TEOLOGÍA DE LA SUSTITUCIÓN REAL Y NUEVA CREACIÓN por Salmo51

Salmos 1

Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio...
4 Julio 2012
77.201
4.117
¿Por qué se llama "Teología de la sustitución real y nueva creación"?

  • Sustitución real: Porque el Verbo vino en carne para experimentar realmente la muerte física y literal. No muere simbólicamente. Y lo hace cumpliendo la muerte física y literal que le correspondía al pecador. Lo sustituye.
  • Nueva creación: Porque Dios no arregla, restaura, ni mejora al viejo hombre corrompido por el pecado, sino que lo sustituye creando una humanidad totalmente nueva y real, en la persona de Jesucristo, quien vino al mundo en carne como hombre verdadero.
¿Qué es la Teología de la sustitución real y nueva creación?

La Teología de la sustitución real y nueva creación es una perspectiva bíblica que enseña que la solución definitiva y objetiva al problema del pecado y la corrupción humana no se apoya ni radica en el viejo hombre, sino en una nueva creación humana, un segundo hombre y postrer Adán, Jesucristo.

Desde esta posición, Jesucristo sustituye literalmente en todo al pecador, asumiendo primeramente su muerte física y real, cumpliendo plenamente la sentencia divina de la Ley ("ciertamente morirás", Génesis 2:17).

Esto implica que el pecador, mediante la fe, experimenta su juicio anticipado y muere realmente con y en Cristo, poniendo fin absoluto al juicio de la Ley y al dominio del pecado sobre su vida.

En consecuencia, Dios no arregla, restaura, ni mejora al viejo hombre, sino que lo sustituye completamente con una nueva humanidad,
La salvación, entonces, no es una mejora gradual del ser humano caído, sino la creación radicalmente nueva del creyente en Cristo, basada en los hechos históricos, objetivos y definitivos de la muerte y resurrección física de Jesucristo.
 
insistiré que aún Jesús, el Segundo Adán, experimentó la muerte espiritual que todos los creyentes teníamos antes de la salvación, viviamos muertos en delitos y pecados, él nos dio vida, en todo sentido él sigue siendo nuestro mediador. El pecado nos separa de Dios, de su comunión. Un Dios santo jamás admite el pecado delante de él. Cristo en la cruz experimentó la muerte espiritual, si, el santo Hijo de Dios.

¿por qué? Porque cargó con el pecado de todos nosotros, el que nunca pecó se hizo pecado, tomó nuestra condición caída, pues el hijo del hombre se identificó con nosotros para restaurar esa comunión perdida en el huerto con Adán.

Por otro lado, la muerte física que Jesús experimentó, nos lleva a una promesa que no todos la creen.

1 Corintios 15:51
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

No todos dormiremos, lo que en el Nuevo Testamento equivale a "no todos moriremos" porque claro, Jesus tomó nuestro lugar en todo sentido, nuestra muerte física y espiritual por causa del pecado y el no experimentar la muerte física será una Bienaventuranza para los que está reservada tan gloriosa transformación.
 
Última edición:
La expiación limitada es la doctrina calvinista (la "L" de TULIP) que enseña que la muerte de Jesucristo en la cruz tuvo el propósito definido de redimir eficazmente solo a los elegidos (los creyentes que Dios escogió) y no a cada individuo sin excepción.

Por otro lado, muchos cristianos evangélicos (arminianos y también algunos calvinistas de cuatro puntos) defienden una expiación universal o ilimitada, afirmando que Cristo murió por toda la humanidad, aunque solo se benefician de esa expiación quienes ponen su fe en Él.

Es importante aclarar que expiación universal no equivale a universalismo (la idea de que todos se salvarán automáticamente); más bien, los defensores de la expiación ilimitada sostienen que Jesús pagó por los pecados de todos los hombres, pero que cada persona debe aceptar por fe ese sacrificio para ser salva.

Redención: Cristo paga el precio del condenado por la Ley​

La Biblia describe la redención como un acto de “compra”.
Desde Génesis se establece que el pecado merece muerte: Dios advirtió a Adán “el día que de él comas, ciertamente morirás”

. Esa sentencia cayó sobre toda la humanidad por el pecado (cf. Rom 5:12). En el Nuevo Testamento, la obra de Cristo se presenta como el pago de esa deuda de muerte. Jesús enseñó que “el Hijo del Hombre… vino para dar su vida en rescate por muchos”

. De forma similar, Pablo dice a los creyentes: “por precio habéis sido comprados”, indicando que Cristo pagó un precio por nuestras vidas. Ese precio fue Su propia sangre: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros”

. Es decir, Jesús cargó con la maldición de la Ley (la muerte que la Ley demandaba) para liberar a otros. Con Su muerte en la cruz, Él pagó la pena del pecado que pesaba sobre la humanidad (cf. Rom 6:23) y compró para Dios un pueblo: “con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación” (Ap 5:9).

En resumen, la redención es presentada bíblicamente como un rescate pagado por Cristo para librarnos de la condena de la Ley.

La total eficacia de la sangre de Cristo​

La muerte de Cristo realmente rescató a toda la humanidad del dominio de la muerte, colocándola bajo el señorío de Cristo, no solo a un grupo de elegidos.
Se afirma que Cristo murió por todos, incluso por los que se pierden: Él es “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” y “la propiciación... por los pecados de todo el mundo”

. Versículos como 1 Timoteo 2:6 dicen que Jesús “se dio a sí mismo en rescate por todos”, y Hebreos 2:9 añade que “gustó la muerte por todos”.

En la cruz, Cristo derrotó el poder de la muerte de una vez y para siempre, cumpliendo así la promesa de que “en Cristo todos serán vivificados” (1 Cor 15:22)

Jesús, con su sacrificio, compró a la humanidad entera para Dios – incluso a quienes se pierden – cumpliendo profecías como Isaías 53:6 (“Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”).
De hecho, Pedro habla de falsos maestros que niegan “al Amo que los compró”, lo cual implica que hasta ellos fueron adquiridos por la sangre de Cristo.

Distinción entre vencer la muerte y entrar en la vida eterna​

Se diferencian dos momentos en la obra redentora:
1. Vencer la muerte (ser liberados del poder/pena de la muerte).
2. Entrar en la vida eterna (recibir la salvación plena).

Esta separación conceptual aporta una comprensión nueva que puede ayudar a resolver disputas Calvino-Arminianas.

Los calvinistas subrayan que la muerte de Cristo efectuó realmente la salvación, pero lo aplican solo a los elegidos.
Los arminianos enfatizan que Cristo murió por todos, pero que solo es eficaz cuando el individuo cree.

Al diferenciar dos momentos en la obra redentora se concilian ambas perspectivas:
Cristo ganó algo real para todos, derrotó la sentencia de muerte que pesaba sobre todos en Adán, pero la vida eterna plena se recibe libremente por fe, solo los que creen efectivamente disfrutan de la salvación eterna.

Dios “hizo su parte” universal y de manera unilateral (nadie permanecerá bajo la muerte por culpa de Adán, pues Cristo revertió esa condena), pero exige la respuesta personal para vivir eternamente.

La Biblia permite ver la obra de Cristo en dos fases: una universal (quitarnos de la muerte) y otra personal (darnos la vida eterna) evitando el de si “¿murió por todos o solo por algunos?”.
 

