Suma Teológica de Tomás de Aquino

Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

:toothless Dale Tobi, creo que ni siquiera entendió la pregunta.
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Artículo 3: ¿Existe o no existe Dios?
Objeciones por las que parece que Dios no existe:
1. Si uno de los contrarios es infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con el nombre Dios al darle el significado de bien absoluto. Pues si existiese Dios, no existiría ningún mal. Pero el mal se da en el mundo. Por lo tanto, Dios no existe.
2. Lo que encuentra su razón de ser en pocos principios, no se busca en muchos. Parece que todo lo que existe en el mundo, y supuesto que Dios no existe, encuentra su razón de ser en otros principios; pues lo que es natural encuentra su principio en la naturaleza; lo que es intencionado lo encuentra en la razón y voluntad humanas. Así, pues, no hay necesidad alguna de acudir a la existencia de Dios.
Contra esto: está lo que se dice en Éxodo 3,14 de la persona de Dios: Yo soy el que es.
Respondo: La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas. 1) La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios.
2) La segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios.

3) La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.

4) La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro —, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.

5) La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios.

A las objeciones:
1. Escribe Agustín en el Enchiridio: Dios, por ser el bien sumo, de ninguna manera permitiría que hubiera algún tipo de mal en sus obras, a no ser que, por ser omnipotente y bueno, del mal sacara un bien. Esto pertenece a la infinita bondad de Dios, que puede permitir el mal para sacar de él un bien.
2. Como la naturaleza obra por un determinado fin a partir de la dirección de alguien superior, es necesario que las obras de la naturaleza también se reduzcan a Dios como a su primera causa. De la misma manera también, lo hecho a propósito es necesario reducirlo a alguna causa superior que no sea la razón y voluntad humanas; puesto que éstas son mudables y perfectibles. Es preciso que todo lo sometido a cambio y posibilidad sea reducido a algún primer principio inmutable y absolutamente necesario, tal como ha sido demostrado.




Bueno pues aqui tiene las refutaciones correspondientes a las cinco vias de Aquino:

1. Primera vía - argumento del "Primer Motor Inmóvil".
2. Segunda vía - argumento de "Las Causas Eficientes".
3. Tercera vía - a partir de lo contingente y de lo necesario, el "Argumento Cosmológico".
4. Cuarta vía - La jerarquía de las cosas, argumento "De los Grados".
5. Quinta vía - ordenamiento de las cosas, el argumento "Teleológico".


Primera vía.

1.- Primera vía - argumento del "Primer Motor Inmóvil".

1.1.- Enunciación.

La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios. (cita)

1.2.- Simplificación.

1. Todo lo que se mueve es movido por otro.
2. Para cada cosa movida es necesario un motor de esa cosa.
3. No se puede seguir indefinidamente.
4. Es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie.
5. Éste es el que todos conocen por Dios.

2.- Refutaciones.

2.1.- La premisa 1 es falsa.

La física moderna reconoce la espontaneidad en el movimiento en los sistemas materiales, es decir la no causalidad y rechaza la máxima escolástica que dice: "Todo lo que se mueve es movido por otro".

Algunas cosas son movidas, pero otras se mueven sin que otra cosa las haya movido. En la época de Santo Tomás no se conocían las leyes de la gravitación ni apenas nada de cinemática, por eso él suponía que todo lo que se mueve ha sido movido por otro. Hoy sabemos que eso no es cierto.

Si se colocan dos objetos masivos de igual masa en un espacio vacío completamente inmoviles uno respecto del otro suficientemente cercanos para que la gravedad producida por ellos ejerzan influencia vemos que uno tiende a moverse en dirección del otro sin necesidad de nada que los mueva.

2.2.- La premisa 2 es falsa.

Como ya hemos mencionado antes, algunas cosas se mueven al ser afectadas por una fuerza, y esa fuerza puede ser gravitatoria, electromagnética, nuclear débil o nuclear fuerte, que son las cuatro fuerzas elementales conocidas.

Nada hay inmóvil en el universo. El universo está en constante movimiento, ésta es su naturaleza desde el inicio del tiempo, también lo es su propio dinamismo.

2.3.- El paso 3 es gratuito.

Tomás de Aquino se niega a aceptar una regresión infinita sin dar motivo de ello.

2.4.- El paso 4 es arbitrario.

Se le otorga sin justificación la necesidad de ser motor de todo a una sola entidad. El argumento no sugiere que tenga que ser uno, podrían ser muchos.

2.5.- La conclusión 5 es gratuita.

Aún si permitimos el dudoso lujo de conjurar arbitrariamente a un terminador de la regresión infinita, y le damos un nombre; simplemente porque necesitamos uno, no existe en lo absoluto ninguna razón para decir que es Dios. Se comete una petición de principios al suponer que ese supuesto primer motor tendría que ser obligatoriamente Dios, pero ¿porqué habría de ser Dios y no el frío y único Motor Inmóvil aristotélico? ¿porqué no el “Uno” de Plotino o el demiurgo platónico?. Aquino no demuestra que su motor primero sea el Dios "que todos entendemos", eso no pasa de afirmación gratuita.

3.1.- En general.

El ejemplo dado por Aquino del bastón movido por la mano como “prueba” del motor inmóvil es defectuoso, ya que en primer lugar, es una analogía y, como toda analogía, no es demostrativa y en segundo lugar, esa mano es un motor contingente o intermedio, movido por otro, no un motor inmóvil.

Tomás de Aquino no contaba con los conocimientos en física que tenemos ahora. Esta vía es válida para la visión aristotélica del mundo que se tenía entonces, adecuada pero falsa. Aristóteles fue el primero (registrado) que postuló la idea de "todo lo que se mueve es movido por otro" por simple observación pero olvidó poner a prueba con experimentos esa afirmación. Fue Galileo quien descubrió que esto no es así y Newton descubrió la fuerza que mueve los objetos; mucho después de la muerte de Tomás de Aquino.

Esta vía es un caso particular de la segunda vía tomista puesto que el movimiento de una cosa es efecto y la causa es el movimiento de otro objeto.

3.2.- Falsa maravilla.

Tomás de Aquino parte del movimiento, es decir, de un fenómeno. En el fondo Tomás de Aquino pretende dar explicación a ese fenómeno. Pero consideremos lo siguiente ¿por qué el movimiento necesita una explicación en primer lugar?. Para entender la motiviación del aquinate hay que situarse en su época, el siglo XII, el cual estaba muy influenciada por los escritos de Aritóteles en cuando a ciencias físicas. Se creía en aquél entonces que había cosas que eran absolútamente estáticas, digamos, un vaso sobre una mesa ciertamente estaba estático completamente y solo se movería si álguien externo al vaso lo movía, Tomás de Aquino no tenía noción del movimiento de la Tierra, ni del sistema solar ni de la galaxia ni del universo entero tal como lo tenemos hoy en día a la luz de los descubrimientos científicos. Entonces postula una falsa maravilla: el movimiento es extraordinario, por lo tanto requiere una explicación. Hoy sabemos que lo opuesto es lo maravilloso: no conocemos ningún objeto que sea absolútamente estático.

