Si el cristianismo hubiese sido detenido

2 Febrero 2010
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"Cuando se estudian los Misterios de Mitra, parece inevitable citar la famosa frase de Renan: "Si el cristianismo hubiesa sido deternido en su crecimiento por una enfermedad mortal, el mundo hubiera sido mitraísta"... Es de suponer que Renan se dejó impresionar por la popularidad de que gozaban los Misterios de Mitra en los siglos iii y iv: lo cierto es que se sentía asombrado ante su difusión por todas las provincias del Imperio Romano. En efecto, esta nueva religión mistérica imponía admiración por su potencia y su originalidad. El culto secreto de Mitra había logrado conjugar el sincretismo grecorromano con la herencia irania. En su panteón, los principales dioses del mundo clásico aparecían al lado de Zurván y otras divinidades orientales. Por otra parte, los Misterios de Mitra habían asimilado e integrado las corrientes espirituales específicas de la época imperial: la astrología, las especulaciones escatológicas, la religión solar (interpretada por los filósofos en el sentido de un monoteísmo solar). A pesar de la herencia irania, la lengua litúrgica era el latín. A diferencia de las restantes religiones orientales de salvación, dirigidas por corporaciones sacerdotales exóticas (egipcia, siria, fenicia) los jefes de los Misterios, os patres, se reclutaban entre las poblaciones itálicas y las de las provincias romanas. Además, el mitraísmo se diferenciaba de los restantes Misterios por la ausencia de ritos orgiásticos o monstruosos. Religión por excelencia de los soldados, este culto impresionaba a los profanos por la disciplina, la templanza y la moral de sus miembros, virtudes que recordaban la vieja tradición romana.

En cuanto a la difusión del mitraísmo, resultó verdaderamente prodigiosa: desde Escocia a Mesopotamia, desde el Norte de África y España hasta Europa Central y los Balcanes. Los santuarios han sido descubiertos sobre todo en las antiguas provincias romanas de Dacia, Pannonia y Germania (no parece que este culto llegara a penetrar ni en Grecia ni en Asia Menor). Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que cada conventículo aceptaba como mucho a 100 miembros. Por consiguiente, en Roma, donde en un momento determinado había un centenar de santuarios, el número de adeptos no superaría la cifra de 10000. El mitraísmo era casi exclusivamente un culto secreto reservado a los soldados, su difusión seguía los movimientos de las legiones. Lo poco que sabemos de los ritos de iniciación recuerda las iniciaciones de las "sociedades de hombres" indoeuropeas más que las de los Misterios egipcios o frigios. En última instancia, como ya hemos señalado, Mitra era el único dios mistérico que no había pasado por la muerte. También se diferenciaba del mitraísmo de los restantes cultos secretos por ser el único que excluía a las mujeres. En una época en que la participación de las mujeres en los cultos de salvación había alcanzado un grado nunca antes conocido, tal prohibición hacía difícil, cuando no claramente improbable, la conversión del mundo al mitraísmo.

A pesar de todo, los apologetas cristianos temían la posible "competencia" del mitraísmo, pues veían en estos Misterios una imitación diabólica de la eucaristía. Justino acusaba a los "demonios malignos" de haber prescrito el uso sacramental del pan y el agua; Tertuliano hablaba de la "ablación del pan". En efecto, el banquete ritual de los iniciados conmemoraba el celebrado por Mitra y Sol después del sacrificio del toro. Es difícil precisar si tales festines constituían, para los iniciados mitraicos, una comida sacramental o si en realidad se parecían a a tantos otros banquetes rituales comunes en época imperial. En cualquier caso, no se puede negar la significación religiosa de los banquetes mitraicos (ni la de los restantes cultos mistéricos), ya que imitaban un modelo divino. El hecho mismo de que los apologetas los denunciaran enérgicamente como imitaciones diabólicas de la eucarística denota su carácter sagrado. En lo que concierne al bautismo iniciático, era practicado también en otros cultos. Pero la semejanza con el mitraísmo resultaba aún más turbadora para los teólogos de los siglos ii y iii: el signo marcado con un hierro candente sobre la frente les recordaba la signatio, rito que completaba el sacramento bautismal. Por otra parte, ya desde el siglo ii celebraban las dos religiones el nacimiento de su Dios en el mismo día (25 de diciembre) y compartían creencias semejantes sobre el fin del mundo, el juicio final y la resurrección de los muertos.

Pero todas estas creencias y argumentos mítico-rituales pertenecían al Zeitgeist de la época helenística y romana. Es verosímil que los teólogos de las diversas religiones sincretistas de salvación no dudadarán en adoptar aquellas ideas y fórmulas de cuyo valor y éxito tuvieran constancia (ya hemos citado el caso de los Místerios frigios). En resumidas cuentas, lo importante era la experiencia personal y la interpretación teológica del argumento mítico-ritual revelado por las conversiones y las pruebas iniciáticas (bastará recordar las numerosas valoraciones de los sacramentos entre los no cristianos y en la historia del cristianismo).

Muchos emperadores apoyaron al mitraísmo, especialmente por motivos políticos. En Carnutum, en el año 307 o 308 Diocleciano y otros augusti dedican un altar a Mitra, "el bienhechor del imperio". Pero la victoria de Constantino en el Puente Milvio, en el año 312, sella la suerte del mitraísmo. Este culto recuperó su prestigio durante el breve reinado de Juliano. El filósofo emperador se declaraba mitraísta. Después de su muerte, acaecida en el año 363, siguió un periodo de tolerancia, pero el edicto de Graciano del año 382 puso fin al apoyo oficial de que había gozado el mitraísmo. Como todas las religiones de salvación y los conventículos esotéricos, el culto secreto de Mitra, prohibido y perseguido, desapareció en cuanto realidad histórica. Otras creaciones del genio religioso iranio proseguirían su penetración en un mundo a punto de hacerse enteramente cristiano. A partir del siglo iii, el éxito del maniqueísmo sacude los cimientos de la Iglesia; la influencia del maniqueísmo se mantendrá durante toda la Edad Media. Por otra parte, algunas ideas religiosas iranias - concretamente ciertos motivos de la Navidad, la angelología, el tema del magus, la teología de la luz, ciertos elementos de la teología gnóstica - terminarán por ser asimilados en el cristianismo y el islam: en algunos casos es posible seguirles el rastro desde la alta Edad Media hasta el Renacimiento y la Ilustración."

Fuente: Mircea Eliade (Historia de las creencias y las ideas religiosas vol ii)...
 
Re: Si el cristianismo hubiese sido detenido

interesantisimo fragmento de mircea eliade, un erudito de la historia de las religiones.
 
Re: Si el cristianismo hubiese sido detenido

mientras insistamos en llamar cristianismo a lo ocurrido luego del siglo 3, seguiremos teniendo estos argumentos en contra del cristianismo