¿Son pocos los que se salvan?
Muy contrario a lo que suele creer mucha gente, el reino de los cielos es mas para los menos que para los mas.
Es interesante que esta pregunta se la hicieran los propios discípulos de Jesús y que sea El mismo el que dé respuesta muy precisa de que es indispensable el arrepentimiento para poder tener la dicha de entar en el camino de salvación.
Los discípulos podían haber objetado por sus propias personas, pero no obstante dejan una pregunta abierta para que al Verbo de Dios, el autor del universo mismo respondiera a toda la humanidad, asi es que le preguntan ¿“Son muchos los que se salvan?” preguntaban los discípulos y la respuesta es vital para colocar en la mente de judíos y gentiles, religiosos, cristianos, agnósticos y demás que para todos existe un rotundo “esforzaos por entrar”....con estas palabras, descartamos a los que no se están esforzando, por ejemplo los agnósticos, comunisas, ateos, libres pensadores...y Su Palabra continúa diciendo “por la puerta angosta”, es deci El y sólo El, pues no hay otro camino; si es que otras religiones, otros profetas, otras revelaciones...tampoco entran.
La razón del porque las palabras “son muchos los llamados y pocos los escogidos” nos hace recapacitar que buena parte de la población de la humanidad no es escogida y esto aun se agudiza con la afirmación de que “muchos procurarán y no podrán” aplicable no a otras confesiones, doctrinas ni ateismo sino a cristianos, pues tal parece que somos nosotros y no otros quienes nos estamos esforzando a entrar o debo decir que quizas por sus porpias obras procuran entrar, quizas por la estricta observancia de sus tradiciones o a la religión, a la iglesia quizás, o tal vez porque les viene de herencia y sea mas un asunto familiar, o por cualquier otro modo, pero no por la puerta estrecha.
”Si no os arrepentís ciertamente moriréis en vuestros pecados y delitos” Este es un particular elemento en la hisotria de salvación, es necesario arrpentirse, es necesario volver a nacer, es necesario tener convicción de pecado, es necsario renacer al agua y del espirítu, es necesario pasar de muerte a vida y esto tiene un especial llamado a los religiosos quienes abrigados por la esperanza de su religión aun con elementos cristianos podrían no haber nacido de nuevo, podrían no haberse arrepentido, con una conciencia de pecado y ser hechos bautizar con la esperanza de una vida venidera.
Jesús da razón de ello, cuando un religioso, fariseo, seguramente muy buen judío se acerca de noche al autor de la vida, entonces Jesús en vez de hablar de otro asunto concerniente a la religión, a la pulcritud, la ley moral y ceremonial, al origen genealógico o a la nación judía inicia el diálogo con un rotundo “es necesario nacer de nuevo”...”es necesario” y lo enmarca con un enfático “de cierto, de cierto te digo”. No hay otro modo de heredar la vida eterna, el viejo pacto fenecía ante los ojos del fariseo y Jesús lo llama a un nuevo nacimiento espiritual que Nicodemo con todas sus razones de peso, no había aun experimentado, no había aún comprendido en la escritura, no había comprendido el eterno significado de las palabras del profeta Habacuc...”el justo por la fe vivirá”, tampoco comprendía que Dios mismo vendría “aun con todo” a salvarnos (Sal 108:6), que su salvación y su herencia a la vida eterna ahora pendían de un solo vínculo aceptado por Dios y que es la fe puesta en su Eterno Hijo Jesucristo, no hay mas ofrenda, no hay mas sacrificio, no hay otro camino y Jesús le dice “¿eres tu maestro en Israel y no sabes esto?” (Jn 3:10)
La pregunta entonces es ¿quienes son esos que se esfuerzan y no podrán?
Muy contrario a lo que suele creer mucha gente, el reino de los cielos es mas para los menos que para los mas.
Es interesante que esta pregunta se la hicieran los propios discípulos de Jesús y que sea El mismo el que dé respuesta muy precisa de que es indispensable el arrepentimiento para poder tener la dicha de entar en el camino de salvación.
Los discípulos podían haber objetado por sus propias personas, pero no obstante dejan una pregunta abierta para que al Verbo de Dios, el autor del universo mismo respondiera a toda la humanidad, asi es que le preguntan ¿“Son muchos los que se salvan?” preguntaban los discípulos y la respuesta es vital para colocar en la mente de judíos y gentiles, religiosos, cristianos, agnósticos y demás que para todos existe un rotundo “esforzaos por entrar”....con estas palabras, descartamos a los que no se están esforzando, por ejemplo los agnósticos, comunisas, ateos, libres pensadores...y Su Palabra continúa diciendo “por la puerta angosta”, es deci El y sólo El, pues no hay otro camino; si es que otras religiones, otros profetas, otras revelaciones...tampoco entran.
La razón del porque las palabras “son muchos los llamados y pocos los escogidos” nos hace recapacitar que buena parte de la población de la humanidad no es escogida y esto aun se agudiza con la afirmación de que “muchos procurarán y no podrán” aplicable no a otras confesiones, doctrinas ni ateismo sino a cristianos, pues tal parece que somos nosotros y no otros quienes nos estamos esforzando a entrar o debo decir que quizas por sus porpias obras procuran entrar, quizas por la estricta observancia de sus tradiciones o a la religión, a la iglesia quizás, o tal vez porque les viene de herencia y sea mas un asunto familiar, o por cualquier otro modo, pero no por la puerta estrecha.
”Si no os arrepentís ciertamente moriréis en vuestros pecados y delitos” Este es un particular elemento en la hisotria de salvación, es necesario arrpentirse, es necesario volver a nacer, es necesario tener convicción de pecado, es necsario renacer al agua y del espirítu, es necesario pasar de muerte a vida y esto tiene un especial llamado a los religiosos quienes abrigados por la esperanza de su religión aun con elementos cristianos podrían no haber nacido de nuevo, podrían no haberse arrepentido, con una conciencia de pecado y ser hechos bautizar con la esperanza de una vida venidera.
Jesús da razón de ello, cuando un religioso, fariseo, seguramente muy buen judío se acerca de noche al autor de la vida, entonces Jesús en vez de hablar de otro asunto concerniente a la religión, a la pulcritud, la ley moral y ceremonial, al origen genealógico o a la nación judía inicia el diálogo con un rotundo “es necesario nacer de nuevo”...”es necesario” y lo enmarca con un enfático “de cierto, de cierto te digo”. No hay otro modo de heredar la vida eterna, el viejo pacto fenecía ante los ojos del fariseo y Jesús lo llama a un nuevo nacimiento espiritual que Nicodemo con todas sus razones de peso, no había aun experimentado, no había aún comprendido en la escritura, no había comprendido el eterno significado de las palabras del profeta Habacuc...”el justo por la fe vivirá”, tampoco comprendía que Dios mismo vendría “aun con todo” a salvarnos (Sal 108:6), que su salvación y su herencia a la vida eterna ahora pendían de un solo vínculo aceptado por Dios y que es la fe puesta en su Eterno Hijo Jesucristo, no hay mas ofrenda, no hay mas sacrificio, no hay otro camino y Jesús le dice “¿eres tu maestro en Israel y no sabes esto?” (Jn 3:10)
La pregunta entonces es ¿quienes son esos que se esfuerzan y no podrán?