Por lo tanto esta vía se basa en un problema que no existe.


Segunda vía.

1.- Segunda vía - argumento de "Las Causas Eficientes".

1.1.- Enunciación.

Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios. (cita)

1.2.- Simplificación.

1. A toda causa le sigue un efecto.
2. Una causa es efecto de una causa anterior.
3. No se puede seguir indefinidamente en la cadena causal.
4. Es necesario llegar a una Primera Causa que no es efecto de nada.
5. Éste es el que todos conocen por Dios.

2.- Refutaciones.

2.1.- La premisa 1 y 2 son falsas.

Se basa en la afirmación de que las causas son cosas objetivas y que la relación causa-efecto es concreta y parte de la realidad.Considero que lo que nosotros, como observadores del Universo, vemos es regularidad, lo que llamamos relación causal es una abstracción mental para ordenar en nuestra mente esa regularidad, no creo que sea posible demostrar que la relación causa-efecto es real y objetiva para todos los fenómenos del Universo.

Antes bien, ahora entendemos la relación causal como A es causa necesaria y suficiente de B, si y sólo si cada vez que ocurre A ocurre luego B, y cada vez que ocurre B ha ocurrido antes A. Y llegamos a eso por simple relación estadística, la cual no asegura que ocurre de esa manera para todos los fenómenos del universo.

2.2.- Paso 3 es gratuito.

Al igual que en la primera vía, Tomás de Aquino se niega arbitrariamente a aceptar una cadena causal infinita sin dar motivo para ello.

2.3.- Paso 4 es falaz.

Supone gratuitamente que porque las cosas tienen causas, luego la serie de las cosas también la tiene, cuando el conjunto total no tiene por qué tener las mismas propiedades que las partes (falacia de la composición). Puede tener propiedades emergentes ausentes en las partes, como la vida en el caso de las células, propiedad que no tienen sus partes como los ribosomas, y carecer de las propiedades de sus partes como la dualidad onda-corpúsculo que poseen los electrones, pero no la molécula proteica que componen.

2.4.- Paso 4 contradice 1.

Pero aún aceptando la existencia de las relaciones causales, el argumento de la segunda vía incurre en una contradicción interna insalvable. Se nos dice que todo efecto tiene una causa que a su vez es efecto de una causa anterior. Entonces luego se nos dice que hay algo que no tiene causa, si esto es así entonces la premisa primera es falsa, no todo tiene una causa.

2.5.- Conclusión 5 es gratuita.

También se nos dice que el efecto sin causa es uno solo, considero eso como gratuito, ya que del razonamiento dado no se infiere que deba ser uno y aún peor es que se considere a esa causa como Dios.

3.- En general.

3.1.- El problema de las causas objetivas.

Hoy entendemos que las relaciones causales son empíricas, es decir que cuando sucede el fenómeno A luego le sigue el fenómeno B nos lleva a pensar que A es la causa de B si y solo si primero hemos visto que A sucede y B sucede. Por ejemplo, supongamos que encierro a un sujeto en una habitación cerrada donde hay un botón y una lámpara y le pido al sujeto que accione el botón, el sujeto lo hace y ve que cada vez que acciona el botón (suceso A) la lampara se enciende (suceso B). Luego le pregunto ¿qué es lo que causa que la lámpara se encienda? (¿qué causa B?), el sujeto dirá que accionar el botón (suceso A causa suceso B). Pero luego le muestro que nosotros tenemos un botón igual fuera de la habitación el cual accionamos cada vez que vemos que el sujeto acciona el botón dentro de la habitación. Es decir hay un suceso C el cual el sujeto no ha experimentado y que es "la verdadera causa" de B. Se demuestra de esta forma que la relación causa-efecto es un ordenamiento mental de los sucesos empíricos.

Tomás de Aquino traslada este razonamiento escapándose de la condición empírica, suponiendo que hay causas en todos los fenómenos observados aunque no veamos el fenómeno que causa todos esos fenómenos. Lo que constituye una falacia por generalización precipitada. El universo podría tener una Primera Causa, pero hasta que no experimentemos ese fenómeno, no podemos establecer esa relación particular.

3.2.- El principio de Razón Suficiente.

En línea con lo anterior, Tomás de Aquino confunde la necesidad del Principio de Razón Suficiente (PRS) del devenir o causalidad ontológica, con la necesidad del Principio de Razón Suficiente del conocer epistemológico, ya que al ir enumerando las causas de la cadena (premisa 2) de improviso reemplazan el PRS ontológico (que no admite comienzo por su naturaleza inherente) por el PRS epistemológico que sí tiene como comienzo o término una verdad lógica, empírica, etc. pero que nada tiene que ver con causas o génesis de hechos reales que eran parte del argumento, cometiéndose una falacia distractiva al meter de contrabando un principio de conocimiento abstracto (fundamento de los juicios formales) cuando se pedía una causa real (cuyo PRS ontológico trata sólo con estados o proceso de cosas concretas, no con juicios abstractos).
Tercera vía.

1.- Tercera vía - a partir de lo contingente y de lo necesario, el "Argumento Cosmológico".

1.1.- Enunciación.

Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios. (cita)

1.2.- Simplificación.

1. Las cosas pueden existir o bien no existir (seres contigentes).
2. Lo que puede no existir alguna vez no existió.
3. Las cosas en algún momento no existieron.
4. Pero si 3 es cierto, luego ahora no existiría nada.
5. 4 es falso.
6. Las cosas que existen, existen por necesidad de otras cosas que ya existen (seres necesarios).
7. No se puede retroceder indefinidamente en la cadena de necesidades.
8. Por lo tanto existe un ser absolutamente necesario que es el origen de la existencia de todas las cosas.
9. Ese ser es Dios.

2.- Refutaciones.

2.1.- De la contingencia y necesidad.

"Ser necesario" y "ser contingente" son características metafísicas a priori. Estas características no señalan a ningún ente real, ya que la “contingencia” o posibilidad de no ser no es ningún atributo real de ninguna cosa (como el color, masa, etc.) es sólo un concepto creado ad-hoc para justificar la aparición en escena de lo necesario, causa y fundamento de los supuestos entes contingentes, que no puede dejar de ser y que, por eso mismo, es inconcebible y carece de todo correlato empírico.

La contingencia de un ente está supeditado a la observación de otro ente al que le otorgamos necesidad en virtud de la existencia del primero (sabemos que todo niño tiene madre porque hemos visto a las madres tener niños).

2.2.- Conclusión 4 es "non-sequitur".

Lógica equivocada. Aún en el caso de que todas las cosas pudiesen dejar de existir, eso no significa que todas puedan dejar de existir al mismo tiempo. Podría darse el caso de que la destrucción de unas cosas diera lugar a la creación de otras, como vemos que ocurre continuamente en la Naturaleza. De "alguna vez las cosas no existieron" no se sigue ("non-sequitur") "hubo un momento en que nada existió".

