¿Traducciones diabólicas?

13 Julio 2000
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Ya que se empiezan a difundir en el mundo hispano protestante traducciones que compiten con la venerable Reina-Valera, ¿cuáles son las diferentes opiniones de los miembros del foro acerca de esto? En el mundo de habla inglesa, hay todo un movimiento que defiende la unicidad de la traducción del Rey Santiago (King James). Proclama que las otras traducciones provienen de Satanás.

¿Existe algún movimiento similar en el mundo hispanoparlante? ¿Cuáles son sus opiniones acerca de las diferentes versiones disponibles en español? Mi práctica personal: en la iglesia en la que sirvo, utilizamos la Nueva Versión Internacional (NVI), y en general me encuentro de acuerdo con las decisiones traductorias del comité.
 
Antonio,en mi caso sigo con la R.V.revisión 1960,quizás muera con ella.

Un cordial saludo.
 
Antonio, ¡Felicidades en el Señor! Soy Ezequiel, lavado en la Sangre preciosa de Cristo.

Me gustó leer tu inquietud por las traduccione bíblicas. La mía es grande también. En mi congregación usamos la NVI, la versión para Latinoamérica.

Los que proclaman que la King James es la verdadera traducción necesitan de nuestras oraciones. Ojalá que su infleucia ‘extra-fundamentalista’ no envenene el ambien de nuestros países.

Yo creo que es un paso el tener una traducción enteramente hecha por latinoamericanos. Podemos entrecruzar ideas. Mi dirección electrónica es

[email protected]
 
DTB ANTONIO H

BIENVENIDO aunque ya veo que ya tienes 4 aportes.
Ya lo he dicho antes, el tener SOLO una traduccion "facilita" muchisimo la MANIPULACION de la Biblia, es por ello que los Catolicos tenemos mas de 20 traducciones al Español.
Como dijo ER eso es solo algo ULTRA-ARCHI-RECONTRA-FUNDAMENTALISTA, Ah! Y luego nos acusan a los Catolicos de Intransigentes.


Saludos de tu hno. en XTO, karolusin
 
Hmmm...

¿Habéis leído el magnifico estudio que Domingo Fernández y César Vidal (¡sí!, nada menos que D. César Vidal Manzanares) tienen publicado bajo el título "Conspiración contra las Sagradas Escrituras" en esta web?

El link es: http://www.iglesia.net/estudios/html/conspiracion.html

No os lo perdías; de verdad que merece la pena.

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“Bendice, oh Señor, toda reunión de cristianos, y concede a los que ahora juntos aquí te lo suplicamos, probemos siempre que nos reunimos para pedirte sólo en nombre del verdadero y único Mediador y Salvador, y del grande y único sacrificio, hecho por nosotros, una sola vez, por nuestro único Sacerdote y Pontífice, Jesucristo. Concédenos, oh Dios, más y más el conocimiento posible de tu poder y de tu bondad, y que se aumente diariamente entre nosotros el número de fieles discípulos de Jesucristo, y no sólo entre nosotros sino en todos los pueblos de la tierra; y que por nuestra parte, y en todas ocasiones, seamos con nuestra vida y obras una viva y continua recomendación de tu Evangelio” (De “Dos oraciones que hacen algunos españoles antes y después de leer las Sagradas Escrituras”, 1849).

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<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Antonio H:
Ya que se empiezan a difundir en el mundo hispano protestante traducciones que compiten con la venerable Reina-Valera, ¿cuáles son las diferentes opiniones de los miembros del foro acerca de esto? En el mundo de habla inglesa, hay todo un movimiento que defiende la unicidad de la traducción del Rey Santiago (King James). Proclama que las otras traducciones provienen de Satanás.

¿Existe algún movimiento similar en el mundo hispanoparlante? ¿Cuáles son sus opiniones acerca de las diferentes versiones disponibles en español? Mi práctica personal: en la iglesia en la que sirvo, utilizamos la Nueva Versión Internacional (NVI), y en general me encuentro de acuerdo con las decisiones traductorias del comité.
[/quote]

Estimado Antonio:
Tengo aprecio por la Reina Valera y la empleo corrientemente en sus revisiones más recientes excepto la desafortunada de 1977 (1960, 1989-RVA y 1995).
Entre las versiones recientes, que en general reflejan un texto del NT griego más depurado que la RV, mi preferida es la Biblia de las Américas. La NVI es muy buena; en general más fácil de leer pero algo menos precisa.
La Versión Popular "Dios habla hoy" se acerca a una paráfrasis; la considero especialmente adecuada para niños y personas con escasa escolaridad.
Entre las versiones católicas, mi favorita es la Biblia de Jerusalén. La Nácar Colunga se parece mucho a la RV. La versión argentina "El Libro del Pueblo de Dios" es en general buena y con excelente tipografía.
Desde luego, existen muchas otras versiones pero creo que las mencionadas son las más interesantes.
Sobre las críticas a las nuevas versiones, este es un problema recurrente desde el punto de vista histórico. Cada vez que aparece una nueva traducción, no falta quien la critique, con razón o sin ella.
En algunos casos las críticas son tan exageradas como lo es la exaltación de la versión tradicional (caso de los defensores acérrimos de la King James). Entre nosotros, hay quienes defienden, con más celo que ciencia, la presunta superioridad de la RV 1909 ó 1960 sobre toda otra versión.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
 
Veo que el fundamentalismo sí ha llegado al mundo evangélico de habla hispana, siguiendo el enlace arriba dado. Me pregunto: ¿hasta dónde se reduce el argumento de los autores? ¿por qué se aceptan las revisiones a la RV, pero no las nuevas traducciones? En su día, la RV fue caracterizada de "moderna" por los que preferían algo basado en la Vulgata, y hoy vemos la misma actitud. El movimiento humanista que dio lugar a la RV y el regreso ad fontes de la Reforma es el mismo movimiento que sigue dando lugar a los esfuerzos de regresar a la forma más pura de la sagrada, infalible Palabra de Dios.

En todo caso, gracias por dar contestación a mi pregunta, y Dios le bendiga, hermano.
 
Antonio H:

Sería interesante saber qué entiende Vd. por “fundamentalismo”, y la opinión que le merece, aunque me figuro que no precisamente positiva.

Hace tiempo que leí el estudio al que se refiere, pero no recuerdo que los autores “aceptaran las revisiones a la RV, pero no las nuevas traducciones”. ¿Sería tan amable de indicarme en qué pasaje se contiene un rechazo total, sin matices, a “las nuevas traducciones?

¿A qué día se refiere Vd. cuando dice que, “en su día, la RV fue caracterizada de "moderna" por los que preferían algo basado en la Vulgata”?

Desengáñese. No fue precisamente “el movimiento humanista” el “que dio lugar a la RV”, al menos, no directamente; sí, en efecto, el regreso “ad fontes” de la Reforma.

Nada que objetar, por supuesto a “los esfuerzos de ¿regresar? a la forma más pura de la sagrada, infalible Palabra de Dios”.

Dios le bendiga.
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por USOZ:
Vaya. Parece que el link no funciona.

Probad con éste: http://www.lawebcristiana.com/estudios/index.html

Y, una vez allí, buscáis el estudio titulado "CONSPIRACIÓN CONTRA LAS SAGRADAS ESCRITURAS".

¿O es que nadie siente curiosidad?

[/quote]

Estimado Usoz:
En lo que a mí concierne, tuve oportunidad de leer esa obra, y me parece lamentable.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
 
Querido Jetonius:

¿Por qué?
 
Estimado Usoz:

Ud. dice,Hace tiempo que leí el estudio al que se refiere, pero no recuerdo que los autores “aceptaran las revisiones a
la RV, pero no las nuevas traducciones”. ¿Sería tan amable de indicarme en qué pasaje se contiene un
rechazo total, sin matices, a “las nuevas traducciones? En respuesta, aquí cito del documento:
Parece que a los "liberales" les estorba la versión Reina-Valera y quieren una
versión distinta, una versión "liberal" como ellos. Después de haber contado por
espacio de 400 años con el respeto y la admiración de propios y extraños, nos
vienen ahora con que la Reina-Valera no es digna de confianza, que le han
agregado pasajes que no se encuentran en los textos originales. Vamos a
demostrar que la acusación es falsa, injusta e infame.

Y también:
El castellano que hablaban Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera ha experimentado un cambio muy
grande. El lenguaje de la versión Reina-Valera fue revisado en 1862, 1909 y 1960. En el 1909 se cambiaron
60,000 palabras por sinónimos más comunes. En el 1960 se introdujeron alrededor de 10,000 cambios de
vocabulario para poner el lenguaje al día. Por ejemplo en la versión del 1909 la palabra "caridad"
significaba amor, pero ahora la misma palabra se aplica a una persona caritativa, que da limosna a los
necesitados, por lo tanto, se ha sustituido la palabra "caridad" por la palabra "amor". En Colosenses 3:5
decía: "Amortiguad, pues, vuestros miembros..." y ahora dice "Haced morir pues lo terrenal en vosotros".
La palabra "amortiguad" no significa hoy lo que significaba hace cien años. El nombre Fares, que aparece
en Mateo 1:3, antes se escribía Phares.

Claro queda que los autores pintan a las nuevas versiones de "liberales", mientras que aceptan a las revisiones en la RV como parte de la evolución del lenguaje.

Realmente la clase de periodismo amarillista que muestran estos autores no merece ni comentario, pero sólo voy a destacar una de las MENTIRAS que ellos declaran, para tratar de pintar a sus enemigos como demonios. Dicen lo siguiente:

En el 1979 surgió a la luz la versión "Dios Habla Hoy" (VP). Para la traducción de
esta versión se asociaron el Vaticano y la Sociedad Bíblica Americana. Los traductores -católicos y
evangélicos- se tomaron la libertad de sustituir y cambiar a medida de su "liberal" deseo muchos textos....En lugar de presentarlo
como hijo de una virgen, lo presentan como hijo de una joven.

Esto simplemente no es cierto. En Mateo 1:22-23, Versión Popular, dice: Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: "La VIRGEN quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrán por nombre Emanuel" (que significa: "Dios con nosotros").

Los escritores de este deplorable artículo se basan en el hecho de que en el AT, en Isaías 7:14, el VP sí cambia la traducción tradicional "virgen" a "joven", porque la palabra "almah" se entiende mejor de este manera. Es más, existen problemas interpretativos en el contexto de Isaías 7:14 si se acepta la traducción "virgen", ya que su aplicación inmediata es a la esposa de Isaías, y es un caso de "sensus plenior". Pero ellos no mencionan esto, sino que dan la impresión de que la VP no presenta el nacimiento de la virgen - y esto es una mentira, como la cita arriba dada demuestra.

Ahora, para usar la lógica de los escritores de este artículo, podría también concluir que la Reina Valera niega la deidad de Cristo. Usando su proceder, notaría que en Juan 1:18 la Versión Popular dice "el Hijo único, que es Dios..." y la NVI dice, "el Hijo unigénito, que es Dios..." mientras que la Reina Valera sólo dice, "el unigénito Hijo". Ahora, juzgando a la RV como los escritores de este artículo juzgan a las demás versiones, tendría que concluir que los traductores de la RV eran cripto-Testigos de Jehová, y estaban suprimiendo la evidencia clara de la divinidad del Hijo.

Pero yo sé que la realidad es que aquí hay un problema textual, y los manuscritos más antiguos que se están descubriendo incluyen "theos" aquí, mientras que el TR no lo incluye. Por esto, no he quemado todavía mis copias de la RV. Creo, a la vez, que las nuevas versiones son preferibles en este caso, como el muchísimos otros.

En amor cristiano,
Antonio H
 
Estimado Usoz:

Me di cuenta de que había dejado algunas preguntas sin responder. En primer lugar, distingo al fundamentalismo del evangelicalismo: el fundamentalismo se refugia en un conservatismo que no piensa, mientras que el evangelicalismo evidencia fe buscando entender.

El día al que me refiero es la era de publicación de la RV, durante la Reforma en España (si a tal periodo de la historia se podrá denominar de esta manera).

Obviamente tenemos diferentes definiciones de la palabra "humanismo". No me refiero al humanismo del renacimiento, sino al de Erasmo, Calvino, y otros que los llevó a regresar a las fuentes, en vez de depender de la autoridad eclesiástica. Cualquier historia de esta era muestra que estos dos movimientos se encontraban ligados.

En amor cristiano,
Antonio H
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por USOZ:
Querido Jetonius:

¿Por qué?
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Estimado hermano Usoz:
Como Antonio ha hecho algunas observaciones, sólo añadiré algunas pocas más. Es como para darte una idea de por qué opino que esta obra es lamentable. En otro mensaje te pongo algunos comentarios sobre la parte de César Vidal Manzanares.

Dice Domingo Fernández en “Conspiración contra las Sagradas Escrituras”, primera parte:

“Tenemos la firme convicción de que estamos en los tiempos del fin de la dispensación de la gracia, y que la Venida del Señor está muy cerca. La apostasía se está manifestando en todo el mundo y en todas las esferas religiosas de todas las denominaciones llamadas cristianas. Estamos en presencia de dos tendencias, dos criterios, dos esferas, dos bandos, dos líneas de batalla. En una línea se sitúan los llamados "liberales" o apóstatas que, de un modo consciente o inconsciente, pretenden socavar los fundamentos de nuestra fe en las Sagradas Escrituras. Dicen que la Biblia tiene errores e interpolaciones. Pretenden modificar el criterio que ha prevalecido en la esfera de los hombres de fe por espacio de 3,500 años. Afirman que la mayoría de los libros del A.T. no fueron escritos por los hombres cuyos nombres aparecen encabezando los libros en cuestión. Ni tampoco en las fechas que tradicionalmente se ha creído.
En la línea o trinchera opuesta nos situamos los que creemos en la inspiración de las Sagradas Escrituras. Los que afirmamos que la Biblia no tiene errores. Los que mantenemos el criterio de que Moisés escribió los libros que llevan su nombre: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, y que el libro de Isaías lo escribió Isaías, y el de Daniel, lo escribió Daniel.
Con el correr de los días se va acentuando la división en la esfera del cristianismo entre "liberales" y "conservadores", entre apóstatas y ortodoxos. Los primeros, se aprestan para el ataque, los segundos, para la defensa.”

