edad cada vez más temprana, y que aquellos que pretenden retener a sus hijos el mayor tiempo posible son continuamente asediados por el gobierno y el entorno social, de momento en los EE.UU.
Otro destacado líder de este movimiento, el Dr. Frank Alper, habló mas claro y dijo en cierta ocasión que “las familias cristianas representan un deterioro para el crecimiento espiritual de los niños.” Este hombre piensa que “si se toma una generación de niños y se los mantiene “iluminados”, en tres generaciones el mundo entero será despertado espiritualmente.”
El psiquiatra M. Scott Peck, adepto a la filosofía de la Nueva Era, ha llegado a decir que: “Un énfasis excesivo de la divinidad de Jesús es una amenaza para la Comunidad.” Por último, Robert Muller, profesor de Nueva Era y Asistente del Secretario General de la Naciones Unidas mantiene que a los niños en la Nueva Era se les debe enseñar una religión en la cual sean aceptados diferentes dioses y religiones. Esa religión de la que habla Muller será el mayor movimiento religioso que
nunca se haya creado en la historia del mundo.
a) Tener una sólida creencia en la Biblia.
b) Creer en la 2ª venida de Jesucristo.
c) Participar frecuentemente en estudios bíblicos.
d) Apoyar económicamente una causa cristiana.
Cualquiera de las características convertirían a una persona en sospechosa de pertenecer a una secta, pero más de una de ellas haría de esa persona una amenaza, y colocaría a su familia en una situación de riesgo como para que el gobierno pudiera intervenir.
Parece incomprensible que en un país eminentemente cristiano los valores y creencias cristianas hayan comenzado a despreciarse de tal manera. ¿Qué es lo que ha cambiado para que eso ocurra? ¿Qué está ocurriendo en la nación de la libertad religiosa?
Muchas cosas están ocurriendo en los EE.UU. Una de ellas ha sido comenzar a introducir una nueva estrategia educativa con el fin de modificar todos los valores tradicionales de la sociedad americana. Actualmente, el programa “Objetivos 2.000” está tratando de arrebatar la función educativa de los padres y dársela a la escuela. Para ello, se requiere que los padres introduzcan a sus hijos cuanto antes en el sistema educativo, y durante un mayor número de horas. Con ello, se pretende que la escuela pase a ser el primer medio educativo de los niños. Más aún, el programa “Objetivos 2.000” determina a los propios padres que es lo que pueden o no pueden enseñar a sus propios hijos en el hogar. Por supuesto, los valores cristianos están excluidos de dicho programa educativo, la disciplina por parte de los padres está restringida, e incluso la enseñanza de la Biblia podría considerarse como un abuso infantil.
Con el fin de crear un ambiente hostil contra dichos valores cristianos, prestigiosos expertos en educación están desacreditando cualquier enseñanza o sistema que de crédito al cristianismo. Uno de esos expertos es el psicopedagogo Paul Brandwein que instruye a profesores y directores académicos diciendo que: “Cualquier niño que cree en Dios está mentalmente enfermo.”
Muchas agencias de protección infantil están interviniendo y separando familias por este asunto, aún en casos en los que no hay más que sospechas infundadas sobre los padres. El problema radica en que el estado cree que la protección de los niños les pertenece a ellos en lugar de los padres.
Aunque parezca difícil de creer todo esto, es una realidad. De hecho, hay un caso que ha captado la atención de quienes aun defienden y luchan por mantener la libertad religiosa en EE.UU.
La familia de Stephen Ames Jr. está sufriendo persecución religiosa en los EE.UU., supuestamente el país de la libertad religiosa. En la Corte de Northhumberland (Pennsylvania), dos niños han sido separados de sus padres. El motivo: a) Que sus padres distribuyan material defendiendo la constitución. b) La lectura de la Biblia “sin tener formación adecuada.” Leslie Brydon, fiscal del gobierno, alegó que “los padres creen que la constitución aún es relevante, leen la Biblia a sus hijo, y que ese tipo de creencias son peligrosas para sus hijos.” Richard Medellin y su abogado, Herschel Lock, acusaron a los padres de estar mentalmente enfermos y de leer la Biblia a sus hijos sin tener formación para ello.