2.3.- 8 contradice 1.

Tomás de Aquino vuelve a contradecirse al decir por un lado que todas las cosas son contingentes para después afirmar que hay una cosa (Dios) que no lo es. Si 1 es cierto, 8 es falso, si 8 es verdadero, 1 no lo es.

2.4.- "Ser necesario" no aporta información.

La palabra “necesario” sólo se aplica a los enunciados analíticos vacíos o tautologías lógicas como decir que “el triángulo tiene 3 ángulos”, en donde el predicado (tiene 3 ángulos) esta contenido “necesariamente” en el concepto sujeto (tri-ángulo). o sea, lo único necesario son las proposiciones formales que siempre son verdaderas (y cuya negación supone contradicción), ya que sólo son consecuencias de los términos definidos y no dicen nada sobre la realidad. Cualquier otra connotación del término “necesario” es gratuita.

2.5.- Paso 7 es gratuito.

La negación de admitir una cadena infinita de seres necerarios-contigentes no tiene justificación. Pero en esta ocación Tomás de Aquino deja visible un fallo en su razonamiento para no admitir esta cadena infinita.

La propuesta es que situemos nuestra mente en el infinito anterior de la cadena y nos preguntemos, si hay infinitos eslabones en la cadena ¿cómo es posible que veamos algo hoy?, ya que tomaría infinito tiempo en llegar hasta hoy, luego es imposible que la cadena sea infinita. Esto es un error, puesto que sabemos con certeza que hay algo hoy y suponiendo que antes la cadena era infinita, evidentemente, infinita como es, ha llegado a ser lo que es hoy.

2.6.- Algunas regresiones no son infinitas.

Algunas regresiones sí alcanzan un terminador natural. Los científicos acostumbraban a preguntarse que sucedería si uno pudiese disectar; digamos, al oro en los pedazos más pequeños posibles. ¿Porqué no debería usted cortar unos de esos pequeños pedazos por la mitad para producir una aún más pequeña porción de oro?. La regresión en este caso, es decisivamente terminada por el átomo. La porción más pequeña de oro es un núcleo de exactamente setenta y nueve protones y una ligeramente mayor cantidad de neutrones, atendidos por un enjambre de setenta y nueve electrones. Si uno corta al oro más allá del nivel de un solo átomo, cualquier cosa que obtenga ya no es oro. El átomo proporciona un terminador natural para ciertos tipos de regresión. De ninguna manera está claro que Dios proporciona un terminador natural a las regresiones de Aquino.

2.7.- La conclusión 9 es gratuita.

Como en las vías anteriores Tomás de Aquino simplemente afirma que ese "Ser Absolutamente Necesario" es Dios sin más, lo cual no se infiere del razonamiento anterior. Aunque Aquino cambia al singular al final de su argumento, nada indica que tenga que haber solo un "Ser Absolutamente Necesario", podrían ser más de uno, el argumento no falsa esto.

2.8.- "De la nada, nada sale".

Tomás de Aquino nos viene a decir, en sus primeros 4 pasos es una premisa supuestamente universal: "de la nada, nada sale". Esa es la premisa subyacente sobre la cual se basa esta vía. Esta premisa está indemostrada, por cuanto la nada no es experimentable y solamente se utiliza como una abstracción (así como se usa el infinito en matemáticas) nada se puede decir de la nada, simplemente no sabemos cómo se comporta la nada y por lo tanto no podemos decir que de ella salga nada o salga algo alguna vez.

Si por el contrario aceptamos la premisa "de la nada, nada sale" no tenemos por qué suponer que en vez de "nada" hay Dios puesto que es a eso lo que se intenta demostrar. Nos consta la existencia del Universo, es evidente y comprobable por todos. La conclusión de la tercera vía no me consta antes de arribar a ella, por lo tanto digo que en vez de nada existe el Universo, decir que en vez de nada existe Dios es una petición de principios (falacia Petitio Principii). Si tenemos que dar por bueno este argumento, entre Dios y el Universo como reemplazo de la nada, aplicando el principio de parsimonia es más razonable decir que es el Universo el reemplazo de nada y no Dios.

3.- En general.

3.1.- Paralogismo.

El argumento se comete la falacia metafísica conocida por algunos como “el paralogismo de los metafísicos”, que consiste en plantear gratuitamente un pseudoproblema absurdo y sin sentido semántico como la distinción gratuita entre lo contingente, que puede dejar de existir y el ente necesario que no puede dejar de ser; asunto metafísico que tiene tan poco sentido como preguntarse si el espíritu es redondo o cuadrado o si es blanco o amarillo.

Entonces, una vez que el interlocutor acepta la cuestión absurda, el metafísico le demuestra lo absurdo que es una alternativa (por ejemplo, que el espíritu sea cuadrado o que haya sólo entes contingentes) para a continuación exclamar triunfante que la única alternativa válida es la suya (por ej, que el espíritu es redondo o que hay también un ente necesario). Pero el metafísico no da a conocer la posibilidad de que ambas alternativas sean igualmente absurdas, inadecuadas semánticamente o un completo misterio ininteligible.

Se pretende que el absurdo de una alternativa es prueba de la verdad de la otra, cuando ambas pueden ser igualmente absurdas y, por tanto, el argumento no tiene valor.

3.2.- Una dicotomía inexistente.

Se comete una falacia de bifurcación, ya que se dan sólo 2 alternativas: o la serie de entes contingentes tiene en sí su razón de ser necesaria o la tiene en un ser necesario distinto de ellos; pero pueden haber otras opciones: que no exista esa tal necesariedad ni en la serie de entes contingentes ni en un ser necesario, que el asunto sea un sin sentido, etc.

3.3.- Aquino no demuestra la conclusión.

Como se mencionó antes, Aquino afirma una conclusión gratuita puesto que a eso quiere arribar ya desde el principio apelando a una justificación psicológica: "Todos le dicen Dios". ¿Qué tal si decidimos llamarlo "Diego Armando Maradona"?, el argumento entero no tendría que modificarse una coma y serviría para demostrar que el futbolista es el Ser Absolutamente Necesario. Pero sucede que no es así. Lo que Tomás de Aquino pretende es colar lo que él cree que es Dios (es decir, el Dios del catolicismo) de allí su "Todos le dicen Dios". Sin embargo la conclusión solo tendría que tener las características que en virtud del argumento le otorgan, es decir ser absolutamente necesario. Sucede que sí tenemos ahora un ente que reune esa condición aunque careciera de ninguna otra: el Universo.


Cuarta vía.

1.- Cuarta vía - La jerarquía de las cosas, argumento "De los Grados".

1.1.- Enunciación.

Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro —, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios. (cita)

1.2.- Simplificación.

