Re: Según Lucas 2:22 ( RV 1909 ) Maria no seria una Inmaculada Concepción"
Como se ha comentado, la Biblia no apoya esa doctrina apòstata de la 'inmaculada concepciòn' que empezò a configurarse despuès de morir los apòstoles por algunos de los denominados 'padres de la Iglesia', aunque ese dogma pagano no fuè aceptado hasta el año 1854.
Tambièn hay que destacar que todos los cristianos verdaderos ungidos por el Espìritu Santo son el Santuario o Templo de Dios, no sòlamente Marìa, la que fuè madre del Hijo de Dios en la Tierra (1ªCorintios 6:19,20). Asì pues, tanto el Arca como el Templo de Dios en el antiguo Israel prefiguraron la venida del Mesìas, Hijo de Dios, su muerte, resurreciòn y ascensiòn al Cielo, lugar donde presentò su sacrificio ante su Padre, Jehovà Dios (Yahveh), pues lo terrenal (incluido el Arca) prefigurò a lo espiritual, es decir, al Cielo (Hebreos 9:23-28).
Como tambièn se ha comentado, Marìa, judìa y sierva de Dios que viviò hace aprox. 2000 años, fuè escogida por sus buenas cualidades y virtudes para ser madre del Hijo de Dios en la Tierra, pero como mujer casada con Josè, tambièn judìo y siervo de Dios, tuvieron, despuès de nacer Jesùs, màs hijos, algo natural entonces, ya que los judìos solìan tener muchos hijos pues pensaban que era una bendiciòn de Dios (evangelio de Mateo 1:18,25).
De hecho, Jesùs llegò a conocerse como el carpintero, hijo de Marìa, hermano de Santiago, Josè, Judas y Simòn (Mateo 13:55,56; Marcos 6:3).
Hay que indicar que el "Nuevo Testamento" fuè escrito en el idioma griego, el cual, ya en aquel tiempo, hacìa diferencia entre hermanos "adelphoi" (Juan 2:12; Gàlatas 1:19), primos "anephios" (Colosenses 4:10), y parientes "syggenon" (Lucas 21:16); teniendo presente que cuando la palabra "hermano" tiene otra connotaciòn, el contexto ya lo indica, por ej. en Hechos 7:1,2, cuando se refiere en sentido fraternal, de la misma naciòn, en ese caso, israelitas, al igual que cuando se menciona, con referencia a la Iglesia o Congregaciòn cristiana, la palabra "hermanos" (adelphoi), es en sentido espiritual (Mateo 23:8).
Por tanto, entre los apòstoles de Jesucristo habìan dos "Santiagos", uno el hermano de Juan, hijos de Zebedeo, mencionados en Mateo 10:2, donde curiosamente, dice "Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, su hermano", cuando lo màs lògico hubiese sido decir que ambos, Santiago y Juan, eran hijos de Zebedeo, algo similar ocurre cuando se dice de Jesùs, que es hijo de Marìa, y despuès, menciona a sus hermanos (Marcos 6:3; Hechos 1:14), y habìa tambièn otro apòstol con el nombre de Santiago, el hijo de Alfeo (Mateo 10:3); pero, ademàs habìa otro Santiago, que no era apòstol, sino el hermano (por parte de madre) de Jesùs (Mateo 13:55,56), que es el que viò el apòstol Pablo en Jerusalèn (Gàlatas 1:19). Hay que indicar que los hermanos (de madre) de Jesucristo no pusieron fè en èl hasta despuès de su muerte y resurreciòn (Juan 7:1-9; Hechos 1:14), por èso, muy probablemente, Jesucristo, antes de morir, encargò al apòstol màs amado, Juan, el cuidado de su madre, Marìa (Juan 19:26,27), quien era muy posiblemente tìa del apòstol Juan, que era hijo de Zebedeo y Salomè, hermana de Marìa, pues en el texto de Juan 19:25 menciona que estaba junto con Marìa, su hermana, sin decir el nombre, pero en los Evangelios de Mateo y Marcos, se menciona a la madre de los hijos de Zebedeo, a Salomè, quien estaba junto con otras mujeres (Mateo 27:55,56; Marcos 15:40,41).
Pero despuès de resucitado Jesucristo, y segùn Hechos 1:14, sus hermanos sì pusieron fè en èl, siendo uno de los principales dirigentes de la Iglesia (Congregaciòn) cristiana entonces, uno de los hermanos de Jesucristo, Santiago, que fuè quien escribiò la carta que lleva su nombre, por èso, al principio de su carta, se identifica como "siervo de Dios y del señor Jesucristo" (Hechos 15:13-21; Santiago 1:1).
