Re: Sola Scriptura y libre examen
</b> Por el ex-forista <b>Jetonius
</b></p>
Entren y sigan este debate es muy esclarecedor para aquellos católicos que mal entienden lo que es sola escritura y libre examen.
<p>
http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php?t=5781&highlight=Sola+Scriptura+b%EDblica
con el tema: "Sola Scriptura: ¿Es bíblica? "</p>
<p><br />
Empezamos muy mal. Es un error muy elemental definir <i><span class="highlight">Sola</span> <span class="highlight">Scriptura</span></i> como
la libre interpretación de la Biblia, o decir que la libre interpretación es
defendida por la doctrina de <i><span class="highlight">Sola</span> <span class="highlight">Scriptura</span></i>,
sin una <b>cuidadosa
calificación</b>. <br />
<br />
Existe un sentido válido pero restringido, en el cual los protestantes estamos a favor de lo que podría llamarse libre interpretación; hablaré de ello más abajo. Por el momento, sin embargo, debo ahora subrayar que, si por libre interpretación se entiende la peregrina idea de que cada cual puede escoger a su antojo el significado que le parezca arbitrariamente más
apropiado, sin duda <b>nada más lejos de la teología protestante</b>. En su libro
clásico <i>Protestant Biblical Interpretation</i> (3rd Rev Ed.; Grand Rapids:
Baker Book House, 1970), Bernard Ramm presenta una serie de presupuestos teológicos para la recta interpretación.
Uno de ellos es el de la <b>unidad de significado</b> de la Biblia: <br />
<br />
“(La) Sagrada Escritura es un libro tan grande y diverso que se presta bastante para la persona que desea imponer en ella alguna clase particular de teología. <br />
Un intérprete que impone tal interpretación en la Escritura (<i>eisogesis</i>,
llevar un significado a la Escritura, como opuesta a <i>exégesis</i> en
la cual se extrae el significado de la Escritura) puede no darse cuenta en absoluto
de que está afirmando la pluralidad del sentido de la Escritura. Pero esto es
lo que en realidad afirma. <br />
Al enfatizar la unidad del sentido de la Escritura no nos proponemos reducir
el significado de la Escritura a un literalismo estrecho, a una ignorancia de
las profundidades proféticas y tipológicas de la Escritura. Pretendemos oponernos a ciertas formas hermenéuticamente escandalosas de interpretar la Escritura...” (p.
110-111). <br />
<br />
De hecho el protestantismo formuló desde el comienzo <b>un sistema de interpretación mucho más sólido,
poderoso y consistente</b> que el aplicado hasta entonces por la iglesia cristiana
en su conjunto. Este sistema recibe diferentes nombres, como filológico, histórico –gramatical o literal (no confundir con literalista) . Además de aceptar los presupuestos teológicos sobre la inspiración
divina y la consecuente autoridad suprema de la Biblia, el sistema protestante
emplea <b>todas las herramientas lingüísticas e históricas a su disposición para la tarea de comprender qué quiso
realmente decir el autor original</b>, es decir, determinar el recto significado
del texto en estudio, y su relación con el resto de la Escritura. Solamente cuando esta tarea se ha realizado, es posible pasar al siguiente pero indispensable paso de reconocer qué implicaciones
tienen las Escrituras para nosotros hoy. <br />
<br />
Es tan evidente la potencia y la validez del método evangélico de interpretación que dicho método <b>ha
sido adoptado generalizadamente por los exegetas católicos</b>. Consúltese cualquier comentario bíblico católico moderno (Profesores de Salamanca, San Jerónimo, Profesores de la Compañía de Jesús, El NT y su mensaje, etc) y se notará de inmediato que virtualmente todos los intérpretes romanistas exponen hoy las Escrituras según el modelo formulado por la erudición protestante, rindiéndole así involuntario
tributo. <br />
<br />
Sin embargo, la conciencia del intérprete católico está maniatada por las decisiones del Concilio de Trento, que en su Sesión IV del 8 de abril de 1546 –luego de declarar a la traducción latina Vulgata como auténtica para todos los fines de enseñanza y disputa pública- decretó “para reprimir los ingenios petulantes ... que nadie, apoyado en su prudencia, sea osado a interpretar la Escritura Sagrada ... contra aquel sentido que sostuvo y sostiene la santa madre Iglesia [léase <b>Roma</b>]
, a quien atañe juzgar del verdadero sentido e interpretación de las Escrituras Santas, o también contra el unánime sentir de los Padres...” (Denzinger 786; lo mismo en la profesión
de fe tridentina, ratificado en el Concilio Vaticano I; Denzinger 995 y 1788
respectivamente). <br />
<br />
Esta restricción hace que el intérprete romanista posea libertad virtualmente ilimitada para interpretar según el método filológico, el mismo que aplican los protestantes, todo aquello que no haya sido definido por el Magisterio (la cláusula sobre el consentimiento unánime de los Padres es una limitación más
formal que real). <br />
<br />
Sin embargo, no ocurre otro tanto cuando se trata de textos como Mateo 16:16-19
sobre el cual el Magisterio ha emitido su dictamen. Aquí su función no es la
de interpretar, sino exclusivamente la de <b>dar su respaldo</b> al citado Magisterio.
Luego de subrayar que lo enseñado en las Encíclicas exige asentimiento aunque el Pontífice
no hable <i>ex cathedra</i>, y de recordar que cuando el papa pronuncia sentencia
sobre un asunto, éste ya no puede ser objeto de discusión libre por parte de los teólogos, Pío XII enseñó: <br />
<br />
“También es verdad que los teólogos han de volver constantemente a las fuentes de la divina revelación,
pues a ellos <b>toca indicar de qué modo se halle en las Sagradas Letras y en la «tradición», explícita o implícitamente, lo que por el magisterio vivo es enseñado</b> ...