(Jetonius) Como puede verse, el Rev. Fernández polariza la situación hasta reducirla a dos bandos: ora se es liberal o apóstata, ora se es conservador u ortodoxo. Esta forma de plantear las cosas, de claro corte maniqueo, en lugar de contribuir a una discusión abierta, serena y responsable, enciende las pasiones y ofusca las cuestiones en debate. La descalificación de los oponentes mediante la adhesión anticipada de una etiqueta tal como “apóstata” hace imposible un diálogo. Tal vez sea un recurso retórico eficaz, pero no es leal ni justo.
El autor descarta de antemano que pueda existir ortodoxia al tiempo que se aceptan los resultados de la mejor erudición bíblica contemporánea. Ignora o confunde deliberadamente lo que se denomina “alta crítica”, con sus hipótesis insustanciadas acerca, por ejemplo, del origen y autoría del Pentateuco, con la crítica textual (“baja crítica”) que simplemente trata de establecer, mediante criterios consensados con base científica, el texto bíblico más cercano a los originales.
Manifiesta su obvia ignorancia de la historia de la desdichada “alta crítica” al afirmar que todo empezó con Wellhausen, lo cual es simplemente incorrecto. Wellhausen no fue sino un eslabón destacado en una cadena de eruditos que cuestionaron las creencias tradicionales acerca de la composición de la Biblia. Y cabe agregar que sus hipótesis nunca recibieron aceptación general y hoy se encuentran bajo serios cuestionamientos.
En lugar de establecer clara y precisamente los hechos, lo que hace es presentar una hipótesis de conspiración, que no logra demostrar pero que arroja un manto de sospecha sobre hermanos que nada han hecho para merecerlo.

“Si nuestra percepción no nos engaña, estamos en presencia de una especie de conspiración en contra de la versión Reina-Valera. Parece que uno de los objetivos del "liberalismo" religioso es la eliminación de la mencionada versión que, por ser palabra de Dios, constituye el bastión de nuestra fe evangélica.”

(Jetonius) A mi entender aquí hay un triple error. Por un lado el autor “percibe” una conspiración contra la Reina-Valera (que a juzgar por el título de la obra, sería equivalente a una conspiración contra la Biblia misma). Por otro lado, da a entender que todo aquel que aspira a una nueva versión de la Biblia de hecho se alinea con los apóstatas. En tercer lugar, hace depender nuestra fe evangélica de una traducción determinada. Que los testigos de Jehová hagan esto con su infame “Traducción del Nuevo Mundo” es comprensible. Que lo haga un pastor evangélico es inconcebible.

“Reina-Valera fue buena por espacio de 400 años; pero ahora, de la noche a la mañana, los "liberales" dicen que se ha vuelto mala, indigna de confianza, y que debe ser sustituida por otra versión de factura "liberal" (Lo de factura "liberal" es nuestra apreciación). Y pasaremos a analizar y razonar algunos aspectos de la cuestión.”

(Jetonius) Con estas palabras se desalienta toda crítica de la Reina-Valera, ya que constituye ipso facto pecado de apostasía (ya que para el autor es sinónimo de liberalismo). Además exagera las cosas, pues aún muchos de los que creemos que la RV es una muy buena versión vemos con agrado que se preparen nuevas traducciones. Además, el autor está tan prejuiciado que admite y justifica la modernización del lenguaje con el mismo empeño que pone en censurar nuevas versiones. En lo que a mí concierne concuerdo con lo que los traductores de la King James (Authorized) Version de 1611 escribieron en el prólogo, y que todos los fanáticos de esta versión harían bien en leer con cuidado (negritas añadidas): “Afirmamos y declaramos que la más pobre traducción de la Biblia en inglés ... contiene la Palabra de Dios, más aún, es la Palabra de Dios. Aunque no sea interpretada por cada traductor con igual gracia, el discurso del Rey es aún el discurso del Rey; no hay causa, por tanto, por la cual haya de negarse que la Palabra traducida sea la Palabra, o de prohibirse su empleo, a pesar de que algunas imperfecciones y manchas puedan notarse en la traducción. La variedad de traducciones es provechosa para hallar el sentido de las Escrituras .”

“Y en cuanto al N.T., Casiodoro de Reina lo tradujo de un manuscrito conocido como "Texto Receptus", llamado también Texto Bizantino, que era reconocido generalmente como el texto manuscrito más fiel a los originales de los libros del N.T.”

(Jetonius) Aquí el autor comete el error garrafal de afirmar que el Textus Receptus es “un manuscrito” y que es igual al texto llamado bizantino. Es cierto que hay un parentesco, pero no son lo mismo. Por lo demás, se le llamó “Textus Receptus” a una edición impresa del NT griego, no a un manuscrito en particular. Se sabe que estas primeras ediciones impresas se prepararon a partir de manuscritos griegos tardíos.

“Pablo Besson, misionero suizo muy documentado en esta materia, afirma que el Texto Receptus sirvió de base para traducir el N.T. de la versión llamada Peshitta. Esta versión fue hecha alrededor del año 170 de la era actual. Este dato envuelve extraordinaria importancia en lo que se refiere a nuestra confianza en la versión Reina-Valera. A la versión Peshitta siguieron la Itala, la Vulgata y otras, traducidas todas del Texto Receptus. San Jerónimo tradujo la versión Vulgata, que vino a ser la versión oficial de la Iglesia Católica, entre los años 382 al 400 d.C.”

(Jetonius) Con todo respeto por el ilustre bautista que fue Pablo Besson, hoy pocos comparten esta opinión. La Peshitta es mucho más tardía de lo que él pensaba , probablemente unos dos siglos, es decir prácticamente contemporánea de la Vulgata, otra traducción a la cual apela el Rev. Fernández.

“¿Qué pretenden los que insisten en que Reina-Valera no es digna de confianza porque contiene, según ellos, pasajes espurios o añadidos? Sí, señores, ¿qué pretenden? Pretenden socavar la confianza en nuestra versión. ¿A quién sirven los que se empeñan en destruir la credibilidad y la confianza en la versión que ha circulado en los pueblos de habla castellana en los últimos 200 años? Estamos seguros de que no sirven a Dios. Supongamos que un cristiano recién convertido escuche a uno de esos críticos; ¿qué pensará de la Biblia? ¿Qué resuelve el machacar que la versión Reina-Valera tiene interpolaciones y errores?.”

(Jetonius) Negarse a ver la realidad no ayuda a mejorarla, como tampoco las acusaciones “al bulto”. Llega a afirmar osadamente “Estamos seguros de que no sirven a Dios” . En cuanto a su llamado a no escandalizar a los recién convertidos, no se les presta ningún servicio ocultándoles información. En mi experiencia personal, cuando un recién convertido me ha pedido consejo sobre qué versión usar y he discutido con él los pros y contras de las diferentes versiones disponibles, ni se ha escandalizado ni se ha tornado apóstata. Poseer un texto bíblico lo más confiable posible es un requisito importante para un estudio serio de la Palabra.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por USOZ:
Querido Jetonius:

¿Por qué?
[/quote]

Querido Usoz:
Aquí va la segunda parte de mi respuesta, con respecto al llamado Textus Receptus. No discutiré el calumnioso manto de sospecha que Vidal Manzanares arroja sobre las personas de Westcott y Hort, ni sus delirios sobre la presunta conspiración ocultista.
Después de mi resumen transcribo opiniones de eruditos evangélicos.
Subrayo que el llamado Textus Receptus cumplió su función de proveer un texto griego para la traducción a las lenguas vernáculas, lo cual era mucho mejor que traducir de una traducción como la Vulgata. Además, todas las doctrinas históricas del cristianismo se sostienen tanto con el TR como con los textos críticos hoy usados por la mayoría de los traductores.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius

SOBRE EL MAL LLAMADO "TEXTUS RECEPTUS"

En 1633 los hermanos Buenaventura y Abraham Elzevir publicaron en Leiden la segunda edición de su Nuevo Testamento griego, indicando en el prefacio que los lectores tenían en sus manos "el texto que es ahora recibido por todos, en el cual no damos nada cambiado ni corrupto" [Textum ergo habes, nunc ab omnibus receptum: in quo nihil immutamum aut corruptum damus]. Esta frase, que más que una afirmación fáctica era una hábil maniobra comercial, dio origen a la denominación de Textus Receptus (texto recibido o normativo) para la edición del NT griego empleada en las principales traducciones protestantes hasta el siglo XIX.
¿Cuán veraz era la afirmación de los Elzevir?

El denominado (por sus editores) "Textus Receptus" se basaba mayormente en la primera edición (1565) del NT del sucesor de Calvino, Teodoro de Beza. Este estudioso poseía varios manuscritos griegos, entre ellos el famoso códice del siglo V que lleva su nombre y el Codex Claromontanus del siguiente siglo, además de manuscritos compilados por Enrique Stephanus.
También realizó comparaciones con el siríaco y el arábigo. Sin embargo, Beza aprovechó este caudal de evidencia más para sus notas que para el texto griego en sí, el cual seguía de cerca la cuarta edición de Robert Etienne (Stephanus, padre de Enrique; dicha edición tenía la característica de dividir por vez primera el texto del NT en versículos numerados).
Ahora bien, la edición de Stephanus se basaba a su vez principalmente en el NT de Desiderio Erasmo de Rotterdam y en menor medida en la edición complutense. Se desconoce exactamente qué manuscritos griegos se emplearon para la famosa edición conocida como Políglota Complutense, dirigida por el Cardenal Francisco Ximenes de Cisneros, cuyo NT se imprimió en 1514. En su dedicatoria al entonces Papa León X, el cardenal le agradecía el envío de muy antiguos códices griegos del Antiguo y Nuevo Testamentos.
En cuanto al texto de Erasmo, se sabe que este humanista y erudito realizó su trabajo de edición como una carrera contra el tiempo, por invitación del editor Johann Froben, con el objeto de poner a la venta la primera edición impresa del NT griego antes que Cisneros. Ante una generosa oferta de Froben, Erasmo se lanzó a buscar manuscritos griegos adecuados para la edición en
julio de 1515, y la primera edición, repleta de errores tipográficos, fue completada en menos de ocho meses, el 1 de marzo de 1516.

Erasmo halló algunos manuscritos griegos, la mayoría de los cuales provenían de una colección donada en 1443 al monasterio dominico de Basilea. Todos requerían revisión, y para peor ninguno de ellos estaba completo; . Por tanto, se vio obligado a emplear diferentes manuscritos
para la edición de los diversos libros del NT. Los principales, empleados respectivamente para los Evangelios y para Hechos y Epístolas, databan del siglo XII. Un tercer manuscrito de la misma edad (o juventud) sirvió para el Apocalipsis, pero como le faltaban los últimos seis versículos Erasmo tradujo al griego el texto correspondiente de la Vulgata latina. "Como
podría esperarse de tal procedimiento, hay aquí y allá en el texto griego así hecho por el propio Erasmo lecturas que jamás han sido halladas en ningún manuscrito griego conocido, pero que son aún hoy perpetuadas en las impresiones del así llamado Textus Receptus del Nuevo Testamento griego" (Bruce M. Metzger, The text of the New Testament: Its transmission,
corruption and restoration. 3rd Ed. New York: Oxford University Press, 1992, p. 100).

En definitiva, la denominación de Textus Receptus, que se ha convertido hoy en una bandera para muchos hermanos, proviene simplemente de un ardid editorial de los hermanos Elzevir. Bruce M. Metzger comenta: "Tan supersticiosa ha sido la reverencia acordada al Textus Receptus que en algunos casos los intentos de criticarlo o enmendarlo han sido considerados como una especie de sacrilegio. Empero, su base textual es esencialmente un puñado de manuscritos minúsculos tardíos y recolectados al azar, y en una docena de pasajes sus lecturas no son sustentadas por ningún testigo griego conocido." (Ibid. , p. 106).


J. Harold Greenlee, PhD
Profesor de Lengua del NT y Director de la División de Literatura Bíblica
(Seminario Teológico Asbury, Wilmore, EE.UU.).

Text and Versions (New Testament). En Merrill C. Tenney [Gen. Ed.], The
Zondervan Pictorial Bible Dictionary. London: Marshall, Morgan & Scott,
1963, p. 844.

Los eruditos reconocen al menos tres de estos "tipos de textos" como se los llama, del siglo V y anteriores: "alejandrino", "cesáreo" y "occidental" –nombres cuya significación es sólo parcialmente geográfica. Luego del reconocimiento oficial del cristianismo en el siglo IV, con más oportunidad para comparar manuscritos, estos "textos locales" fueron gradualmente
desplazados por un tipo de texto que tendía a suavizar construcciones rústicas, armonizar pasajes paralelos, y facilitar la comprensión. Este tipo de texto, conocido como "bizantino" era dominante para el siglo VIII. Permaneció como el texto aceptado, tornándose conocido como el "Textus Receptus" luego de la invención de la imprenta, y fue el texto que subyace principalmente a la versión King James. No fue sino hasta la última parte del siglo XIX que la erudición produjo un retorno a los tipos de texto más antiguos.

George Eldon Ladd, BD, PhD (m. 1982)
Profesor de Teología Bíblica (Seminario Teológico Fuller).

Crítica del Nuevo Testamento. El Paso: Mundo Hispano, 1990 (original 1967;
traducido y adaptado por Moisés Chávez), p. 63

Podemos expresar este hecho de una manera diferente. A pesar del texto pobre del Textus Receptus debemos reconocer que tanto éste como las traducciones bíblicas basadas en él son la Palabra de Dios. En esta obra
inspirada, los hombres pueden oír hablar a Dios, pueden encontrarse con
Dios y ser guiados a una comunión salvadora con él. Debido a su dignidad,
belleza y familiaridad, muchos cristianos ahora no pueden sentirse "en
casa" con ninguna otra versión o traducción aparte de la que han usado, y
las aprecian como si las mismas palabras en castellano hubieran sido dadas
por Dios sin ninguna otra mediación.
Sin embargo, este hecho no debiera conducirnos a ignorar los defectos de
la base textual que se usó para tales traducciones. El estudiante cuidadoso
al que le importa la seguridad y exactitud, puede continuar leyendo las
traducciones antiguas con propósitos devocionales; pero para el estudio
bíblico cuidadoso, sin duda preferirá una traducción moderna, que se base
en el mejor texto que la erudición moderna ha podido establecer.
Aquí tenemos un área donde la erudición crítica ha hecho una contribución
sólida y permanente que involucra sólo en un grado mínimo el problema de
las presuposiciones teológicas. Es un hecho rara vez cuestionado que la
ciencia crítica ha recuperado el texto original del Nuevo Testamento. Por
cierto, aún quedan numerosas variantes debatibles y debatidas; pero si se
comparan los cuatro textos críticos contemporáneos del Nuevo Testamento,
editados por E. Nestle (1963), G.D. Kilpatrick (1958), R.V.G. Tasker
(1964) y K. Aland-M. Black- B.M. Metzger- A. Wikgren (1966), los
encontrará en substancial acuerdo. Prácticamente en todas las ilustraciones
que hemos usado en este capítulo para exponer la crítica textual, los
problemas tienen solución y tenemos un texto confiable.