1. Las cosas tienen más o menos de una característica.
2. Ese "más o menos" indica que tienen grados.
3. Los grados de una cosa se miden en relación a un grado máximo.
4. Ese grado máximo es absoluto.
5. El grado máximo de una característica lo posee un ser que le otorga ese grado a toda cosa que tenga esa característica.
6. Hay un ser que posee el grado máximo de toda característica.
7. Ese ser es Dios.

2.- Refutaciones.

2.1.- Premisa 3 es arbitraria.

No es cierto que todos los grados se midan en relación a un máximo, hay grados que se miden a partir de un mínimo. Y ya que Aquino habla de calor ese es un buen ejemplo de lo contrario: la temperatura absoluta se mide a partir del cero absoluto (cero grados Kelvin).

2.2.- Premisa 4 es falsa.

Como vimos en el punto anterior, el cero absoluto no es el máximo absoluto, es justamente el mínimo. Por lo tanto la premisa 4 del argumento es falsa. Pero resulta que además hay grados que maximizados nunca alcanzan un máximo absoluto, el calor sigue siendo ejemplo de ello.

2.3.- Paso 5 es "non-sequitur".

Tomás de Aquino comete una falacia non-sequitur, ya que algo sea un máximo de una escala no se sigue que sea la causa de todas las cosas de esa escala u orden. Por ejemplo, que una montaña tenga la máxima altura no se sigue que sea la “causa” de todas las montañas o de las cosas con altitud. Que una estrella tenga la máxima temperatura en su interior no se sigue que sea la causa de todas las temperaturas o estrellas. El ejemplo del aquinate sobre el fuego es inprocedente, ya que éste no es causa del calor o calores, sino los movimientos de partículas subatómicas.

Con la misma argumentación, si existen elefantes de diversos tamaños debería existir un elefante más grande que ningún otro que sería el origen y la causa de la existencia de todos los elefantes más pequeños que él.

2.4.- Paso 6 no se infiere de 5.

Debido a que no todas las características de un objeto le son innatas en él sino más bien porque surgen en él como resultado de los componentes que forman tal objeto. Por ejemplo un reloj separado en todas sus partes no tiene movimiento de las agujas, solamente cuando se le une para formar el objeto reloj surge de él la característica de marcar las horas. Así también la acidez del ácido nítrico no está presente ni en el hidrógeno, ni en el nitrógeno ni en el oxígeno de los cuales está compuesto dicho ácido. Solamente cuando estos tres elementos se combinan surge la acidez, y esto es natural, y no dado por "el ser más ácido".

3.- En general.

3.1.- Pone en duda a Dios.

El argumento parece indicar que Dios es como una luz, como la única luz de un espacio cerrado donde todas las cosas estarán más iluminadas cuanto más cerca de Dios están, negando dos atributos fundamentales que la teología natural suele darle a Dios, los cuales son omnipotencia y omnipresencia, el primero se niega en tanto Dios no tiene suficiente poder para iluminarlo todo, y el segundo Dios parece no poder estar en todas partes al mismo tiempo. De otra forma ese espacio cerrado sería todo luz.

3.2.- La escala que usa Tomás de Aquino es arbitraria.

Tomás de Aquino usa una escala que es arbitraria puesto que pone "lo malo" o "lo ausente" abajo y "lo bueno" o "lo presente" arriba. Respecto a la bondad, pone lo absolutamente bueno como lo máximo en bondad, pero también podría darle la vuelta a la escala y decir que "lo bueno" es la ausencia total de maldad, poniendo "lo absolutamente malo" como "lo máximo". Si esto es así, Dios tendría que ser, por fuerza del argumento "el ser absolutamente malvado".

3.3.- Hace una petición de principio ("petitio principii").

Pide el principio al suponer que hay una máxima verdad (¿Dios?) y pide el principio al suponer que la máxima verdad (igual al máximo ente), ya que no sólo no lo demuestra, sino que esa es una confusión entre el plano semántico (verdad) y el plano ontológico (ente).
Quinta vía.

1.- Quinta vía - ordenamiento de las cosas, el argumento "Teleológico".

1.1.- Enunciación.

Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios. (cita)

1.2.- Simplificación.

1. Las cosas tienden a obrar según un fin o propósito (un "para qué").
2. Estas cosas no obran al azar.
3. Las cosas que no obran por sí mismas, alguna otra cosa las dirige.
4. Hay alguien que dirige todas las cosas.
5. Ese alguien es Dios.

2.- Refutaciones.

2.1.- Premisa 1 está indemostrada.

Que todas las cosas tienen un propósito, un "para qué" o teleología no está demostrado. Peor aún, es falso.

La existencia de una estrella situada tan lejos de nosotros que está fuera de nuestro horizonte de eventos de forma tal que nada de ella nos afecta ni nosotros le afectamos en nada no tiene propósito alguno. En razón del argumento tal estrella no existe, al menos para la ciencia, pero suponiendo que sí existiera y no hay razón para pensar lo contrario excepto su no observabilidad nos estaría diciendo que tal estrella no tiene propósito alguno.

Somos nosotros, nuestra mente la que le da propósitos a la existencia de las cosas y que en realidad las cosas por sí mismas no tienen un propósito subyacente. Las cosas pueden existir sin necesidad de un "para qué", somos nosotros quienes le aplicamos tal cosa.

2.2.- Premisa 2 es falsa.

La premisa afirma que todo tiene un orden aunque no veamos en apariencia ese orden "nada sucede por azar". Mientras que el argumento completo quiere decirnos que el Universo entero está ajustado perfectamente para un propósito, el de Dios. Sin embargo esto no puede corroborarse empíricamente (ver "El Argumento del Ajuste Fino, revisitado (2000)").

2.3.- Paso 3 no es una conclusión general.

Viola el principio de razón, ya que de una consecuencia (que las cosas obran siguiendo leyes y de manera ordenada) no se puede derivar legítimamente el fundamento (un Dios con intenciones inteligentes) a menos que se probara empíricamente la hipótesis en cuestión, algo que el aquinate no hizo.

3.- En general.

3.1.- Implicación recíproca.

Tomás de Aquino comente una falacia por implicación recíproca: vemos propósito en las cosas luego las cosas tienen un propósito por lo tanto las cosas tienen un propósito luego vemos propósito en ellas. A implica B luego B implica A es inválido.

3.2.- Conclusión precipitada.

Que las cosas se adecuen a un fin es un concepto metódico del cuál no podemos inferir legítimamente algo que vaya más allá de los límites de la experiencia. Pretender que porque las cosas se adapten a leyes objetivas, luego un Dios más allá de este mundo las hizo es una falacia de conclusión desmesurada, ya que la conclusión de un sumo hacedor allende este mundo desborda los límites empíricos que permiten las inferencias científicas. No podemos inferir la existencia de un Dios más allá de este mundo con datos empíricos de este mundo, ya que no es posible que estos datos nos informen sobre un hipotético metamundo inalcanzable donde se encontraría Dios. También debemos tomar en cuenta que los enunciados informativos o sintéticos, basados en datos fácticos, por su naturaleza son particulares y de lo particular no podemos inferir a Dios.

