»Por los arroyos de Edom
correrá brea en vez de agua;
la tierra se volverá azufre
y arderá como resina caliente,
que arde todo el tiempo
y siempre levanta mucho humo.
El país quedará abandonado para siempre,
y nadie volverá a pasar por allí.
Dios convertirá ese país
en el más árido desierto.
Allí se refugiarán los búhos;
allí pondrán sus nidos
los cuervos y las lechuzas.