En cuanto a lo que dicen algunos escritores sobre Marìa, algunos siglos despuès de su muerte, demuestra que la apostasìa ya estaba haciendo estragos, pero no todos se dejaron llevar por las doctrinas y tradicciones paganas del antiguo imperio romano, donde estaba muy arraigada la veneraciòn de las distintas diosas, como la diosa madre Magna Mater, o la diosa Artemisa (Diana) en Èfeso, como puede comprobarse en Hechos 19:24-40, donde surgiò la veneraciòn a Marìa, en el siglo V (quinto); no obstante, algunos, como el escritor Helvidio (siglo IV/cuarto), quiso hacer de Marìa, la que fuè madre del Hijo de Dios en la Tierra, una madre ejemplar para las demàs familias numerosas (hay que destacar que los judìos consideraban una bendiciòn tener muchos hijos), pero otros escritores, llevados por las tradicciones paganas, muy extendidas, como Jerònimo o Ignacio, silenciaron a escritores como Helvidio, escribiendo un tratado en contra de Helvidio, dando una explicaciòn torcida y tergiversada, que aùn existe entre los catòlicos romanos, como se puede comprobar.
Por tanto, la perpetuidad de la virginidad de Marìa y la doctrina de la 'inmaculada concepciòn', es una màs de las muchas doctrinas apòstatas antibìblicas que se metieron despuès de morir los apòstoles, como estaba predicho, y que se ha extendido como la cizaña y la gangrena (Mateo 13:36-43; 15:8,9; Hechos 20:29,30; Gàlatas 1:8,9; Colosenses 2:8; 1ªTimoteo 4:1-3; 2ªTimoteo 2:16-18; 4:3,4; etc..).
Como dije, la apostasìa de la 'inmaculada concepciòn' se aceptò en el año 1854.
En ningùn sitio de la Biblia dice que Marìa, una sierva de Dios que viviò hace aprox. 2000 años, naciese sin pecado, mas bien lo contrario, como asì indican textos bìblicos como Romanos 5:12, que, textualmente, dice: "Por un sòlo hombre entrò el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y asì la muerte alcanzò a todos los hombres, porque todos habìan pecado" (Romanos 5:18,19).
Lo anterior, el hecho de que Marìa naciò con el pecado heredado de Adàn, no era ningùn impedimento para que el Espìritu Santo de Dios efectuase el milagro para que Marìa concebiese un hijo perfecto y santo. Pues no hay que olvidar que los discìpulos de Jesucristo, en el Pentecostès, tambièn, de diferente forma, se llenaron de Espìritu Santo (Hechos 2:3,4), a pesar de que todos eran imperfectos, es decir, habìan heredado el pecado de Adàn. De hecho, el apòstol Pablo, en 1ªCorintios 1:27-31, dijo que Dios escogiò lo màs debil y despreciable del mundo, lo que no es, para reducir a la nada lo que es.
Hay que destacar tambièn que tanto Marìa como Jesùs eran judìos, y por tanto, debìan de cumplir con los requisitos de la ley mosaica, como asi indica el texto del evangelio de Lucas (2:22), algo innecesario en el caso del Hijo de Dios, Jesucristo, desde el punto de vista de Dios; ya que, el ùnico que naciò sin pecado fuè Jesucristo, pues lo protegiò su Padre (Jehovà Dios/Yahveh) de la imperfecciòn de su madre, Marìa (Lucas 1:31-33, 35,37; Juan 8:46; 2ªCorintios 5:21; Hebreos 4:15; 7:26; 1ªPedro 2:22; 1ªJuan 3:5), la cual se merece todo el respeto, como madre del Hijo de Dios que fuè en la Tierra, pero la adoraciòn o veneraciòn le corresponde sòlo a Jehovà Dios (Yahveh) (Exodo 20:3-6; Mateo 4:10).
Como se ha comentado, la Biblia no apoya esa doctrina apòstata de la 'inmaculada concepciòn' que empezò a configurarse despuès de morir los apòstoles por algunos de los denominados 'padres de la Iglesia', aunque ese dogma pagano no fuè aceptado hasta el año 1854.
Tambièn hay que destacar que todos los cristianos verdaderos ungidos por el Espìritu Santo son el Santuario o Templo de Dios, no sòlamente Marìa, la que fuè madre del Hijo de Dios en la Tierra (1ªCorintios 6:19,20). Asì pues, tanto el Arca como el Templo de Dios en el antiguo Israel prefiguraron la venida del Mesìas, Hijo de Dios, su muerte, resurreciòn y ascensiòn al Cielo, lugar donde presentò su sacrificio ante su Padre, Jehovà Dios (Yahveh), pues lo terrenal (incluido el Arca) prefigurò a lo espiritual, es decir, al Cielo (Hebreos 9:23-28).
Como tambièn se ha comentado, Marìa, judìa y sierva de Dios que viviò hace aprox. 2000 años, fuè escogida por sus buenas cualidades y virtudes para ser madre del Hijo de Dios en la Tierra, pero como mujer casada con Josè, tambièn judìo y siervo de Dios, tuvieron, despuès de nacer Jesùs, màs hijos, algo natural entonces, ya que los judìos solìan tener muchos hijos pues pensaban que era una bendiciòn de Dios (evangelio de Mateo 1:18,25).