En otras palabras, Tomás de Aquino comete la falacia de "el todo por las partes", al decir que como las cosas tienen propósito, el Universo entero tiene propósito y ese propósito de lo otorgó Dios.

Publicado por Diego Romero - 18 de Septiembre del 2007
Estas a su vez sacadas de driveop.com.ar :vecinosvi :BoomSmili:ametralla:latigazo::musico6:
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Suma teológica - Parte Ia - Cuestión 27
Sobre el origen de las personas divinas
Después de haber tratado lo referente a la unidad de la esencia divina, ahora falta por analizar lo concerniente a la trinidad de las personas divinas. Porque las personas divinas se distinguen por sus relaciones de origen, el método expositivo exige que tratemos primero el origen o procesión; después, las relaciones de origen o procesión; por último, las Personas.
La cuestión referente al origen-procesión plantea y exige respuesta a cinco problemas:

En las personas divinas, ¿hay o no hay procesión?
Alguna de las procesiones en las personas divinas, ¿puede o no puede ser llamada generación?
Además de la generación, ¿puede o no puede haber alguna otra procesión en Dios?
¿Hay o no hay alguna otra procesión que pueda ser llamada generación?
¿Hay o no hay en las personas divinas más de dos procesiones?
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Artículo 1: ¿Hay o no hay procesión en las personas divinas?
Objeciones por las que parece que en Dios no puede haber ninguna procesión:
1. La procesión significa movimiento hacia fuera. Pero en Dios nada hay mutable ni externo. Luego tampoco hay procesión.
2. Todo lo que procede es distinto de aquello de lo que procede. Pero en Dios no hay diversidad alguna, ya que es todo simplicidad. Luego no hay procesión alguna.
3. Proceder de otro parece que contradice la noción de primer principio. Pero, como se demostró antes (q.2 a.3), Dios es el primer principio. Luego en Dios no cabe la procesión.
Contra esto: está lo que en Jn 8,42 dice el Señor: Yo salí de Dios.
Respondo: Para lo divino, la Escritura utiliza nombres relativos a la procesión. Pero algunos entendieron esta procesión de distinta manera. Pues algunos la tomaron como el efecto procede de la causa. Así, Arrio dijo que el Hijo procedía del Padre como su primera criatura, y que el Espíritu Santo procedía como una criatura del Padre y del Hijo. Según esto, ni el Hijo era verdadero Dios, ni tampoco el Espíritu lo era. Y esto va contra lo que del Hijo se dice en 1 Jn 5,20: Para que estemos en su verdadero Hijo, que es verdadero Dios. Y de lo que del Espíritu se dice en 1 Cor 6,19: ¿Ignoráis que vuestros miembros son Templos del Espíritu Santo? Tener templo sólo le corresponde a Dios.
Otros dijeron que esta procesión es como la causa está en el efecto, esto es, en cuanto que lo mueve o imprime en él su semejanza. Esto lo sostuvo Sabelio diciendo que el mismo Dios Padre es el Hijo en cuanto que tomó carne de la Virgen. Y también es el Espíritu Santo en cuanto que santifica a la criatura racional y la mueve hacia la vida. Esto contradice lo que el Señor dice de sí mismo en Jn 5,19: Por sí mismo nada puede hacer el Hijo; y otras muchas cosas por las que se demuestra que no es lo mismo el Padre que el Hijo.

Analizándolo más detenidamente se ve que ambos tomaron la procesión en el sentido de algo hacia fuera; por eso ninguno colocó la procesión divina en el mismo Dios. Pero como toda procesión significa acción, así como la acción que tiende al exterior es una procesión hacia el exterior, así también la acción que permanece en el mismo agente es una procesión en el propio interior. Esto se da sobre todo en el entendimiento, cuya acción, entender, permanece en quien entiende. Pues quien entiende, por el hecho de entender, hace un proceso en sí mismo, que es el de concebir lo conocido como algo que proviene de la fuerza intelectiva y de su conocimiento. Esta es la concepción que aflora con la Palabra y que es llamada palabra del corazón, expresada con la voz.

Como Dios está por encima de todo, lo que está en Dios no puede ser entendido tal como entienden las criaturas de este mundo, que son criaturas corporales, sino por la semejanza con las criaturas supremas que son sustancias intelectuales, cuya semejanza tampoco llega a dar la medida exacta de lo divino.

Por lo tanto, no hay que entender la procesión tal como se da en los seres corporales, bien por el movimiento local, bien por la acción de alguna causa sobre su efecto, como el calor por la calefacción en lo calentado; sino como emanación inteligible, como la palabra que permanece en el mismo que la dice. Éste es el sentido de procesión que, para las personas divinas, defiende la fe católica.

A las objeciones:
1. Aquella objeción es viable al hablar de la procesión como movimiento local, o como acción que, tiende al exterior o a un efecto externo. Pero este tipo de procesión no es la que se da en las personas divinas, como se acaba de decir.
2. El resultado de aquello que se da por una procesión hacia fuera, es necesario que sea distinto de aquello de lo que procede. Pero lo que resulta de un proceso intelectual interno, no es necesario que sea distinto, más aún, cuanto más perfecto sea el proceso, el resultado será tanto más uno con aquello de lo que procede. Ya que es evidente que cuanto más es entendido algo, tanto más íntima y más unidad hay entre la concepción intelectual y el que la hace. Pues el entendimiento en la medida en que entiende algo, en la misma medida se hace uno con lo entendido. Por eso, como el entender divino es perfección sin fin, como se dijo (q.14 a.1), es necesario que la palabra divina sea perfectamente uno con aquello de lo que procede, y sin ningún tipo de diversidad.
3. Proceder de un principio como de algo extraño y diverso, ciertamente contradice la noción de primer principio; pero proceder como de algo íntimo y no diverso, está incluido en el concepto de primer principio. Pues cuando decimos que el constructor de una casa es el principio, en el concepto de este primer principio se está incluyendo su idea de arte; y se le incluiría en el concepto de primer principio si el constructor fuese el primer principio. Dios, primer principio de las cosas, se relaciona con lo creado como el artista con su obra de arte.
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Artículo 2: En las personas divinas, ¿puede o no puede alguna procesión ser llamada generación?
Objeciones por las que parece que ninguna de las procesiones que hay en Dios pueda ser llamada generación:
1. La generación es el paso de no ser a ser, oponiéndose a la corrupción. En ambas el sujeto es la materia. Nada de todo esto le corresponde a lo divino. Luego en las personas divinas no puede haber generación.
2. Como dijimos (a.1), en Dios la procesión es intelectual. Pero entre nosotros tal procesión no es llamada generación. Luego tampoco en Dios.
3. Todo lo engendrado toma su ser del que engendra. Luego el ser de lo engendrado es un ser recibido. Y ningún ser recibido es un ser subsistente por sí mismo. Así, pues, como el ser divino es ser subsistente por sí mismo, como se demostró anteriormente (q.3 a.4), se concluye que ningún ser engendrado es divino. Luego no hay generación en las personas divinas.
Contra esto: está lo que se dice en el Sal 2,7: Hoy te he engendrado.
Respondo: En las personas divinas, la procesión de la Palabra se llama generación. Para demostrarlo, hay que tener presente que nosotros utilizamos el término generación en un doble sentido. 1) Uno, con carácter general para todo lo reproducible y corruptible. En este sentido, generación no es más que el paso del no ser al ser. 2) Otro, con carácter propio para los vivientes. En este sentido, generación indica el origen de algún viviente unido al principio viviente. Su nombre es el de nacimiento. Sin embargo, no a todo lo de este tipo se le llama engendrado, sino sólo y propiamente a lo que procede por razón de semejanza. Por eso, el pelo o cabello no tiene razón de engendrado ni de hijo, sino sólo que procede por razón de semejanza; y no de una cualquiera, pues los gusanos que se engendran en los animales no tienen razón de generación y de filiación, aun cuando haya semejanza de origen; sino que para tener razón de tal generación se requiere que proceda por razón de semejanza con la naturaleza de la misma especie, como el hombre procede del hombre y el caballo del caballo.
No obstante, en los vivientes que pasan de la potencia al acto de vivir, como los hombres y los animales, su generación incluye ambos sentidos. Y si hay algún viviente cuya vida no pasa de la potencia al acto, la procesión en tal viviente excluye completamente el primer sentido de generación; pero puede tener la razón de generación propia de los vivientes.

