Bendiciones en Cristo.
Lo primero es que este cuestionario lo preparon unos protestantes una vez para demostrar que el movimiento carismático ha minado la base de la reforma y es una vuelta a la doctrina católica. Osea que no es de mi invención. Las respuestas que he dado sí las preparé yo, pero las preguntas no son mías.
1.¿Cree usted que la Obra de Cristo en La Cruz es tan poderosa que puede regenerarlo y convetirlo en alguien aceptable a los ojos de Dios?
Protestantismo: La idea de los reformadores es que en la justificación Dios no elimina, ni borra, ni limpia su pecado de su alma, sino que se hace el de la vista gorda con él, que usted seguirá toda su vida cargando con todo su pecado y Dios, por la obra de Jesucristo, no mirará su pecado. Cuando el protestantismo piensa en la regeneración no es por la obra de Cristo en la Cruz sino por la acción del Espíritu Santo que es diferente y distinta a su justificación y que obviamente Dios no lo ve a usted como bueno porque lo hayan regenerado sino porque Dios sólo ve a Cristo en usted. Usted nunca será aceptable a los ojos de Dios por lo que Dios haga en usted sino por lo que hizo Jesús. Cuando usted es justificado usted no es más que un montón de pecados cubiertos con un manto de gracia.
"Ves que nuestra justicia no está en nosotros sino en Cristo, que la poseemos sólo porque la tenemos en Cristo" (Juan Calvino, Institutos de la Religión Cristiana [Justificación y Regeneración], Libro III)
"La idea expresada por dikaioo ["justificar"] es "declarar justo," y no "hacer justo." Como veremos, la idea principal en la justificación es la declaración de Dios, el juez justo, que el hombre que creen en Cristo, por más pecador que sea, es justo porque es visto como si fuera justo, porque en Cristo él ha establecido una relación de justicia con Dios." (G.E. Ladd, Una Teología del Nuevo Testamento)
Trento: "A esta disposición o preparación se sigue la justificación en sí misma: que no sólo es el perdón de los pecados, sino también la santificación y renovación del hombre interior por la admisión voluntaria de la gracia y dones que la siguen; de donde resulta que el hombre de injusto pasa a ser justo, y de enemigo a amigo, para ser heredero en esperanza de la vida eterna. Las causas de esta justificación son: la final, la gloria de Dios, y de Jesucristo, y la vida eterna. La eficiente, es Dios misericordioso, que gratuitamente nos limpia y santifica, sellados y ungidos con el Espíritu Santo, que nos está prometido, y que es prenda de la herencia que hemos de recibir. La causa meritoria, es su muy amado unigénito Jesucristo, nuestro Señor, quien por la excesiva caridad con que nos amó, siendo nosotros enemigos, nos mereció con su santísima pasión en el árbol de la cruz la justificación, y satisfizo por nosotros a Dios Padre." (Sobre la Justificación, Capítulo VII)
Anathema: "Si alguno dijere que los hombres se justifican o con sola la imputación de la justicia de Jesucristo, o con solo el perdón de los pecados, excluida la gracia y caridad que se difunde en sus corazones, y queda inherente en ellos por el Espíritu Santo; o también que la gracia que nos justifica, no es otra cosa que el favor de Dios; sea excomulgado" (Canon XI)
2. ¿Cree usted que Cristo como persona divina puede morar en su corazón?
Protestantismo: El protestantismo se encargó de hacer que se mirara hacia afuera, nuestra justicia es una justicia "extranjera", está sentada a la derecha del Padre y no en nosotros. Gran parte de los primeros protestantes, entre ellos Lutero y Calvino, reconoció que Cristo realmente habitaba en el corazón (alma) del hombre, pero cuando algunos de ellos empezaron a hablar de una justificación progresiva dependiente de e impulsada por la presencia de Cristo en nosotros, Osiander por ejemplo, se les rechazó con fuerza porque eso se acercaba peligrosamente a lo que decían los papistas. Cristo habitaría el corazón del hombre sólo en fe: Efesios 3, 17. Reconocer que Cristo habita en nuestro corazón realmente como una persona divina y no en fe implicaría reconocer su presencia real como persona divina en la Eucaristía (en lo que creían muchos de los primeros reformadores) y reconocer que el habitaría junto con el montón de pecados que tenemos dentro ya que no se nos quitó cuando fuimos justificados. Es por fe que Cristo mora en usted no su persona. Otra objeción a la morada de la persona de Cristo en el corazón es el constante testimonio bíblico de que quien mora en nosotros es el Espíritu de Cristo mientras Él espera el final de los tiempos para hacer su regreso a la tierra.
