Hola, amigos y hermanos.
Debo confesarles que ando un poco agüitado... Si en un mes mi casa no se vende, la empresa que tiene hipotecada la casa nos echará. No digo que mis viejos y yo caeremos en la desgracia; Dios nos ha sostenido con poder y misericordia porque Él es fiel al cumplir Su palabra, pues no ha visto justo en desamparo.
El problema que tengo ahora, es el de la crisis del desapego. Por años vivimos en un lugar donde tuvimos muchos recuerdos, tanto buenos como no tan buenos... Salirnos de esta casa será como si un "algo" se nos fuera arrancado del pellejo, algo que siempre duele porque en ocasiones creemos que las cosas no cambiarán. Ese es un error en el que a veces incurrimos.
...sin embargo, quiero ver el lado positivo de la lluvia de limones en ciernes. Esto lo digo porque mis viejos ya no están para trabajar como lo han hecho por años. Ya necesitan vivir su vejez y sus canas en solaz; ya cada uno de mis hermanos debe enfrentar sus broncas sin la injerencia de los papás, pero a veces parece que no perdemos la mañita... Lo digo por mi mamá, que aún se preocupa por algunos de mis hermanos que ya hasta nietos tiene, jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Mi madre es bienintencionada al querer ayudarnos, no se lo puedo tomar a mal. Precisamente por eso fue que la casa quedó hipotecada: al tratar de sacar de una mega bronca a uno de mis hermanos por un fuerte préstamo, ahora estamos a punto de que nos pongan de patitas en la calle.
No, no es que ella haya calculado mal las consecuencias de un mal negocio que se vino a pique por la crisis económica mundial o por el AH1N1 o por las barbas de la rana rené... Todas las mamás son así, tratan de ver que sus retoños no carezcan de nada, pero hay veces que la buena intención puede comprometer algo más que el dinero. A raíz de este problema, se dieron situaciones muy delicadas, separaciones entre hermanos, descontento y rencillas... porque, aún cuando mi familia conoce del Evangelio, pos cada uno ya agarró por su cuenta las parrandas... y algunos ya hacen de su vida un papalote sin tomar en cuenta que Dios mira todo lo que hacemos, lo apunta en sus registros, y se lo guarda para cuando venga a hacer las cuentas. Eso me preocupa bastante.
Debo confesarles que ando un poco agüitado... Si en un mes mi casa no se vende, la empresa que tiene hipotecada la casa nos echará. No digo que mis viejos y yo caeremos en la desgracia; Dios nos ha sostenido con poder y misericordia porque Él es fiel al cumplir Su palabra, pues no ha visto justo en desamparo.
El problema que tengo ahora, es el de la crisis del desapego. Por años vivimos en un lugar donde tuvimos muchos recuerdos, tanto buenos como no tan buenos... Salirnos de esta casa será como si un "algo" se nos fuera arrancado del pellejo, algo que siempre duele porque en ocasiones creemos que las cosas no cambiarán. Ese es un error en el que a veces incurrimos.
...sin embargo, quiero ver el lado positivo de la lluvia de limones en ciernes. Esto lo digo porque mis viejos ya no están para trabajar como lo han hecho por años. Ya necesitan vivir su vejez y sus canas en solaz; ya cada uno de mis hermanos debe enfrentar sus broncas sin la injerencia de los papás, pero a veces parece que no perdemos la mañita... Lo digo por mi mamá, que aún se preocupa por algunos de mis hermanos que ya hasta nietos tiene, jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Mi madre es bienintencionada al querer ayudarnos, no se lo puedo tomar a mal. Precisamente por eso fue que la casa quedó hipotecada: al tratar de sacar de una mega bronca a uno de mis hermanos por un fuerte préstamo, ahora estamos a punto de que nos pongan de patitas en la calle.
No, no es que ella haya calculado mal las consecuencias de un mal negocio que se vino a pique por la crisis económica mundial o por el AH1N1 o por las barbas de la rana rené... Todas las mamás son así, tratan de ver que sus retoños no carezcan de nada, pero hay veces que la buena intención puede comprometer algo más que el dinero. A raíz de este problema, se dieron situaciones muy delicadas, separaciones entre hermanos, descontento y rencillas... porque, aún cuando mi familia conoce del Evangelio, pos cada uno ya agarró por su cuenta las parrandas... y algunos ya hacen de su vida un papalote sin tomar en cuenta que Dios mira todo lo que hacemos, lo apunta en sus registros, y se lo guarda para cuando venga a hacer las cuentas. Eso me preocupa bastante.