Después del pasado tema que causo polémica y/o desagrado entre algunos, continuo exponiendo el porque no creo en teorías o doctrinas como las de: “salvo siempre salvo” “no importa que pequemos seguimos siendo salvos” y otras por el estilo
Espero se tomen estos argumentos y se contesten después de analizarlos y no solo por ocio.
Por la extensión solo comento el favorito de muchos:
Doctrina: Estoy como Pablo en Romanos 7
Muchas personas se han identificado con la experiencia descrita en Romanos 7:14-25, como si ésta fuera la vida normal del cristiano. El pasaje dice lo siguiente:
“Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, si no lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mi. Y yo se que en mi, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mi, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mi. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mi. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios, pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mi! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo nuestro Señor, mas con la carne a la ley del pecado” Ro 7:14-25
Durante los tres primeros siglos del cristianismo, cuando la iglesia conservaba su integridad original, este pasaje nunca llegó a ser controversial. De hecho, “Están generalmente de acuerdo que la mayoría de los Padres de la Iglesia, durante los primeros tres siglos consideraron estos versos como siendo la descripción del hombre no regenerado. Eso o es más que un hecho de la historia” …. (Lloyd DM Romans. Grand Rapids, 1976 pag. 177)
No fue sino hasta que el moje católico Agustín de Hipona la bautizó como la experiencia del cristiano, y que posteriormente Calvino popularizó esta posición, que vino la controversia. ¿Por qué causó controversia? Porque hermenéuticamente el texto está hablando de la experiencia del incrédulo bajo la ley. La controversia surgió porque muchos tuvieron que decidir entre poner el estudio hermenéuntico serio de este texto al servicio de la teología especulativa o dejar a la hermenéutica determinar la teología. Qué dañino es cuando a la Biblia se somete a la teología para que diga lo que una idea preconcebida pretende. Analicemos Romanos 7 para poner fin a la controversia.
¿Quién es la persona de Romanos 7?
Primero el contexto, el cual es el capítulo 6 de Romanos, se ha demostrado conclusivamente que un cristiano genuino es libertado de la esclavitud del pecado. De allí surge una pregunta natural ¿Cómo se puede entonces proseguir libre de la esclavitud?. En el capítulo 7 el apóstol procede a responder cómo no se debe intentar vencer al pecado, esto es; nos muestra la ineficacia de la ley como influencia para vencerlo. Esto lo ilustra claramente describiendo la vida de una persona que sólo conoce la ley y, al no conocer a Cristo, carece de la influencia del Espíritu Santo. Así pues, la palabra ley en este capítulo es mencionada 23 veces en los 25 versículos que tiene. El capítulo comienza con una analogía de los versos 1 al 3 y luego la aplica en el verso 4. Luego el verso 5 nos habla precisamente de la experiencia del incrédulo bajo la ley, explicada más ampliamente en los versos 14 al 25:
“Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu Santo y no bajo el régimen viejo de la letra” Ro 7:5-6
Aquí hace un contraste entre el verso 5 que describe al incrédulo esclavo a sus pasiones y llevando fruto para muerte y el verso 6 que nos habla del creyente viejo de la letra.
De los versos 7 al 13 Pablo vindica la ley moral (por lo que más adelante va a decir) para que nadie fuera a pensar que el mal estaba en la ley y no en las personas.
Ahora entra el verso 14 que es la clave para que entendamos de quién está hablando en los subsecuentes textos:
“Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado”
SE TRATA DE UN INCONVERSO BAJO LA LEY
Las palabras “vendido al pecado” son claves y contundentes para mostrar claramente que está hablando del impío y no del creyente, ya que este último ha sido comprado por precio, redimido y rescatado del pecado (Mt. 1:21; Jn 8:34, 36; I Cor. 1:30, 6:20; I Pe 1:18, 19); mientras que la persona aquí descrita sigue vendida como esclavo al pecado. Juan Wesley comenta al respecto: “Vendido en sujeción al pecado, por completo esclavizado”
MISERABLE DE MI
Verso 24. ¡Miserable de mi! (la exclamación más elocuente del que está esclavo al pecado, el lamentable grito del fracaso, el alarido de la derrota continua ante el pecado); “¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (¿Quién me librará de mis pasiones y deseos que gobiernan sobre mi razón)
Como podemos ver, ésta es la lucha de alguien cuya conciencia ha sido “despertada” por la ley. Se encuentra que está esclavizado a sus pasiones y que la paga del pecado es muerte. Ahora desea huir del pecado para apaciguar su conciencia que lo atormenta pero sin renunciar por completo a la complacencia de sus apetitos.
“GRACIAS A DIOS” La Pausa Adyacente
En el versículo 24 Pablo llega al clímax de su historia, en la que logra mostrar la miseria en que vive el hombre con la carga de sus pecados, y al entrar el v. 25 hace un paréntesis para dar gracias a Dios por haberle librado de esta espantosa condición.
