Re: Teismo versus ateismo
Los pasos principales en dirección al origen de la vida, vistos según la teoría evolucionista, son 1)*la existencia de la atmósfera primitiva apropiada y 2)*una concentración, en los océanos, de una sopa orgánica de moléculas “sencillas” necesarias para la vida. 3)*De estas vienen proteínas y nucleótidos (compuestos químicos complejos) que 4)*se combinan y adquieren una membrana, y después de eso 5)*desarrollan un código genético y empiezan a hacer copias de sí mismas. ¿Están estos pasos de acuerdo con los hechos disponibles?
La atmósfera primitiva
En*1953 Stanley Miller pasó una chispa eléctrica a través de una “atmósfera” de hidrógeno, metano, amoníaco y vapor de agua. Esto produjo algunos de los muchos aminoácidos que existen y que son los bloques de construcción de las proteínas. Sin embargo, él consiguió sólo 4*de los 20*aminoácidos que se necesitan para que la vida exista. Más de 30*años después, a los científicos todavía se les hacía imposible producir experimentalmente los 20*aminoácidos necesarios en medio de condiciones que pudieran considerarse plausibles.
Miller supuso que la atmósfera primitiva de la Tierra era similar a la que había en su vasija de vidrio para experimentos. ¿Por qué? Porque, como él y un colaborador suyo dijeron después: “La síntesis de los compuestos de interés biológico tiene lugar solo en medio de condiciones de reducción*[sin oxígeno libre en la atmósfera]”6. Pero otros evolucionistas teorizan que el oxígeno estaba presente. El problema que esto crea para la evolución lo expresa Hitching: “Si hubiera habido oxígeno en el aire, el primer aminoácido nunca habría empezado; si no hubiera habido oxígeno, habría sido eliminado por los rayos cósmicos”7.
La realidad es que todo intento por determinar la naturaleza de la atmósfera primitiva de la Tierra solo puede basarse en adivinación o suposición. Nadie sabe de seguro cómo era.
¿Se formaría una “sopa orgánica”?
¿Sería probable que los aminoácidos que supuestamente se hubieran formado en la atmósfera bajaran y formaran un “caldo orgánico” o “sopa orgánica” en los océanos? Tal cosa no sería probable. La misma energía que disgregaría o descompondría en la atmósfera los compuestos sencillos descompondría con mayor rapidez cualesquiera aminoácidos complejos que se formaran. Es interesante el hecho de que Miller, en su experimento de pasar una chispa eléctrica a través de una “atmósfera”, solo pudo salvar los cuatro aminoácidos que consiguió porque los removió del área de la chispa. Si los hubiera dejado allí, la chispa los habría descompuesto.
Sin embargo, si se supone que los aminoácidos de alguna manera llegaron a los océanos y fueron protegidos de la destructiva radiación ultravioleta que había en la atmósfera; entonces, ¿qué? Hitching explicó: “Bajo la superficie del agua no habría suficiente energía para activar reacciones químicas adicionales; de todos modos, el agua inhibe el crecimiento de las moléculas de gran complejidad”8.
Por eso, una vez que los aminoácidos están en el agua tienen que salir de ella si es que han de formar moléculas mayores y evolucionar hacia transformarse en proteínas que sean útiles para la formación de la vida. ¡Pero una vez que salen del agua están de nuevo bajo la destructiva luz ultravioleta! “En otras palabras —dice Hitching—, las probabilidades teóricas de lograr hasta esta primera y relativamente fácil etapa [de conseguir aminoácidos] en la evolución de la vida son prohibitivas”9.
Aunque comúnmente se asevera que la vida surgió espontáneamente en los océanos, la verdad sencilla es que las masas de agua no son conducentes a la química necesaria. El químico Richard Dickerson explica: “Por tanto, es difícil ver cómo pudiera haberse efectuado la polimerización [ensamblar moléculas pequeñas para formar otras mayores] en el entorno acuoso del océano primitivo, puesto que la presencia de agua favorece la despolimerización [el quebrar las moléculas grandes y producir otras más sencillas] más bien que la polimerización”10. El bioquímico George Wald concuerda con este punto de vista, y declara: “La disolución espontánea es mucho más probable, y por lo tanto se efectúa con mucha más rapidez, que la síntesis espontánea”. ¡Esto significa que no habría acumulación de sopa orgánica! Wald cree que este es el “problema más persistente que tenemos ante nosotros [los evolucionistas]”11.
No obstante, todavía hay otro problema persistente ante la teoría evolucionista. Recuerde que hay más de 100*aminoácidos, pero solo se necesitan*20 para las proteínas de la vida. Además, vienen en dos formas: Algunas de las moléculas son de configuración D (“derechas”) y otras son de configuración L (“izquierdas”). Si se formaran al azar, como en una sopa orgánica teórica, lo más probable sería que la mitad de ellas serían D y la otra mitad L. Y no hay razón conocida por la cual una o la otra de estas formas debería ser preferida en los organismos vivos. Sin embargo, de los 20*aminoácidos que se usan en la producción de las proteínas de la vida, ¡todos son “izquierdos”!
¿Cómo habría de suceder que, al azar, solo las clases específicamente requeridas hubieran de ser unidas en la sopa? El físico J.*D.*Bernal reconoce lo siguiente: “Hay que confesar que la explicación*[...] todavía sigue siendo una de las partes más difíciles de aclarar en cuanto a los aspectos estructurales de la vida”. Concluyó: “Quizás nunca podamos explicar esto”12.
