Posiblemente esta es una fábula pero resulta muy ilustrativa
Se cuenta que una noche de Navidad, después de que los fieles se fueron de la gruta de Belén, el santo se quedó allí solo rezando y le pareció que el Niño Jesús le decía: "Jerónimo ¿qué me vas a regalar en mi cumpleaños?". Él respondió: "Señor te regalo mi salud, mi fama, mi honor, para que dispongas de todo como mejor te parezca". El Niño Jesús añadió: "¿Y ya no me regalas nada más?". Oh mi amado Salvador, exclamó el anciano, por Ti repartí ya mis bienes entre los pobres. Por Ti he dedicado mi tiempo a estudiar las Sagradas Escrituras... ¿qué más te puedo regalar? Si quisieras, te daría mi cuerpo para que lo quemaras en una hoguera y así poder desgastarme todo por Ti". El Divino Niño le dijo: "Jerónimo: regálame tus pecados para perdonártelos". El santo al oír esto se echó a llorar de emoción y exclamaba: "¡Loco tienes que estar de amor, cuando me pides esto!". Y se dio cuenta de que lo que más deseaba Dios que le ofrezcamos los pecadores es un corazón humillado y arrepentido, que le pide perdón por las faltas cometidas.
Jerónimo, los mismo que siglos despues, Lutero hicieron multitud de penitencias a fin de que les fueran perdonados sus pecados, pero mediante aquellas penitencias no consiguieros la paz espiritual que anhelaban. Seguro que ambos (Lutero así lo expresó) Descubrieron lo que dijo Pablo en
Este es el regalo que se le pedía a Jerónimo y a Lutero y no sus penitencias
Y También en Rom. 5:1
Este fué el gran descubrimiento de Jeróimo y el de Lutero. El de que Jesús les dijese: ¿Por que no me regalais vuestros pecados?
Es lo que pide a todos aquellos que se sienten amilanados por sus pecados. Jesús lo dijo claramente en
Jerónimo y Lutero, ambos protestantes.
Se cuenta que una noche de Navidad, después de que los fieles se fueron de la gruta de Belén, el santo se quedó allí solo rezando y le pareció que el Niño Jesús le decía: "Jerónimo ¿qué me vas a regalar en mi cumpleaños?". Él respondió: "Señor te regalo mi salud, mi fama, mi honor, para que dispongas de todo como mejor te parezca". El Niño Jesús añadió: "¿Y ya no me regalas nada más?". Oh mi amado Salvador, exclamó el anciano, por Ti repartí ya mis bienes entre los pobres. Por Ti he dedicado mi tiempo a estudiar las Sagradas Escrituras... ¿qué más te puedo regalar? Si quisieras, te daría mi cuerpo para que lo quemaras en una hoguera y así poder desgastarme todo por Ti". El Divino Niño le dijo: "Jerónimo: regálame tus pecados para perdonártelos". El santo al oír esto se echó a llorar de emoción y exclamaba: "¡Loco tienes que estar de amor, cuando me pides esto!". Y se dio cuenta de que lo que más deseaba Dios que le ofrezcamos los pecadores es un corazón humillado y arrepentido, que le pide perdón por las faltas cometidas.
Jerónimo, los mismo que siglos despues, Lutero hicieron multitud de penitencias a fin de que les fueran perdonados sus pecados, pero mediante aquellas penitencias no consiguieros la paz espiritual que anhelaban. Seguro que ambos (Lutero así lo expresó) Descubrieron lo que dijo Pablo en
Romanos. 3:21-24
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Este es el regalo que se le pedía a Jerónimo y a Lutero y no sus penitencias
Y También en Rom. 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Y También en 5:6-10
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida
Este fué el gran descubrimiento de Jeróimo y el de Lutero. El de que Jesús les dijese: ¿Por que no me regalais vuestros pecados?
Es lo que pide a todos aquellos que se sienten amilanados por sus pecados. Jesús lo dijo claramente en
Mat. 11:28-30
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Jerónimo y Lutero, ambos protestantes.