La visión calvinista de la depravación total:

  • El calvinismo sostiene que la humanidad, a raíz del pecado original, está tan profundamente corrompida (depravada) que ningún ser humano, por sus propias fuerzas, puede siquiera acercarse a Dios ni responder positivamente al evangelio. Están verdaderamente muertos en pecados (Efesios 2:1-5) y necesitan que Dios, de forma unilateral y soberana, les dé vida espiritual para poder creer.

  • La solución calvinista es que Dios, por elección soberana, resucita espiritualmente al muerto, regenerándolo primero para que entonces pueda creer. Dios "visita" directamente al muerto espiritual dándole vida, lo cual le permite responder en fe. En esto se basa el concepto calvinista de regeneración previa a la fe. La iniciativa y solución absoluta para la condición de pecado está en Dios, quien milagrosamente "revive" espiritualmente al pecador muerto y así le permite responder.
RECONOCEMOS la verdad bíblica de la corrupción profunda del ser humano (algo que comparten todas las posturas ortodoxas), pero planteamos una solución radicalmente diferente:
  • Dios no intenta "revivir" al viejo hombre, porque considera la naturaleza humana corrompida como absolutamente insalvable. No es solo que el hombre esté espiritualmente muerto, sino que el hombre viejo, en sí mismo, está perdido irremediablemente. Por tanto, la solución divina no consiste en reparar o resucitar al viejo hombre ni se apoya en él, sino que apoya en crear una humanidad enteramente nueva, mediante un segundo hombre, el “último Adán” (1 Corintios 15:45-49).
  • En otras palabras, la única respuesta posible ante la total corrupción del hombre no es su "des-corrupción" sino su eliminación y sustitución por otra humanidad totalmente nueva. Esto se centra en que el hombre viejo totalmente corrompido no puede ser "des corrompido", sino literalmente muerto (crucificado Romanos 6:6-7) y reemplazado por una nueva creación.
    “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17)
Es decir, que la solución a la depravación total no se asienta sobre la corrupción del hombre caído, sino sobre una nueva creación humana no corrompida.
Dios considera al viejo hombre definitivamente muerto en Cristo, y al que cree lo une espiritualmente a esta nueva humanidad inaugurada por Jesús, quien no posee ninguna corrupción.

  • Efesios 2:15 habla explícitamente de crear un "nuevo hombre" en Cristo.
  • 2 Corintios 5:17 menciona claramente: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
  • Gálatas 2:20 recalca esta verdad: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí."
  • Romanos 7:24-25 presenta al viejo hombre como "cuerpo de muerte", de cuya corrupción solo Cristo puede librarnos creando un nuevo estado espiritual.
  • 1 Corintios 15 dice que sangre y carne corrompidas no pueden heredar incorrupción.
  • Mateo 9:17 El viejo hombre corrompido viene a ser un odre viejo. Y no se pone lo nuevo sobre lo viejo porque todo se pierde.

La diferencia es abismal:
  • El calvinismo: propone una des corrupción del hombre viejo para que pueda responder. Usar los odres viejos.
  • Esta posición: Usa los odres nuevos de una nueva creación. Dios no intenta arreglar al viejo hombre sino que lo reemplaza completamente con la nueva humanidad de Cristo, libre de corrupción.
Este modelo teológico es mucho más coherente con el lenguaje radical del Nuevo Testamento, y más consistente con la idea bíblica del hombre viejo crucificado y reemplazado por Cristo mismo como un segundo hombre y nuevo Adán.

En términos doctrinales, esta perspectiva:
  • Evita la idea calvinista de que Dios "arregla" al hombre muerto espiritualmente, planteando en cambio una solución más radical y bíblica: La eliminación del viejo hombre y creación de uno nuevo.
  • Revaloriza el Señorío de Cristo y la obra consumada en la cruz, ya que el viejo hombre murió realmente allí con Él, y ahora la única esperanza del hombre es estar unido espiritualmente a Jesús, quien es la humanidad perfecta.
  • Mantiene intacta la seriedad del pecado original, destacando la necesidad absoluta de la muerte en Cristo para escapar del poder y la condena de la ley, sin rebajar la gravedad del pecado ni la justicia de Dios.
 

Problema central: ¿Des corromper al hombre viejo o eliminarlo?​


Visión calvinista: Des corrupción del viejo hombre

El calvinismo considera que la solución de Dios frente al pecado es des corromper al viejo hombre.
Esto implica que Dios toma al ser humano totalmente corrompido por la caída y le quita la corrupción mediante una acción unilateral. De acuerdo con esto, Dios le otorga vida espiritual al pecador caído, haciéndolo capaz de creer.
Desde esta óptica:
  • La humanidad caída es levantada directamente por Dios sin destruir su identidad original.
  • La justicia de Dios, que demandaba muerte por el pecado, queda paradójicamente desplazada, porque Dios termina otorgando vida al mismo ser humano rebelde sin que este haya muerto realmente.
  • La gracia, en este esquema, no se basa necesariamente en la muerte efectiva del pecador, sino en una suerte de "amnistía" divina: Dios ignora su propia sentencia ("ciertamente moriréis") y simplemente le devuelve vida espiritual al condenado.
  • Así el mismo pecador que ofendió a Dios es "levantado" directamente por él, sin pagar realmente la condena de muerte que Dios mismo le dictaminó.
Esta dificultad es real y considerable en la visión calvinista más rígida. Aunque el calvinismo afirma respetar la justicia divina, efectivamente su concepto de descorrupción previa (sin la muerte real del pecador) choca con la absoluta sentencia de muerte dictada por Dios mismo en Génesis 2:17 ("ciertamente morirás").
En consecuencia, al vivificar directamente al rebelde caído sin exigir su muerte real (solo simbólica o espiritual), el calvinismo, sin quererlo, estar poniendo en cuestión la santidad e integridad de la justicia de Dios.

Una propuesta radicalmente diferente: Muerte y nueva creación​

  • El viejo hombre no puede ser des corrompido: La depravación total no puede deshacerse. Esta depravación no solo es total sino absolutamente insalvable. Dios no intenta negociar con la rebeldía o la desobediencia. Nada tiene que ver Dios con el pecado. El ser humano pecador no puede recibir absolutamente nada de parte del justo Dios mas que la muerte. Es por eso que el Verbo viene al mundo en carne para morir. La justicia divina permanece inalterable: El "ciertamente morirás" debe cumplirse literalmente.
  • Para solucionar esto, Dios mismo, en Cristo (el Verbo hecho carne), interviene asumiendo personalmente la pena de muerte impuesta al hombre. Cristo muere realmente y literalmente bajo la justicia del Padre, con lo cual Dios no viola su justicia, sino que la ejecuta plenamente sobre Jesucristo, hombre perfecto, sin pecado. En la cruz, Dios aplica literalmente la sentencia de muerte. Así, la justicia divina se mantiene intacta: el pecado y la naturaleza rebelde del hombre viejo son efectivamente castigados en Cristo. Pablo lo expresa así claramente en Romanos 8:3:
"Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne."
La justicia queda así perfectamente preservada: el pecador no es regenerado sin morir primero, sino que muere en Cristo realmente. No es una muerte figurativa o espiritual solamente, sino que la humanidad rebelde fue crucificada con Cristo, y la muerte requerida por Dios se cumplió plenamente (Romanos 6:6-7).

