ROMANOS 3:23-26

25 Enero 2000
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Romanos 3:23-26

Por cuanto todos pecaron,

Todos hemos pecado. Yo estoy en ese grupo. Eso incluye a mi hermana María, la dichosa madre de Jesús.

y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia,

Todos hemos estamos destituidos. Yo estoy en ese grupo. Eso incluye a mi hermana María, la dichosa madre de Jesús.

siendo justificados gratuitamente por su gracia,

Obviamente no todos han sido justificados gratuitamente por su gracia. Gracias al Señor que estoy en el grupo de los justificados, y mi hermana María también.

mediante la redención que es en Cristo Jesús,

La redención mía es en Cristo Jesús, y obviamente la de mihermana María también.

a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,

JESUCRISTO ES LA PROPICIACION, Jesucristo es el sacrificio, El es el Cordero inmolado por mí, y por supuesto, mi hermana María también. ¡Qué dichosos somos ambos! María se sintió más dichosa de ser redimida que de ser madre de Jesús, estoy seguro!

para manifestar su justicia,

Esto lo hizo para que su perfección fuese conocida. su perfección es la única que debe llevarnos a la perfección. La perfección mía, la de su madre María, la de Teresa de Calcuta, la de Pancho de Asís, son completamente opacas en comparacin de la perfección de JESUCRISTO!

a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

El derramó su sangre, para que mi ser asquereso de pecado pasara por alto y yo me pudiera acercar al SANTISIMO. Esto me pasó a mí, a mi evange'lica hermana María, a su marido (con quien vivió, después que nació Jesús, una vida conyugal preciosa y muy productiva. Su buen marido engendró y ella, como esposa ejemplar, concibió a los hermanos y hermanas de Jesús.

con la mira de manifestar en este tiempo su justicia,

El Señor es un Dios de propósitos. El hizo todo para que en esta segunda y última dispensación, su perfección fuera conocida. No la mía. La mía no interesa a nadie. No la de su madre María ya que la perfección de María no debe interesarle a nadie.

a fin de que él sea el justo,

Exclusivamente El, ¡Aleluya!

y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

El nos da la FE de JESUS. Lo que acabo de decir es la FE de JESUS. Yo me apropio la FE de JESUS, que es la única que justifica. María, la madre de Jesús, también se apropió la FE de Jesús.

¡Gloria sea dada a JESUCRISTO!
 
Gracias Ezequiel por recordarnos la grandeza del evangelio de Cristo Jesús y lo maravilloso que es saber que Su Gracia nos ha alcanzado.

¡¡¡ Gracias Jesús, por amarme y por morir en mi lugar en aquella horrible cruz y por dejar allí clavados mis pecados !!!


Maripaz
 
Verdaderamente, no tengo vergüenza del EVANGELIO DE JESUCRISTO porque es poder de Dios para la salvación de todos los que creen.

Autor inspirado por el Espíritu Santo: Pablo en el Foro Cristiano "A LOS ROMANOS" del Primer Siglo.