Los niños fueron tomados de manos de sus padres sin notificación alguna y tampoco fueron avisados del procedimiento que se iba a llevar con la custodia. Los padres han llevado a juicio a varios empleados judiciales. No obstante, han sido avisados por el juez del estado, James F. McClure, que el control político y religioso de los niños pertenece al estado. Cuando la familia Ames fue en busca de ayuda a su senador correspondiente, se les comunicó que “lo que el gobierno quiere lo consigue y lo que ahora no quiere es que la gente crea en la constitución y que lea la Biblia, y si seguís intentando conseguir la custodia de vuestros hijos o incluso intentáis visitarlos terminaréis el resto de vuestros días en la cárcel.” Los servicios sociales ya han tomado medidas para que los niños no puedan ser visitados por sus padres.
Es sorprendente que esto esté ocurriendo en el país de las libertades. Quienes crean que el problema se limita a los EE.UU. y que no les afectará nunca, sepan que las Naciones Unidas tienen elaborado un programa educativo a nivel mundial (Hábitat II) con las mismas directrices que la versión americana “Objetivos 2.000”. De hecho, el programa de los EE.UU. fue copiado del que ya había diseñado las ONU con anterioridad y cuyo nombre es “Objetivos 2.000”. El objetivo es crear un único sistema educativo a nivel mundial. En ese nuevo sistema educativo está incluida una nueva visión espiritual menos exclusiva, más tolerante y más ecuménica. En este sistema se valora y aprecia a María como un Diosa femenina, se promueven los valores de la Nueva Era tales como la reencarnación, la meditación, la astrología,...etc.
Uno de los organismos que quiere educar a los niños, más que los propios padres es la Organización Mundial de Salud (OMS). Desde su fundación, está intentando tomar un mayor control sobre los niños y desvincularlos de los padres, en el caso que estos no se adapten al plan establecido. El primer presidente de la OMS fue Brock Chisholm, un psiquiatra que dijo que los padres cristianos “adoctrinan a sus indefensos niños con certezas dañinas” que causan guerra y conflicto. El
dijo: “El verdadero problema no es ya el germen de la difteria, sino las actitudes de los padres que son incapaces de aceptar y usar un conocimiento probado.
Seguramente, el desarrollo de niños en sus casas y en las escuelas debiera ser igual de importante que las vacunas...Los individuos que tienen problemas emocionales pueden proyectar su odio hacia otros...Esta reacción puede ser una amenaza para todo el mundo...Debemos estar preparados para sacrificar mucho...Si no se puede conseguir de buenas
maneras, tendríamos que hacerlo de forma ruda, o incluso violenta”.
Después de medio siglo, los planes de la OMS siguen siendo los mismos. Para conseguir lo que el doctor Chisholm dijo, han creado una agencia internacional llamada Nations for Mental Health (Naciones para la Salud Mental). Dicho organismo, compromete a todos los estados miembros a la agenda de las Naciones Unidas. Entre las diversas ramificaciones de dicho organismo está otro organismo llamado “Ciudades Saludables”. Dentro del plan de las Naciones Unidas para las “Ciudades Saludables”, se considera que la comunidad es más importante que el individuo. Así, por el bien de la comunidad, amigos y vecinos podrían ser requeridos para que informen sobre la forma de vida, costumbres, o actitudes de cualquier persona. Más aún, el Presidente Bill Clinton ha anunciado la creación de una página en Internet del Departamento de
Justicia donde se invita a los niños a que denuncien a “adultos de confianza” cualquier actitud ofensiva o violenta que sus padres cometan contra ellos.
Según Federico mayor Zaragoza, presidente de la UNESCO, la paz requiere “la solidaridad intelectual y moral de toda la humanidad”. Todos aquellos niños que no estén dentro del perfil del Nuevo Orden Mundial serán considerados incapacitados. El Dr. David Satcher, alto cargo en el Ministerio de Sanidad de EE.UU., también dijo que “ninguna prioridad ha generado tanto interés y entusiasmo como la salud mental.”
Una ley vigente en el estado de Colorado (EE.UU.) puede darnos una idea de lo que podría suceder a nivel mundial cuando el plan de las Naciones Unidas sea puesto en acción. Dicha ley sugiere que aquellos niños que estén siendo educados en una familia cristiana podrían estar sometidos a “abuso emocional o riesgo de consideración” y concede autoridad a los Servicios Sociales para que puedan actuar en contra de los padres cristianos por abuso a menores. En este momento, cada familia del estado de Colorado que educa a sus hijos para obedecer a Dios se arriesga a ser acusado de quebrantar la ley y enfrentar cualquier acción del Servicio de Protección Infantil. Todo ello explica la acción tomada contra la familia de Stephen Ames Jr. que antes hemos comentado.
