Un centenar de abusos y el heroísmo cotidiano

18 Noviembre 1998
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Hoy en el diario Libertad Digital

Un centenar de abusos y el heroísmo cotidiano

Por José Luis Restán

Si la noticia sobre el mal siempre nos encoge, cuando se encarna en personas especialmente llamadas a enseñar y reflejar el buen camino, inmediatamente asoma el escándalo. Nada puede atenuar el dolor que produce saber que haya religiosas que han sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes, con todo el cortejo de violencia y desprecio por la dignidad de las personas que esto conlleva. Habrá que acotar las dimensiones del problema, verificar los casos, descartar exageraciones y fantasías, de acuerdo, pero el nudo de la cuestión permanece. Es preciso mirar a la cara el problema, como ha hecho siempre la Iglesia con el pecado de sus hijos.

Notemos que el informe que ahora ha saltado a la prensa fue elaborado por encargo de la propia Santa Sede, a raíz de las denuncias presentadas por la religiosa Maura O’Donohue, coordinadora del Programa contra el SIDA de Cáritas Internacional. El Portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, ha explicado que el asunto se está tratando con los Obispos de los lugares afectados y los Superiores de las Ordenes Religiosas, para resolver cada caso concreto y atajar el mal de fondo a través de la formación. Así pues, el tema no se ha tapado, aunque es comprensible que la Iglesia no lo haya lanzado a la gran prensa. Otra cosa es que las medidas puestas en marcha hayan sido todo lo drásticas y diligentes que requiere el caso; sobre eso podrán existir opiniones muy diferentes, cada una con su parte de razón.

Esta dolorosa historia demuestra que la evangelización necesita tiempo para echar raíces y purificar las culturas. Se habla mucho de la “inculturación” de la fe, olvidando a veces que la fe tiene que purificar también a las culturas que la acogen, y que esa purificación requiere cambios profundos y dolorosos, así como un gobierno pastoral al mismo tiempo paciente y exigente. No debe extrañar que para muchos africanos el cristianismo pueda ser un barniz, por debajo del cual emerge la vieja mentalidad en cuestiones tan decisivas como la vida sexual o los papeles del hombre y la mujer en la familia y en la sociedad. Esto mismo sucedió, por cierto, en la Europa cristiana de los primeros siglos, que salía de la noche de los bárbaros. Muchos aspectos del cristianismo, tardaron varias generaciones en convertirse en mentalidad habitual entre los propios cristianos.

De todas formas, ahí están los casos; un centenar o los que sean. Desde luego, siempre demasiados. Y, sin embargo, no deberían difuminar el heroísmo cotidiano de 25.000 sacerdotes y 50.000 religiosas, la mayor parte de ellos nativos, dispersos por todos los rincones de África. Los hemos visto al pie del cañón en la tragedia de los Grandes Lagos, curando a los enfermos del Ébola, o restañando las heridas provocadas por odios ancestrales. Y es que sigue siendo verdad, en términos históricos y por lo tanto contrastables, lo que ya dijo San Pablo: donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.
 
Originalmente enviado por Luis Fernando:
Hoy en el diario Libertad Digital

Un centenar de abusos y el heroísmo cotidiano

Por José Luis Restán

Si la noticia sobre el mal siempre nos encoge, cuando se encarna en personas especialmente llamadas a enseñar y reflejar el buen camino, inmediatamente asoma el escándalo. Nada puede atenuar el dolor que produce saber que haya religiosas que han sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes, con todo el cortejo de violencia y desprecio por la dignidad de las personas que esto conlleva. Habrá que acotar las dimensiones del problema, verificar los casos, descartar exageraciones y fantasías, de acuerdo, pero el nudo de la cuestión permanece. Es preciso mirar a la cara el problema, como ha hecho siempre la Iglesia con el pecado de sus hijos.

Notemos que el informe que ahora ha saltado a la prensa fue elaborado por encargo de la propia Santa Sede, a raíz de las denuncias presentadas por la religiosa Maura O’Donohue, coordinadora del Programa contra el SIDA de Cáritas Internacional. El Portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, ha explicado que el asunto se está tratando con los Obispos de los lugares afectados y los Superiores de las Ordenes Religiosas, para resolver cada caso concreto y atajar el mal de fondo a través de la formación. Así pues, el tema no se ha tapado, aunque es comprensible que la Iglesia no lo haya lanzado a la gran prensa. Otra cosa es que las medidas puestas en marcha hayan sido todo lo drásticas y diligentes que requiere el caso; sobre eso podrán existir opiniones muy diferentes, cada una con su parte de razón.