Una vez muerto el pecador junto con Cristo, Dios ya no debe "des corromper" al viejo hombre corrompido.
Lo que hace es regenerarlo o recrearlo con una nueva humanidad, libre de corrupción y pecado.
Esto también se explica claramente en 2 Corintios 5:17, Gálatas 6:15, Efesios 4:24

Así, Dios soluciona el problema del pecado no reparando a la antigua humanidad caída, sino creando algo completamente nuevo en Cristo, cumpliendo el requisito absoluto de su justicia y dando paso a la gracia auténtica. La justicia divina permanece absolutamente íntegra, porque el hombre rebelde realmente muere, y Dios cumple su sentencia. Ahora, mediante Cristo resucitado, Dios ofrece una nueva vida, completamente nueva y distinta, no basada en la reparación o mejora del viejo hombre, sino en una realidad totalmente diferente: la "nueva creación en Cristo".

Consecuencias doctrinales profundas de esta diferencia:​


AspectoCalvinismo tradicionalEsta posición
Condición del viejo hombreCorrompido totalmenteCorrompido totalmente
Solución divinaDes corrupción del hombre viejoMuerte literal del hombre viejo y nueva creación en Cristo
Justicia de DiosSe perdona la desobediencia sin ejecución literalSe ejecuta literalmente al pecador en Cristo
Naturaleza de la salvaciónRestauración del viejo hombre. La corrupción hereda incorrupciónMuerte y sustitución del viejo hombre por otro nuevo. La corrupción no hereda incorrupción
Integridad bíblicaSe incumple con el "ciertamente morirás"Se cumple con la sentencia divina original
Gracia y JusticiaLa gracia se sustenta en la elección de los que se van a des corromper.La gracia se fundamenta en una justicia plena ejecutada en Cristo

Implicaciones teológicas profundas:​

  • No hay contradicción ni "negociación" con el pecado: Dios no salva al hombre rebelde sin antes aplicar completamente su justicia mediante la muerte. La muerte de Cristo no es un simple símbolo, sino una realidad espiritual objetiva que Dios exige tomar en serio mediante la fe y el bautismo.
  • La salvación es realmente por gracia, no porque Dios “ignore” nuestros pecados sino porque los ha castigado en Cristo hasta la muerte misma. Luego de esa muerte, Dios crea al creyente como una "nueva criatura", libre de corrupción. Esto armoniza perfectamente pasajes claves como 2 Corintios 5:17, Gálatas 2:20, y Romanos 6:4-7.
 

Evaluación del calvinismo sobre la corrupción total (aciertos y errores)

El calvinismo acierta plenamente en afirmar con rigor bíblico que:
  • La caída implica una muerte total del hombre, es decir, la corrupción completa del ser humano, imposibilitándole de hacer absolutamente nada para salvarse por sí mismo.
  • La naturaleza caída, según la Escritura, es irreparable por medios humanos y no puede heredar incorrupción (1 Cor. 15:50), pues la carne caída es incapaz de cumplir con las demandas perfectas de la Ley de Dios (Rom. 8:7-8).
Sin embargo, donde el calvinismo falla seriamente, según esta posición, es en la solución que propone para dicha corrupción:
  • El calvinismo presenta una solución donde Dios des corrompe directamente al viejo hombre mediante una intervención unilateral. Pero este “des-corromper” al hombre viejo contradice su propio diagnóstico inicial. En efecto, si el hombre es corrupto hasta la muerte (espiritualmente hablando), entonces esa corrupción es absolutamente irreversible. La Des corrupción espiritual como si el pecado pudiera simplemente "pasarse por alto" o ignorarse sin que medie una muerte real, constituye una interpretación problemática en términos de justicia divina. Si Dios dijo “ciertamente morirás” (Génesis 2:17), el otorgarle vida espiritual directa a ese mismo pecador implica que Dios no ejecutó plenamente Su propia sentencia sobre ese hombre.
  • Así, la solución calvinista termina siendo una suerte de acción soberana unilateral de Dios donde él mismo pasa por encima de su condena de muerte sobre la carne caída, lo cual pone en entredicho Su perfecta justicia y santidad.
  • Cristo, en este esquema calvinista, aparece casi como una figura secundaria: su muerte se vuelve funcional a una elección previa, pero no esencial para solucionar realmente la rebeldía. Esto hace que, aunque el calvinismo trate de darle toda la gloria a Dios, al final ponga en entredicho la eficacia absoluta del sacrificio de Jesús. El pecado parece "arreglado" más por una decisión divina y por elección y menos por el acto histórico objetivo de la muerte de Cristo. Paradójicamente se minimiza la relevancia de la cruz.

Una solución más radical, bíblica y coherente


Esta posición, en cambio, plantea una solución radicalmente bíblica:
  • Coincide plenamente con el diagnóstico calvinista de que el hombre caído está totalmente corrompido, muerto espiritualmente, incapaz de justificarse o agradar a Dios por obras propias.
  • Pero difiere radicalmente en cómo soluciona esta corrupción: no busca una des corrupción del viejo hombre, sino su muerte real y su reemplazo total por una la nueva humanidad de Cristo. Así Dios nunca contradice su justicia. La condena original se cumple a rajatabla: El “Ciertamente morirás” es satisfecho plenamente en Cristo, y la vieja creación rebelde es descartada completamente en la cruz en pos de una nueva.
  • De este modo, el sacrificio de Cristo no es solo “funcional” a una elección previa, sino que es la solución central, única y definitiva del problema del pecado y la justicia divina. El castigo y muerte del pecador se cumple realmente en la persona de Cristo. Así se respeta absolutamente la justicia divina y la santidad de Dios, mientras simultáneamente se abre espacio para una verdadera gracia: Dios castiga el pecado en Cristo para luego ofrecer una vida nueva en él.
  • Aquí Cristo asume plenamente su lugar central, como el nuevo y definitivo Adán (1 Cor 15:45-49), cabeza de una nueva humanidad libre de corrupción. Dios no "arregla" al viejo hombre, sino que lo mata en Cristo y nos hace renacer, unidos a Cristo, como nueva creación (2 Cor 5:17). No queda lugar alguno para el viejo hombre ni su supuesta rehabilitación. El viejo hombre es simplemente eliminado y sustituido por una creación totalmente nueva en Cristo.
1 Pedro 1:23 Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible...
Juan 3:7 No te maravilles que te dije: Os es necesario nacer de nuevo...
Juan 3:3 De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios...
Juan 1:13 ...los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios...
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas...
Gálatas 6:15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación...
Efesios 2:10 Porque somos, hechura suya creados en Cristo Jesús para buenas obras...

Superioridad doctrinal de esta posición

  • Justicia absoluta:
    Se respeta plenamente la integridad de la justicia divina original: Dios no ignora, ni minimiza, ni deja impune la rebeldía humana. El pecador efectivamente muere, y esa muerte la sufre Jesús en su lugar.
  • Gracia absoluta:
    La gracia aquí es gracia auténtica fundamentada en una justicia ya cumplida (Rom. 3:25-26). Dios no tiene que contradecir su propia sentencia para ofrecer misericordia, porque su justicia ha sido plenamente satisfecha en la cruz.
  • Cristo en el centro:
    Jesucristo asume el protagonismo total en esta visión: su obra no es secundaria ni "instrumental" a una elección previa del Padre. Es esencial y definitiva: él es el autor y consumador (Heb. 12:2), quien realmente efectúa la salvación y quien personalmente determina el destino de toda alma.
  • Biblicidad:
    Esta posición refleja mejor pasajes bíblicos centrales sobre la nueva creación (2 Cor. 5:17, Gál. 2:20), sobre la justicia absoluta de Dios (Rom. 3:25-26, 8:3), sobre la naturaleza radical del bautismo como muerte con Cristo (Rom. 6:3-7), y sobre la autoridad absoluta dada a Jesús como Mediador, Señor y Juez (Juan 5:22, 17:2).