F.F. Bruce, MA, DD
Profesor Rylands de Crítica y Exégesis Bíblicas (Universidad de Manchester,
Reino Unido)

Answers to questions. The Paternoster Press, 1972

Texto Griego del Nuevo Testamento

Preg. : ¿Cuál es el texto más confiable del Nuevo Testamento griego?
Resp. Al presente no hay ediciones más confiables del Nuevo Testamento
griego que (i) la edición publicada por la Sociedad Bíblica Británica y
Extranjera en 1958, editada por Erwin Nestle y G.D. Kilpatrick; (ii) la
última the edición del texto "Nestle" publicado por la Casa Bíblica de
Stuttgart y editada por K. Aland (1963); (iii) la edición publicada por la
Sociedad Bíblica Americana y varias otras en 1966, editada por K. Aland,
B.M. Metzger y A. Wikgren.

Preg. El grueso de nuestros manuscritos existentes del Nuevo Testamento
griego exhiben lo que se denomina el texto bizantino. El peso de esta
evidencia se dice que es favorable al "Textus Receptus" que subyace a la
versión King James. También se dice que los manuscritos Sinaítico y
Vaticano representan una pequeña familia de documentos que contienen un
tipo de texto que la iglesia rechazó antes del final del cuarto siglo, de
modo que la Versión Revisada, que se apoya mayormente en estos dos
manuscritos, es poco confiable en comparación con la versión King James.
¿Podría comentar estas afirmaciones?

Resp. La de "Texto Recibido" es la designación comúnmente dada al texto de
las más tempranas ediciones impresas del Nuevo Testamento griego, aunque el
hecho real es que fue primeramente usada en la propaganda editorial que
anunciaba una edición impresa en Leiden en 163. Las primeras versiones
impresas del Nuevo Testamento griego, a partir de las cuales se tradujeron
las versiones inglesas de los siglos XVI y XVII, se basaban en su mayor
parte en manuscritos del siglo XV ...
La amplia circulación y el establecimiento del texto bizantino a partir del
siglo IV es debida a la posición central y dominante que Bizancio
(Constantinopla) tuvo en el Imperio Romano de Oriente luego de devenir la
capital de Constantino en 334. La forma del texto que era usada en la
iglesia constantinopolitana, desde el tiempo de Crisóstomo (347-407) fue
diseminada desde allí hacia toda la cristiandad de habla griega. No hay
evidencia de que haya sido empleada antes, ni en amnuscritos o en
traducciones hechas del griego a otros lenguajes, ni en citas bíblicas de
autores cristianos. Es un tipo de texto bien editado del siglo IV, que
emplea varios tipos de texto que estaban previamente en circulación. Antes
de la influencia centralizadora de Constantinopla, había tipos de texto
griego asociados con un número de ciudades y regiones –Alejandría, Cesarea,
Antioquía y el Occidente. El texto alejandrino está representado por los
códices Sinaítico y Vaticano y por las versiones coptas. Por el tiempo en
que se preparaba la Versión Revisada del Nuevo Testamento [es decir, tercer
cuarto del s. XIX -–traductor] este texto representaba la mayor
aproximación posible al texto original, y al adoptarlo, los revisores
proporcionaron al mundo de habla inglesa el texto más confiable del Nuevo
Testamento que era accesible por entonces (la calidad de su traducción es
un asunto muy diferente). Pero Westcott y Hort, cuya influencia en el
comité de revisión fue decisiva, exageraron el carácter arcaico del texto
alejandrino, al cual llamaron texto "neutral", considerando que
representaba el texto apostólico prácticamente sin desviación. El texto
alejandrino es, de hecho, un texto editado cerca de los comienzos del
tercer siglo según las mejores tradiciones de la erudición filológica
alejandrina; pero había otros tipos de texto que rivalizaban con él, tanto
en el mismo Egipto como en otras partes. Hasta época bastante reciente
parecía posible, primero establecer los principales tipos locales de texto
corrientes a principios del siglo tercero, y entonces construir por medio
de ellos un arquetipo que podría reproducir el texto original prácticamente
sin diferencia. Pero el descubrimiento en años recientes, en rápida
sucesión, de manuscritos que proceden del segundo siglo ha mostrado que
debe adoptarse una metodología diferente. Ninguno de las ediciones del
tercer siglo puede acaparar la pretensión exclusiva de representar el texto
del siglo I, y mucho menos la edición bizantina del cuarto siglo. En tanto
que la versión King James en su mayor parte representa un tipo de texto (el
bizantino), como asimismo la Versión Revisada (el alejandrino), versiones
posteriores como la RSV [Revised Standard Version- trad.] y la NEB [New
English Bible – trad] representan un texto ecléctico. Como lo dice la
introducción al Nuevo Testamento de la NEB: "No hay al presente ningún
texto crítico que pudiese obligar al mismo grado de aceptación general como
en su momento lo tuvo el texto de la Revisión. Ni tampoco ha llegado el
tiempo, a juicio de muchos eruditos, de construir tal texto, ya que
constantemente sale a la luz nuevo material, y el debate continúa. Los
presentes traductores, por tanto, no pudo sino considerar lecturas
variantes según sus méritos, y, habiendo pesado la evidencia por sí
mismos, seleccionaron para la traducción de cada pasaje la lectura que
según su mejor juicio parecía más probablemente representar lo que escribió
el autor." En el presente estado de la cuestión este es ciertamente el
camino de la sabiduría.

Gordon D. Fee, BA, MA, PhD
Profesor Asociado de Nuevo Testamento, Seminario Teológico Gordon-Conwell

The textual criticism of the New Testament . En Frank E. Gaebelein
(Gen.Ed.): The Expositor's Bible Commentary. Grand Rapids: Zondervan, 1979,
vol. 1, pp. 417-433.

Hay, ante todo, un grupo de manuscritos que tienen toda la apariencia de
ser textos "locales, ya que derivan básicamente de Alejandría en Egipto.
Está encabezado por P75 y P66 (c. 200 d.C.) en los Evangelios, P46 (c. 225)
en Pablo, P72 (c. 275?) en Pedro y Judas, Codex B (c. 325) y las citas de
Orígenes (225-250). También es apoyado en menor medida por varios otros
manuscritos (por ejemplo a [aleph = Sinaítico] C L W 33) y los padres
alejandrinos posteriores (Dídimo, Atanasio, Cirilo).
Por muchos años los críticos textuales han considerado este tipo de texto
como una recensión del siglo III cuidadosamente editada, creada por la
mejor erudición alejandrina sobre la base de buenos manuscritos antiguos.
Pero la evidencia combinada de P75 , P72, P46 y Orígenes ha puesto a este
texto, en todos sus particulares, decididamente en el siglo II o, así
parece, tan pronto como el cristianismo fue conocido en aquella ciudad.
Aunque este tipo de texto tiene ocasionalmente variantes "sofisticadas",
comúnmente contiene lecturas concisas, algo rústicas, menos armonizadas, y
en general "más difíciles" que aquellas de otros tipos de texto, aunque en
un estudio más minucioso regularmente se presentan como originales. Además,
esto ocurre consistentemente a lo largo de todos los libros del NT, con una
tendencia mínima a armonizar las idiosincracias de un autor con modelos
griegos más comunes. Todos estos hechos dan la impresión de que este tipo
de texto es el producto de una tradición cuidadosamente preservada.
Un segundo grupo, tan temprano como el alejandrino, es comúnmente llamado
"occidental", porque variantes peculiares de él están firmemente
establecidas en textos hallados en el norte de Africa (Tertuliano,
Cipriano, algunos de la Antigua Latina), Italia (Novaciano, algunos de la
Antigua Latina), y Francia septentrional (Ireneo). "Occidental" es, sin
embargo, un nombre equívoco, pues muchas de las variantes peculiares de
este tipo de texto se hallan también en el Oriente (Taciano y la Antigua
Siríaca) y ocasionalmente en Alejandría (algunas citas de Clemente, en Juan
6-7 en P66, en Juan 1-8 en el Sinaítico, y en Marcos 1-5 en W).
Pese a la temprana y amplia atestación de tal texto, estos diversos
testigos carecen de la homogeneidad hallada en el alejandrino y en los
testigos bizantinos posteriores. Las relaciones textuales no se sostienen
consistentemente en porciones extensas del texto. Por el contrario,
"occidental" describe un grupo de manuscritos encabezados por D, obviamente
relacionado por cientos de lecturas inusuales, a veces halladas en algunos,
a veces en otros, pero reflejando al parecer una tradición de copiado y
traducción incontrolada, a veces "silvestre" [o "salvaje" = wild – trad.].
Este tipo de texto está marcado particularmente por algunas largas
paráfrasis y largas adiciones, como también por tendencias armonizantes y
sustituciones de sinónimos De hecho, el texto occidental de Hechos es cerca
de 10 % más largo que otros textos y casi ciertamente refleja una revisión
temprana.
Uno debe ser cuidadoso, empero, de no descartar livianamente una lectura
variante simplemente por ser occidental. Hay varios casos, especialmente en
algunas llamativas "omisiones" pero también en otros sitios, en que los
eruditos han argüido convincentemente que el texto occidental preserva el
texto original del NT. Además, la misma antigüedad de este texto, y su
amplia distribución, siempre debiera merecer plena consideración.
El tercer tipo de texto, el "bizantino" o "texto mayoritario", constituye
más de 80 % de los manuscritos. Como un tipo de texto no aparece en la
historia antes de 350 d.C., pero aún así sus orígenes están revestidos de
misterio. Las lecturas peculiares de este tipo de texto aparecen
primeramente en un grupo de escritores asociados con la iglesia de
Antioquía: los capadocios, Crisóstomo y Teodoreto de Ciro. Estos padres
tenían un NT aproximado en un 90 % al texto completo bizantino de la Edad
Media. El manuscrito más antiguo que refleja este texto es de Alejandría
(Codex A; c. 475 – sólo para los Evangelios), en tanto que los primeros
testigos completos son manuscritos del siglo VIII (E y W [omega]).
¿Representa entonces este texto una revisión realizada en Antioquía en el
siglo IV? La mayor parte de los críticos textuales piensa así, pero sobre
la base de la naturaleza secundaria de sus lecturas particulares, no debido
a datos firmes. No hay manuscritos tempranos de Asia Menor o Palestina. Los
primeros escritores de estas áreas reflejan un texto occidental, pero no
hubo un Orígenes o un Tertuliano en Antioquía en el tercer siglo que nos
proveyese una gran cantidad de datos que estudiar. Más tarde en ese siglo
la escasa evidencia de Metodio de Licia y Tiro y, aún más tarde, del texto
de Eusebio de Cesarea y de Cirilo de Jerusalén rara vez reflejan las
peculiaridades de este tipo de texto. De modo que la naturaleza del texto
de Antioquía a lo largo de muchos años es virtualmente desconocida.
Lo que sí se sabe es que tal texto estaba disponible para 350 d.C., que
había parcialmente comenzado a influenciar el texto de Alejandría y Roma
(Jerónimo), que fue llevado por Crisóstomo de Antioquía a Constantinopla, y
que probablemente a través de la influencia de él devino el texto dominante
en la Iglesia Oriental.
La mayor parte de las lecturas peculiares de este texto son generalmente
consideradas de naturaleza secundaria. Un gran número de ellas suavizan la
gramática; eliminan la ambigüedad en el orden de las palabras; añaden
nombres, pronombres y frases preposicionales; y armonizan un pasaje con
otro. Sus muchas lecturas combinadas (por ejemplo Marcos 9:49) , donde el
texto de tipo bizantino combina las lecturas variantes de los textos
alejandrino y occidental, también reflejan este proceso secundario.
Algunos eruditos también hallan un tipo de texto "cesáreo" en los
Evangelios ...
Aunque existe acuerdo general de que hacer tales agrupaciones es una tarea
tanto posible como necesaria, la significación de tales agrupaciones
permanece disputada. Es seguramente un procedimiento dudoso aceptar o
rechazar una lectura sólo porque se halla en cierto tipo de texto; por otra
parte, tales agrupaciones, especialmente en los manuscritos posteriores
(bizantinos), reduce grandemente el trabajo de cribar una multiplicidad de
manuscritos.
(pp. 423-424)

Dos hechos significantes afectaron la historia del NT después del 400. El
texto alejandrino, el cual para 450 estaba ya grandemente influenciado por
el bizantino, en general dejó de usarse. Las causas principales fueron la
desaparición del patriarcado de Alejandría y el subsiguiente surgimiento y
propagación del Islam.
Por otra parte, entre tanto el latín se había tornado el lenguaje
predominante en Occidente, de modo que cesó allí la producción de textos
griegos. El gran número de discrepancias en los manuscritos de la Antigua
Latina había finalmente resultado en una traducción "autorizada", la
Vulgata latina...
El resultado de estos dos factores fue que la transmisión del NT griego se
limitó en general a la Iglesia Oriental, donde la mayoría de las copias
reflejaban el texto normalizado que se empleaba en la capital,
Constantinopla. Así, la historia del texto griego durante este período
[400-1516 – trad.] , con pocas excepciones notables, es simplemente la
historia de mil años de copiado de un texto de tipo bizantino.

Establecimiento del Textus Receptus (1516-1633)

Desafortunadamente, estas primeras ediciones [impresas del NT griego-
trad.], que habrían de servir de base para todas las ediciones siguientes
hasta 1831, estaban ellas mismas basadas en manuscritos medievales tardíos
de calidad inferior ...
Un texto griego muy parecido a los de Erasmo, Stephanus y Beza, editado
por Buenaventura y Abraham Elzevir (1633), se tornó el texto normativo
empleado en el continente. El término Textus Receptus (TR = "texto
recibido") deriva del prefacio de esta edición, en el cual los editores
declaraban, usted "tiene entonces el texto que es por todos recibido, en el
cual nada damos alterado o corrupto." Esta baladronada había de sostenerse
por más de doscientos años.
(p. 425-426)

J.N. Birdsall, MA, PhD, FRAS
Profesor de Nuevo Testamento y Crítica Textual (Universidad de Birmingham,
Reino Unido)
Texto y versiones. 6. El Nuevo Testamento. En J.D. Douglas y N. Hyllier
(Dirs.): Nuevo Diccionario Bíblico. Buenos Aires: Certeza, 1991 (original
1982), p. 1357, 1360-1361.

