Termocolorimetría
Manuel López
Transcribo un poema anónimo que circula por la red:
Un negro le dice a un blanco:
Amigo mío,
cuando yo nacer, yo negro;
cuando yo crecer, yo negro;
cuando yo sol, yo negro;
cuando yo frío, yo negro;
cuando yo enfermo, yo negro;
cuando yo asustado, yo negro;
cuando yo morir, yo negro.
Pero cuando tú nacer, tú rosado;
cuando tú crecer, tú blanco;
cuando tú sol, tu rojo;
cuando tú frío, tú morado;
cuando tú enfermo, tú verde;
cuando tú asustado, tú amarillo;
cuando tú morir, tú gris.
¡Y tú me llamas a mí “hombre de color”!…
Confieso que he leído alegatos contra el racismo y tengo escrito textos sobre (contra) el racismo, a favor de la solidaridad con los inmigrantes (yo lo fui de chaval en Alemania). Pero este poema tan sincero y llano se me antoja el alegato contemporáneo más desgarrado y espeluznante contra el racismo.
Los inmigrantes que legan a España son… nuestros inmigrantes.
Esto es, los futuros padres de los nuevos españoles. Un respeto.
Y también, Dios lo quiera así, los próximos miembros de nuestras iglesias, y aun líderes, por qué no. Hemos de abrirles la casa, el país. Marchando, pues, charlas y cursos acelerados sobre la historia y la cultura españolas, nuestras costumbres, desde las gastronómicas hasta las religiosas, etcétera.
Las consignas no son otras que la tolerancia, la integración, el mestizaje, la multiculturalidad, la redefinición cambiante de nuestra identidad nacional …
La termocolorimetría es la ciencia de cuya aplicación más necesitados estamos. El Diccionario de la Lengua, ay, todavía no recoge esta voz, y ya va siendo hora. Trata de la “medida de la calidad cromática de la luz con relación a su fuente de procedencia”. Se refiere a la temperatura de color: colores fríos, neutros, cálidos… Sí, se refiere a nosotros, los hombres de color…
Manuel López Rodríguez, es periodista, director de la revista FOTO, y profesor de Ciencias de la Información en Madrid.
© Manuel López Rodríguez, I+CP, 2003. I+CP (www.ICP-e.org)
Para reirnos primero reflexionar despues
Manuel López
Transcribo un poema anónimo que circula por la red:
Un negro le dice a un blanco:
Amigo mío,
cuando yo nacer, yo negro;
cuando yo crecer, yo negro;
cuando yo sol, yo negro;
cuando yo frío, yo negro;
cuando yo enfermo, yo negro;
cuando yo asustado, yo negro;
cuando yo morir, yo negro.
Pero cuando tú nacer, tú rosado;
cuando tú crecer, tú blanco;
cuando tú sol, tu rojo;
cuando tú frío, tú morado;
cuando tú enfermo, tú verde;
cuando tú asustado, tú amarillo;
cuando tú morir, tú gris.
¡Y tú me llamas a mí “hombre de color”!…
Confieso que he leído alegatos contra el racismo y tengo escrito textos sobre (contra) el racismo, a favor de la solidaridad con los inmigrantes (yo lo fui de chaval en Alemania). Pero este poema tan sincero y llano se me antoja el alegato contemporáneo más desgarrado y espeluznante contra el racismo.
Los inmigrantes que legan a España son… nuestros inmigrantes.
Esto es, los futuros padres de los nuevos españoles. Un respeto.
Y también, Dios lo quiera así, los próximos miembros de nuestras iglesias, y aun líderes, por qué no. Hemos de abrirles la casa, el país. Marchando, pues, charlas y cursos acelerados sobre la historia y la cultura españolas, nuestras costumbres, desde las gastronómicas hasta las religiosas, etcétera.
Las consignas no son otras que la tolerancia, la integración, el mestizaje, la multiculturalidad, la redefinición cambiante de nuestra identidad nacional …
La termocolorimetría es la ciencia de cuya aplicación más necesitados estamos. El Diccionario de la Lengua, ay, todavía no recoge esta voz, y ya va siendo hora. Trata de la “medida de la calidad cromática de la luz con relación a su fuente de procedencia”. Se refiere a la temperatura de color: colores fríos, neutros, cálidos… Sí, se refiere a nosotros, los hombres de color…
Manuel López Rodríguez, es periodista, director de la revista FOTO, y profesor de Ciencias de la Información en Madrid.
© Manuel López Rodríguez, I+CP, 2003. I+CP (www.ICP-e.org)
Para reirnos primero reflexionar despues