Sobre la religión verdadera.
Mucho se ha hablado, se habla y se hablará de cual es la religión verdadera. Cada uno, sobre todo los religiosos inmersos en un culto o religión, piensan que es la suya propia, porque por algo están identificados con ella, pero ¿es esto cierto?
Con motivo de nuestra seguridad inquebrantable sobre nuestra propia religión, denostamos a nuestros hermanos que profesan otra y les indicamos que están equivocados, o lo que es peor, perdidos. Por el mismo motivo solemos tratar irrespetuosamente a las personas que dicen que profesan una religión muy parecida a la nuestra, pero que no es la nuestra, e incluso algunos, llegan hasta el insulto y el anatema.
Pero ¿qué es una religión? Es un camino estructurado para preparar al hombre en su encuentro con Dios. Pero no es el encuentro en sí, sino una preparación. Si fuéramos un poco más modestos y humildes, comprenderíamos que nosotros, ninguna religión, tiene la llave para ese encuentro, porque ese encuentro es algo muy íntimo en el que intervienen dos partes. Dios, del que nunca podremos decir que somos sus intermediarios, y cada hombre en particular. Al revés, es Dios el que hace y deshace, y nosotros debemos aceptar sus designios. Si es Dios el que hace y deshace, por muy buena voluntad que pongamos ¿qué podemos hacer?. Sólo allanar el camino.
Es también importante mencionar la diferente visión sobre las cosas de Dios que tenemos. Esta visión deficiente tiene que ver con la diferente forma en la que Dios actúa en cada uno de nosotros. Por lo tanto el rechazar y condenar aspectos en los que determinadas personas se acercan a Dios o demuestran su mirada hacia lo alto o hacia lo eterno, no es una buena actitud. Tal vez tú sepas que esa forma es equivocada porque a ti no te sirvió y te repele, pero tal vez esa forma ayude a otra persona a encontrarse con la divinidad. ¿Acaso puedes decir con absoluta seguridad que esto no es así? Entonces porqué hablas con tanta seguridad y tanta altanería.
Estos son los motivos por los que Evangélicos y Católicos se tiran piedras, cuando deberían aceptar que los caminos hacia Dios son inescrutables y alegrarse de cuando una persona se acerca a una iglesia (templo) buscando algo que en su mente es abstracto aún, pero que puede llegar a ser algo cierto y concreto, si la dejamos madurar y si dejamos actuar a Dios en cada uno de nosotros.
[]Cedesin>
Mucho se ha hablado, se habla y se hablará de cual es la religión verdadera. Cada uno, sobre todo los religiosos inmersos en un culto o religión, piensan que es la suya propia, porque por algo están identificados con ella, pero ¿es esto cierto?
Con motivo de nuestra seguridad inquebrantable sobre nuestra propia religión, denostamos a nuestros hermanos que profesan otra y les indicamos que están equivocados, o lo que es peor, perdidos. Por el mismo motivo solemos tratar irrespetuosamente a las personas que dicen que profesan una religión muy parecida a la nuestra, pero que no es la nuestra, e incluso algunos, llegan hasta el insulto y el anatema.
Pero ¿qué es una religión? Es un camino estructurado para preparar al hombre en su encuentro con Dios. Pero no es el encuentro en sí, sino una preparación. Si fuéramos un poco más modestos y humildes, comprenderíamos que nosotros, ninguna religión, tiene la llave para ese encuentro, porque ese encuentro es algo muy íntimo en el que intervienen dos partes. Dios, del que nunca podremos decir que somos sus intermediarios, y cada hombre en particular. Al revés, es Dios el que hace y deshace, y nosotros debemos aceptar sus designios. Si es Dios el que hace y deshace, por muy buena voluntad que pongamos ¿qué podemos hacer?. Sólo allanar el camino.
Es también importante mencionar la diferente visión sobre las cosas de Dios que tenemos. Esta visión deficiente tiene que ver con la diferente forma en la que Dios actúa en cada uno de nosotros. Por lo tanto el rechazar y condenar aspectos en los que determinadas personas se acercan a Dios o demuestran su mirada hacia lo alto o hacia lo eterno, no es una buena actitud. Tal vez tú sepas que esa forma es equivocada porque a ti no te sirvió y te repele, pero tal vez esa forma ayude a otra persona a encontrarse con la divinidad. ¿Acaso puedes decir con absoluta seguridad que esto no es así? Entonces porqué hablas con tanta seguridad y tanta altanería.
Estos son los motivos por los que Evangélicos y Católicos se tiran piedras, cuando deberían aceptar que los caminos hacia Dios son inescrutables y alegrarse de cuando una persona se acerca a una iglesia (templo) buscando algo que en su mente es abstracto aún, pero que puede llegar a ser algo cierto y concreto, si la dejamos madurar y si dejamos actuar a Dios en cada uno de nosotros.
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