Los unciales se indican en la lista de Gregory- von Dobschutz-Aland con
letras mayúsculas de los alfabetos latino y griego o con numerales
precedidos de un cero. Importantes entre los unciales son los siguientes:
(1) El códice Sinaiticus (aleph o 01), manuscrito del AT y el NT
perteneciente al s. IV; además de su texto intrínsecamente importante,
contiene una serie de correcciones hechas en el siglo VI, que probablemente
haya que relacionar con el trabajo crítico de Pánfilo de Cesarea. (2) El
Códice Vaticanus (B o 03), manuscrito de contenido similar, pero al que le
falta la última parte del NT desde He. 9:14 hasta el final de Apocalipsis.
Ambos manuscritos probablemente sean de origen egipcio. (3) El Códice
Alexandrinus (A o 02), manuscrito del siglo V que contiene el AT y el NT,
probablemente de origen constantinopolitano. (4) El códice Efraimi
Rescriptus (C o 04), palimpsesto del AT y el NT perteneciente al s. V ...
(5) El Códice Bezae (cantabrigiense) (D o 05), del s. IV o V y de origen
incierto ... contiene un texto incompleto de los evangelios y Hechos, con
unos cuantos vv. De 1 Jn. (6) El Códice Washingtonianus (códice Freer) (W o
032), probablemente del s. IV, que contiene los los evangelios, en los que
el tipo de texto varía considerablemente de lugar a lugar. (7) El Códice
Koridethianus (theta o 038), que resulta imposible fechar, ya que
aparentemente fue escrito por un escribiente no acostumbrado al griego...
al parecer el manuscrito copiado por él es un uncial tardío del s. X. (8)
El Códice Laudianus (Ea o 08), manuscrito grecolatino de Hechos,
perteneciente al s. VI o VII. (9,10,11) Los Códices Claromontanus,
Boernerianus, Augiensis (Dpaul o 06; Gpaul o 012; Fpaul o 010), grupo de
manuscritos grecolatinos, el primero del s. VI, los otros dos del s. IX,
que contienen las epístolas paulinas. (12) El Códice Euthalianus (Hpaul o
015) , manuscrito del s. VI, muy fragmentado y disperso...
Estos manuscritos ofrecen los diversos tipos de texto que existían en el
s. IV; es en torno a estos que se ha centrado el debate en los últimos 100
años, y sobre estos manuscritos se han basado los textos críticos...
... En los ss. II y III encontramos una mezcla de textos buenos y malos,
en proporciones diversas, en todos los documentos de que disponemos.
A una cantidad de eruditos les ha parecido que en algún momento en las
postrimerías del s. III o la primera parte del s. IV hubo intentos de
llevar a cabo alguna actividad recensional. Pero existen pocas pruebas
directas de ello, y descubrimientos y análisis recientes le han impreso
nueva tónica a la cuestión. Ahora sabemos, sobre la base de la íntima
afinidad entre P75 y B, que el tipo de texto de este último, conocido por
los Padres alejandrinos, no fue una creación del dudoso Hesiquio
(mencionado, con Luciano, por Jerónimo en su carta a Dámaso, como autor de
una recensión), sino que existía en el siglo II. Puesto que, sin embargo,
como sabemos por los papiros, otros tipos se conocían en Egipto, la
erudición puede haber rescatado el texto que infundía confianza en base a
la tradición filológica. El texto bizantino se ha asociado al nombre de
Luciano, y esto tiene el apoyo de la semejanza de muchos de sus rasgos con
los de la recensión luciánica de la LXX. Esta recensión, empero, puede ser
anterior a Luciano, por lo menos en cuanto a algunos de sus elementos, y
del mismo modo en el NT tenemos alguna evidencia de lecturas bizantinas en
papiros anteriores a la fecha de Luciano. El llamado texto de Cesarea, que
Streeter y Lake creían haber encontrado en las citas de Orígenes y de
Eusebio, y en el códice theta y diversos minúsculos, se ha desintegrado
tras un examen más prolijo. Si bien pudo haber una forma recensional en
algunos de los testigos propuestos, hubo una etapa prerrecensional,
conocida, por ejemplo, en P45. En otras palabras, los especialistas
cristianos (donde puede discernirse su actividad) no estaban originando
nuevos textos tanto como eligiendo de una variedad de textos que ya
existían. En las epístolas las posibilidades de elección aparentemente eran
menores, ya que sólo se encuentran tres formas (alejandrina, bizantina y
"occidental" ), pero en el Apocalipsis hay un esquema cuádruple evidente,
si bien es un esquema que no está relacionado con las divisiones textuales
de los evangelios. La información que generaciones anteriores denominaron
"texto occidental" ejemplifca la forma en que las lecturas antiguas podían
coexistir en tradiciones específicas con material evidentemente secundario.
Son los principios de elección utilizados por los estudiosos cristianos de
los ss. III y IV los que requieren nuestra atención, y la sobriedad general
del juicio alejandrino se pone de manifiesto en forma creciente. Sin
emabrgo, ningún crítico seguiría en la actualidad un solo tipo de texto
únicamente, aun cuando pudiera otorgarle una posición privilegiada a algún
texto en particular.
En la Edad Media, el texto alejandrino parece haber sufrido un
eclipsamiento. Diversos tipos de textos cesáreos y bizantinos luchaban por
la supremacía, situación que se mantuvo aproximadamente hasta el siglo X.
Luego, el texto bizantino puede decirse que ocupó un lugar de supremacía,
en el sentido de que muchos manuscritos de tipo casi idéntico fueron
producidos y han sido conservados. Pero las variantes hasta de los primeros
tiempos recrudecen en manuscritos tardíos; y manuscritos importantes de
otras recensiones y aun de algunos manuscritos tardíos de hecho transfieren
su lealtad de un modo desconcertante de un tipo de texto a otro.

Así, la tarea de la crítica textual del NT es vasta y está inconclusa. Por
cierto que se han hecho adelantos desde que se comenzó a reunir el material
y examinarlo en el s. XVII. Tanto Hort como von Soden presentan textos
mejores que los textos impresos durante el renacimiento, y proporcionan una
base sólida sobre la cual fundar una exégesis satisfactoria. Resulta
evidente que muchos de los principios que sustentaban el texto alejandrino
eran buenos. Pero se debe tener siempre presente que hasta el mejor trabajo
filológico de la antigüedad requiere análisis crítico si queremos llegar al
texto original...

Bruce M. Metzger, PhD
Profesor Emérito de Lenguaje y Literatura del Nuevo Testamento (Seminario
Teológico de Princeton)

The text of the New Testament: Its transmission, corruption, and
restoration. 3ª Ed. revisada. New York: Oxford University Press, 1992, p.
290-291

El tipo de texto bizantino ha recibido recientemente renovada atención en
varios frentes. Por una parte, hay quienes, como el Dean J.W. Burgon en el
siglo pasado (véase arriba, pág. 135s), rechaza la opinión de Hort de que
el texto siríaco o bizantino es una recensión posterior caracterizada por
lecturas inferiores y secundarias y cree que Dios ha preservado la pureza
esencial del tipo de texto que subyace a la versión King James (Hills, por
ejemplo, defendió la genuinidad hasta de la Comma Johanneum de 1 Juan
5:7-8; véase arriba, p. 136, n. 1),
Otro grupo de estudiosos que también prefieren el texto bizantino pero que
reconocen que el Textus Receptus es solamente una de varias formas rivales
del texto bizantino, presentan lo que parece ser un enfoque más refinado.
Los editores de "El Nuevo Testamento griego según el Texto Mayoritario",
por ejemplo, arguyen sobre la base de la presuposición teórica, "En
cualquier tradición donde no hay disrupciones importantes en la historia de
la transmisión, la lectura individual que tiene el comienzo más temprano es
la que más probablemente ha de perdurar en la mayoría de los documentos."
La historia nos dice, empero, que, muy lejos de no haber mayores
interrupciones en el proceso de transmisión, durante las persecuciones
preconstantinas se buscaban y se quemaban manuscritos del Nuevo Testamento
por orden imperial. Afortunadamente algunas colecciones de libros
cristianos escaparon del programa sistemático de destrucción de
Diocleciano; una fue la gran colección de Cesarea, una biblioteca empleada
por Orígenes, Eusebios y aún Jerónimo. Pero también ésta fue destruida por
los musulmanes en el año 638. La diseminación adicional del Islam en el
siglo VII significó que los cristianos de tres de los cinco patriarcados
antiguos (Alejandría, Jerusalén, y Antioquía) quedaron bajo el dominio de
musulmanes, y las poblaciones cristianas del norte de África, Egipto,
Palestina, Siria y Mesopotamia fueron grandemente reducidas, con los
correspondientes efectos sobre la transmisión de las Escrituras en estas
áreas. Adicionalmente, aunque en un tiempo el griego había sido la lingua
franca del Imperio Romano, para el siglo VI era escasamente comprendido más
allá de las fronteras del Imperio Bizantino. Así, si bien es cierto que
aproximadamente 90 % de los manuscritos existentes del Nuevo Testamento
poseen un texto de carácter bizantino, también es cierto que estos fuetron
escritos después de la restricción del griego básicamente a los confines de
Bizancio.
 
Estimado Antonio H:

Le quedo muy agradecido por sus respuestas. Permítame ahora que le replique.

Vayamos por partes:

1.º, convendrá Vd. conmigo en que los pasajes que cita no contienen “un rechazo total, sin matices, a las nuevas traducciones”. Antes bien, su finalidad es la de defender -apasionadamente, es cierto- la versión Reina-Valera, lo que no es, como cualquiera puede entender, exactamente lo mismo. Ha advertido Vd., además, que los autores no rechazan las sucesivas revisiones a que ha sido sometido el venerable texto de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera.

2.º, afirma Vd. que “la clase de periodismo amarillista que muestran estos autores no merece ni comentario”.

Quiero que sepa, D. Antonio, que comprendo su actitud. De no ser por el conocimiento que tengo de uno de los autores, César Vidal, habría llegado probablemente a la misma conclusión que Vd.: que se trata de un supuesto típico de “periodismo amarillista”. Como Vd., no siento la menor simpatía por teorías conspiratorias o confabulatorias de ningún tipo. La utilización de argumentos “ad hominem” del tipo de los que se contienen en el estudio que nos ocupa habría suscitado en mí, de no ser por lo que he dicho, la misma reacción de sospecha y, finalmente, rechazo que en Vd., pero no fue así, y no fue así, como le he dicho, porque el Sr. Vidal Manzanares, además de cristiano evangélico, es uno de los máximos especialistas internacionales en sectas y esoterismo. No creo que sea necesario que me refiera a su amplísima bibliografía, pues es, o debería ser, sobradamente conocida (de no ser así, le ruego que me lo indique).

3.º, Destaca Vd. seguidamente “una de las MENTIRAS que ellos declaran, para tratar de pintar a sus enemigos como demonios”. (Dicho sea de paso, D. Antonio, ¿no estará Vd. incurriendo en el mismo error que reprocha Vd. a estos autores, esto es, en el de la descalificación maniquea?)

La nota al pie permite afirmar que, en el pasaje que Vd. invoca, la referencia es a Isaías 7:14, no, en efecto, a Mateo 1:22-23.

Dice Vd.:

“Los escritores de este deplorable artículo se basan en el hecho de que en el AT, en Isaías 7:14, el VP sí cambia la traducción tradicional "virgen" a "joven", porque la palabra "almah" se entiende mejor de este manera. Es más, existen problemas interpretativos en el contexto de Isaías 7:14 si se acepta la traducción "virgen", ya que su aplicación inmediata es a la esposa de Isaías, y es un caso de "sensus plenior". Pero ellos no mencionan esto, sino que dan la impresión de que la VP no presenta el nacimiento de la virgen - y esto es una mentira, como la cita arriba dada demuestra”.

Pero omite que, más adelante, podemos leer lo siguiente:

“Isaías 7, 14 no fue una profecía mesiánica: "La identificación de este niño ha sido objeto de muchas discusiones, pero la gran mayoría de los intérpretes modernos considera que la señal dada por el profeta (véase Is 7.11 nota m) debió ser un acontecimiento cercano... Por tanto, la madre del niño debió ser una mujer conocida de Ahaz, muy probablemente su propia esposa" (p. 868). Pese al testimonio evidente del evangelista Mateo (Mateo 1, 22-23) la VP sostiene que no se trata de una profecía mesiánica y que la "mujer" (no la virgen) no fue María sino quizá la esposa de Ahaz”.

No es cierto, por tanto que “ellos” no mencionen “esto”.

No quiero extenderme en exceso, pero es claro que la Biblia “Dios habla hoy” opta, en el caso concreto que Vd. ha elegido, por la alternativa “liberal”, y añade una lacónica nota en la que sólo consta: “Joven: según el texto hebreo. La versión griega traduce virgen. (Véase Mt 1.23)”. Más extensa es la nota en la edición de esta versión de Compubiblia, idéntica, por cierto, a la que aparece para la de la revisión de la Reina-Valera de 1995, por lo que sospecho que, en realidad, sea de ésta: “La joven: El texto hebreo emplea aquí la palabra alma, que en otros contextos se ha traducido por muchacha o jovencita (cf. Gn 24.43; Ex 2.8; Sal 68.25[26]; Cnt 6.8). Ese término designa a una muchacha joven, en edad de contraer matrimonio o incluso casada. La palabra virgen, que aparece en algunas traducciones, corresponde a la versión griega de los Setenta (LXX). Véase Is 7.14 nota r. ”.

En la Reina-Valera se opta por la traducción “virgen”, al igual que en otras traducciones clásicas (así, en la Vulgata: “virgo”; en la Biblia de Lutero: “Jungfrau”, y en la King James: “virgin”).

La RVR 1995 traduce también “virgen”, al igual que la New International Version.