Esta dolorosa historia demuestra que la evangelización necesita tiempo para echar raíces y purificar las culturas. Se habla mucho de la “inculturación” de la fe, olvidando a veces que la fe tiene que purificar también a las culturas que la acogen, y que esa purificación requiere cambios profundos y dolorosos, así como un gobierno pastoral al mismo tiempo paciente y exigente. No debe extrañar que para muchos africanos el cristianismo pueda ser un barniz, por debajo del cual emerge la vieja mentalidad en cuestiones tan decisivas como la vida sexual o los papeles del hombre y la mujer en la familia y en la sociedad. Esto mismo sucedió, por cierto, en la Europa cristiana de los primeros siglos, que salía de la noche de los bárbaros. Muchos aspectos del cristianismo, tardaron varias generaciones en convertirse en mentalidad habitual entre los propios cristianos.

De todas formas, ahí están los casos; un centenar o los que sean. Desde luego, siempre demasiados. Y, sin embargo, no deberían difuminar el heroísmo cotidiano de 25.000 sacerdotes y 50.000 religiosas, la mayor parte de ellos nativos, dispersos por todos los rincones de África. Los hemos visto al pie del cañón en la tragedia de los Grandes Lagos, curando a los enfermos del Ébola, o restañando las heridas provocadas por odios ancestrales. Y es que sigue siendo verdad, en términos históricos y por lo tanto contrastables, lo que ya dijo San Pablo: donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.

´No olvidemos, estimados foristas, que satanas es EL GRAN ACUSADOR, pero como dice la palabra:

Ap 12,10. Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el ACUSADOR de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.

Entonces, paciencia, buen ánimo, y ADELANTE porque ya ha sido vencido por nuestro Señor.

Bendiciones
 
Bueno, es necesaria tanta palabrería para "dorar" el asunto.
Satanás es el acusador, pero también el Espíritu Santo convence de pecado, aunque algunos no le quieran hacer caso.

En fin... veremos más justificaciones en poco tiempo.
 
Haaz, ¿podrías contarnos en qué te basas para decir que se está justificando lo que ha pasado?
 
Para Luis Fernando:
¿No le iria mejor a vuestra Institución eliminar de una vez por todas una imposición antinatural como es el celibato?
Voy a citarte un texto bíblico harto significativo:
"Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, (y esa no es pequeña ni mucho menos) al que es estimado como sabio y honorable" (Eclesiastes 10:1)
No olvides que la denunciante acusó a la Jerarquia de esconder y disimular estos hechos. Ahora lo importante es esconder esta realidad. Si lees con detenimiento la acusación del periodico que lo publicó veras a quien acusa de una manera indudable.
Mis respetos
 
Luis Fernando , yo espero que el rigor de la ley de los hombres ( porque de la divina no me cabe duda que asi sera ) castigue a esos monstruos .

Las violaciones son formas enfermizas de la sexualidad humana , y no creo que en este caso , este demasiado atada al hecho de que sean sacerdotes catolicos , supuestamente castos , y obligados a la solteria , aunque quizas exista la remota posibilidad de que si tenga algo que ver . Habria que hacer un estudio de cada uno de esos hombres para formar una genuina opinion , responsable como debe de ser cada una de ellas

Aqui en USA cada dia abundan mas las violaciones y la gran mayoria son producidas por hombres casados y con hijos . ¿increible no?

Indudablemente que yo considero que el catolicismo hace muy mal en evitar el libre curso de la sexualidad en sus sacerdotes y monjas , pero las consecuencias de eso , se traducen en un gran sentimiento de culpa , en el caso de que el individuo caiga en un pecado que no deberia de producirse si no fuera porque comete el primer pecado de negar las funciones para la que fue creado . Es facil entender que puede llegar a la muerte espiritual . Tambien , y en el caso opuesto , el de los sacerdotes con una capacidad grande para la hipocrecia , ya que en sus mentes nunca estuvo la idea de mantener la castidad ; esos son los burladores de aquellos a los que dicen ayudar , y de Dios mismo . Guias ciegos . T de los verdaderamente castos , pues no tengo nada que decir . Dios le dio el don de castidad a Pablo , porque no a algunos otros .

Mas esto de lo que hablamos ahora , es otra cosa , y no es un pecado a secas , ni una hipocrecia , a secas tambien . Sino un autentico crimen , sucio y repugnante hasta lo inverosimil ..