Consecuencias prácticas de esta diferencia

  • El creyente no vive en una duda permanente sobre su "estado de elección" (calvinismo), ni en la incertidumbre constante de ser capaz o no de cumplir la Ley perfectamente (problema frecuente en ciertas interpretaciones arminianas).
  • El creyente vive la certeza absoluta de que ha muerto con Cristo (lo cual es un hecho espiritual irreversible, Romanos 6:7-8), y que, habiendo resucitado con Él, ya no está bajo la condenación ni dominio del pecado.
  • Esto permite una relación auténtica, gozosa y segura con Cristo como nuevo Señor de la vida, basado en la fe y no en las obras o desempeño personal.
 
insistiré que aún Jesús, el Segundo Adán, experimentó la muerte espiritual que todos los creyentes teníamos antes de la salvación, viviamos muertos en delitos y pecados, él nos dio vida, en todo sentido él sigue siendo nuestro mediador. El pecado nos separa de Dios, de su comunión. Un Dios santo jamás admite el pecado delante de él. Cristo en la cruz experimentó la muerte espiritual, si, el santo Hijo de Dios.

¿por qué? Porque cargó con el pecado de todos nosotros, el que nunca pecó se hizo pecado, tomó nuestra condición caída, pues el hijo del hombre se identificó con nosotros para restaurar esa comunión perdida en el huerto con Adán.

Por otro lado, la muerte física que Jesús experimentó, nos lleva a una promesa que no todos la creen.

1 Corintios 15:51
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

No todos dormiremos, lo que en el Nuevo Testamento equivale a "no todos moriremos" porque claro, Jesus tomó nuestro lugar en todo sentido, nuestra muerte física y espiritual por causa del pecado y el no experimentar la muerte física será una Bienaventuranza para los que está reservada tan gloriosa transformación.
Hola Pericles entiendo más o menos tu aporte pero de todas maneras me veo en la obligación de aclarar cuidadosamente algunos conceptos doctrinales muy importantes que podrían estar confundiéndose:

¿Jesús experimentó muerte espiritual?

La respuesta bíblica y doctrinal clara es NO.

La muerte espiritual implica separación o enemistad con Dios causada por el pecado personal.
Si Jesús hubiese experimentado muerte espiritual, significaría que Él mismo habría pecado personalmente o habría sido literalmente hecho pecador en sí mismo, lo cual contradice frontalmente toda la enseñanza bíblica sobre la absoluta santidad y perfección moral de Jesucristo.
Hebreos 4:15 dice claramente que ... fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Jesús cargó sobre sí el castigo del pecado, sufrió el abandono momentáneo del Padre en cuanto al juicio justo que cayó sobre Él, pero jamás pecó personalmente ni perdió su comunión esencial y eterna con el Padre (Juan 10:30).

¿Qué significa realmente que Cristo se hizo pecado? (2 Corintios 5:21)

La Escritura afirma: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado...
Esto no significa que Jesús se transformó en pecador o en pecaminoso en su propia naturaleza.
Significa que:
  • Él asumió la responsabilidad legal del pecado. Él asumió sobre sí la culpa, el juicio, y el castigo justo que correspondía al pecado humano.
  • Él asumió literalmente la muerte física real (la condena real de Génesis 2:17) cómo pago suficiente y definitivo ante Dios. La paga del pecado es muerte física real (Romanos 6:23), no una muerte espiritual del justo Hijo de Dios.
En resumen: Jesús asumió sobre sí la culpa, no la corrupción. Asumió el castigo del pecado, no la naturaleza pecaminosa.

¿Jesús tomó nuestra naturaleza caída?
Esta es una afirmación peligrosa.
Jesús jamás tomó una naturaleza caída.
Él es el Verbo eterno hecho carne, nacido sin pecado (Lucas 1:35), y no tomó sobre sí ninguna corrupción espiritual ni moral.

Jesús tomó nuestra condición humana física (limitaciones humanas naturales), pero jamás la condición moral caída.
De lo contrario, Él mismo habría necesitado redención.
Hebreos 7:26 dice claramente: Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores...

Jesús asume una humanidad perfecta y santa precisamente para poder llevar el castigo por la humanidad pecadora.
La solución divina no fue contaminar al Hijo con pecado, sino castigar sobre el Hijo justo y perfecto el pecado de los injustos.

¿Qué significa que «no todos dormiremos» (1 Corintios 15:51)?

Este texto no niega la realidad física de la muerte para todos los creyentes en general.
Específicamente habla de un misterio futuro: la segunda venida de Cristo.
Allí, los creyentes que estén vivos , aunque no experimentarán la muerte física bajo el sol porque serán transformados inmediatamente (1 Tesalonicenses 4:15-17) deberán experimentar en ese mismo momento la muerte definitiva del viejo hombre y su reemplazo con la humanidad nueva que es en Cristo Jesús.
Dios no pondrá vida eterna (vino nuevo) en el viejo hombre corrompido (odre viejo).
Por lo tanto, aun en ese momento de transformación final instantánea, el viejo hombre no es mejorado o renovado; es sustituido completa y definitivamente por la nueva creación en Cristo.
La muerte física de Cristo es absolutamente esencial y no puede relativizarse bajo ninguna aparente excusa.

¿Cuál es la importancia absoluta de la muerte física de Jesús?
  • La sentencia real de Génesis 2:17 («ciertamente morirás») fue literalmente cumplida en la muerte física real de Jesús. Él no sufrió la muerte espiritual, sino muerte física real, completa y literal.
  • Es precisamente esta muerte física literal, real y objetiva la que nos libera de la condena de muerte real y objetiva. Sin esta muerte física real, no hay sustitución verdadera ni salvación real.
Conclusión final a esta objeción:
  • Cristo jamás experimentó muerte espiritual.
  • Cristo jamás heredó ni asumió la corrupción moral del hombre caído.
  • Cristo sí asumió plenamente el castigo legal y la muerte física literal como sustituto real y perfecto.
  • La muerte física real y literal de Cristo es el fundamento absoluto e irrenunciable de la sustitución real y la nueva creación humana en Cristo.
Cualquier interpretación que afirme la muerte espiritual o corrupción moral en Cristo contradice frontalmente toda la enseñanza bíblica sobre nuestro Salvador.

Dios te bendiga y prospere.
 
Hola Pericles entiendo más o menos tu aporte pero de todas maneras me veo en la obligación de aclarar cuidadosamente algunos conceptos doctrinales muy importantes que podrían estar confundiéndose:
Lo más probable es que no me di a entender, voy a esforzarme en exponer por qué digo que Jesús si experimentó la muerte espiritual.
¿Jesús experimentó muerte espiritual?

La respuesta bíblica y doctrinal clara es NO.

La muerte espiritual implica separación o enemistad con Dios causada por el pecado personal.
Oh por supuesto Salmos, aquí coincidimos, Jesús aunque fue tentado no falló, nunca pecó.

Hebreos 4:15
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Si el hubiera pecado de manera personal, obviamente no hubiera podido ofrecernos salvación.