Es significativo que la versión “Dios habla hoy” se alinee precisamente con las traducciones católicas más “progresistas”, como la de la “Nueva Biblia Española”, e.g., que, sin ningún empacho y dando valor absoluto a las hipótesis de la alta crítica sobre el “Deutero” y el “Tritoisaías”, publica el libro de Isaías como “Isaías I”, “Isaías II” e “Isaías III”.

La Nácar-Colunga opta, en cambio, también por la traducción “virgen”, al igual que la de las Paulinas, que, además, en una nota dice:

“Es éste el famoso vaticinio mesiánico sobre el Emmanuel. Parece casi cierto que Isaías, al proferirlo, pensaba en la esposa de Acaz, cuyo hijo -Ezequías- iba a garantizar la continuidad de la dinastía davídica… La tradición judía posterior interpretó esa doncella (=alma), cual si fuera una virgen. Así lo entendieron los autores de la versión de los LXX, que tradujeron el original hebreo por parthenos (=virgen). La tradición evangélica (Mt 1,23) aplicaría este texto a María de Nazaret, para avalar la concepción virginal de Jesús, el gran descendiente davídico que, en virtud de su condición mesiánica, iba a brindar a la humanidad (=nuevo pueblo de Dios) el gran mensaje de la liberación salvadora. Es comprensible que Isaías, al proferir el vaticinio, lo aplicara al hijo de Acaz, mientras que luego la tradición neotestamentaria -¡sentido pleno!- decidió aplicarlo al Jesús de Nazaret, ya que en él se cumplía cuanto el profeta afirmara sobre la salvación ofrecida por el gran descendiente davídico”.

Por ello, entiendo que la traducción más correcta es la de la Nueva Biblia de Jerusalén (“doncella”), así como la nota que la acompaña:

“La traducción griega dice: “la virgen”, precisando con ello el término hebreo ‘almah que designa a una muchacha o a una joven recién casada sin concretar más. Pero el texto de los LXX es un testigo de alto valor de la antigua interpretación judía, que quedará consagrada en el Evangelio: Mt 1 23 ve aquí el anuncio de la concepción virginal de Cristo”.

(Por cierto, la New Jerusalem Bible, en cambio, opta por “young woman”, añadiendo “perhaps Ahaz’s wife, about to give birth to Hezekiah, but Isaiah sees it as symbolic of the fulfilment of royal messianic prophecies. For ‘young woman’ Gk reads ‘virgin’, interpreted by Mt of Mary’”).

Para finalizar, y no cansar, en el ámbito germánico, la Einheitsübersetzung opta también por “Jungfrau”, y, según nota, “Jungfrau: nach G und Mt 1,23; das hebräische Wort almáh wird auch als “junge Frau”gedeutet”).

Sirva lo expuesto para evidenciar que no se trata precisamente de un pasaje pacífico y que la opción de “Dios habla hoy” no es necesariamente aséptica.

4.º, me alegra mucho saber que Vd. distingue el “fundamentalismo” del “evangelicalismo”, rechazando aquél, que Vd. define como “conservatismo que no piensa” y, al parecer, aceptando éste, que evidencia, según Vd., “fe buscando entender” (aunque yo prefería hablar de disposición “para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” -1 Pedro 3:15-).

Evidentemente, no siento yo tampoco ninguna simpatía por ese “conservatismo que no piensa” (de hecho, dudo que haya alguien que acepte ser identificado en tales términos), aunque sí por el tipo de “fundamentalismo” al que precisamente se refiere el Sr. Vidal en el estudio en cuestión y que consiste en la afirmación y defensa de los:

“cinco fundamentos esenciales de la fe cristiana:

1. La inerrancia, infalibilidad y verdad literal de la Biblia en cada detalle.
2. La concepción virginal y completa deidad de Cristo Jesús.
3. La resurrección física de Cristo y de todos los muertos.
4. El sacrificio expiatorio de Cristo por los pecados del mundo.
Y la segunda venida de Cristo en forma corporal”.

5.º, dudo mucho que en “la era de publicación de la RV, durante la Reforma en España”, alguien se limitara a caracterizar “la RV… de "moderna" por los que preferían algo basado en la Vulgata”…

6.º, entiendo perfectamente, en cambio, a qué se refiere Vd. cuando habla de “humanismo”, y es clara su vinculación con la Reforma, pero no puedo evitar una sonrisa al pensar en la reacción de los calvinistas de este foro cuando vean a Calvino entre los “humanistas” y al lado de Erasmo, nada menos.

Suyo, en Cristo,

USOZ

><>
 
Hermano Jetonius:

Después de publicar mi respuesta a Antonio H, he leído las suyas. Le estoy sumamente agradecido por la bondad que ha tenido conmigo al contestar con tanto interés y erudición a mi escueta, casi impertinente, pregunta.

Se hará Vd. cargo de que necesite tiempo para asimilar sus contestaciones. En el ínterin…

1.º, ¿hay alguna posibilidad, querido Jetonius, de enviar nuevamente su segundo mensaje? Tal como aparece en pantalla, me resulta difícil distinguir dónde acaba una cita y empieza otra.

2.º, dice Vd.: “No discutiré el calumnioso manto de sospecha que Vidal Manzanares arroja sobre las personas de Westcott y Hort, ni sus delirios sobre la presunta conspiración ocultista”. Me imagino que habrá leído lo que le digo al respecto a Antonio H. Insisto: toda alusión a supuestas conspiraciones, máxime si, además, son esotéricas, suscita en mí una reacción de rechazo. El problema estriba en que, en este caso, la autoría corresponde a César Vidal, autor del que tengo un alto concepto y por el que siento gran estima. ¿Podemos, entonces, rechazar, sin más, sus afirmaciones? Dígame, Jetonius, ¿qué opinión le merece a Vd. el Sr. Vidal? ¿Sigue pensando que lo más razonable es rechazar, como “delirios”, los datos que aporta?

3.º, ¿y qué le parece, por cierto, la “Traducción Interconfesional” del Nuevo Testamento publicada por la B.A.C., La Casa de la Biblia y las Sociedades Bíblicas Unidas?

En fin, discúlpeme, no quiero abusar más de su bondad. Parece que no hago otra cosa sino formularle preguntas.

Suyo, en Cristo,

USOZ

><>

P.D. Por cierto, no voy a dejar de visitar la “web” que aparece en su “perfil”.
 
Estimado Usoz:

Permítame responderle con suma brevedad:

1: No puedo afirmar esto, porque la defensa apasionada de la RV se convierte en rechazo de las otras versiones. Muéstreme una referencia positiva a cualquier otra versión. Me parece un rechazo cuando se cataloga de una manera categórica a las nuevas versiones como "liberales" (usado por estos autores como término de oprobio).

2: No tengo el placer de disfrutar del conocimiento personal que Ud. tiene de los escritores, por lo cual sólo puedo juzgarles en basa a su artículo. Mis comentarios no se dirigieron a sus personas, sino sus escritos - algo a lo cual ellos mismos no se limitaron al hablar de quienes difieren de opinión con ellos.

3: Precisamente a lo que me dirigía es que, como muestra el pasaje citado en mi mensaje anterior, los escritores acusan al traductor de la VP de quitar el nacimiento de la virgen de esta traducción, y esconden el hecho de que se refieren sólo a la cita de Isaías en las notas, en letra pequeña. El hecho de que la cita de Isaías sea controversial es digno de debate; pero esto no es lo que dicen los escritores en el pasaje que cité. Más bien, acusan al traductor de tergiversar una doctrina - cosa que es muy diferente a tomar una posición "liberal" en cuanto a una traducción que todos ven como difícil.

4: Concuerdo totalmente con su definición del fundamentalismo deseable, y Ud. bien sabes que el evangelicalismo contemporáneo surgió del movimiento fundamentalista que declaraba estos "fundamentos". Desgraciadamente, el movimiento luego fue salteado por personas como los que escribieron el artículo bajo discusión.

5: No puedo comentar sobre sus dudas, puesto a que tiene perfecto derecho a dudar todo lo que quiera.

6: Me siento orgulloso también de ser calvinista - o quizás calviniano, admirador de Calvino pero no de todos sus sucesores calvinistas.

En amor cristiano,
Antonio H
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por USOZ:
Hermano Jetonius:

...(snip)...
En el ínterin…

1.º, ¿hay alguna posibilidad, querido Jetonius, de enviar nuevamente su segundo mensaje? Tal como aparece en pantalla, me resulta difícil distinguir dónde acaba una cita y empieza otra.
[/quote]

SOBRE EL MAL LLAMADO “TEXTUS RECEPTUS”

En 1633 los hermanos Buenaventura y Abraham Elzevir publicaron en Leiden la segunda edición de su Nuevo Testamento griego, indicando en el prefacio que los lectores tenían en sus manos "el texto que es ahora recibido por todos, en el cual no damos nada cambiado ni corrupto" [Textum ergo habes, nunc ab omnibus receptum: in quo nihil immutamum aut corruptum damus]. Esta frase, que más que una afirmación fáctica era una hábil maniobra comercial, dio origen a la denominación de Textus Receptus (texto recibido o normativo) para la edición del NT griego empleada en las principales traducciones protestantes hasta el siglo XIX.
¿Cuán veraz era la afirmación de los Elzevir?

El denominado (por sus editores) "Textus Receptus" se basaba mayormente en la primera edición (1565) del NT del sucesor de Calvino, Teodoro de Beza. Este estudioso poseía varios manuscritos griegos, entre ellos el famoso códice del siglo V que lleva su nombre y el Codex Claromontanus del siguiente siglo, además de manuscritos compilados por Enrique Stephanus.
También realizó comparaciones con el siríaco y el arábigo. Sin embargo, Beza aprovechó este caudal de evidencia más para sus notas que para el texto griego en sí, el cual seguía de cerca la cuarta edición de Robert Etienne (Stephanus, padre de Enrique; dicha edición tenía la característica de dividir por vez primera el texto del NT en versículos numerados).
Ahora bien, la edición de Stephanus se basaba a su vez principalmente en el NT de Desiderio Erasmo de Rotterdam y en menor medida en la edición complutense. Se desconoce exactamente qué manuscritos griegos se emplearon para la famosa edición conocida como Políglota Complutense, dirigida por el Cardenal Francisco Ximenes de Cisneros, cuyo NT se imprimió en 1514. En su dedicatoria al entonces Papa León X, el cardenal le agradecía el envío de muy antiguos códices griegos del Antiguo y Nuevo Testamentos.
En cuanto al texto de Erasmo, se sabe que este humanista y erudito realizó su trabajo de edición como una carrera contra el tiempo, por invitación del editor Johann Froben, con el objeto de poner a la venta la primera edición impresa del NT griego antes que Cisneros. Ante una generosa oferta de Froben, Erasmo se lanzó a buscar manuscritos griegos adecuados para la edición en
julio de 1515, y la primera edición, repleta de errores tipográficos, fue completada en menos de ocho meses, el 1 de marzo de 1516.

Erasmo halló algunos manuscritos griegos, la mayoría de los cuales provenían de una colección donada en 1443 al monasterio dominico de Basilea. Todos requerían revisión, y para peor ninguno de ellos estaba completo; . Por tanto, se vio obligado a emplear diferentes manuscritos
para la edición de los diversos libros del NT. Los principales, empleados respectivamente para los Evangelios y para Hechos y Epístolas, databan del siglo XII. Un tercer manuscrito de la misma edad (o juventud) sirvió para el Apocalipsis, pero como le faltaban los últimos seis versículos Erasmo tradujo al griego el texto correspondiente de la Vulgata latina. "Como
podría esperarse de tal procedimiento, hay aquí y allá en el texto griego así hecho por el propio Erasmo lecturas que jamás han sido halladas en ningún manuscrito griego conocido, pero que son aún hoy perpetuadas en las impresiones del así llamado Textus Receptus del Nuevo Testamento griego" (Bruce M. Metzger, The text of the New Testament: Its transmission,
corruption and restoration. 3rd Ed. New York: Oxford University Press, 1992, p. 100).

En definitiva, la denominación de Textus Receptus, que se ha convertido hoy en una bandera para muchos hermanos, proviene simplemente de un ardid editorial de los hermanos Elzevir. Bruce M. Metzger comenta: "Tan supersticiosa ha sido la reverencia acordada al Textus Receptus que en algunos casos los intentos de criticarlo o enmendarlo han sido considerados como una especie de sacrilegio. Empero, su base textual es esencialmente un puñado de manuscritos minúsculos tardíos y recolectados al azar, y en una docena de pasajes sus lecturas no son sustentadas por ningún testigo griego conocido." (Ibid. , p. 106).
Un cordial saludo en Cristo,
Jetonius


Algunas citas representativas de autores evangélicos contemporáneos

1. J. Harold Greenlee, PhD
Profesor de Lengua del NT y Director de la División de Literatura Bíblica
(Seminario Teológico Asbury, Wilmore, EE.UU.).

Text and Versions (New Testament). En Merrill C. Tenney [Gen. Ed.], The
Zondervan Pictorial Bible Dictionary. London: Marshall, Morgan & Scott,
1963, p. 844.

Los eruditos reconocen al menos tres de estos "tipos de textos" como se los llama, del siglo V y anteriores: "alejandrino", "cesáreo" y "occidental" –nombres cuya significación es sólo parcialmente geográfica. Luego del reconocimiento oficial del cristianismo en el siglo IV, con más oportunidad para comparar manuscritos, estos "textos locales" fueron gradualmente
desplazados por un tipo de texto que tendía a suavizar construcciones rústicas, armonizar pasajes paralelos, y facilitar la comprensión. Este tipo de texto, conocido como "bizantino" era dominante para el siglo VIII. Permaneció como el texto aceptado, tornándose conocido como el "Textus Receptus" luego de la invención de la imprenta, y fue el texto que subyace principalmente a la versión King James. No fue sino hasta la última parte del siglo XIX que la erudición produjo un retorno a los tipos de texto más antiguos.


----------------------------
2. George Eldon Ladd, BD, PhD (m. 1982)
Profesor de Teología Bíblica (Seminario Teológico Fuller).