De hecho, Jesùs llegò a conocerse como el carpintero, hijo de Marìa, hermano de Santiago, Josè, Judas y Simòn (Mateo 13:55,56; Marcos 6:3).
Hay que indicar que el "Nuevo Testamento" fuè escrito en el idioma griego, el cual, ya en aquel tiempo, hacìa diferencia entre hermanos "adelphoi" (Juan 2:12; Gàlatas 1:19), primos "anephios" (Colosenses 4:10), y parientes "syggenon" (Lucas 21:16); teniendo presente que cuando la palabra "hermano" tiene otra connotaciòn, el contexto ya lo indica, por ej. en Hechos 7:1,2, cuando se refiere en sentido fraternal, de la misma naciòn, en ese caso, israelitas, al igual que cuando se menciona, con referencia a la Iglesia o Congregaciòn cristiana, la palabra "hermanos" (adelphoi), es en sentido espiritual (Mateo 23:8).
Por tanto, entre los apòstoles de Jesucristo habìan dos "Santiagos", uno el hermano de Juan, hijos de Zebedeo, mencionados en Mateo 10:2, donde curiosamente, dice "Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, su hermano", cuando lo màs lògico hubiese sido decir que ambos, Santiago y Juan, eran hijos de Zebedeo, algo similar ocurre cuando se dice de Jesùs, que es hijo de Marìa, y despuès, menciona a sus hermanos (Marcos 6:3; Hechos 1:14), y habìa tambièn otro apòstol con el nombre de Santiago, el hijo de Alfeo (Mateo 10:3); pero, ademàs habìa otro Santiago, que no era apòstol, sino el hermano (por parte de madre) de Jesùs (Mateo 13:55,56), que es el que viò el apòstol Pablo en Jerusalèn (Gàlatas 1:19). Hay que indicar que los hermanos (de madre) de Jesucristo no pusieron fè en èl hasta despuès de su muerte y resurreciòn (Juan 7:1-9; Hechos 1:14), por èso, muy probablemente, Jesucristo, antes de morir, encargò al apòstol màs amado, Juan, el cuidado de su madre, Marìa (Juan 19:26,27), quien era muy posiblemente tìa del apòstol Juan, que era hijo de Zebedeo y Salomè, hermana de Marìa, pues en el texto de Juan 19:25 menciona que estaba junto con Marìa, su hermana, sin decir el nombre, pero en los Evangelios de Mateo y Marcos, se menciona a la madre de los hijos de Zebedeo, a Salomè, quien estaba junto con otras mujeres (Mateo 27:55,56; Marcos 15:40,41).
Pero despuès de resucitado Jesucristo, y segùn Hechos 1:14, sus hermanos sì pusieron fè en èl, siendo uno de los principales dirigentes de la Iglesia (Congregaciòn) cristiana entonces, uno de los hermanos de Jesucristo, Santiago, que fuè quien escribiò la carta que lleva su nombre, por èso, al principio de su carta, se identifica como "siervo de Dios y del señor Jesucristo" (Hechos 15:13-21; Santiago 1:1).
En cuanto a lo que dicen algunos escritores sobre Marìa, algunos siglos despuès de su muerte, demuestra que la apostasìa ya estaba haciendo estragos, pero no todos se dejaron llevar por las doctrinas y tradicciones paganas del antiguo imperio romano, donde estaba muy arraigada la veneraciòn de las distintas diosas, como la diosa madre Magna Mater, o la diosa Artemisa (Diana) en Èfeso, como puede comprobarse en Hechos 19:24-40, donde surgiò la veneraciòn a Marìa, en el siglo V (quinto); no obstante, algunos, como el escritor Helvidio (siglo IV/cuarto), quiso hacer de Marìa, la que fuè madre del Hijo de Dios en la Tierra, una madre ejemplar para las demàs familias numerosas (hay que destacar que los judìos consideraban una bendiciòn tener muchos hijos), pero otros escritores, llevados por las tradicciones paganas, muy extendidas, como Jerònimo o Ignacio, silenciaron a escritores como Helvidio, escribiendo un tratado en contra de Helvidio, dando una explicaciòn torcida y tergiversada, que aùn existe entre los catòlicos romanos, como se puede comprobar.
Por tanto, la perpetuidad de la virginidad de Marìa y la doctrina de la 'inmaculada concepciòn', es una màs de las muchas doctrinas apòstatas antibìblicas que se metieron despuès de morir los apòstoles, como estaba predicho, y que se ha extendido como la cizaña y la gangrena (Mateo 13:36-43; 15:8,9; Hechos 20:29,30; Gàlatas 1:8,9; Colosenses 2:8; 1ªTimoteo 4:1-3; 2ªTimoteo 2:16-18; 4:3,4; etc..).