Pienso que tienen en común su esencia, aunque los católicos hayan agregado el Evangelio al canon. Ambos están enamorados de la nostalgia, defienden la pureza a lo que consideran los ritos ornamentados, la pompa, etc. Están en contra de todo progresismo, creen que todo lo que se les opone proviene de Satanás. Guardan las apariencias, a lo que lo que realmente les interesa es el poder terrenal, o la influencia política en el mundo. En lo que se pueden diferenciar es en cuestiones mínimas, ya que tanto los judíos como los católicos, se rigen por las leyes universales o internacionales, de las que inclusive suelen despotricar en cuestiones precisas.