Crítica del Nuevo Testamento. El Paso: Mundo Hispano, 1990 (original 1967;
traducido y adaptado por Moisés Chávez), p. 63

Podemos expresar este hecho de una manera diferente. A pesar del texto pobre del Textus Receptus debemos reconocer que tanto éste como las traducciones bíblicas basadas en él son la Palabra de Dios. En esta obra
inspirada, los hombres pueden oír hablar a Dios, pueden encontrarse con
Dios y ser guiados a una comunión salvadora con él. Debido a su dignidad,
belleza y familiaridad, muchos cristianos ahora no pueden sentirse "en
casa" con ninguna otra versión o traducción aparte de la que han usado, y
las aprecian como si las mismas palabras en castellano hubieran sido dadas
por Dios sin ninguna otra mediación.
Sin embargo, este hecho no debiera conducirnos a ignorar los defectos de
la base textual que se usó para tales traducciones. El estudiante cuidadoso
al que le importa la seguridad y exactitud, puede continuar leyendo las
traducciones antiguas con propósitos devocionales; pero para el estudio
bíblico cuidadoso, sin duda preferirá una traducción moderna, que se base
en el mejor texto que la erudición moderna ha podido establecer.
Aquí tenemos un área donde la erudición crítica ha hecho una contribución
sólida y permanente que involucra sólo en un grado mínimo el problema de
las presuposiciones teológicas. Es un hecho rara vez cuestionado que la
ciencia crítica ha recuperado el texto original del Nuevo Testamento. Por
cierto, aún quedan numerosas variantes debatibles y debatidas; pero si se
comparan los cuatro textos críticos contemporáneos del Nuevo Testamento,
editados por E. Nestle (1963), G.D. Kilpatrick (1958), R.V.G. Tasker
(1964) y K. Aland-M. Black- B.M. Metzger- A. Wikgren (1966), los
encontrará en substancial acuerdo. Prácticamente en todas las ilustraciones
que hemos usado en este capítulo para exponer la crítica textual, los
problemas tienen solución y tenemos un texto confiable.


3. F.F. Bruce, MA, DD
Profesor Rylands de Crítica y Exégesis Bíblicas (Universidad de Manchester,
Reino Unido)

Answers to questions. The Paternoster Press, 1972

Texto Griego del Nuevo Testamento

Preg. : ¿Cuál es el texto más confiable del Nuevo Testamento griego?
Resp. Al presente no hay ediciones más confiables del Nuevo Testamento
griego que (i) la edición publicada por la Sociedad Bíblica Británica y
Extranjera en 1958, editada por Erwin Nestle y G.D. Kilpatrick; (ii) la
última the edición del texto "Nestle" publicado por la Casa Bíblica de
Stuttgart y editada por K. Aland (1963); (iii) la edición publicada por la
Sociedad Bíblica Americana y varias otras en 1966, editada por K. Aland,
B.M. Metzger y A. Wikgren.

Preg. El grueso de nuestros manuscritos existentes del Nuevo Testamento
griego exhiben lo que se denomina el texto bizantino. El peso de esta
evidencia se dice que es favorable al "Textus Receptus" que subyace a la
versión King James. También se dice que los manuscritos Sinaítico y
Vaticano representan una pequeña familia de documentos que contienen un
tipo de texto que la iglesia rechazó antes del final del cuarto siglo, de
modo que la Versión Revisada, que se apoya mayormente en estos dos
manuscritos, es poco confiable en comparación con la versión King James.
¿Podría comentar estas afirmaciones?

Resp. La de "Texto Recibido" es la designación comúnmente dada al texto de
las más tempranas ediciones impresas del Nuevo Testamento griego, aunque el
hecho real es que fue primeramente usada en la propaganda editorial que
anunciaba una edición impresa en Leiden en 163. Las primeras versiones
impresas del Nuevo Testamento griego, a partir de las cuales se tradujeron
las versiones inglesas de los siglos XVI y XVII, se basaban en su mayor
parte en manuscritos del siglo XV ...
La amplia circulación y el establecimiento del texto bizantino a partir del
siglo IV es debida a la posición central y dominante que Bizancio
(Constantinopla) tuvo en el Imperio Romano de Oriente luego de devenir la
capital de Constantino en 334. La forma del texto que era usada en la
iglesia constantinopolitana, desde el tiempo de Crisóstomo (347-407) fue
diseminada desde allí hacia toda la cristiandad de habla griega. No hay
evidencia de que haya sido empleada antes, ni en amnuscritos o en
traducciones hechas del griego a otros lenguajes, ni en citas bíblicas de
autores cristianos. Es un tipo de texto bien editado del siglo IV, que
emplea varios tipos de texto que estaban previamente en circulación. Antes
de la influencia centralizadora de Constantinopla, había tipos de texto
griego asociados con un número de ciudades y regiones –Alejandría, Cesarea,
Antioquía y el Occidente. El texto alejandrino está representado por los
códices Sinaítico y Vaticano y por las versiones coptas. Por el tiempo en
que se preparaba la Versión Revisada del Nuevo Testamento [es decir, tercer
cuarto del s. XIX -–traductor] este texto representaba la mayor
aproximación posible al texto original, y al adoptarlo, los revisores
proporcionaron al mundo de habla inglesa el texto más confiable del Nuevo
Testamento que era accesible por entonces (la calidad de su traducción es
un asunto muy diferente). Pero Westcott y Hort, cuya influencia en el
comité de revisión fue decisiva, exageraron el carácter arcaico del texto
alejandrino, al cual llamaron texto "neutral", considerando que
representaba el texto apostólico prácticamente sin desviación. El texto
alejandrino es, de hecho, un texto editado cerca de los comienzos del
tercer siglo según las mejores tradiciones de la erudición filológica
alejandrina; pero había otros tipos de texto que rivalizaban con él, tanto
en el mismo Egipto como en otras partes. Hasta época bastante reciente
parecía posible, primero establecer los principales tipos locales de texto
corrientes a principios del siglo tercero, y entonces construir por medio
de ellos un arquetipo que podría reproducir el texto original prácticamente
sin diferencia. Pero el descubrimiento en años recientes, en rápida
sucesión, de manuscritos que proceden del segundo siglo ha mostrado que
debe adoptarse una metodología diferente. Ninguno de las ediciones del
tercer siglo puede acaparar la pretensión exclusiva de representar el texto
del siglo I, y mucho menos la edición bizantina del cuarto siglo. En tanto
que la versión King James en su mayor parte representa un tipo de texto (el
bizantino), como asimismo la Versión Revisada (el alejandrino), versiones
posteriores como la RSV [Revised Standard Version- trad.] y la NEB [New
English Bible – trad] representan un texto ecléctico. Como lo dice la
introducción al Nuevo Testamento de la NEB: "No hay al presente ningún
texto crítico que pudiese obligar al mismo grado de aceptación general como
en su momento lo tuvo el texto de la Revisión. Ni tampoco ha llegado el
tiempo, a juicio de muchos eruditos, de construir tal texto, ya que
constantemente sale a la luz nuevo material, y el debate continúa. Los
presentes traductores, por tanto, no pudo sino considerar lecturas
variantes según sus méritos, y, habiendo pesado la evidencia por sí
mismos, seleccionaron para la traducción de cada pasaje la lectura que
según su mejor juicio parecía más probablemente representar lo que escribió
el autor." En el presente estado de la cuestión este es ciertamente el
camino de la sabiduría.


4. Gordon D. Fee, BA, MA, PhD
Profesor Asociado de Nuevo Testamento, Seminario Teológico Gordon-Conwell

The textual criticism of the New Testament . En Frank E. Gaebelein
(Gen.Ed.): The Expositor's Bible Commentary. Grand Rapids: Zondervan, 1979,
vol. 1, pp. 417-433.

Hay, ante todo, un grupo de manuscritos que tienen toda la apariencia de
ser textos "locales, ya que derivan básicamente de Alejandría en Egipto.
Está encabezado por P75 y P66 (c. 200 d.C.) en los Evangelios, P46 (c. 225)
en Pablo, P72 (c. 275?) en Pedro y Judas, Codex B (c. 325) y las citas de
Orígenes (225-250). También es apoyado en menor medida por varios otros
manuscritos (por ejemplo a [aleph = Sinaítico] C L W 33) y los padres
alejandrinos posteriores (Dídimo, Atanasio, Cirilo).
Por muchos años los críticos textuales han considerado este tipo de texto
como una recensión del siglo III cuidadosamente editada, creada por la
mejor erudición alejandrina sobre la base de buenos manuscritos antiguos.
Pero la evidencia combinada de P75 , P72, P46 y Orígenes ha puesto a este
texto, en todos sus particulares, decididamente en el siglo II o, así
parece, tan pronto como el cristianismo fue conocido en aquella ciudad.
Aunque este tipo de texto tiene ocasionalmente variantes "sofisticadas",
comúnmente contiene lecturas concisas, algo rústicas, menos armonizadas, y
en general "más difíciles" que aquellas de otros tipos de texto, aunque en
un estudio más minucioso regularmente se presentan como originales. Además,
esto ocurre consistentemente a lo largo de todos los libros del NT, con una
tendencia mínima a armonizar las idiosincracias de un autor con modelos
griegos más comunes. Todos estos hechos dan la impresión de que este tipo
de texto es el producto de una tradición cuidadosamente preservada.
Un segundo grupo, tan temprano como el alejandrino, es comúnmente llamado
"occidental", porque variantes peculiares de él están firmemente
establecidas en textos hallados en el norte de Africa (Tertuliano,
Cipriano, algunos de la Antigua Latina), Italia (Novaciano, algunos de la
Antigua Latina), y Francia septentrional (Ireneo). "Occidental" es, sin
embargo, un nombre equívoco, pues muchas de las variantes peculiares de
este tipo de texto se hallan también en el Oriente (Taciano y la Antigua
Siríaca) y ocasionalmente en Alejandría (algunas citas de Clemente, en Juan
6-7 en P66, en Juan 1-8 en el Sinaítico, y en Marcos 1-5 en W).
Pese a la temprana y amplia atestación de tal texto, estos diversos
testigos carecen de la homogeneidad hallada en el alejandrino y en los
testigos bizantinos posteriores. Las relaciones textuales no se sostienen
consistentemente en porciones extensas del texto. Por el contrario,
"occidental" describe un grupo de manuscritos encabezados por D, obviamente
relacionado por cientos de lecturas inusuales, a veces halladas en algunos,
a veces en otros, pero reflejando al parecer una tradición de copiado y
traducción incontrolada, a veces "silvestre" [o "salvaje" = wild – trad.].
Este tipo de texto está marcado particularmente por algunas largas
paráfrasis y largas adiciones, como también por tendencias armonizantes y
sustituciones de sinónimos De hecho, el texto occidental de Hechos es cerca
de 10 % más largo que otros textos y casi ciertamente refleja una revisión
temprana.
Uno debe ser cuidadoso, empero, de no descartar livianamente una lectura
variante simplemente por ser occidental. Hay varios casos, especialmente en
algunas llamativas "omisiones" pero también en otros sitios, en que los
eruditos han argüido convincentemente que el texto occidental preserva el
texto original del NT. Además, la misma antigüedad de este texto, y su
amplia distribución, siempre debiera merecer plena consideración.
El tercer tipo de texto, el "bizantino" o "texto mayoritario", constituye
más de 80 % de los manuscritos. Como un tipo de texto no aparece en la
historia antes de 350 d.C., pero aún así sus orígenes están revestidos de
misterio. Las lecturas peculiares de este tipo de texto aparecen
primeramente en un grupo de escritores asociados con la iglesia de
Antioquía: los capadocios, Crisóstomo y Teodoreto de Ciro. Estos padres
tenían un NT aproximado en un 90 % al texto completo bizantino de la Edad
Media. El manuscrito más antiguo que refleja este texto es de Alejandría
(Codex A; c. 475 – sólo para los Evangelios), en tanto que los primeros
testigos completos son manuscritos del siglo VIII (E y W [omega]).
¿Representa entonces este texto una revisión realizada en Antioquía en el
siglo IV? La mayor parte de los críticos textuales piensa así, pero sobre
la base de la naturaleza secundaria de sus lecturas particulares, no debido
a datos firmes. No hay manuscritos tempranos de Asia Menor o Palestina. Los
primeros escritores de estas áreas reflejan un texto occidental, pero no
hubo un Orígenes o un Tertuliano en Antioquía en el tercer siglo que nos
proveyese una gran cantidad de datos que estudiar. Más tarde en ese siglo
la escasa evidencia de Metodio de Licia y Tiro y, aún más tarde, del texto
de Eusebio de Cesarea y de Cirilo de Jerusalén rara vez reflejan las
peculiaridades de este tipo de texto. De modo que la naturaleza del texto
de Antioquía a lo largo de muchos años es virtualmente desconocida.
Lo que sí se sabe es que tal texto estaba disponible para 350 d.C., que
había parcialmente comenzado a influenciar el texto de Alejandría y Roma
(Jerónimo), que fue llevado por Crisóstomo de Antioquía a Constantinopla, y
que probablemente a través de la influencia de él devino el texto dominante
en la Iglesia Oriental.
La mayor parte de las lecturas peculiares de este texto son generalmente
consideradas de naturaleza secundaria. Un gran número de ellas suavizan la
gramática; eliminan la ambigüedad en el orden de las palabras; añaden
nombres, pronombres y frases preposicionales; y armonizan un pasaje con
otro. Sus muchas lecturas combinadas (por ejemplo Marcos 9:49) , donde el
texto de tipo bizantino combina las lecturas variantes de los textos
alejandrino y occidental, también reflejan este proceso secundario.
Algunos eruditos también hallan un tipo de texto "cesáreo" en los
Evangelios ...
Aunque existe acuerdo general de que hacer tales agrupaciones es una tarea
tanto posible como necesaria, la significación de tales agrupaciones
permanece disputada. Es seguramente un procedimiento dudoso aceptar o
rechazar una lectura sólo porque se halla en cierto tipo de texto; por otra
parte, tales agrupaciones, especialmente en los manuscritos posteriores
(bizantinos), reduce grandemente el trabajo de cribar una multiplicidad de
manuscritos.
(pp. 423-424)

Dos hechos significantes afectaron la historia del NT después del 400. El
texto alejandrino, el cual para 450 estaba ya grandemente influenciado por
el bizantino, en general dejó de usarse. Las causas principales fueron la
desaparición del patriarcado de Alejandría y el subsiguiente surgimiento y
propagación del Islam.
Por otra parte, entre tanto el latín se había tornado el lenguaje
predominante en Occidente, de modo que cesó allí la producción de textos
griegos. El gran número de discrepancias en los manuscritos de la Antigua
Latina había finalmente resultado en una traducción "autorizada", la
Vulgata latina...
El resultado de estos dos factores fue que la transmisión del NT griego se
limitó en general a la Iglesia Oriental, donde la mayoría de las copias
reflejaban el texto normalizado que se empleaba en la capital,
Constantinopla. Así, la historia del texto griego durante este período
[400-1516 – trad.] , con pocas excepciones notables, es simplemente la
historia de mil años de copiado de un texto de tipo bizantino.

