Juan Pablo II comprende y practica el diálogo ecuménico de acuerdo con los parámetros conciliares, y así, por ejemplo, es capaz de pedir perdón por el daño que en el pasado Roma haya podido infligir a los no católicos, así como a perdonar a cuantos lucharon contra el papado. Pero inmediatamente después -o al mismo tiempo- hace santo al checo Sarkander, que fué un autentico "martillo de herejes"...
"¿Cuánto tiempo tendremos todavía que esperar los españoles para ver a Torquemada en los altares?".
"¿Cuánto tiempo tendremos todavía que esperar los españoles para ver a Torquemada en los altares?".