Por cierto, ¿No se ha fijado Ud. en la cantidad de noticias que nos presentan sobre abusos a menores a través de los medios de comunicación? ¿No se estará creando ya una conciencia a nivel social sobre el asunto?
También en el estado de Wisconsin, se ha introducido una enmienda mediante la cual se asigna un trabajador social a cada niño que nace. Este trabajador va al hospital en el momento en el que nace su niño asignado y le acompaña, a casa junto con su madre. El certificado de nacimiento del niño, es, en este estado, un documento por el que dicho estado se hace el máximo responsable de ese niño, incluso por encima de la voluntad de sus padres. Los padres actúan de custodios y el
trabajador social de agente estatal. Este agente tiene la autoridad y libertad para poder comprobar, en cualquier momento, que los requerimientos del estado se estén cumpliendo en el hogar.
En Europa, seguimos el mismo camino que en los EE.UU. La Unión Europea va a destinar 4.000 millones de pesetas para crear el programa “Daphne” para la prevención de la violencia doméstica y la ayuda a niños, adolescentes y mujeres que sufran malos tratos. “El Parlamento Europeo quiere que el nuevo programa tenga como objetivo la protección de todas las formas de violencia y de todas las potenciales.”, según informa la “Tribuna del Parlamento Europeo” en su número Abril/Mayo, 1999.
La Carta Europea de Derechos Humanos coloca las demandas de la educación estatal por encima de los principios de libertad religiosa. Un ejemplo de ello lo encontramos en el trato que han recibido unas familias de guardadoras del sábado en Luxemburgo. En este país la enseñanza es obligatoria el día de sábado. Esta familia pidió que sus hijos estuvieran exentos de acudir a la escuela el sábado para poder cumplir con su deber religioso. Los tribunales de este país apelaron al “derecho a la educación como un derecho fundamental dentro de un estado”, y denegaron la petición de las familias. Estas apelaron al Tribunal Europeo de Estrasburgo, en Francia, pero este tribunal ratificó la decisión de las autoridades de Luxemburgo. Este hecho es de suma importancia ya que coloca el derecho a la educación por encima del derecho de libertad religiosa.
En España, parece que queremos seguir los dictados de la ONU y por ello ya existe un Proyecto de Ley contra los malos tratos en el que “La violencia psicológica entra en la lista de delitos y será castigada con la cárcel (de seis meses a tres años);...bastará con acreditar varios actos de violencia sea del tipo que sea, sobre la misma víctima o diferentes.” (El País, viernes 30 Abril, 1999)
No nos debe sorprender la pretensión de absoluto control que se requiere sobre los niños ya que desde hace años los líderes de la Nueva Era están haciendo reiteradas acusaciones al cristianismo sobre el asunto. Una de las personas que más éxito ha obtenido en infiltrar en la sociedad occidental la filosofía de la Nueva Era ha sido Alice Bailey. Ella dijo, en cierta ocasión: “Si la Nueva Era tiene que triunfar, a los niños se les debe de proveer de un nuevo entorno.” El medio para conseguir el objetivo es separar cuanto antes a los niños del entorno familiar. Según ella, hay que: “Crear centros de atención infantil fuera de los hogares para que los niños no sean afectados por sus padres.”
Note Ud. que esto se está cumpliendo ya que la legislación cada día tiende a escolarizar a los niños a una edad cada vez más temprana, y que aquellos que pretenden retener a sus hijos el mayor tiempo posible son continuamente asediados por el gobierno y el entorno social, de momento en los EE.UU.
Otro destacado líder de este movimiento, el Dr. Frank Alper, habló mas claro y dijo en cierta ocasión que “las familias cristianas representan un deterioro para el crecimiento espiritual de los niños.” Este hombre piensa que “si se toma una generación de niños y se los mantiene “iluminados”, en tres generaciones el mundo entero será despertado espiritualmente.”
El psiquiatra M. Scott Peck, adepto a la filosofía de la Nueva Era, ha llegado a decir que: “Un énfasis excesivo de la divinidad de Jesús es una amenaza para la Comunidad.” Por último, Robert Muller, profesor de Nueva Era y Asistente del Secretario General de la Naciones Unidas mantiene que a los niños en la Nueva Era se les debe enseñar una religión en la cual sean aceptados diferentes dioses y religiones. Esa religión de la que habla Muller será el mayor movimiento religioso que
nunca se haya creado en la historia del mundo.