Establecimiento del Textus Receptus (1516-1633)

Desafortunadamente, estas primeras ediciones [impresas del NT griego-
trad.], que habrían de servir de base para todas las ediciones siguientes
hasta 1831, estaban ellas mismas basadas en manuscritos medievales tardíos
de calidad inferior ...
Un texto griego muy parecido a los de Erasmo, Stephanus y Beza, editado
por Buenaventura y Abraham Elzevir (1633), se tornó el texto normativo
empleado en el continente. El término Textus Receptus (TR = "texto
recibido") deriva del prefacio de esta edición, en el cual los editores
declaraban, usted "tiene entonces el texto que es por todos recibido, en el
cual nada damos alterado o corrupto." Esta baladronada había de sostenerse
por más de doscientos años.
(p. 425-426)


5. J.N. Birdsall, MA, PhD, FRAS
Profesor de Nuevo Testamento y Crítica Textual (Universidad de Birmingham,
Reino Unido)
Texto y versiones. 6. El Nuevo Testamento. En J.D. Douglas y N. Hyllier
(Dirs.): Nuevo Diccionario Bíblico. Buenos Aires: Certeza, 1991 (original
1982), p. 1357, 1360-1361.

Los unciales se indican en la lista de Gregory- von Dobschutz-Aland con
letras mayúsculas de los alfabetos latino y griego o con numerales
precedidos de un cero. Importantes entre los unciales son los siguientes:
(1) El códice Sinaiticus (aleph o 01), manuscrito del AT y el NT
perteneciente al s. IV; además de su texto intrínsecamente importante,
contiene una serie de correcciones hechas en el siglo VI, que probablemente
haya que relacionar con el trabajo crítico de Pánfilo de Cesarea. (2) El
Códice Vaticanus (B o 03), manuscrito de contenido similar, pero al que le
falta la última parte del NT desde He. 9:14 hasta el final de Apocalipsis.
Ambos manuscritos probablemente sean de origen egipcio. (3) El Códice
Alexandrinus (A o 02), manuscrito del siglo V que contiene el AT y el NT,
probablemente de origen constantinopolitano. (4) El códice Efraimi
Rescriptus (C o 04), palimpsesto del AT y el NT perteneciente al s. V ...
(5) El Códice Bezae (cantabrigiense) (D o 05), del s. IV o V y de origen
incierto ... contiene un texto incompleto de los evangelios y Hechos, con
unos cuantos vv. De 1 Jn. (6) El Códice Washingtonianus (códice Freer) (W o
032), probablemente del s. IV, que contiene los los evangelios, en los que
el tipo de texto varía considerablemente de lugar a lugar. (7) El Códice
Koridethianus (theta o 038), que resulta imposible fechar, ya que
aparentemente fue escrito por un escribiente no acostumbrado al griego...
al parecer el manuscrito copiado por él es un uncial tardío del s. X. (8)
El Códice Laudianus (Ea o 08), manuscrito grecolatino de Hechos,
perteneciente al s. VI o VII. (9,10,11) Los Códices Claromontanus,
Boernerianus, Augiensis (Dpaul o 06; Gpaul o 012; Fpaul o 010), grupo de
manuscritos grecolatinos, el primero del s. VI, los otros dos del s. IX,
que contienen las epístolas paulinas. (12) El Códice Euthalianus (Hpaul o
015) , manuscrito del s. VI, muy fragmentado y disperso...
Estos manuscritos ofrecen los diversos tipos de texto que existían en el
s. IV; es en torno a estos que se ha centrado el debate en los últimos 100
años, y sobre estos manuscritos se han basado los textos críticos...
... En los ss. II y III encontramos una mezcla de textos buenos y malos,
en proporciones diversas, en todos los documentos de que disponemos.
A una cantidad de eruditos les ha parecido que en algún momento en las
postrimerías del s. III o la primera parte del s. IV hubo intentos de
llevar a cabo alguna actividad recensional. Pero existen pocas pruebas
directas de ello, y descubrimientos y análisis recientes le han impreso
nueva tónica a la cuestión. Ahora sabemos, sobre la base de la íntima
afinidad entre P75 y B, que el tipo de texto de este último, conocido por
los Padres alejandrinos, no fue una creación del dudoso Hesiquio
(mencionado, con Luciano, por Jerónimo en su carta a Dámaso, como autor de
una recensión), sino que existía en el siglo II. Puesto que, sin embargo,
como sabemos por los papiros, otros tipos se conocían en Egipto, la
erudición puede haber rescatado el texto que infundía confianza en base a
la tradición filológica. El texto bizantino se ha asociado al nombre de
Luciano, y esto tiene el apoyo de la semejanza de muchos de sus rasgos con
los de la recensión luciánica de la LXX. Esta recensión, empero, puede ser
anterior a Luciano, por lo menos en cuanto a algunos de sus elementos, y
del mismo modo en el NT tenemos alguna evidencia de lecturas bizantinas en
papiros anteriores a la fecha de Luciano. El llamado texto de Cesarea, que
Streeter y Lake creían haber encontrado en las citas de Orígenes y de
Eusebio, y en el códice theta y diversos minúsculos, se ha desintegrado
tras un examen más prolijo. Si bien pudo haber una forma recensional en
algunos de los testigos propuestos, hubo una etapa prerrecensional,
conocida, por ejemplo, en P45. En otras palabras, los especialistas
cristianos (donde puede discernirse su actividad) no estaban originando
nuevos textos tanto como eligiendo de una variedad de textos que ya
existían. En las epístolas las posibilidades de elección aparentemente eran
menores, ya que sólo se encuentran tres formas (alejandrina, bizantina y
"occidental" ), pero en el Apocalipsis hay un esquema cuádruple evidente,
si bien es un esquema que no está relacionado con las divisiones textuales
de los evangelios. La información que generaciones anteriores denominaron
"texto occidental" ejemplifca la forma en que las lecturas antiguas podían
coexistir en tradiciones específicas con material evidentemente secundario.
Son los principios de elección utilizados por los estudiosos cristianos de
los ss. III y IV los que requieren nuestra atención, y la sobriedad general
del juicio alejandrino se pone de manifiesto en forma creciente. Sin
emabrgo, ningún crítico seguiría en la actualidad un solo tipo de texto
únicamente, aun cuando pudiera otorgarle una posición privilegiada a algún
texto en particular.
En la Edad Media, el texto alejandrino parece haber sufrido un
eclipsamiento. Diversos tipos de textos cesáreos y bizantinos luchaban por
la supremacía, situación que se mantuvo aproximadamente hasta el siglo X.
Luego, el texto bizantino puede decirse que ocupó un lugar de supremacía,
en el sentido de que muchos manuscritos de tipo casi idéntico fueron
producidos y han sido conservados. Pero las variantes hasta de los primeros
tiempos recrudecen en manuscritos tardíos; y manuscritos importantes de
otras recensiones y aun de algunos manuscritos tardíos de hecho transfieren
su lealtad de un modo desconcertante de un tipo de texto a otro.

Así, la tarea de la crítica textual del NT es vasta y está inconclusa. Por
cierto que se han hecho adelantos desde que se comenzó a reunir el material
y examinarlo en el s. XVII. Tanto Hort como von Soden presentan textos
mejores que los textos impresos durante el renacimiento, y proporcionan una
base sólida sobre la cual fundar una exégesis satisfactoria. Resulta
evidente que muchos de los principios que sustentaban el texto alejandrino
eran buenos. Pero se debe tener siempre presente que hasta el mejor trabajo
filológico de la antigüedad requiere análisis crítico si queremos llegar al
texto original...

6. Bruce M. Metzger, PhD
Profesor Emérito de Lenguaje y Literatura del Nuevo Testamento (Seminario
Teológico de Princeton)

The text of the New Testament: Its transmission, corruption, and
restoration. 3ª Ed. revisada. New York: Oxford University Press, 1992, p.
290-291

El tipo de texto bizantino ha recibido recientemente renovada atención en
varios frentes. Por una parte, hay quienes, como el Dean J.W. Burgon en el
siglo pasado (véase arriba, pág. 135s), rechaza la opinión de Hort de que
el texto siríaco o bizantino es una recensión posterior caracterizada por
lecturas inferiores y secundarias y cree que Dios ha preservado la pureza
esencial del tipo de texto que subyace a la versión King James (Hills, por
ejemplo, defendió la genuinidad hasta de la Comma Johanneum de 1 Juan
5:7-8; véase arriba, p. 136, n. 1),
Otro grupo de estudiosos que también prefieren el texto bizantino pero que
reconocen que el Textus Receptus es solamente una de varias formas rivales
del texto bizantino, presentan lo que parece ser un enfoque más refinado.
Los editores de "El Nuevo Testamento griego según el Texto Mayoritario",
por ejemplo, arguyen sobre la base de la presuposición teórica, "En
cualquier tradición donde no hay disrupciones importantes en la historia de
la transmisión, la lectura individual que tiene el comienzo más temprano es
la que más probablemente ha de perdurar en la mayoría de los documentos."
La historia nos dice, empero, que, muy lejos de no haber mayores
interrupciones en el proceso de transmisión, durante las persecuciones
preconstantinas se buscaban y se quemaban manuscritos del Nuevo Testamento
por orden imperial. Afortunadamente algunas colecciones de libros
cristianos escaparon del programa sistemático de destrucción de
Diocleciano; una fue la gran colección de Cesarea, una biblioteca empleada
por Orígenes, Eusebios y aún Jerónimo. Pero también ésta fue destruida por
los musulmanes en el año 638. La diseminación adicional del Islam en el
siglo VII significó que los cristianos de tres de los cinco patriarcados
antiguos (Alejandría, Jerusalén, y Antioquía) quedaron bajo el dominio de
musulmanes, y las poblaciones cristianas del norte de África, Egipto,
Palestina, Siria y Mesopotamia fueron grandemente reducidas, con los
correspondientes efectos sobre la transmisión de las Escrituras en estas
áreas. Adicionalmente, aunque en un tiempo el griego había sido la lingua
franca del Imperio Romano, para el siglo VI era escasamente comprendido más
allá de las fronteras del Imperio Bizantino. Así, si bien es cierto que
aproximadamente 90 % de los manuscritos existentes del Nuevo Testamento
poseen un texto de carácter bizantino, también es cierto que estos fuetron
escritos después de la restricción del griego básicamente a los confines de
Bizancio.
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por USOZ:
Hermano Jetonius:

... (snip)...
En el ínterin…

2.º, dice Vd.: “No discutiré el calumnioso manto de sospecha que Vidal Manzanares arroja sobre las personas de Westcott y Hort, ni sus delirios sobre la presunta conspiración ocultista”. Me imagino que habrá leído lo que le digo al respecto a Antonio H. Insisto: toda alusión a supuestas conspiraciones, máxime si, además, son esotéricas, suscita en mí una reacción de rechazo. El problema estriba en que, en este caso, la autoría corresponde a César Vidal, autor del que tengo un alto concepto y por el que siento gran estima. ¿Podemos, entonces, rechazar, sin más, sus afirmaciones? Dígame, Jetonius, ¿qué opinión le merece a Vd. el Sr. Vidal? ¿Sigue pensando que lo más razonable es rechazar, como “delirios”, los datos que aporta?

Suyo, en Cristo,

USOZ

><>
[/quote]
Querido hermano:
A continuación le envío una compilación y algún comentario sobre Westcott y Hort de fuentes confiables. Algunos enemigos de su obra han construido, mayormente sobre la base de citas fuera de contexto y de las especulaciones teológicas de estos hombres, un caso aparentemente impresionante en contra de su integridad y en favor de su presunto ocultismo.
Con todo respeto hacia Vidal Manzanares, es mi impresión que en su defensa del "Textus Receptus" él se ha dejado llevar por tales exageraciones y calumnias sin analizar debidamente la evidencia.
Como testimonio personal, le diré que la obra de Westcott sobre la historia del canon bíblico (The Bible in the Church) continúa siendo, a más de un siglo de su publicación, una excelente fuente de información sobre el tema.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<}}><

Oxford Dictionary of the Christian Church
Edited by F.L. Cross
London: Oxford University Press, 1958.

LIGHTFOOT, Joseph Barber (1828-1889), Obispo de Durham. Fue educado en la Escuela del Rey Eduardo, en Birmingham, donde estuvo bajo la fuerte influencia de James Prince Lee (1804-1869) e inició una amistad de toda la vida con E.W. Benson. En 1847 ingresó al Trinity College de Cambridge, donde fue un alumno privado de B.F. Westcott y en 1852 fue elegido Miembro. Fue ordenado diácono en 1854 y sacerdote en 1858, en ambos casos por J.P. Lee (Obispo de Manchester desde 1847). Tornándose tutor del Trinity College en 1857, hizo de temas clásicos y bíblicos su principal interés y fue uno de los fundadores y directores del Journal of Classical and Sacred Philology (Marzo 1854- Diciembre 1859). En 1861 sucedió a C.J. Ellicott como Profesor Hulsean de teología, siendo sus conferencias sobre el NT la base de sus posteriores comentarios. En 1871 fue nombrado Canónigo de San Pablo y en 1875 Profesor Lady Margaret de teología en Cambridge. De 1870 a 1880 fue también uno de los principales miembros de la Compañía de Revisores del NT. Habiendo aceptado con gran vacilación la sede de Durham (1879), demostró allí ser un administrador notablemente exitoso, hizo mucho por el embellecimiento del castillo Auckland y personalmente entrenó para el sacerdocio a muchos hombres promisorios.
La excelencia del trabajo crítico de Lightfoot en el NT y los Padres, el cual desde el principio ganó la más alta estima en [Gran] Bretaña y más allá, ha resistido la prueba del tiempo. Su primer estudio importante, ‘Ediciones recientes de las Epístolas de san Pablo’ [Recent editions of St. Paul’s Epistles’] en el Journal of Classical and Sacred Philology de marzo de 1856, fue una crítica de las obras de A.P. Stanley y B. Jowett. Siguieron sus famosos comentarios en las Epístolas de san Pablo – Gálatas (1865), Filipenses (1868), y Colosenses con Filemón (1875). Todos estaban caracterizados por una amplia y original erudición clásica y patrística, una presentación lúcida, una libertad de tecnicismos y una vitación de controversias sectoriales; especialmente notables fueron sus largas disertaciones, por ejemplo el bien conocido ensayo sobre ‘El ministerio cristiano’ en Filipenses. Las mismas cualidades caracterizaron su obra sobre los Padres Apostólicos, la cual quizá mostró un dominio aún mayor de saber y técnica. Su primera edición de Clemente de Roma apareció en 1869 (apéndice en 1877), y en 1890 una segunda y más extensa revisada a la luz del texto completo recientemente recobrado. Siguió en 1885 su famoso Ignacio [de Antioquía] (2 vols. en 3, 1885; 2ª Ed., 1889), el cual finalmente eliminó el argumento de W. Cureton de que sólo las tres epístolas de la recensión siríaca eran genuinas. Sus otros escritos incluyeron Una Nueva Revisión del Nuevo Testamento [A Fresh Revision of the New Testament] (1871), el valioso artículo ‘Eusebio de Cesarea’ en el Diccionario de Biografía Cristiana [Dictionary of Christian Biography] (vol. 2, 1880), Líderes de la Iglesia Norteña [Leaders of the Northern Church] (1890), y varios volúmenes de sermones.
Bibliografía. Breve relato (atribuido a H.W. Watkins) en Quarterly Review, 176 (1893), pp. 73-105, reimpresa por separado, con una nota de prefacio por B.F. Westcott (Londres 1894). G.R. Eden - F.C. Macdonald (Eds.), Lightfoot de Durham – Memorias y Valoraciones [Lightfoot of Durham – Memoirs and Appreciations] (1932). A.C. Benson, Las Hojas del Arbol [The Leaves of the Tree ] (1911), pp. 187-211. F.J. A. Hort en Dictionary of National Biography, 33 (1893), pp. 232-240.

