Un futuro ¿caótico?

Bart

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24 Enero 2001
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LUIS MARIÁN

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Se dice que en España, dentro de unos pocos años, la temperatura aumentará y propiciará más incendios, sequías e inundaciones que ocasionarán gravísimos desastres en la agricultura y en un turismo que va a ir disminuyendo, entre otras circunstancias, a causa de la alta competencia internacional y de la reducción del periodo vacacional invertido por quienes nos visitan. Eso es lo que se escucha acerca de un panorama que puede empeorar si le sumamos la continua subida del petróleo.


Siguiendo con esta lista de inquietantes vaticinios, comprobamos como la pirámide de población española sigue envejeciendo hasta el punto de provocar preediciones que avalan el inevitable declive de un bienestar nacional que de momento sobrevive al endeudamiento de los ciudadanos y a los efectos, aún sin definir, del auge exponencial del terrorismo internacional. Presente turbio y futuro oscuro es la esencia de un murmullo que hace preguntarse a muchos: ¿permitirá Dios este caos?

En paralela mirada a otros hechos nos encontramos con una iglesia española cuantitativamente diminuta (alrededor del 1% de la población si ponderamos diferentes fuentes) e intrascendente socialmente. Una iglesia que cohabita con un irreligioso mundo regido por la Ley Sacra del Pentateuco del hedonismo, el consumismo, el individualismo, el relativismo y la permisividad.

El psiquiatra y escritor Enrique Rojas aborda con agudeza en uno de sus libros, El hombre Light, esta ausencia de valores para alertarnos acerca de una biensonante permisividad que a menudo desembocan en pasividad e indiferencia general ante situaciones realmente perjudiciales para los individuos.

Dentro de este panteón postmoderno no podemos obviar al relativismo, el “a mí me da igual lo que haga el otro ” que impulsa un individualismo anestesiante ante ciertas injusticias. Siguiendo con este Olimpo contemporáneo, cabe mencionar al intocable hedonismo como el fin último de pasarlo bien a toda costa. El pasarlo bien es un regalo de Dios, y muchos creyentes deberían hacer más por divertirse, pero esta filosofía de la juerga lleva en ocasiones a ignorar los daños para disimularlos con una tesis que en su versión extrema postula que “en la vida todos los vicios son cosas buenas ” (como dijo el cantante Miguel Bosé en el diario El Mundo: 01/08/2004).

Basta mirar “lo bueno” –por ejemplo- del abuso del alcohol y sus implicaciones en los malos tratos, agresiones sexuales o los accidentes en carretera (primera causa de muerte entre jóvenes) para ver que estamos ante una religión falsa. Pero a pesar de los datos que desenmascaran la esclavitud del ser humano, seguiremos contemplando multitudes que se afanan por secuestrar la Ley Universal del pecado y sus consecuencias.

Con todo, es probable que pudiésemos ver un resurgir espiritual en Europa Occidental cuando esos antivalores dejasen de ser creíbles. En el momento en el que la ausencia de bienestar hiciese que el individualismo y sus dioses hermanos abdicasen, todos nos quedaríamos realmente desnudos. Una sociedad caótica, más pobre y destrozada en todos sus órdenes es lo que no deseamos ni –por supuesto- debemos perseguir, pero quizás la ausencia de incienso material para la ofrenda a estas deidades provoque nuevas oportunidades de salvación en Occidente. Asia, África, Oceanía e incluso América apuntalan esta posibilidad.

Sería triste esperar a comprobar como una dantesca estampa de hombres y mujeres despojados de abrigo llevase a admitir a muchos que una vida sin Dios no es más que vanidad de vanidades. El caso es que tal y como ahora está el panorama espiritual español hay poco que perder y mucho que ganar. Si oramos para un cambio espiritual en esta nación quizás pasen cosas que no nos gusten. Veremos. Aunque para el que ha entregado su destino a Dios, nada de esto debería preocuparle.

!Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” Apocalipsis 3, 15-22


Luis Marián trabaja en Madrid como documentalista en la Universidad Carlos III, y Coordinador de la Biblioteca Protestante de Madrid. Es estudiante de periodismo y cofundador de www.delirante.org un portal juvenil cristiano enfocado al diálogo con no creyentes.


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Re: Un futuro ¿caótico?

Buen artículo
 
Re: Un futuro ¿caótico?

Este magnifico escrito me trae a la memoria estos pasajes:


20 La sabiduría clama en las calles,
Alza su voz en las plazas;
21 Clama en los principales lugares de reunión;
En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones.
22 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza,
Y los burladores desearán el burlar,
Y los insensatos aborrecerán la ciencia?
23 Volveos a mi reprensión;
He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros,
Y os haré saber mis palabras.
24 Por cuanto llamé, y no quisisteis oír,
Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese,
25 Sino que desechasteis todo consejo mío
Y mi reprensión no quisisteis,
26 También yo me reiré en vuestra calamidad,
Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;
27 Cuando viniere como una destrucción lo que teméis,
Y vuestra calamidad llegare como un torbellino;
Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.
28 Entonces me llamarán, y no responderé;
Me buscarán de mañana, y no me hallarán.
29 Por cuanto aborrecieron la sabiduría,
Y no escogieron el temor de Jehová,
30 Ni quisieron mi consejo,
Y menospreciaron toda reprensión mía,
31 Comerán del fruto de su camino,
Y serán hastiados de sus propios consejos.
32 Porque el desvío de los ignorantes los matará,
Y la prosperidad de los necios los echará a perder;
33 Mas el que me oyere, habitará confiadamente
Y vivirá tranquilo, sin temor del mal. (Proverbios. 1)


1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. 2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. 3 Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 4 He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. 5 He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.
6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. (Isaías 55.)




Bendiciones

Bart