Si Jesús hubiese experimentado muerte espiritual, significaría que Él mismo habría pecado personalmente o habría sido literalmente hecho pecador en sí mismo, lo cual contradice frontalmente toda la enseñanza bíblica sobre la absoluta santidad y perfección moral de Jesucristo.
El llegó puro, santo, como cordero inocente cuando fue entregado. Cuando se le cuestionó. El estaba aceptando la culpa sin ser culpable, desde su jucio ante Pilatos ¿Nada respondes? Le dijo Pilatos y le increpó: Mira de cuántas cosas te acusan Mr. 15:4-5 El enmudeció, estaba aceptando ser culpable, ser el cordero llevado al matadero Isa 53:7
Hebreos 4:15 dice claramente que ... fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
De acuerdo, absolutamente fue así.
Jesús cargó sobre sí el castigo del pecado, sufrió el abandono momentáneo del Padre en cuanto al juicio justo que cayó sobre Él,
Sí Jesús cargó sobre sí, pero asi es más claro:
Isaías 53:6
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

levítico 5:5-10 para el perdón el israelita traía un cordero, que era sacrificado por el sacerdote y era perdonada la persona. Hebreos 10:4 esa sangre no quitaba los pecados, eso era una sombra del cordero que verdaderamente si quita el pecado del mundo con un sólo sacrificio Hebreos 10:12 y 14

Jesús en la cruz era culpable, Jehová cargó en él, el pecado de TODOS nosotros.

pero jamás pecó personalmente ni perdió su comunión esencial y eterna con el Padre (Juan 10:30).
Al ser culpable en la cruz por nosotros, tomó nuestro pecado y no porque haya pecado él, sino que él se hizo pecado por nosotros, aceptó la culpabilidad, y el Padre se separó de esa comunión, en ese momento no podía decir: "Yo y el Padre uno somos" No, el Padre no era el sacrificio, era el Hijo.
¿Qué significa realmente que Cristo se hizo pecado? (2 Corintios 5:21)

La Escritura afirma: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado...
Esto no significa que Jesús se transformó en pecador o en pecaminoso en su propia naturaleza.
Salmos, Dios siempre veía a su Hijo así: santo, puro como siempre, y era necesario que fuera así, pero en ese momento, en la cruz, veía al pecador que tu, yo quien sea era fuimos. El permitía que fuera castigado ese "pecador" por así decirlo. Le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido Isaias 53:4 En ese sentido tomó nuestro lugar, Isaías 53:5 Más él fue herido por nuestras rebeliones, MOLIDO POR NUESTRAS REBELIONES, el castigo de nuestra paz fue sobre él....Más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros

Significa que:
  • Él asumió la responsabilidad legal del pecado. Él asumió sobre sí la culpa, el juicio, y el castigo justo que correspondía al pecado humano.
Correcto
  • Él asumió literalmente la muerte física real (la condena real de Génesis 2:17) cómo pago suficiente y definitivo ante Dios. La paga del pecado es muerte física real (Romanos 6:23)
Ahí no dice: "la paga del pecado es muerte física" no se si estés de acuerdo que el pecado siempre hace separación, división entre el que hace pecado y Dios.

Isaías 59:2
pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.

Conforme a Romanos 6:23 o tienes vida eterna o estás del otro lado, porque el pecado te separa de Dios. No es porque si has pecado te vas a ir a morir físicamente.


  • , no una muerte espiritual del justo Hijo de Dios.
En resumen: Jesús asumió sobre sí la culpa, no la corrupción. Asumió el castigo del pecado, no la naturaleza pecaminosa.
Su obra en la cruz fue completa, y aun en esa separación de tres días y tres noches en el centro de la tierra. Fue al infierno, a tomar el lugar que nos correspondía. Por eso cuando recién resucitó a María le dijo "no me toques, porque aun no he subido a mi Padre" "SUBO A MI PADRE Y A VUESTRO PADRE, A MI DIOS Y A VUESTRO DIOS

Aquí quisiera relacionar su resurrección con esta frase: "JUNTAMENTE CON ÉL NOS RESUCUITÓ" Efesios 2:6 no te habías puesto a pensar en eso.
¿Cómo es eso? ¿Cuándo nos morimos que ni nos dimos cuenta y ahora resulta que hasta resucitamos?
Porque él es el primero en ser resucitado, en volver a la vida, a la comunión.
Él es el PRIMOGÉNITO DE ENTRE LOS MUERTOS!!!!!!!!! ¿Se refiere a muerte física? Hubo muchos que resucitaron antes que él. Colosenses 1:18 termina diciendo, "es primogénito PARA QUE ENTODO TENGA PREMINENCIA" (primacía, primado, EN TODO el primero)

Esto se refiere a esa muerte espiritual, porque muerto como culpable, pecador por nosotros, Dios lo restauró primero a esa comunión. A la restauración que todo creyente logra en Él, en Cristo,


¿Jesús tomó nuestra naturaleza caída?
Esta es una afirmación peligrosa.
Jesús jamás tomó una naturaleza caída.
Él es el Verbo eterno hecho carne, nacido sin pecado (Lucas 1:35), y no tomó sobre sí ninguna corrupción espiritual ni moral.
En la cruz todo pecado por más feo hecho por el más vil pecador Jesús lo pagó con su sangre preciosa. Tomó nuestro lugar caído, literalmente era culpable y no "culpable figurativamente", ¿para qué? para que tomemos su lugar de perdonados como si nunca hubiéramos pecado, nuestra cuenta en contra ahora está en blanco.
Jesús tomó nuestra condición humana física (limitaciones humanas naturales), pero jamás la condición moral caída.
De lo contrario, Él mismo habría necesitado redención.
En la cruz estaba siendo castigado un hombre que decidió aceptar la culpabilidad de nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre él dice Isaías. Y ahora:

Romanos 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

Hebreos 7:26 dice claramente: Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores...

Jesús asume una humanidad perfecta y santa precisamente para poder llevar el castigo por la humanidad pecadora.
100% de acuerdo
La solución divina no fue contaminar al Hijo con pecado, sino castigar sobre el Hijo justo y perfecto el pecado de los injustos.
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero) Todos os culpables del pecado iban al infierno como lees en esa parábola del Rico y Lázaro, un fin desafortunado, y ahora porque Cristo fue al infierno, nadie va por sus pecados, sino por rechazar su obra de perdón en la cruz y rechazar su salvación.
Dios te bendiga y prospere.
Igualmente Salmos
 
Jesús en la cruz era culpable, Jehová cargó en él, el pecado de TODOS nosotros.
No. Jesús en la cruz no era culpable de pecado. Parece que no terminás de entender.
Si un judío cometía un pecado y sacrificaban a un cordero sin mancha por su pecado a nadie jamás se le puede ocurrir que ese cordero mató, o robó, o fornicó. Se le remitía la culpa y se lo mataba por el pecado del judío en lugar de matar al judío.
Al ser culpable en la cruz por nosotros, tomó nuestro pecado y no porque haya pecado él, sino que él se hizo pecado por nosotros, aceptó la culpabilidad, y el Padre se separó de esa comunión, en ese momento no podía decir: "Yo y el Padre uno somos" No, el Padre no era el sacrificio, era el Hijo.
No. Estás fallando en la doctrina. El cordero debe ser sin mancha y completamente inocente. Aunque repetís que no pecó él, volvés a repetír que al tomar nuestro lugar se volvió culpable y el Padre se separó de él por su pecado. Pero no es así. Al cargar el con nuestra culpa el Padre se debío correr. Tenés que entender que el oficiar de sacrificio expiatorio te vuelve maldito frente a la ley, al sacerdocio y ante Dios. Pero al no tener pecado el Padre le tuvo que resucitar y la muerte no le pudo retener. Por otro lado sabemos que AUNQUE MURIÓ NO VIÓ CORRUPCIÓN.
Salmos, Dios siempre veía a su Hijo así: santo, puro como siempre, y era necesario que fuera así, pero en ese momento, en la cruz, veía al pecador que tu, yo quien sea era fuimos.
Entiendo tu punto pero debés ajustar tu confesión.
Le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido Isaias 53:4
Le tuvimos...
Ahí no dice: "la paga del pecado es muerte física"...
Él ciertamente morirás hace referencia a la muerte física. Al fin de la vida bajo el sol.
No a la separación espiritual para con Dios.
Conforme a Romanos 6:23 o tienes vida eterna o estás del otro lado, porque el pecado te separa de Dios. No es porque si has pecado te vas a ir a morir físicamente.
La vida eterna y la muerte segunda suceden después de la muerte primera y la resurrección.
Y aunque la segunda muerte es separación eterna, lo es así porque ya no hay más muerte física gracias a la muerte de Jesús que la venció.
Dios te bendiga y prospere.
 
