RENOVACION:
Esta es la palabra más escandalosa que tiene el argot religioso, pero es imprescindible marchar hacia las cosas nuevas o renovadas sino queremos quedarnos solos.
La iglesia necesita cristianos renovados, con visión renovada, con savia nueva. Yo haré cosas nuevas…. podemos leer en Isaías, y Juan en el Apocalipsis aún va más allá: He aquí que hago nuevas todas las cosas.
Ni el hombre ni la historia están acabados., se hacen constantemente. La vida, y si es cristiana también, es movimiento. Es como ir en bicicleta, si te paras te caes.
Cuando hablo de renovación no me estoy refiriendo al abandono del pasado como pasado en sí mismo, sino en cuanto pueda estar ya superado de modo notable en el presente.
Las cosas del ayer que puedan superarse y perfeccionarse deben ser utilizadas para el mañana, pero si estas son incapaces de adaptarse deben ser lanzadas al vacío para que el globo de la vida cristiana siga subiendo hacía arriba.
“Porque los tiempos cambian y no se repiten, pero los modos de abordarlos pueden parecerse y convertirse en fuente de inspiración para nosotros y en recursos para superar inercias y sentimientos de negatividad.
Hay que decir que al hacer esto no vamos a ser en absoluto originales: es algo que ya hacía Israel desde los tiempos en que, en los calurosos atardeceres de Palestina, se sentaban a las puertas de las tiendas a escuchar de boca de los más ancianos las viejas historias sobre el éxodo y el desierto.
Las narraciones no eran nuevas, pero las circunstancias en que ahora vivía el pueblo sí lo eran., y reconocerse en aquellas tradiciones les permitía descubrir en las nuevas circunstancias como seguir siendo el pueblo de la alianza. Vivir de recuerdos no les permitía estarse quietos.”
Nosotros, los viejos cristianos, los que de nuestra fe y creencia hemos hecho casi una institución, nos resistimos a esto, porque a Dios lo tenemos tan bien metido en nuestro tinglado vital, tan bien colocado en nuestra cajita de definiciones y conceptos, que eso de hacer un replanteamiento es casi una misión imposible.
Hay que decir a algunos cristianos que están equivocados., que por mucho que lo sientan deben tomar otro camino si quieren reencontrarse con la autentica vida.
Por desgracia la siesta y el acomodamiento de algunos cristianos han hecho más daño a la iglesia que los pecados de esta.
Reconozco que una postura conservadora crea menos problemas y da cierta tranquilidad. Es muy fácil defender algo desde nuestro castillo, lo peligroso es salir de sus muros, de sus parapetos religiosos.
No es bueno recordar y añorar las ollas de Egipto, ni tampoco es bueno, como la mujer de Lot, volver la vista atrás
Ya no es posible decir las cosas con mayor claridad., no es bueno, no es licito, no es correcto…………quedarse quietos en el pasado.
Esta es la palabra más escandalosa que tiene el argot religioso, pero es imprescindible marchar hacia las cosas nuevas o renovadas sino queremos quedarnos solos.
La iglesia necesita cristianos renovados, con visión renovada, con savia nueva. Yo haré cosas nuevas…. podemos leer en Isaías, y Juan en el Apocalipsis aún va más allá: He aquí que hago nuevas todas las cosas.
Ni el hombre ni la historia están acabados., se hacen constantemente. La vida, y si es cristiana también, es movimiento. Es como ir en bicicleta, si te paras te caes.
Cuando hablo de renovación no me estoy refiriendo al abandono del pasado como pasado en sí mismo, sino en cuanto pueda estar ya superado de modo notable en el presente.
Las cosas del ayer que puedan superarse y perfeccionarse deben ser utilizadas para el mañana, pero si estas son incapaces de adaptarse deben ser lanzadas al vacío para que el globo de la vida cristiana siga subiendo hacía arriba.
“Porque los tiempos cambian y no se repiten, pero los modos de abordarlos pueden parecerse y convertirse en fuente de inspiración para nosotros y en recursos para superar inercias y sentimientos de negatividad.
Hay que decir que al hacer esto no vamos a ser en absoluto originales: es algo que ya hacía Israel desde los tiempos en que, en los calurosos atardeceres de Palestina, se sentaban a las puertas de las tiendas a escuchar de boca de los más ancianos las viejas historias sobre el éxodo y el desierto.
Las narraciones no eran nuevas, pero las circunstancias en que ahora vivía el pueblo sí lo eran., y reconocerse en aquellas tradiciones les permitía descubrir en las nuevas circunstancias como seguir siendo el pueblo de la alianza. Vivir de recuerdos no les permitía estarse quietos.”
Nosotros, los viejos cristianos, los que de nuestra fe y creencia hemos hecho casi una institución, nos resistimos a esto, porque a Dios lo tenemos tan bien metido en nuestro tinglado vital, tan bien colocado en nuestra cajita de definiciones y conceptos, que eso de hacer un replanteamiento es casi una misión imposible.
Hay que decir a algunos cristianos que están equivocados., que por mucho que lo sientan deben tomar otro camino si quieren reencontrarse con la autentica vida.
Por desgracia la siesta y el acomodamiento de algunos cristianos han hecho más daño a la iglesia que los pecados de esta.
Reconozco que una postura conservadora crea menos problemas y da cierta tranquilidad. Es muy fácil defender algo desde nuestro castillo, lo peligroso es salir de sus muros, de sus parapetos religiosos.
No es bueno recordar y añorar las ollas de Egipto, ni tampoco es bueno, como la mujer de Lot, volver la vista atrás
Ya no es posible decir las cosas con mayor claridad., no es bueno, no es licito, no es correcto…………quedarse quietos en el pasado.