Oxford Dictionary of the Christian Church
Edited by F.L. Cross
London: Oxford University Press, 1958.

HORT, Fenton John Anthony (1828-1892), erudito en NT. Educado en Rugby bajo T. Arnold y A.C. Tait, y en el Trinity College de Cambridge, fue desde 1852 a 1857 un miembro (Fellow) de su Colegio, de 1857 a 1872 responsable de una parroquia cerca de Hitchin, y de 1872 hasta su muerte [estuvo] de vuelta en Cambridge, donde se desempeñó en varios cargos docentes. En sus años iniciales en Cambridge inició una amistad y colaboración vitalicias con E.W. Benson, J.B. Lightfoot, y B.F. Westcott, y también llegó a ser influenciado por F.D. Maurice, C. Kingsley, Tom Hughes, y otros, con cuyos esfuerzos sociales simpatizaba. Su intención original era publicar comentarios en gran escala de los Evangelios, Hechos y algunas de las Epístolas Universales; pero la mayor parte de sus energías fueron de hecho derivadas hacia el texto griego del NT, en el cual trabajó, conjuntamente con Westcott, casi continuamente desde 1852 hasta su publicación en 1881. Su trabajo en este campo, resumido en su excelente ‘Introducción’ al NT de Westcott y Hort, fue notable por la precisión y sobriedad de sus juicios. Su estilo algo difícil, combinado con una modestia que a menudo oculta la amplitud del saber de su escritor, puede hasta disimular su distinción y erudición a aquéllos que la manipulan por vez primera. De primordial importancia fueron también sus Dos Disertaciones [Two Dissertations] (1876) sobre Monogenës Theos [Dios Unigénito] y el Credo Niceno-Constantinopolitano; y muy característico su (póstumos) Cristiandad Judaística [Judaistic Christianity] (1894) y La Iglesia Cristiana [The Christian Ecclesia] (1897). Hort tenía asimismo amplios y constructivos intereses en teología, especialmente en sus relaciones con las ciencias naturales, pero estos hallaron escasa expresión escrita.
Bibliografía. Vida y Cartas [Life and Letters], ed. Arthur Fenton Hort, hijo (2 vols., Londres-Nueva York, 1896); revisión completa de su obra, con valoración de Hort, por W. Sanday en American Journal of Theology, 1 (1897), pp. 95-117; valoraciones adicionales de Hort por T.B. Strong en Journal of Theological Studies, 1 (1900), pp. 370-396. H.E. Ryle en Dictionary of National Biography, Suppl. 2 (1901), pp. 443-447.

Stephen Neill: La interpretación del Nuevo Testamento (Trad. Cast. José Luis Lana; Barcelona: Edicions 62, 1967; original Oxford University Press, 1964, p. 91s, 94s).

... aunque se había realizado un gran progreso, nadie había expuesto en términos claros lo que es realmente la crítica textual, cómo debe proceder el crítico de los textos, y qué es exactamente lo que puede esperar alcanzar. Éste fue el vacío que Hort se propuso llenar; y el estudio de los textos del Nuevo Testamento le brindó exactamente el material sobre cuya base fuera posible proceder a la formulación de un método genuinamente científico de la crítica textual.
Uno de los problemas es que realizó su trabajo demasiado bien. En cincuenta y tres páginas de la introducción al The New Testament in Greek (El Nuevo Testamento en griego), publicado en 1882, Hort expuso una teoría y ciencia completas de la crítica textual. No se había escrito nada parecido en ninguna lengua. Nada de valor comparable se escribiría hasta que A.E. Housman publicara en 1903 su célebre Prefacio a Manilius, una obra de un carácter muy distinto, avivada por el humor característico y mordaz del autor. Y, de hecho, la obra nunca ha tenido que ser rehecha exactamente en la misma forma. La postura de Hort es definitiva; sus principios han sido aceptados tan generalmente que pocos estudiantes se molestan en leer la obra original en que fueron expuestos por primera vez. Los cánones de la crítica establecidos por Hort han pasado a todos los manuales sobre el tema, y a toda introducción al Nuevo Testamento, con frecuencia sin reconocimiento. Ningún experto en su sano juicio pensaría hoy día intentar el trabajo de la crítica textual en unos principios distintos a éstos; pero quizá no se dé cuenta de quién es la persona a quien debe tributar su gratitud.
Estas inapreciables cincuenta páginas fueron escritas en una prosa fría, juiciosa, perfectamente lúcida; tan ordenada, tan íntimamente conexa, tan exenta de adornos, tan concentrada, que son casi imposibles de compendiar o resumir, y casi podría citarse cualquier pasaje como ilustración del tono y el método del conjunto.
... Los alemanes no siempre tienen una opinión elevada de la investigación británica; pero fue un alemán quien escribió de Hort que:
«fue un gran hombre, y en todo momento un hombre entero, estuviera curando niños que sufrían de escarlatina en su parroquia rura, o bien ocupado con la traducción de Platón, o descubriendo y describiendo alguna planta nueva, o recuperando alguna olvidada expresión de un padre de la Iglesia, o sentado en su estudio luchando con el problema de la transmisión de un texto, o de pie en la cumbre del Matterhorn ocupado en identificar las montañas circundantes ... Fue un estudiante de las cosas y las personas que Dios ha creado; y en su estudio olvidó una sola cosa: a sí mismo.» [Caspar René Gregory en Realencyklopädie für protestantiche Theologie und Kirche, 1900, vol. VIII, p. 370).


Oxford Dictionary of the Christian Church
Edited by F.L. Cross
London: Oxford University Press, 1958.

WESTCOTT, Brooke Foss (1825-1901), Obispo de Durham. Fue educado en la Escuela del Rey Eduardo VI en Birmingham bajo J. Prince Lee, donde se hizo amigo vitalicio de J.B. Lightfoot y E.W. Benson, y en el Trinity College de Cambridge. Ordenado en 1851, en 1852 devino director asistente de Harrow, bajo C.J. Vaughan, donde publicó una serie de trabajos teológicos, incluyendo la primera edición de su History of the New Testament Canon [Historia del Canon del Nuevo Testamento] (1855), la Introduction to the Study of the Gospels [Introducción al Estudio de los Evangelios] (1860) y una History of the English Bible [Historia de la Biblia Inglesa] (1868). En 1869 dejó Harrow por una canonía residente en la catedral de Peterborough, la cual retuvo cuando, en 1870, fue elegido Profesor Regius de teología en Cambridge. Aquí preparó junto con F.J.A. Hort la celebrada edición crítica del NT griego, publicada en 1881. Esto fue seguido por sus tres grandes comentarios sobre el Evangelio de san Juan (1881), sobre las Epístolas de san Juan (1883), y sobre la Epístola a los Hebreos (1889), el fruto de sus conferencias de Cambridge. Al mismo tiempo dedico mucha de su energía al entrenamiento de sus estudiantes y a alentar las misiones; la Escuela de Cambridge para Entrenamiento Clerical (hoy Casa Westcott) y la Misión Cambridge a Delhi le deben su existencia a su inspiración y dirección. En 1890 fue consagrado Obispo de Durham, donde hizo de los problemas sociales su especial preocupación, siendo uno de sus esfuerzos más exitosos su mediación en la huelga del carbón de 1892. En el mismo año publicó su trabajo doctrinal El Evangelio de la Vida [The Gospel of Life], el cual fue seguido por varios volúmenes de sermones y discursos compilados, entre ellos La encarnación y la vida común [The Incarnation and Common Life] (1893) y Aspectos Cristianos de la Vida [Christians Aspects of Life] (1897).
La fama de Westcott como erudito descansa mayormente en su edición del NT y en sus grandes comentarios. La primera ha sido reconocida como fundamental tanto por teólogos ingleses como continentales. Si [bien] él no estaba dotado con el extraordinario discernimiento de Hort en este campo, su parte en la obra fue probablemente igual a la de su colaborador. Sus comentarios siguen las opiniones tradicionales con respecto a autoría y fecha. A pesar de una marcada inclinación a distinciones demasiado sutiles, son especialmente estimados por su penetrante perspicacia en el significado espiritual del texto, asistida por un uso juicioso de la exégesis patrística. En teología le debió mucho a F.D. Maurice. Sus obras doctrinales, especialmente El Evangelio de la Resurrección [The Gospel of Resurrection] (1866) y El Evangelio de la Vida, aunque menos satisfactorias debido a la falta de precisión y dificultad en el lenguaje, promovieron una comprensión más profunda, en la Iglesia de Inglaterra, de las implicaciones de la Encarnación y la Resurrección. Él buscó poner en el centro de la experiencia cristiana la Persona Divina de Dios hecho hombre más que un punto de vista jurídico de la expiación o una comprensión meramente ética del Sermón del Monte.
Bibliografía. Arthur Westcott (hijo), Vida y cartas de Brooke Foss Westcott [Life and Letters of Brooke Foss Westcott] (2 vols., 1903). Una biografía más breve por J. Clayton (Líderes de la Iglesia, 1800-1900 [Leaders of the Church, 1800 –1900]), ed. G.W.E. Russell, 1906); semblanza por A.G.B. West, Memorias de Brooke Foss Westcott [Memories of Broke Foss Westcott] (1936). V.H. Stanton, en Dictionary of National Biography, 1901-1911, pp. 635-641.

New Dictionary of Theology
Sinclair B. Ferguson, David F. Wright, James I. Packer (Eds.)
Downers Grove – Leicester : InterVarsity Press, 1988

WESTCOTT, BROOKE FOSS (1825-1901). Erudito del NT y obispo, mejor conocido por su asociación en Cambridge (donde fue Profesor Regius de teología desde 1870) con J.B. Lightfoot (1828-1889) y F.J.A. Hort (1828-1892) sobre un comentario del NT basado en un texto griego confiable. Aunque el proyecto no fue completado, la introducción de Hort a El Nuevo Testamento en el griego original [The New Testament in the Original Greek] de Westcott y Hort (1881-1882) permanece como una formulación clásica de los principios de la crítica textual, y los comentarios de Westcott sobre Juan (1880), las epístolas juaninas (1883) y Hebreos (1889) son todavía valoradas por su perspicacia espiritual y aplicación pionera de la exégesis patrística, aunque a veces se exagere en la interpretación del texto...
Menos recordada ahora, pero quizá más significativa en su momento para la Iglesia de Inglaterra y la percepción pública de sus intereses, fue la preocupación de Westcott por los temas sociales. Fue el primer Presidente de la Unión Social Cristiana (fundada en 1889) y, como Lightfoot antes que él, fue llamado de la vida académica para ser obispo de Durham (1890-1901). Allí empleó su influencia y habilidad administrativa para mediar en la huelga del carbón de 1892 y desarrolló una teología encarnacionista que compartía mucho con el socialismo cristiano de F.D. Maurice en sus sermones y discursos en torno de la diócesis.


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(Vidal Manzanares)
"En el círculo hermético, Westcott y Hort participaron en charlas y conferencias relacionadas en su mayor parte con aspectos espirituales del paganismo. Sin embargo, el proceso apenas había comenzado. En 1851, Westcott, Hort y Benson dieron un paso más en su carrera a favor del ocultismo y fundaron el "Gremio fantasmal" (Ghosily Guild)."

(Jetonius)
El nombre exacto de la sociedad era Ghostlie Guild. Cabe mencionar que esta asociación, cuyo nombre es obviamente humorístico, no fue formada cuando Westcott y Hort eran eruditos maduros concentrados en recuperar el texto griego del Nuevo Testamento, sino cuando áun eran estudiantes en Cambridge (Westcott había nacido en 1825 y Hort, como Lightfoot, en 1828).
La referida sociedad no tenía, como los detractores de Westcott y Hort implican, propósitos ocultistas. Por el contrario, se estableció para el estudio científico de supuestos fenómenos sobrenaturales, sobre los cuales los miembros habrían de escribir informes detallados.
De todas maneras, aunque no se sabe con certeza el destino posterior de la Ghostlie Guild, la asociación de Westcott con ella fue breve. En la biografía de su padre, Arthur Westcott nota que: “Mi padre cesó de interesarse en estos asuntos, no totalmente, creo yo, por falta de fe en lo que, a falta de un nombre mejor, uno debe llamar espiritismo, sino porque él estaba seriamente convencido que tales investigaciones no conducían a nada bueno.”
En otras palabras, sin que Westcott negase que podían existir manifestaciones sobrenaturales de origen demoníaco (algo que difícilmente podría negar un cristiano), se apartó de ellas voluntariamente porque no creía que fuese una actividad provechosa.