Así, pues, la procesión de la Palabra en las personas divinas tiene razón de generación. Pues procede por acción intelectual, que es una operación vital unida al principio, como ya dijimos (a.1), y por razón de semejanza, porque la concepción del entendimiento es la semejanza de lo entendido, y existente en la misma naturaleza, porque en Dios entender y ser son lo mismo, como se demostró anteriormente (q.14 a.4). Por eso, la procesión de la Palabra en las personas divinas se llama generación, y la misma Palabra que procede es llamada Hijo.

A las objeciones:
1. Aquella objeción es viable si se toma la generación en su primer sentido, esto es, en cuanto paso de la potencia al acto. Pero esto no se da en las personas divinas, como se acaba de decir.
2. En nosotros, el entender no es la misma sustancia del entendimiento; por eso, la palabra que procede de nosotros como operación inteligible, no tiene la misma naturaleza que aquello de lo que procede. De ahí que no le corresponda, propia y completamente, la razón de generación. Pero el entender divino es la misma sustancia del que entiende, como ya se demostró (q.14 a.4). Por eso, la Palabra que procede tiene la misma naturaleza que aquello de lo que procede. Por eso es llamada con propiedad engendrado e Hijo. De ahí que la Escritura use los términos empleados en la generación de los vivientes para indicar la procesión de la sabiduría divina, esto es, concepción y parto; pues de la persona de la sabiduría divina se dice en Prov 8,24: No estaban los abismos, y yo ya había sido concebida; no estaban los collados y yo ya había sido parida.
Pero para nuestro entendimiento utilizamos el término concepción en cuanto que en la palabra de nuestro entendimiento se encuentra la semejanza de lo entendido, aun cuando no se encuentre identidad natural.