En el paréntesis Pablo exclama (verso 25) “Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro” (como diciendo: ¡Uf! Gracias a Dios que Jesucristo nos salva de esta miserable esclavitud). Luego de este paréntesis concluye resumiendo su lamentable estado. “Así que” (en resumen) “yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios” (mi conciencia y mi razón sirven, aprueba, y se deleitan en la ley de Dios); “más con la carne” (con mis pasiones y deseos); “a la ley del pecado” (a la regla de acción prescrita por mis pasiones).
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
Si alguien todavía tiene dudas en cuanto a que la persona descrita en Romanos siete no es el cristiano, la invito a reflexionar honestamente sobre las siguientes preguntas:
¿Qué traerá más gloria a Dios, esta experiencia de derrota o una victoria contra el pecado?
¿Es Romanos 7 la vida victoriosa que Cristo prometió?
¿Acaso vemos aquí la vida de justicia, paz y gozo del creyente descrita en Ro 14:17?
¿Es esta la libertad del pecado que prometió Cristo cuando dijo: “Si el hijo os libertase, seréis verdaderamente libres (Jn 8:36)
¿Acaso vemos la gracia que hace que el pecado ya no se enseñoree del creyente comentada en Ro 6:14?
¿Son estas las buenas obras del creyente que harán que cuando la gente las vea, glorifique al Padre que está en los cielo. Mt 5:16?
¿Acaso cuando el incrédulo mira a un “cristiano” esclavizado al pecado glorifica a Dios?¿o le trae más bien repugnancia y lo tilda de hipócrita?
¿Acaso viviendo en esta experiencia se puede cantar “Cristo rompe las cadenas” y “Somos más que vencedores”, no sería esto hipocresía?
¿Acaso Romanos 7 no es la experiencia de los fariseos que “dicen y no hacen “ Mt 23:3? ¿Acaso no es ésta la misma experiencia “que se deleita en la ley de Dios” pero no la hace?
El incrédulo cuya conciencia no ha sido despertada por la ley mora, es cierto que no tiene esta experiencia; pero el incrédulo que ha sido despertado por la ley mora, si tiene esa vivencia. Y todo predicador que usa la ley moral legítimamente como ayo para llevar al inconverso a Cristo, puede atestiguar que miles que han sido despertados por la ley tienen esta experiencia cuando se resisten a rendir su voluntad a Dios.
Espero se tomen estos argumentos y se contesten después de analizarlos y no solo por ocio.
Por la extensión solo comento el favorito de muchos:
Doctrina: Estoy como Pablo en Romanos 7
Muchas personas se han identificado con la experiencia descrita en Romanos 7:14-25, como si ésta fuera la vida normal del cristiano. El pasaje dice lo siguiente:
“Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, si no lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mi. Y yo se que en mi, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mi, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mi. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mi. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios, pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mi! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo nuestro Señor, mas con la carne a la ley del pecado” Ro 7:14-25
Durante los tres primeros siglos del cristianismo, cuando la iglesia conservaba su integridad original, este pasaje nunca llegó a ser controversial. De hecho, “Están generalmente de acuerdo que la mayoría de los Padres de la Iglesia, durante los primeros tres siglos consideraron estos versos como siendo la descripción del hombre no regenerado. Eso o es más que un hecho de la historia” …. (Lloyd DM Romans. Grand Rapids, 1976 pag. 177)
No fue sino hasta que el moje católico Agustín de Hipona la bautizó como la experiencia del cristiano, y que posteriormente Calvino popularizó esta posición, que vino la controversia. ¿Por qué causó controversia? Porque hermenéuticamente el texto está hablando de la experiencia del incrédulo bajo la ley. La controversia surgió porque muchos tuvieron que decidir entre poner el estudio hermenéuntico serio de este texto al servicio de la teología especulativa o dejar a la hermenéutica determinar la teología. Qué dañino es cuando a la Biblia se somete a la teología para que diga lo que una idea preconcebida pretende. Analicemos Romanos 7 para poner fin a la controversia.
¿Quién es la persona de Romanos 7?