De ahí que enseñando nuestro predecesor, de inmortal memoria, Pío IX, que <b>el
oficio nobilísimo de la teología es manifestar cómo la doctrina definida por la Iglesia está contenida en las fuentes de la revelación </b>,
no sin grave causa añadió estas palabras: «<b>en el mismo sentido en que ha sido definida</b>.” (Encíclica <i>Humani generis</i> del
12 de agosto de 1950, Denzinger 2314; negritas añadidas). <br />
<br />
Con ello se subvierte flagrante y radicalmente el “oficio nobilísimo de la teología” <span class="highlight">bíblica</span>,
al obligar a los exegetas a rastrillar las Escrituras (y la Tradición oral, pero este es otro tema) en busca de apoyo a lo que el Magisterio dice que debe creerse, en lugar de estudiarlas y exponerlas diligentemente para saber qué se debe creer y qué debe enseñar el Magisterio. En este sentido, la interpretación
del erudito romanista no es ni puede ser libre. <br />
<br />
Es precisamente esta falta de libertad que torna a la Iglesia de Roma en un sistema
cerrado sobre sí mismo lo que los Reformadores rechazaron. Solamente puede hablarse de “libre interpretación” en sentido protestante histórico
en este sentido. <br />
<br />
“Contra esta pretensión [del Magisterio romanista] alzaron ya su voz los reformadores del siglo XVI. En la interpretación de la Escritura, la autoridad final –aseveraban-
no es la Iglesia, sino la propia Escritura. <i><span class="highlight">Scriptura</span> sacra sui ipsius interpres</i> (la
Escritura Sagrada es intérprete de sí misma). Se daba así a entender que <b>ningún pasaje bíblico ha de estar sometido a la servidumbre de la tradición o ser interpretado aisladamente de modo que contradiga lo enseñado
por el conjunto de la Escritura</b>. <br />
Con este principio, fundamental en la hermenéutica <span class="highlight">bíblica</span>,
se establecía la base del libre examen, del derecho [y deber, añadiría] de todos los fieles a leer e interpretar la Biblia por sí mismos.
Por supuesto, <b>nunca pensaron los reformadores ... que el libre examen fuese
sinónimo de examen arbitrario</b> ...<br />
La libertad se refiere a la ausencia de imposiciones eclesiásticas, no a la facultad
absurda de interpretar la Escritura como al lector le plazca o convenga. El libre
examen, cuando se ejerce con seriedad, implica <b>un juicio responsable sujeto
a los principios de una hermenéutica sana</b>. <br />
Observar estos principios es el único modo legítimo de determinar el significado de cualquier pasaje de la Biblia. Y cuanto más oscuro o ambiguo sea un texto más deberá extremarse el rigor hermenéutico
con que se trate. No hay otro camino. <br />
<br />
Interpretación en la comunidad de fe<br />
<br />
La responsabilidad individual de la interpretación de la Escritura <b>no significa repudio</b> de
las conclusiones exegéticas y de las formulaciones doctrinales elaboradas en
la Iglesia cristiana en el transcurso del tiempo....<br />
Reconocer que la Biblia ha de estar siempre por encima de toda interpretación
humana no nos obliga a despreciar <b>la ayuda</b> que para su comprensión podemos encontrar en los escritos de los padres de la Iglesia, de los reformadores y de los incontables teólogos
y expositores que ... han hecho de la Biblia objeto de estudio serio.”<br />
<br />
(José M. Martínez: <i>Hermenéutica <span class="highlight">Bíblica</span></i>.
Terrassa: CLIE, 1984, p. 22-23; negritas añadidas). <br />
<br />
<br />
Antes de proseguir nuestro diálogo, conviene resumir –para evitar malentendidos- lo que los evangélicos
entendemos por <span class="highlight">Sola</span> <span class="highlight">Scriptura</span>.
Digo esto porque si bien “Sola Scriptura” –solamente la Biblia- podría tomarse como una declaración que no necesita comentarios, en realidad no es así. Ocurre más o menos como con la teoría de la Relatividad ... que no significa que “todo
es relativo.” <br />
<br />
<b><span class="highlight">Sola</span> <span class="highlight">Scriptura</span> significa</b>:<br />
<br />
1. Que la Biblia es la única regla infalible de la fe (doctrina) y la práctica
(costumbres)<br />
2. Que la enseñanza de la Biblia es suficiente para que las personas acepten a Jesucristo como Señor
y Salvador, y haciendo lo que ella dice, alcancen la vida eterna.<br />
<br />
<b>Corolarios</b>:<br />
1. La Iglesia de Jesucristo no necesita revelaciones que no se hallen explícitamente o por lógica y clara implicación
en la Biblia.<br />
2. No hay otra regla infalible de fe fuera de las Escrituras.<br />
<br />
<b>Por otra parte, <span class="highlight">Sola</span> <span class="highlight">Scriptura</span> NO significa</b>:<br />
<br />
1. Que la Biblia contenga absolutamente todo lo que Dios ha dicho y hecho.<br />
2. Que la Palabra de Dios no se haya transmitido oralmente en muchas ocasiones
y situaciones históricas.<br />
3. Que la Iglesia carezca de autoridad para interpretar, enseñar y defender la
Palabra de Dios.<br />
4. Que toda tradición no escrita deba ser rechazada <i>a priori</i> y <i>a fortiori</i>.<br />
5. Que entre los múltiples ministerios cristianos no deba existir, y en un lugar destacado, el de los maestros que enseñen
y expongan las Escrituras. <br />
<br />
<br />
</p>