3. No todo lo que se toma es recibido en algún sujeto. En caso contrario, no podría decirse que toda la sustancia de lo creado haya sido tomada de Dios, pues no hay algún sujeto receptivo de toda la sustancia. Así, pues, lo que es engendrado en las personas divinas, toma el ser del que engendra, no en cuanto aquel ser sea recibido en alguna materia o sujeto (cosa que contradice la subsistencia del ser divino); sino que se dice que es tomado en cuanto que procede de otro el tener ser divino, no en cuanto que sea distinto del ser divino existente. Pues en la misma perfección del ser divino está contenida la Palabra que procede intelectualmente, y el principio de la palabra, así como todo lo que le corresponde a su perfección, tal como ya se dijo (q.4 a.2).
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Artículo 3: ¿Hay o no hay en las procesiones divinas otra distinta de la generación de la Palabra?
Objeciones por las que parece que en las procesiones divinas no hay otra distinta de la generación de la Palabra:
1. Por la misma razón habría una distinta de otra y otra distinta de aquella, y así indefinidamente, lo cual es incongruente. Asi, pues, hay que quedarse en la primera para que no haya más que una sola procesión en las personas divinas.
2. En toda naturaleza se encuentra un solo modo de comunicación natural. Esto es así porque las operaciones se unifican o diversifican por los términos. Pero la procesión en las personas divinas no se da más que por la comunicación de la naturaleza divina. Así, pues, como no hay más que una sola naturaleza divina, como se demostró (q.11 a.3), se concluye que no hay más que una sola procesión en las personas divinas.
3. Si en las personas divinas hay una procesión distinta de la procesión intelectual de la Palabra, no será sino una procesión de amor que se da por una operación de la voluntad. Pero tal procesión no puede ser distinta de la procesión inteligible del entendimiento, porque en Dios, como quedó demostrado (q.19 a.1), la voluntad no es algo distinto del entendimiento. Luego, fuera de la procesión de la Palabra, en Dios no hay otra procesión.
Contra esto: está el hecho que el Espíritu Santo procede del Padre, tal como se dice en Jn 15,26. Y es distinto al Hijo, según aquello de Jn 14,16: Rogaré al Padre y os dará otro Valedor. Luego en las personas divinas hay otra procesión además de la de la Palabra.
Respondo: En las personas divinas hay dos procesiones: la de la Palabra y otra. Para demostrarlo, hay que tener presente que en las personas divinas no hay procesión más que en cuanto acción que no tiende hacia algo externo, sino que permanece en el mismo agente. Así, esta acción en la naturaleza intelectual es acción del entendimiento y acción de la voluntad. La procesión de la Palabra responde a la acción intelectual. Por la operación de la voluntad en nosotros se encuentra otra procesión, la del amor, por la que el amado está en quien le ama, como por la concepción de la palabra lo dicho o entendido está en quien tiene entendimiento. Por eso, además de la procesión de la Palabra hay otra procesión en las personas divinas, y es la generación de amor.
A las objeciones:
1. No hay por qué proceder indefinidamente en las procesiones divinas. Pues la procesión hacia el propio interior en la naturaleza intelectual acaba en la procesión de la voluntad.
2. Lo que está en Dios es Dios, como se demostró anteriormente (q.3 a.3 y 4); siendo esto algo que no sucede en las demás cosas. De este modo, por cualquier procesión que no sea hacia fuera, se comunica la naturaleza divina. No es así en las demás naturalezas.
3. Aun cuando en Dios la voluntad no sea distinta al entendimiento, sin embargo, a la razón de la voluntad y del entendimiento pertenece el que las procesiones según la acción de cada uno se relacionen a un determinado orden. Pues la procesión de amor no se da sino en orden a la procesión de la Palabra; ya que nada puede ser amado con la voluntad si no es concebido en el entendimiento. Así, pues, en la medida en que hay un cierto orden entre la Palabra y el principio del que procede, aun cuando en lo divino sea lo mismo la sustancia intelectual y la concepción del entendimiento; así también, aun cuando en Dios sean lo mismo el entendimiento y la voluntad, sin embargo, porque a la razón de amor pertenece el que no proceda sino de la concepción del entendimiento, en las personas divinas la procesión de amor tiene distinción de orden con la procesión de la Palabra.
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Artículo 4: En las personas divinas, la procesión de amor, ¿es o no es generación?
Objeciones por las que parece que en las personas divinas la procesión de amor es generación:
1. Entre los vivientes, lo que procede con semejanza natural se llama engendrado y nacido. Pero lo que en las personas divinas procede por amor, procede con semejanza natural; lo distinto sería extraño a la naturaleza divina; y, así, sería una procesión hacia fuera. Luego lo que en las personas divinas procede por amor procede como engendrado y nacido.
2. Como la semejanza pertenece a la razón de la Palabra, también pertenece a la de amor. Por eso se dice en Eclo 13,19: Todo animal ama a su semejante. Así, pues, si a la razón de semejanza en la Palabra le corresponde ser engendrado y nacer, parece que también a lo proveniente por amor le corresponde ser engendrado,
3. No está en el género lo que no está en alguna de su especie. Así, pues, si en las personas divinas hay alguna procesión de amor, es necesario que, además de este nombre común, tenga algún nombre especial. Pero no se puede dar otro nombre más que el de generación. Luego parece que en las personas divinas la procesión de amor sea generación.
Contra esto: de ser así, se concluiría que el Espíritu Santo, que procede como amor, procedería como engendrado. Lo cual va contra aquello de Atanasio: El Espíritu Santo, no hecho ni creado ni engendrado, sino procedente del Padre y del Hijo.
Respondo: En las personas divinas, la procesión de amor no debe ser llamada generación. Para demostrarlo, hay que tener presente que la diferencia entre entendimiento y voluntad está en que el entendimiento está en acto por el hecho de que lo entendido está en el entendimiento según su semejanza; por su parte, la voluntad está en acto no por el hecho que haya en la voluntad alguna semejanza de lo querido, sino porque la voluntad tiene una cierta inclinación a lo querido. Así, pues, la procesión que responde a la razón del entendimiento lo es por razón de semejanza; y en este sentido puede tener razón de generación, porque todo el que engendra engendra algo semejante. Por su parte, la procesión que responde a la razón de voluntad no es considerada por la razón de semejanza, sino más bien por razón del que impulsa y mueve a algo. De este modo, lo que en las personas divinas procede por amor, no procede como engendrado o como hijo, sino, más bien, procede como espíritu. Con este nombre se indica un determinado motor impulso vital, como se dice que por el amor alguien es movido o impulsado a hacer algo.
A las objeciones:
1. Todo lo que hay en las personas divinas es uno con la naturaleza divina. De ahí que, por parte de dicha unidad, no puede encontrarse la razón propia de esta o aquella procesión, por lo que una se distinga de otra. Sino que es necesario que la razón propia de esta o aquella procesión se encuentre en la relación entre ambas procesiones. Un orden de este tipo responde a la razón de la voluntad y del entendimiento. Por eso, según su razón propia se da un nombre u otro a las distintas procesiones que se impone para significar la razón propia de cada una. Ahí está el por qué lo que procede por amor recibe la naturaleza divina, y, sin embargo, no es llamado nacido.
2. Una es la semejanza que le corresponde a la Palabra, y otra la que le corresponde al amor. Pues a la palabra le corresponde en cuanto ella misma es una cierta semejanza de lo entendido, como el engendrado es semejante al que lo engendra. Pero al amor le corresponde, no porque el mismo amor sea la semejanza, sino en cuanto la semejanza es principio para amar. De ahí no se concluye que el amor sea engendrado, sino que lo engendrado es principio de amor.
3. No podemos dar nombre a Dios más que partiendo de las criaturas, como ya se dijo anteriormente (q.13 a.1). Y porque en las criaturas la comunicación de naturaleza no se da más que por generación, la procesión en las personas divinas no tiene más nombre propio y especial que el de generación. De ahí que la procesión que no es generación, quede sin un nombre concreto. Podría ser llamada espiración, porque es la procesión del Espíritu.
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Artículo 5: ¿Hay o no hay en las personas divinas más de dos procesiones?
Objeciones por las que parece que en las personas divinas hay más de dos procesiones:
1. Así como a Dios se le atribuye la ciencia y la voluntad, también se le atribuye el poder. Así, pues, si en cuanto al entendimiento y a la voluntad hay dos procesiones en Dios; en cuanto al poder habrá también una tercera.
2. Parece que la bondad es el máximo principio de procesión, pues el bien, como se dice, tiende a difundirse. Así, pues, por la bondad parece que tiene que haber alguna otra procesión en las personas divinas.
3. La capacidad de fecundar es mayor en Dios que en nosotros. Pero en nosotros no hay una sola procesión verbal, sino muchas; porque en nosotros tras una palabra sale otra; y, de forma parecida, de un amor sale otro. Luego en Dios hay más de dos procesiones.
Contra esto: en Dios no hay más que dos que procedan: el Hijo y el Espíritu Santo. Por lo tanto, en El sólo hay dos procesiones.
Respondo: En las personas divinas las procesiones no pueden ser vistas más que como acciones que permanecen en El mismo. Y en la naturaleza intelectual divina no hay más que dos acciones: entender y querer. Pues el sentir, que también parece ser una operación en quien siente, está fuera de la naturaleza intelectual y no es algo totalmente extraño al género de acciones que terminan fuera del sujeto; pues sentir acaba por la acción de lo sensible en el sentido. Así, pues, hay que concluir que en Dios no puede haber otra procesión además de la de la Palabra y del Amor.
A las objeciones:
1. El poder es el principio para actuar en otro; por eso, según el poder hay acción hacia fuera. Así, por el atributo del poder no hay procesión de la persona divina, sino sólo procesión de las criaturas.
2. Como dice Boecio en el libro De hebd. el bien pertenece a la esencia y no a la operación, a no ser, quizás, como objeto de la voluntad. Por eso, como las procesiones divinas están vinculadas necesariamente a algunas operaciones, por la bondad y otros atributos parecidos no hay más procesiones que las de la Palabra y del amor en cuanto que Dios entiende y ama su esencia, su verdad y su bondad.
3. Como hemos sostenido anteriormente (q.14 a.7; q.19 a.5), Dios lo entiende todo en un solo acto, y del mismo modo todo lo quiere. Por eso, en El no puede haber procesión verbal de la Palabra, ni de amor del amor; sino que en El hay una sola Palabra perfecta, un solo amor perfecto. Y en esto se manifiesta su perfecta fecundidad.
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Suma teológica - Parte Ia - Cuestión 44
Sobre las criaturas en cuanto procedentes de Dios y sobre la primera causa de todos los seres
Después de haber tratado lo referente a las personas divinas, ahora hay que estudiar lo concerniente a las criaturas en cuanto procedentes de Dios. Dicho análisis abarcará tres partes. Primero, estudio de la producción de las criaturas. Segundo, su diversificación. Tercero, su conservación y gobierno. La primera parte implica tres aspectos: Primero, la primera causa de los seres. Segundo, el modo en el que proceden las criaturas de la primera causa. Tercero, el principio de duración de las cosas.
La cuestión referente a la primera causa de los seres plantea y exige respuesta a cuatro problemas:

