Algo que siempre he tenido en la cabeza cuando pienso sobre la intercesión de los santos, que me parece hasta incoherente, pero bueno, eso es tema aparte, es la cuestión del infierno, como que no compagina que haya personas en el infierno, y haya santos.
Supongamos que la doctrina católica es correcta, que los santos están intercediendo y demás. ¿Qué acto es más virtuoso en sacrificio y amor que el de dar la vida por otra persona? Ciertamente ofrecer la vida propia por la de otra persona es el acto más hermoso que una persona pueda hacer (como aquella película donde un sacerdote intercambia su vida por la de un judío en un cambio de concentración).
Estando en el cielo, y sabiendo el sufrimiento de las almas en pena que sufren en el infierno por toda la eternidad, si son santos en verdad, ¿acaso no ofrecerían sus almas eternas con tal de salvar el alma de un condenado?, ¿no suplicarían como lo haría la madre o el padre de un condenado a muerte a que perdonen a su hijo y tomen su vida en cambio?, En efecto, si hay santos en el cielo, y estos interceden por las almas en el infierno, jamás podrían estar tranquilos, tal y como pasaban angustia en la Tierra frente al sufrimiento de los Hombres, igual en el cielo estarían rogando a Dios que condenen su alma con tal de perdonar el alma de un habitante del infierno.
El cielo pues estaría colmado de santos pidiendo por las almas del infierno, aquel acto de misericordia, el más hermoso entre los Hombres, ciertamente sería oído por Dios, que todo lo escucha y todo lo sabe, sería pues que el infierno estaría vacío, pues todos los santos intercederían por los condenados, rogando a Dios que haga un intercambio, alma por alma, y si la justicia es justa, ¡el infierno estaría vacío de condenados, el cielo vacío de santos!
Supongamos que la doctrina católica es correcta, que los santos están intercediendo y demás. ¿Qué acto es más virtuoso en sacrificio y amor que el de dar la vida por otra persona? Ciertamente ofrecer la vida propia por la de otra persona es el acto más hermoso que una persona pueda hacer (como aquella película donde un sacerdote intercambia su vida por la de un judío en un cambio de concentración).
Estando en el cielo, y sabiendo el sufrimiento de las almas en pena que sufren en el infierno por toda la eternidad, si son santos en verdad, ¿acaso no ofrecerían sus almas eternas con tal de salvar el alma de un condenado?, ¿no suplicarían como lo haría la madre o el padre de un condenado a muerte a que perdonen a su hijo y tomen su vida en cambio?, En efecto, si hay santos en el cielo, y estos interceden por las almas en el infierno, jamás podrían estar tranquilos, tal y como pasaban angustia en la Tierra frente al sufrimiento de los Hombres, igual en el cielo estarían rogando a Dios que condenen su alma con tal de perdonar el alma de un habitante del infierno.
El cielo pues estaría colmado de santos pidiendo por las almas del infierno, aquel acto de misericordia, el más hermoso entre los Hombres, ciertamente sería oído por Dios, que todo lo escucha y todo lo sabe, sería pues que el infierno estaría vacío, pues todos los santos intercederían por los condenados, rogando a Dios que haga un intercambio, alma por alma, y si la justicia es justa, ¡el infierno estaría vacío de condenados, el cielo vacío de santos!