" esa unión de la Cabeza y los miembros, el morar de Cristo en nuestros corazones--de una manera corta, esa unión mística-- es tomada por nosotros con el mayor grado de importancia, de manera que Cristo, habiéndose hecho nuestro, nos hace partícipes con Él de todos los regalos con los que Él ha sido revestido." (Juan Calvino, Institutos de la Religión Cristiana, Libro III)
"En cuanto a esta cuestión son confrontados por los artículos de nuestro credo: "Subió al cielo; y está sentado a la derecha de Dios Padre todo poderoso; de allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos” Por lo que debería abandonar la falsa doctrina del esencial cuerpo de Cristo en este sacramento, o al meno deberían de una vez renunciar a estos tres artículos, que no permita Dios, alguien se atreva a soñar con hacerlo." (Ulrich Zwingli, GW Bromiley, Zwingli & Bullinger)
Trento: "En primer lugar enseña el santo Concilio, y clara y sencillamente confiesa, que después de la consagración del pan y del vino, se contiene en el saludable sacramento de la santa Eucaristía verdadera, real y substancialmente nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y hombre, bajo las especies de aquellas cosas sensibles; pues no hay en efecto repugnancia en que el mismo Cristo nuestro Salvador este siempre sentado en el cielo a la diestra del Padre según el modo natural de existir, y que al mismo tiempo nos asista sacramentalmente con su presencia, y en su propia substancia en otros muchos lugares con tal modo de existir, que aunque apenas lo podemos declarar con palabras, podemos no obstante alcanzar con nuestro pensamiento ilustrado por la fe, que es posible a Dios, y debemos firmísimamente creerlo. Así pues han profesado clarísimamente todos nuestros antepasados, cuantos han vivido en la verdadera Iglesia de Cristo, y han tratado de este santísimo y admirable Sacramento" (Sobre la Eucaristía, Capítulo I)
"En espera de ese trascendente cumplimiento final, el Cristo resucitado mora en los corazones de sus dicípulos y seguidores como una fuente de santificación en el Espíritu Santo. Él es una fuente de vida y adopción divinas, una fuente de resurrección futura." (Juan Pablo II, Audiencia Marzo 15, 1989)
Anathema: "Si alguno dijere, que Cristo, dado en la Eucaristía, sólo se recibe espiritualmente, y no también sacramental y realmente; sea excomulgado. " (Sobre la Eucaristía, Canon VIII)
3. ¿Cree usted que la presencia de Cristo en su vida puede convertir sus obras en obras enteramente aceptables por Dios?
Protestantismo: Los reformadores pensaban que incluso teniendo nosotros el Espíritu Santo en nosotros, o aceptando que Cristo morara en el hombre, las obras que hiciécemos siempre estarían corruptas y seguirían siendo las obras de un hombre pecador. Nuestra justicia y perfección siempre será Cristo, fuera de nosotros. La única razón por la que Dios acepta una obra del hombre es por su disposición a glorificarle y fe en los méritos de Cristo y no por que ella misma en sí sea buena. Siempre serán obras corruptas.
"nuestras buenas obras son imperfectas en la vista de Dios a menos que ellas tomen buen olor de la inocencia de Cristo. . . . Las obras solo pueden provocar el castigo de Dios a menos que ellas estén sostenidas por su perdón misericordioso" (Juan Calvino, Religión Cristiana, Libro Tercero)
Trento: "Pues como el mismo Jesucristo difunda perennemente su virtud en los justificados, como la cabeza en los miembros, y la cepa en los sarmientos; y constante que su virtud siempre antecede, acompaña y sigue a las buenas obras, y sin ella no podrían ser de modo alguno aceptas ni meritorias ante Dios; se debe tener por cierto, que ninguna otra cosa falta a los mismos justificados para creer que han satisfecho plenamente a la ley de Dios con aquellas mismas obras que han ejecutado, según Dios, con proporción al estado de la vida presente; ni para que verdaderamente hayan merecido la vida eterna (que conseguirán a su tiempo, si murieren en gracia): pues Cristo nuestro Salvador dice: Si alguno bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed por toda la eternidad, sino logrará en sí mismo una fuente de agua que corra por toda la vida eterna." (Sobre la Justificación, Capítulo XVI)
Anathema: "Si alguno dijere, que el justo peca en cualquiera obra buena por lo menos venialmente, o lo que es más intolerable, mortalmente, y que merece por esto las penas del infierno; y que si no se condena por ellas, es precisamente porque Dios no le imputa aquellas obras para su condenación; sea excomulgado. " (Sobre la Justificación, Canon XXV)
Se aceptan comentarios.
En el Amor de Jesús.
Gabaon.