Agustín de Hipona
 

1. Agustín de Hipona y la necesidad de separar a Cristo de la naturaleza caída

a) Pecado original y transmisión natural​

  • Agustín (siglo IV-V) fue quien desarrolló más a fondo la doctrina del pecado original – la corrupción universal heredada de Adán.
  • Sostenía que esa corrupción se transmitía a cada ser humano a través de la procreación. Es decir, quien desciende genéticamente de Adán hereda forzosamente la culpa y la inclinación al pecado (ver obras como De Peccatorum Meritis et Remissione, et de Baptismo Parvulorum y Contra Julianum).

b) ¿Cómo evitar que Cristo fuera contaminado?​

  • Si el Hijo de Dios era verdaderamente hombre, debía nacer de mujer (Gálatas 4:4), y sin embargo, no podía heredar la corrupción de Adán.
  • Agustín lucha con este dilema: ¿Cómo logra Jesús asumir verdadera humanidad sin mancha de pecado original?
  • Para Agustín es esencial que Cristo no reciba la naturaleza corrupta. De otra manera, Jesús no sería el Salvador sin pecado que puede redimirnos.

c) El énfasis agustiniano que influyó al catolicismo posterior​

  • En los escritos de Agustín, encontramos la insistencia en que Jesús debía estar “exento” del pecado original.
  • Su énfasis no recurre a la idea de una “inmaculada concepción” de María, pero abre la puerta a que, siglos después, la teología católica se incline a ver una “exención” que proteja a Cristo de la contaminación adámica… y termine extendiendo esa protección a la propia concepción de María (para que su carne no sea contaminada).

2. El desarrollo posterior en la Iglesia católica y la Inmaculada Concepción

a) Influencia de la visión agustiniana​

  • Siglos más tarde, teólogos medievales (p. ej. Anselmo, y luego la escolástica) heredan el dilema: ¿Cómo asegurar que Cristo no recibe nada contaminado?
  • Algunos pensaron que la “solución” era hacer de María misma una excepción a la regla, de modo que su carne no fuese manchada por Adán, y así Cristo no heredaría pecado alguno.

b) El dogma de la Inmaculada Concepción (1854)​

  • Finalmente, la Iglesia católica definió que María habría sido concebida sin pecado original, conservándola inmaculada desde el primer instante de su concepción.
  • La lógica subyacente: Si la madre de Cristo es inmaculada, entonces la carne de Jesús no recibe “rastro” del pecado original.

c) La problemática de la “encarnación parcial” o de un “Verbo habitando carne”​

  • Paralelo a esto, otra línea de pensamiento en la tradición católica y patrística asume que el Verbo “asumió” una carne ya existente, como si fuese un alma que se une a un cuerpo.
  • Esto termina acercándose a visiones semignósticas o neoplatónicas, donde se ve al Verbo como un espíritu habitando una carne “purificada” – lo cual desemboca en la idea de la Inmaculada Concepción para salvar a esa carne de Adán.

3. Una alternativa sin Inmaculada Concepción

a) El Verbo se hizo carne directamente​

  • Desde esta perspectiva, la humanidad de Cristo no procede genéticamente de Adán ni de María; el Verbo se hizo carne sin necesidad de una carne ya preexistente contaminada.
  • Esto anula el dilema de la “transmisión” del pecado original en la carne de Jesús. Sencillamente, Jesús no desciende de Adán genéticamente, sino que su carne es una nueva creación originada directamente por el Verbo (Juan 1:14).

b) María no necesita ser inmaculada en su concepción​

  • Si Jesús no recibe su carne de la carne de María, no hay necesidad de hacer a María una “excepción” que la libre del pecado original.
  • La función de María es proveer el vientre para el desarrollo humano de Jesús (nacer bajo la Ley, Gálatas 4:4), no proveerle su carne corrompida que deba ser purificada en una cadena de excepciones.

c) El problema del “Verbo habitando carne”​

  • Muchas líneas teológicas posteriores suponen una encarnación “parcial”: el Verbo se une a una carne humana procedente de la madre.
  • Esto fuerza a justificar la “Inmaculada Concepción” para que esa carne no esté contaminada por Adán. En cambio, la Teología de la sustitución real y nueva creación postula la encarnación como un acto directo de conversión del Verbo en carne (“el Verbo se hizo carne”), no una simple “posesión” o “habitación” de un cuerpo humano.

d) Plena coherencia con la idea agustiniana​

  • Agustín veía la urgencia de desvincular a Cristo de Adán.
  • El catolicismo oficial resolvió la inquietud con la Inmaculada Concepción de María.
  • La Teología de la sustitución real y nueva creación resuelve el mismo dilema sin necesidad de declarar a María inmaculada, sino reconociendo que la carne de Cristo no desciende genéticamente ni de Adán ni de María, sino que es una creación divina inmediata del Verbo hecho carne.

Conclusión

  1. Agustín profundizó la necesidad de separar radicalmente a Cristo de la naturaleza caída de Adán.
  2. La Iglesia católica canalizó esa necesidad decretando el dogma de la Inmaculada Concepción de María, para “preservar” a Cristo del pecado original.
  3. La Teología de la sustitución real y nueva creación propone una salida más bíblica y sin complicaciones dogmáticas: el Verbo mismo se hizo carne, sin derivar genéticamente de Adán, con lo cual María no requiere ser inmaculada en su concepción.
Así, se elimina la necesidad de la Inmaculada Concepción y se mantiene intacta la santidad absoluta de Jesucristo y la no participación en la carne de Adán.
 

1. El mandato de procrear está dado a la “sola carne”, no individualmente al hombre o a la mujer​

Génesis 2:24 dice que el hombre se unirá a su mujer y serán “una sola carne”.
  • Ninguno de los dos sexos por separado posee la capacidad de reproducir a la especie humana.
  • La reproducción depende de la unión (hombre + mujer) formando una entidad procreativa – “sola carne” (unificación para un fin común).

a) La creación de la mujer ya sugiere esta lógica de “unidad”​

  • Adán fue formado del polvo y recibió soplo de vida (Gén. 2:7).
  • La mujer fue sacada viva de Adán (Gén. 2:21-22), sin que Dios soplara otra vez. Desde entonces, en la humanidad, los hijos nacen vivos de la unión del hombre y la mujer.