Dios, ¿es o no es causa eficiente de todos los seres?
La materia prima, ¿es creada por Dios, o forma, juntamente con El, el principio de todas las cosas?
Dios, ¿es causa ejemplar de las cosas o hay otras causas ejemplares además de El?
Dios, ¿es o no es la causa final de las cosas?
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Artículo 1: ¿Es o no es necesario que todo ser haya sido creado por Dios?
Objeciones por las que parece que no es necesario que todo ser haya sido creado por Dios.
1. Nada impide que algo exista sin aquello que no le es esencial, como el hombre sin la blancura. Ahora bien, la relación de dependencia entre lo causado y la causa no parece ser esencial en los seres; porque sin dicha relación pueden concebirse algunos de ellos. Luego sin ella pueden existir. Por lo tanto, nada impide que algunos seres no hayan sido creados por Dios.
2. Para lo que algo necesita la causa eficiente es para existir. Luego lo que no puede no existir no necesita causa eficiente. Pero nada necesario puede no existir; porque lo que es necesario que exista no puede no existir. Así, pues, como quiera que hay muchas cosas que son necesarias en la realidad, parece que no todos los seres hayan sido creados por Dios.
3. Todo lo que tiene causa puede demostrarse a través de ella. Pero en las matemáticas no hay demostración por la causa agente, como dice el Filósofo en III Metaphys. Así, pues, no todos los seres proceden de Dios como de su causa.
Contra esto: está lo que dice en Rom 11,36: De El, por El y en El existe todo.
Respondo: Es necesario afirmar que todo lo que existe de algún modo existe por Dios. Porque si se encuentra algo por participación en un ser, necesariamente ha de ser causado en él por aquel a quien esto le corresponde esencialmente, como se encandece el hierro por el fuego. Se ha demostrado anteriormente (q.3 a.4), al tratar sobre la simplicidad divina, que Dios es por esencia el ser subsistente, y también se ha demostrado que el ser subsistente no puede ser más que uno, pues si la blancura fuese subsistente no podría haber más que una sola, pues se convierte en múltiple en razón de los sujetos en los cuales es recibida. Por lo tanto, es necesario que todas las cosas, menos Dios, no sean su propio ser, sino que participen del ser, y, por lo tanto, es necesario que todos los seres, que son más o menos perfectos en razón de esta diversa participación, tengan por causa un primer ser que es del todo perfecto. Por eso Platón dijo que es necesario presuponer la unidad antes que la multitud. Y Aristóteles en II Metaphys., dice que lo que es ser en grado sumo y verdadero también en grado sumo es causa de todo ser y de todo lo verdadero; así como lo que es caliente en grado sumo es causa de todo lo caliente.
A las objeciones:
1. Aunque la relación con la causa no entre en la definición del ser que es causado, esta relación, sin embargo, es una consecuencia necesaria de lo que es esencial a lo causado. Porque de ser ser por participación se deduce que ha de ser causado por otro. Por lo tanto, dicho ser no puede existir sin ser causado del mismo modo que tampoco puede existir el hombre sin ser capaz de reír. No obstante, porque el ser causado no pertenece en modo alguno a la razón de ser en cuanto tal, por eso mismo encontramos que hay algún ser que no es causado.
2. Por esto mismo algunos opinaron que lo que es necesario no tiene causa, como se dice en VIII Physic. Pero esto es evidentemente falso en las ciencias demostrativas, en las cuales los principios necesarios son causa de las conclusiones también necesarias. De este modo, Aristóteles en V Metaphys. dice que hay ciertas cosas necesarias que tienen causa de su necesidad. Por lo tanto, no sólo por eso se requiere que haya una causa agente, es decir, porque el efecto pueda no existir, sino porque el efecto no existiría si no existiera la causa. Esta condicional es verdadera tanto si el antecedente y el consecuente son posibles como si son imposibles.
3. El objeto de las matemáticas es tenido como abstracto en nuestro modo de concebirlo, y, sin embargo, no es abstracto en su existencia. Ahora bien, el tener causa eficiente es algo que le corresponde a un ser en tanto y en cuanto existe. Así, pues, aun cuando el objeto de las matemáticas tenga causa agente, sin embargo, no caen bajo el análisis del matemático en cuanto que tienen causa agente. De este modo, en las ciencias matemáticas no se demuestra nada por la causa agente.
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

¿De donde has copiado todo esto?

Que lo has copiado es evidente. Lo que no se, es si has entendido alguna cosa.

Lo comprobaremos si nos dices que opinaba el de Aquino sobre la inmaculada concepción de Maria.

Espero su respuesta.
La concepción inmaculada de María y su plenitud de gracia en el momento mismo de su concepción es privilegio exclusivo de María. La santificación en el seno materno ‑pero después de concebidos en pecado- puede afectar también a otros, como nos dice la Escritura de Jeremías (cf Jer 1, 5) y Juan el Bautista (Lc 1, 15). Estos, según Santo Tomás, fueron santificados y confirmados en gracia antes de nacer, pero sólo con relación al pecado mortal, no al venial .
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

Tomás de Aquino podrá, así, afirmar que Dios es la causa final de todas las cosas, apoyándose en el texto bíblico “el Señor ha obrado todas las cosas por causa de Sí mismo” (Proverbios 16, 4)
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

“Al primer agente, que es sólo agente (y, en ningún modo, recipiente o pasivo), no le conviene obrar por la adquisición de fin alguno, sino que intenta sólo comunicar su perfección, que es su bondad; y cada una de las criaturas tiende a conseguir su perfección, que es semejanza de la perfección y bondad divinas. Así, pues, la divina bondad es el fin de todas las cosas” (S.Th.Iª Qu. 44, artº 4, in c.).
 
Re: Suma Teológica de Tomás de Aquino

¿De donde has copiado todo esto?

Que lo has copiado es evidente. Lo que no se, es si has entendido alguna cosa.

Lo comprobaremos si nos dices que opinaba el de Aquino sobre la inmaculada concepción de Maria.

Espero su respuesta.

Un Cordial Saludo
Aquí el texto completo de la Suma Teológica redactada por Tomás de Aquino.
http://hjg.com.ar/sumat/index.html
Para que la leas
Bendiciones