¿Por qué se llama "Teología de la sustitución real y nueva creación"?
La Teología de la sustitución real y nueva creación es una perspectiva bíblica que enseña que la solución definitiva y objetiva al problema del pecado y la corrupción humana no se apoya ni radica en el viejo hombre, sino en una nueva creación humana, un segundo hombre y postrer Adán, Jesucristo.
Desde esta posición, Jesucristo sustituye literalmente en todo al pecador, asumiendo primeramente su muerte física y real, cumpliendo plenamente la sentencia divina de la Ley ("ciertamente morirás", Génesis 2:17).
Esto implica que el pecador, mediante la fe, experimenta su juicio anticipado y muere realmente con y en Cristo, poniendo fin absoluto al juicio de la Ley y al dominio del pecado sobre su vida.
En consecuencia, Dios no arregla, restaura, ni mejora al viejo hombre, sino que lo sustituye completamente con una nueva humanidad,
La salvación, entonces, no es una mejora gradual del ser humano caído, sino la creación radicalmente nueva del creyente en Cristo, basada en los hechos históricos, objetivos y definitivos de la muerte y resurrección física de Jesucristo.
- Sustitución real: Porque el Verbo vino en carne para experimentar realmente la muerte física y literal. No muere simbólicamente. Y lo hace cumpliendo la muerte física y literal que le correspondía al pecador. Lo sustituye.
- Nueva creación: Porque Dios no arregla, restaura, ni mejora al viejo hombre corrompido por el pecado, sino que lo sustituye creando una humanidad totalmente nueva y real, en la persona de Jesucristo, quien vino al mundo en carne como hombre verdadero.
La Teología de la sustitución real y nueva creación es una perspectiva bíblica que enseña que la solución definitiva y objetiva al problema del pecado y la corrupción humana no se apoya ni radica en el viejo hombre, sino en una nueva creación humana, un segundo hombre y postrer Adán, Jesucristo.
Desde esta posición, Jesucristo sustituye literalmente en todo al pecador, asumiendo primeramente su muerte física y real, cumpliendo plenamente la sentencia divina de la Ley ("ciertamente morirás", Génesis 2:17).
Esto implica que el pecador, mediante la fe, experimenta su juicio anticipado y muere realmente con y en Cristo, poniendo fin absoluto al juicio de la Ley y al dominio del pecado sobre su vida.
En consecuencia, Dios no arregla, restaura, ni mejora al viejo hombre, sino que lo sustituye completamente con una nueva humanidad,
La salvación, entonces, no es una mejora gradual del ser humano caído, sino la creación radicalmente nueva del creyente en Cristo, basada en los hechos históricos, objetivos y definitivos de la muerte y resurrección física de Jesucristo.