Realmente me conmovieron muchos estas religiosas polacas. Con cuanto amor servían al Papa! En el velatorio de su Santidad, estaban a un lado del cuerpo y las autoridades se acercaban a ellas y a mons. Estanislao a darles las condolencias. Era hermoso verlas al lado del papa muerto. Que Dios las bendiga y las llene de gracia.
Servir al Papa fue "un honor que no merecíamos" dicen religiosas polacas
VATICANO, 06 Abr. 05 (ACI).- Atender al Papa Juan Pablo II, especialmente en los últimos momentos de su sufrimiento “fue una bendición que no merecíamos”, dijeron las tres religiosas de Polonia que sirvieron al Pontífice, y que ahora retornan a su tierra natal.<?XML:NAMESPACE PREFIX = O /><O></O>
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Sor Germana, Sor Matylda y Sor Eufrosina, pertenecientes a la Congregación de María Niña de Polonia, conversaron brevemente esta semana con la periodista Anna Maria Sersale, del diario “Il Messagero”.<O></O>
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Sor Matylda se encargaba del guardarropa del Papa, Sor Eufrosina era responsable de la correspondencia; mientras que Sor Germana era la cocinera. Las tres religiosas y la superiora de la comunidad, Sor Tobiana, permanecerán en el pequeño apartamento cercano a las habitaciones pontificias hasta el funeral, tras el cual regresarán a Polonia.<O></O>[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]“Lo hemos amado como un Padre. Cuando regresemos a Polonia lo llevaremos en el corazón”, dijeron las religiosas a Sersale.<O></O>[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]“El Santo Padre soportó toda prueba con gran valor, incluso en la enfermedad ha sido heroico. Ha sido un privilegio asistirlo, no lo merecíamos. Su sufrimiento era ofrecido por la salvación de los hombres”, dijeron también. <O></O>[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]“El Papa, como Cristo, vivió su propia pasión. Es un ejemplo para todos nosotros de gran fortaleza interior”, concluyeron.[/font]
[/font]
Servir al Papa fue "un honor que no merecíamos" dicen religiosas polacas
VATICANO, 06 Abr. 05 (ACI).- Atender al Papa Juan Pablo II, especialmente en los últimos momentos de su sufrimiento “fue una bendición que no merecíamos”, dijeron las tres religiosas de Polonia que sirvieron al Pontífice, y que ahora retornan a su tierra natal.<?XML:NAMESPACE PREFIX = O /><O></O>
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Sor Germana, Sor Matylda y Sor Eufrosina, pertenecientes a la Congregación de María Niña de Polonia, conversaron brevemente esta semana con la periodista Anna Maria Sersale, del diario “Il Messagero”.<O></O>
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Sor Matylda se encargaba del guardarropa del Papa, Sor Eufrosina era responsable de la correspondencia; mientras que Sor Germana era la cocinera. Las tres religiosas y la superiora de la comunidad, Sor Tobiana, permanecerán en el pequeño apartamento cercano a las habitaciones pontificias hasta el funeral, tras el cual regresarán a Polonia.<O></O>[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]“Lo hemos amado como un Padre. Cuando regresemos a Polonia lo llevaremos en el corazón”, dijeron las religiosas a Sersale.<O></O>[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]“El Santo Padre soportó toda prueba con gran valor, incluso en la enfermedad ha sido heroico. Ha sido un privilegio asistirlo, no lo merecíamos. Su sufrimiento era ofrecido por la salvación de los hombres”, dijeron también. <O></O>[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]“El Papa, como Cristo, vivió su propia pasión. Es un ejemplo para todos nosotros de gran fortaleza interior”, concluyeron.[/font]
[/font]