Primero el contexto, el cual es el capítulo 6 de Romanos, se ha demostrado conclusivamente que un cristiano genuino es libertado de la esclavitud del pecado. De allí surge una pregunta natural ¿Cómo se puede entonces proseguir libre de la esclavitud?. En el capítulo 7 el apóstol procede a responder cómo no se debe intentar vencer al pecado, esto es; nos muestra la ineficacia de la ley como influencia para vencerlo. Esto lo ilustra claramente describiendo la vida de una persona que sólo conoce la ley y, al no conocer a Cristo, carece de la influencia del Espíritu Santo. Así pues, la palabra ley en este capítulo es mencionada 23 veces en los 25 versículos que tiene. El capítulo comienza con una analogía de los versos 1 al 3 y luego la aplica en el verso 4. Luego el verso 5 nos habla precisamente de la experiencia del incrédulo bajo la ley, explicada más ampliamente en los versos 14 al 25:
“Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu Santo y no bajo el régimen viejo de la letra” Ro 7:5-6
Aquí hace un contraste entre el verso 5 que describe al incrédulo esclavo a sus pasiones y llevando fruto para muerte y el verso 6 que nos habla del creyente viejo de la letra.
De los versos 7 al 13 Pablo vindica la ley moral (por lo que más adelante va a decir) para que nadie fuera a pensar que el mal estaba en la ley y no en las personas.
Ahora entra el verso 14 que es la clave para que entendamos de quién está hablando en los subsecuentes textos:
“Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado”
SE TRATA DE UN INCONVERSO BAJO LA LEY
Las palabras “vendido al pecado” son claves y contundentes para mostrar claramente que está hablando del impío y no del creyente, ya que este último ha sido comprado por precio, redimido y rescatado del pecado (Mt. 1:21; Jn 8:34, 36; I Cor. 1:30, 6:20; I Pe 1:18, 19); mientras que la persona aquí descrita sigue vendida como esclavo al pecado. Juan Wesley comenta al respecto: “Vendido en sujeción al pecado, por completo esclavizado”
MISERABLE DE MI
Verso 24. ¡Miserable de mi! (la exclamación más elocuente del que está esclavo al pecado, el lamentable grito del fracaso, el alarido de la derrota continua ante el pecado); “¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (¿Quién me librará de mis pasiones y deseos que gobiernan sobre mi razón)
Como podemos ver, ésta es la lucha de alguien cuya conciencia ha sido “despertada” por la ley. Se encuentra que está esclavizado a sus pasiones y que la paga del pecado es muerte. Ahora desea huir del pecado para apaciguar su conciencia que lo atormenta pero sin renunciar por completo a la complacencia de sus apetitos.
“GRACIAS A DIOS” La Pausa Adyacente
En el versículo 24 Pablo llega al clímax de su historia, en la que logra mostrar la miseria en que vive el hombre con la carga de sus pecados, y al entrar el v. 25 hace un paréntesis para dar gracias a Dios por haberle librado de esta espantosa condición.
En el paréntesis Pablo exclama (verso 25) “Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro” (como diciendo: ¡Uf! Gracias a Dios que Jesucristo nos salva de esta miserable esclavitud). Luego de este paréntesis concluye resumiendo su lamentable estado. “Así que” (en resumen) “yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios” (mi conciencia y mi razón sirven, aprueba, y se deleitan en la ley de Dios); “más con la carne” (con mis pasiones y deseos); “a la ley del pecado” (a la regla de acción prescrita por mis pasiones).
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
Si alguien todavía tiene dudas en cuanto a que la persona descrita en Romanos siete no es el cristiano, la invito a reflexionar honestamente sobre las siguientes preguntas:
¿Qué traerá más gloria a Dios, esta experiencia de derrota o una victoria contra el pecado?
¿Es Romanos 7 la vida victoriosa que Cristo prometió?
¿Acaso vemos aquí la vida de justicia, paz y gozo del creyente descrita en Ro 14:17?
¿Es esta la libertad del pecado que prometió Cristo cuando dijo: “Si el hijo os libertase, seréis verdaderamente libres (Jn 8:36)
¿Acaso vemos la gracia que hace que el pecado ya no se enseñoree del creyente comentada en Ro 6:14?
¿Son estas las buenas obras del creyente que harán que cuando la gente las vea, glorifique al Padre que está en los cielo. Mt 5:16?
¿Acaso cuando el incrédulo mira a un “cristiano” esclavizado al pecado glorifica a Dios?¿o le trae más bien repugnancia y lo tilda de hipócrita?
¿Acaso viviendo en esta experiencia se puede cantar “Cristo rompe las cadenas” y “Somos más que vencedores”, no sería esto hipocresía?
¿Acaso Romanos 7 no es la experiencia de los fariseos que “dicen y no hacen “ Mt 23:3? ¿Acaso no es ésta la misma experiencia “que se deleita en la ley de Dios” pero no la hace?
El incrédulo cuya conciencia no ha sido despertada por la ley mora, es cierto que no tiene esta experiencia; pero el incrédulo que ha sido despertado por la ley mora, si tiene esa vivencia. Y todo predicador que usa la ley moral legítimamente como ayo para llevar al inconverso a Cristo, puede atestiguar que miles que han sido despertados por la ley tienen esta experiencia cuando se resisten a rendir su voluntad a Dios.