2. La reproducción natural produce seres humanos vivos completos, no “cuerpos sin vida”​

Cada hijo nace vivo de la “sola carne” que conforman sus padres. Dios no va soplando vida de nuevo a cada bebé; la vida se transmite por procreación viva (ver Gén. 4:1 en el caso de Caín).

b) Aplicado a la concepción de Jesús​

  • Si Jesús hubiese sido biológicamente el hijo de María, necesitaría:
    • Que la “sola carne” (hombre+mujer) participe para fecundar (u hombre o Dios aportando un semen “divino” – algo inconcebible y contradictorio).
    • O que Dios crease la mitad del ADN para un óvulo de María, lo cual sería “convertir” al Verbo en medio humano incompleto (un espermatozoide “celestial”), degradando su esencia divina a “material fecundante”.
  • Ambos escenarios resultan inconsistentes con la idea de que el Verbo se hizo carne (Juan 1:14), sin requerir la colaboración genética humana.

3. La unión hipostática escolástica (Tomás de Aquino) recurre a la idea de una “carne dada” por la madre​

Tomás de Aquino (y la teología católica posterior) asumen que Jesús tomó la carne de María, purificada por Dios o por un acto especial.
  • Esto implica una “aportación” de material genético de la madre.
  • Debe explicarse cómo no interviene un hombre y, a la vez, cómo no hay corrupción heredada de Adán.

c) Suma de complicaciones​

  • La “unión hipostática” retorcida alude a un Verbo que se une a una “carne previa” de la madre, purificada por el Espíritu.
  • Aun así, es preciso explicar de dónde sale la parte masculina (semilla), si no hay hombre.

4. La teología de la sustitución real y nueva creación: sin descendencia de Adán​

Desde la Teología de la sustitución real y nueva creación:
  1. Jesús no requiere descendencia biológica de Adán ni de María.
  2. El Verbo se hace carne directa y totalmente – no mediante un óvulo fecundado, sino por acto creativo de Dios (Juan 1:14).
  3. María provee el vientre para nacer bajo la Ley (Gál. 4:4), pero no su genética corrompida por Adán.

d) Así se evita el dilema genético o la necesidad de Inmaculada Concepción​

  • Cristo no hereda nada de Adán;
  • No requiere justificaciones para “purificar” la carne materna;
  • No degrade su condición divina convirtiéndose parcialmente en un espermatozoide celestial.
  • Sencillamente Él se hizo carne plenamente y nació sin contaminación, como nueva creación íntegra, sin la intervención de la “sola carne” (hombre+mujer) en sentido procreativo.

5. Conclusión: La “sola carne” humana (hombre+mujer) no participó en la encarnación​

  • El mandato de procrear es para la unión hombre+mujer. Si uno de ellos está ausente, no hay reproducción natural.
  • Dios no degradaría al Verbo haciéndolo mitad “semilla divina” y mitad óvulo humano.
  • La encarnación fue un acto directo: el Verbo mismo fue hecho carne sin necesidad de heredar la carne adámica de María.
  • Por tanto, la idea de “tomar carne de María” es antibíblica y ajena a la lógica de la “sola carne” dada por Dios para reproducir la especie.
El resultado final es que no se necesita explicar cómo el Verbo “se acomodó” a un óvulo de María sin semen humano.
La respuesta bíblica: “El Verbo se hizo carne”, sin mediaciones genéticas, de modo que Jesucristo es verdadero hombre, nacido bajo la Ley, pero no descendiente corrupto de Adán.
 
No. Jesús en la cruz no era culpable de pecado. Parece que no terminás de entender.
Por esto era culpable:

1 Pedro 2:24
"quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados."

Llevaba esa carga tremenda EN SU CUERPO, ciertamente no suya, era nuestra, de todo pecador habido y por haber.
(...) Si un judío cometía un pecado y sacrificaban a un cordero sin mancha por su pecado a nadie jamás se le puede ocurrir que ese cordero mató, o robó, o fornicó. Se le remitía la culpa y se lo mataba por el pecado del judío en lugar de matar al judío.
Todo era sombra de una realidad, el imponer las manos del sacerdote sobre el cordero, era ese "transmitir " esa culpa, por supuesto, el animalito era inocente y ajeno a todo pecado, pero tomaba esa culpabilidad. Para que fuese perdonado ese judío. La realidad se cumplió en nuestro cordero: Cristo, quien fue crucificado, siendo inocente, Dios cargó en Él, el pecado de TODOS. Era culpable y no simbólicamente "culpable" De otro modo pues, "como que fuimos perdonados" NO, realmente fuimos perdonados.
Entiendo tu punto pero debés ajustar tu confesión.
Esa es mi visión del cordero, una obra completa desde la cruz, anunciada desde Génesis mucho antes de la Ley, reflejada con mucha realidad con Abraham e Isaac, El Padre ofreciendo a su hijo único, (y si, hay un verso donde omite a Ismael) La verdad de ese acto fue lo que dijo padre Abraham a Isaac: "Dios se proveerá de cordero para el holocausto " Gen.22:8

Lo tuvimos por herido ...lo consideramos herido, golpeado por Dios y humillado. Version NVI...
Más él herido fue por nuestras rebeliones, MOLIDO por nuestros pecado Isaias 53:4 y 5

Hay que creer que así fue.
(...) Él ciertamente morirás hace referencia a la muerte física. Al fin de la vida bajo el sol.
No a la separación espiritual para con Dios.

(...)
Dios te bendiga y prospere.
Hubo una dolorosa separación del Padre y del Hijo en la cruz. Separación es muerte, la vivió física y espiritualmente.
 
Por esto era culpable:
1 Pedro 2:24
"quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados."
Te estás expresando de manera incorrecta. Una cosa es ser culpable y otra es ser culpado por las acciones de otro.
Cuando uno es "culpable" quiere decir que conlleva culpa por algo que el mismo hizo.
Cuando la biblia dice que llevó NUESTROS pecados debemos entender que esos pecados eran nuestros y no de él.
Él nos sustituye en el juicio y en la muerte como juicio por la paga por el pecado.
Llevaba esa carga tremenda EN SU CUERPO, ciertamente no suya, era nuestra, de todo pecador habido y por haber.
Como bien dices aunque se cargó con ella no le pertenecía sino que era toda nuestra. Entonces no le podés llamar CULPABLE.
Es una confesión errada.
Todo era sombra de una realidad, el imponer las manos del sacerdote sobre el cordero, era ese "transmitir " esa culpa, por supuesto, el animalito era inocente y ajeno a todo pecado, pero tomaba esa culpabilidad. Para que fuese perdonado ese judío. La realidad se cumplió en nuestro cordero: Cristo, quien fue crucificado, siendo inocente, Dios cargó en Él, el pecado de TODOS. Era culpable y no simbólicamente "culpable" De otro modo pues, "como que fuimos perdonados" NO, realmente fuimos perdonados.
Si era inocente no era culpable. Aunque entiendo lo que me estás queriendo decir. Pero una cosa es asumir un pago a ser culpable.
Esa es mi visión del cordero, una obra completa desde la cruz, anunciada desde Génesis mucho antes de la Ley, reflejada con mucha realidad con Abraham e Isaac, El Padre ofreciendo a su hijo único, (y si, hay un verso donde omite a Ismael) La verdad de ese acto fue lo que dijo padre Abraham a Isaac: "Dios se proveerá de cordero para el holocausto " Gen.22:8
Mucho antes de la LEY mosaica, pero no antes de la LEY porque el mismo Adán fue puesto bajo la LEY que traspasó y por medio de la cual fue inculpado de pecado y trasgresión y entró la muerte al mundo. Muerte universal por herencia que se sustentó en Genesis 2:17.
Lo tuvimos por herido ...lo consideramos herido, golpeado por Dios y humillado. Version NVI...
Más él herido fue por nuestras rebeliones, MOLIDO por nuestros pecado Isaias 53:4 y 5
Hay que creer que así fue.
Nadie lo niega. Es solo una cuestión de confesar con exactitud lo que en verdad ocurrió.
Hubo una dolorosa separación del Padre y del Hijo en la cruz. Separación es muerte, la vivió física y espiritualmente.
No. El es muerto de manera violenta y esta violencia surge de que es injustamente muerto, y así Dios usa su muerte para que nosotros la tomemos por fe como nuestra propia muerte y fin de todo juicio por obras y bajo la LEY.
 