La probabilidad y las proteínas espontáneas
¿Qué probabilidad hay de que se juntaran precisamente los aminoácidos necesarios para formar una molécula de proteína? Esto se pudiera asemejar a tener una pila grande y bien mezclada de habichuelas o judías que contuviera cantidades iguales de las rojas y las blancas. Hay, además, más de 100*diferentes variedades de estas habichuelas. Pues bien, si usted metiera una cuchara en esta pila, ¿qué cree que sacaría? Para conseguir las habichuelas que representaran los componentes básicos de una proteína, tendría que sacar solamente habichuelas rojas... ¡no sacar ninguna blanca! Además, su cucharada tendría que contener solamente 20*variedades de las rojas, y cada una tendría que estar en un lugar específico, asignado de antemano, en la cucharada. En el mundo de la proteína, un solo error en cualquiera de estos requisitos haría que la proteína que se produjera no funcionara de la manera debida. ¿Podría conseguirse la combinación correcta por más que se agitara la hipotética pila de habichuelas y se sacaran cucharadas de ella? No. Entonces, ¿cómo habría sido posible eso en la sopa orgánica hipotética?
Las proteínas que se necesitan para la vida tienen moléculas muy complejas. ¿Qué probabilidad hay de que siquiera una proteína sencilla se forme al azar en una sopa orgánica? Los evolucionistas reconocen que la probabilidad es de solo uno sobre*10113 (1*seguido por 113*ceros). Pero cualquier suceso que tiene sólo la probabilidad de uno sobre*1050 es rechazado por los matemáticos como algo que nunca sucede. Una idea de la probabilidad envuelta en esto se ve en el hecho de que ¡el número 10113 es mayor que la cantidad que se ha calculado para el total de los átomos del universo!
Algunas proteínas sirven de materiales estructurales, y otras sirven de enzimas. Las últimas aceleran las reacciones químicas que se necesitan en la célula. Sin tal ayuda, la célula moriría. Para la actividad de la célula no se necesitan solo unas cuantas proteínas que sirvan de enzimas, sino 2.000*de ellas. ¿Qué probabilidades hay de obtener todas estas al azar? ¡Solo la probabilidad de uno sobre*1040.000! “Una probabilidad pequeña hasta lo absurdamente extremo —asegura Hoyle— que no se puede contemplar aunque todo el universo consistiera en sopa orgánica.” Añade: “A no ser que uno se deje dominar por el prejuicio, sea debido a creencias sociales o debido a educación científica, de modo que acepte la convicción de que la vida se originó [espontáneamente] en la Tierra, este simple cálculo desestima tal idea completamente”13.
Sin embargo, en realidad hay mucho menos probabilidad de lo que indica esta cifra “pequeña hasta lo absurdamente extremo”. Tiene que haber una membrana que envuelva a la célula. Pero esta membrana es extremadamente compleja, compuesta de moléculas de proteína, azúcar y grasa. Como escribe el evolucionista Leslie Orgel: “Las membranas celulares modernas incluyen canales y bombas que controlan específicamente la entrada y la salida de nutrimentos, productos de desecho, iones metálicos, y así por el estilo. Estos canales especializados comprenden proteínas altamente específicas, moléculas que no pudieran haber estado presentes al mismísimo principio de la evolución de la vida”14.
El notable código genético
Más difíciles de obtener que estas son los nucleótidos, las unidades estructurales del ADN (ácido desoxirribonucleico), que lleva el código genético. En el ADN están implicadas cinco histonas (se cree que las histonas tienen que ver con gobernar la actividad de los genes). La probabilidad de formar siquiera la más sencilla de estas histonas se dice que es de uno sobre*20100... y esta cifra de*20100 es otro número enorme, “mayor que el total de todos los átomos de todas las estrellas y galaxias que se pueden ver mediante los mayores telescopios astronómicos”15.
No obstante, mayores dificultades para la teoría evolucionista tienen que ver con el origen del código genético completo... un requisito para la reproducción celular. El viejo rompecabezas de qué fue lo primero, ‘la gallina o el huevo’, asoma con relación a las proteínas y el ADN. Hitching dice: “Las proteínas dependen del ADN para su formación. Pero el ADN no puede formarse sin proteína ya existente”16. Esto deja la paradoja que presenta Dickerson: “Cuál vino primero”; ¿la proteína, o el ADN? Él afirma: “Debe contestarse que*[...] se desarrollaron en paralelo”17. Él está diciendo, en efecto, que ‘la gallina’ y ‘el huevo’ tienen que haber evolucionado simultáneamente, de modo que ninguno de los dos ha venido del otro. ¿Cree usted que eso es razonable? Un escritor de asuntos científicos lo resume así: “El origen del código genético presenta un enorme problema como el del huevo y la gallina que, en la actualidad, permanece completamente revuelto”18.
Del químico Dickerson viene también este interesante comentario: “La evolución de la maquinaria genética es la etapa para la cual no existen modelos de laboratorio; por tanto, se podría especular interminablemente sin restricciones ni pruebas contradictorias”19. Pero ¿acaso es buen procedimiento científico el echar a un lado tan fácilmente los aludes de “pruebas contradictorias”? Leslie Orgel llama la existencia del código genético “el aspecto más desconcertante del problema de los orígenes de la vida”20. Y Francis Crick llegó a esta conclusión: “A pesar de que el código genético es casi universal, el mecanismo necesario para estructurarlo es demasiado complejo para haber surgido de un solo golpe”21.
La teoría evolucionista intenta eliminar la necesidad de lograr lo imposible “de un solo golpe” mediante favorecer un proceso de paso a paso, mediante el cual la selección natural pudiera efectuar su obra gradualmente. Sin embargo, sin el código genético para dar comienzo a la reproducción, no puede haber material para que la selección natural seleccione.
NOTA: Extraído del libro "¿Cómo se originó la vida por evolución o creación", editado por los testigos; Cap.4 Párrafos 7-24.