Sobre las Iglesias.
Ninguna institución humana es algo homogéneo. Ni siquiera la Iglesia Católica. En realidad, dentro de cualquier institución del mundo, conviven seres que se han santificado y otros que lo intentan. Que están en el camino. Pero también hay otros que al encontrar lo que han encontrado, reculan, se echan para atrás y "venden a Cristo como Judas, por 30 monedas" y desvirtúan todo el mensaje, inconscientemente, no creas que ellos son muy conscientes de ello, y si lo son, son de una gran maldad.
Por eso, toda institución, hasta la Iglesia Católica está colonizada por satanás. Tiene que ser así en este mundo perverso en el que vivimos. Pero para mí, la Iglesia Católica me parece dogmática, ritual y engañosa, y que en la mayoría de los casos vela, oculta la verdad. Pero es que cualquier Iglesia juega en un terreno muy difícil y pantanoso. Si dice algo muy fuerte, se le dice que es dogmática, y si consiente en determinada actitud, es demasiado blanda y no sirve de nada. ¿Dónde está la justa mitad? Pues no existe, porque cada uno de nosotros somos muy diferentes, y lo que para mí es suave, para ti puede ser fuerte, y al contrario.
Yo mismo no comprendo a muchos cristianos que dicen una cosa pero no la viven. Dicen creer cuando todavía no conocen la Verdad. Están en el camino cuando creen que ya han llegado. No es mi caso, porque yo me tengo por un verdadero cristiano. Para ello he tenido que aparcar cualquier religión en mi proceso de conocimiento. He apartado dogmas, ritos y creencias y me he introducido en mi interior, siguiendo la premisa de Sócrates "conócete a ti mismo" y de Jesús de Nazaret “busca, porque todo el que busca, encuentra”. Una vez conocido, y sabiendo quien soy y quién he sido siempre, desde el comienzo de los tiempos, hablo. Y conoceré el Todo, por quien todo fue hecho. Fíjate si el conocimiento de ti mismo te lleva lejos. Llegas a conocer a Dios y entonces ya no es una creencia, sino que lo ves y Él te habla y tú escuchas, y pierdes el orgullo y el pudor. Y el temor y el miedo. Y te llenas de alegría por la Vida, que es mucho, muchisimo más que la vida.
[]Cedesin>
Ninguna institución humana es algo homogéneo. Ni siquiera la Iglesia Católica. En realidad, dentro de cualquier institución del mundo, conviven seres que se han santificado y otros que lo intentan. Que están en el camino. Pero también hay otros que al encontrar lo que han encontrado, reculan, se echan para atrás y "venden a Cristo como Judas, por 30 monedas" y desvirtúan todo el mensaje, inconscientemente, no creas que ellos son muy conscientes de ello, y si lo son, son de una gran maldad.
Por eso, toda institución, hasta la Iglesia Católica está colonizada por satanás. Tiene que ser así en este mundo perverso en el que vivimos. Pero para mí, la Iglesia Católica me parece dogmática, ritual y engañosa, y que en la mayoría de los casos vela, oculta la verdad. Pero es que cualquier Iglesia juega en un terreno muy difícil y pantanoso. Si dice algo muy fuerte, se le dice que es dogmática, y si consiente en determinada actitud, es demasiado blanda y no sirve de nada. ¿Dónde está la justa mitad? Pues no existe, porque cada uno de nosotros somos muy diferentes, y lo que para mí es suave, para ti puede ser fuerte, y al contrario.
Yo mismo no comprendo a muchos cristianos que dicen una cosa pero no la viven. Dicen creer cuando todavía no conocen la Verdad. Están en el camino cuando creen que ya han llegado. No es mi caso, porque yo me tengo por un verdadero cristiano. Para ello he tenido que aparcar cualquier religión en mi proceso de conocimiento. He apartado dogmas, ritos y creencias y me he introducido en mi interior, siguiendo la premisa de Sócrates "conócete a ti mismo" y de Jesús de Nazaret “busca, porque todo el que busca, encuentra”. Una vez conocido, y sabiendo quien soy y quién he sido siempre, desde el comienzo de los tiempos, hablo. Y conoceré el Todo, por quien todo fue hecho. Fíjate si el conocimiento de ti mismo te lleva lejos. Llegas a conocer a Dios y entonces ya no es una creencia, sino que lo ves y Él te habla y tú escuchas, y pierdes el orgullo y el pudor. Y el temor y el miedo. Y te llenas de alegría por la Vida, que es mucho, muchisimo más que la vida.
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