Lo primero que tenemos que entender es que el calvinismo encapsula una interpretaciòn de las escrituras que puede ser correcta pero que también puede estar equivocada.
Y por eso nosotros nunca debemos renunciar a las mismas escrituras como la fuente primigenia de toda interpretación.
Porque por otro lado el Espíritu Santo puede ir revelándonos esas mismas escrituras y el solo hecho de cerrarnos ante cualquier interpretación alcanzada en el pasado puede alejarnos de la voluntad de Dios para ciertos tiempos.

De movida, el hombre fue creado por el puro afecto de la voluntad de Dios y no se creó a sí mismo.
Con todo haciendo uso de la libertad que Dios le dió para auto gobernarse, que no es lo mismo que hacer cualquier cosa, el hombre se reveló contra Dios.

Y de nuevo y por segunda vez es Dios el que decide no desecharnos sino salvarnos.

Él planea la salvación que no es otra que Cristo y decide unilateralmente salvarnos.
O sea que nadie puede pensar en salvarse a sí mismo porque la salvación principia en Dios y en su propio amor.

Nada que ver con nosotros.
 
La doctrina de la expiación o "rescate" tiende con el paso del tiempo a diluirse y ser absolutamente ajena a lo que se desprende de las enseñanzas de Jesucristo, un mínimo de exégesis bíblica lo evidencia.

Recordemos una vez más el principio del "chivo-expiatorio", es sumamente importante para comprender que la humanidad arrastraba desde hacía milenios un principio antropomorfo de todas las deidades y posteriormente Yahvé como Dios único que mutó en el Dios cristiano, hecho humano en Jesús.

Dios RECHAZABA los sacrificios: quería en cambio corazones puros, insistía en aborrecer la grasa hipócrita a través de los profetas, quería misericordia y no sacrificios. ¿Tanto cuesta entenderlo? , ¿no es el acto de la Cruz un infinito acto de misericordia?
"Padre, perdónales porque no saben lo que hacen", y sin embargo seguimos rechazanado la Luz pese a que vivió entre nosotros.

Por tanto NO HAY, repito: NO HAY acto expiatorio ni sacrificio alguno exigido por Dios Padre, sino que Dios Hijo asume en carne propia nuestra injusticia, nuestros pecados y nuestros sufrimientos para caminar al entendimiento y por tanto la Gracia de Dios en nuestras vidas.

El camino del cristiano es ante todo de comprensión y aceptación de un principio de amor radical, incondicional y que se traduce en vencer a la muerte con la Vida, eso es la resurección del corazón cristiano, cargar con la propia cruz que todos tenemos (todos sufrimos, todos anhelamos respuestas...), negar nuestra inconsciencia (buscar la luz) y aceptar lo trascendental, esto es, la resurección en espíritu. El bautizo es precisamente sumergirnos en el poder del Espíritu, simbolizado en un agua que purifica, morimos a una vida y nos hace nacer de nuevo a otra (como romper aguas en el parto humano).

No veo necesario citar escrituras para esto. Lo mejor es interiorizar el evangelio de San Juan, de otra manera es complicado darle sentido a la muerte en la Cruz y la posterior Resurección de nuestro Maestro, y el significado de las experiencias posteriores de los discípulos.
 
Te estás expresando de manera incorrecta. Una cosa es ser culpable y otra es ser culpado por las acciones de otro.
Cuando uno es "culpable" quiere decir que conlleva culpa por algo que el mismo hizo.
Cuando la biblia dice que llevó NUESTROS pecados debemos entender que esos pecados eran nuestros y no de él.
Él nos sustituye en el juicio y en la muerte como juicio por la paga por el pecado.

Como bien dices aunque se cargó con ella no le pertenecía sino que era toda nuestra. Entonces no le podés llamar CULPABLE.
Es una confesión errada.

Si era inocente no era culpable. Aunque entiendo lo que me estás queriendo decir. Pero una cosa es asumir un pago a ser culpable.

Mucho antes de la LEY mosaica, pero no antes de la LEY porque el mismo Adán fue puesto bajo la LEY que traspasó y por medio de la cual fue inculpado de pecado y trasgresión y entró la muerte al mundo. Muerte universal por herencia que se sustentó en Genesis 2:17.

Nadie lo niega. Es solo una cuestión de confesar con exactitud lo que en verdad ocurrió.

No. El es muerto de manera violenta y esta violencia surge de que es injustamente muerto, y así Dios usa su muerte para que nosotros la tomemos por fe como nuestra propia muerte y fin de todo juicio por obras y bajo la LEY.
Heb 9:27 "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan".

En ese sentido digo que Jesús al llevar el pecado de muchos, asumió esa culpabilidad. El justo pagando por los pecadores.

Heb 9:24 "Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios";

Parte de la sombra era el Tabernáculo de Moisés, el santuario, luego llamado el templo, del cual al morir en la cruz se rasgó el velo que separaba el lugar santísimo, pero el cumplimiento real es que Jesús entró al cielo mismo, por nosotros a la presencia del Padre.

Cristo queda como sumo sacerdote para siempre, que no tiene necesidad de presentarse muchas veces en el Lugar Santísimo como se hacía cada año, él lo hizo una sola vez con su sangre se presentó Hebreos 9:12, obtuvo eterna redención.

En la cruz para nosotros fue nuestro "día de expiación", el "Yom Kipur", cuando todo el pueblo era perdonado, el sumo sacerdote entraba ofreciendo primero por sus pecados, luego por los del pueblo, si salía vivo del Santísimo, el pueblo había sido perdonado. Nosotros ahí en la cruz fuimos perdonados por su sacrificio. ¿Y si no resucitaba? Ya estábamos perdonados, lo hizo en su único sacrificio, nadie iba a perderse en el infierno. ¿Puedes imaginar eso?

Pero el sí bajó hasta el centro de la tierra por tres días y tres noches, (señal de Jonás, Mateo 12:40), es porque fue a tomar el lugar que nos correspondía, bajó tomando nuestra culpabilidad. Ahora si considero que si me esté expresando y dando a entender por qué dije que era culpable. Culpable por nosotros. Cristo le declaró a Juan "yo soy es el primero y el último, el que vivo estuve muerto, más he aquí vivo por los siglos de los siglos" Apo. 1:17-18 Estuvo muerto, separado. Las puertas del infierno se cerraron para siempre una vez Cristo entró, Pero el Padre le resucitó, no podía dejarle ahí ni un minuto más. Con su voz, como nunca, como estruendo de muchas aguas, al tercer día le habló: Hijooooooooooooo! Sal fuera! Cimbró el centro de la tierra.

La muerte no le pudo contener. Fue vencido el que tenía el imperio de la muerte, el diablo. Hebreos 2.14