EL PROBLEMA DE ADÁN FUE LA CONCUPISCENCIA
Esta inclinación solo es propia de la criatura, sea ángel o sea ser humano.
El Creador no tiene concupiscencia.
Y en los ángeles, por ser seres asexuados, la concupiscencia los induce a la rebeldía.
Gén 2:25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
La explicación del por qué no se avergonzaban, es la gloria de Dios, que cubría sus cuerpos, como una vestidura resplandeciente.
Recordemos que Moisés cuando descendia del monte su cuerpo resplandecía, de tal modo, que hubo la necesidad de cubrir su rostro con un velo:
Éxo 34:29 Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios.
Éxo 34:30 Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él.
Éxo 34:31 Entonces Moisés los llamó; y Aarón y todos los príncipes de la congregación volvieron a él, y Moisés les habló.
Éxo 34:32 Después se acercaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte Sinaí.
Éxo 34:33 Y cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro.
Cuando Eva abre su oído a la voz del diablo y le obedece, codicia el fruto, va y lo toma y lo muerde, en ese momento, el resplandor de la gloria de Dios alrededor de su cuerpo desaparece.
Emprende su camino en busca de su esposo.
Adán la ve venir.
Jamás en su vida había visto una mujer desnuda, pero ahora sus ojos la ven y se activa la concupiscencia.
Así que le da la espalda a Dios, y se va con ella a disfrutar del fruto prohibido.
Eva fue engañada, pero Adán pecó deliberadamente.