La Iglesia Ortodoxa
La iglesia ortodoxa fue fundada por Nuestro Señor Jesucristo sobre los doce Apóstoles, en la ciudad de Jerusalén cuando envió el Espíritu Santo prometido, en formas de lenguas de fuego sobre el Cenáculo, en el día Pentecostés, mientras todos los Apóstoles, la Virgen María y discípulos, se hallaban reunidos y rezando (Hechos 1:13-15).
Esta fue la primera comunidad cristiana o de creyentes en Jesús, es decir, la primera Iglesia cristiana. Su doctrina, como lo es El mismo, es divina, es sobrenatural, enviada por Dios para la salvación de los hombres.
Cristo permanece con su Iglesia hasta la consumación de los siglos. El es su única cabeza y jefe.
No existen en su iglesia Jefes Universales e infalibles por sobre todos los obispos y concilios. Sólo una autoridad suprema: Cristo, su Fundador, verdadero Dios y verdadero hombre. Desde Jerusalén, el Evangelio fue propagado por los Apóstoles en los países vecinos.
Fue en Antioquía donde los creyentes en Jesucristo comenzaron a llamarse por primera vez "Cristianos"; saludable nombre que llevamos hasta hoy día" (Hechos 11:26).
Luego la prédica cristiana llegó hasta Roma, capital del Imperio Romano, donde el Apóstol S. Pablo formó la primera comunidad cristiana, compuesta por varias familias a las que él mismo enumera y saluda en su Epístola a los Romanos, Cap. 16.
Desde Roma, el Evangelio fue propagado a todo el Occidente y a otras partes del mundo.
La administración de los cristianos la ejercían los Obispos; el de más autoridad en cada región llevaba el título de Patriarca.
El mundo cristiano tenía cinco Patriarcas:
1) El de Roma,
2) Constantinopla,
3) Alejandría,
4) Antioquía, y
5) Jerusalén;
todos ellos tenían iguales derechos, eran independientes en la administración de su región e iguales entre sí, considerando primero entre iguales "primus inter pares," al Patriarca de Roma, por ser la capital del Imperio (ler Conc. Ecum., art. 6°; 2° Conc. Ecum., art. 3°; 4° Conc. Ecum., art. 28; 6° Conc. Ecum. art. 36).
La más alta autoridad de la Iglesia Cristiana era y es aún el Concilio Ecuménico, cuyas decisiones son obligatorias para toda la Iglesia.
Con la libertad del culto, aparecieron herejías en la prédica del cristianismo, por lo cual fue necesario corregir estas erróneas interpretaciones sentándose las bases de la verdadera doctrina cristiana, lo que ocurrió en el primer Concilio Ecuménico, formado por 318 Santos Padres, que el Emperador Constantino convocó en la ciudad de Nicea — en el año 325.
Allí fue compuesto el "Credo o Símbolo de la Fe, que en pocas palabras, expresa claramente nuestra creencia y doctrina cristiana. Este Credo fue completado en sus últimos artículos en el II Concilio Ecuménico en Constantinopla (año 381) y por ello se llama Credo o Símbolo de la Fe Niceno-Constantinopolitano.
Mas tarde fueron convocados otros Concilios Ecuménicos (siete) reafirmándose en ellos el verdadero dogma cristiano, siendo las resoluciones de estos obligatorias, constituyendo con la Santa Escritura la base y el fundamento de la Iglesia cristiana.
El triunfo del cristianismo se produjo tres siglos después de la muerte de Cristo: con la paz decretada por Constantino, emperador de Roma.
Hasta ese entonces el cristianismo vivía en las catacumbas, lugares en donde se celebraban todos sus actos religiosos, y aprendían a conocer a Cristo (Libro Hecho de los Apóstoles).
Desde ese momento la Iglesia de Cristo sigue su camino a través de todo el mundo en la prédica de la doctrina de Jesucristo
¿Cuándo Nació la Iglesia Ortodoxa?
La iglesia ortodoxa, fundada por Cristo sobre sus doce Apóstoles nació el año 33 de la era cristiana, cuando en el día de Pentecostés el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles reunidos en el Cenáculo en forma de lenguas de fuego.
La Iglesia Cristiana Ortodoxa nació con Cristo y sus Apóstoles. Ella no nació ni se formó en el año 858 con Focio, ni en el año 1054 con Miguel Cerulario, como equivocada y erróneamente algunos pretenden enseñar, La Iglesia Ortodoxa vio la luz allá en la Palestina con Jesucristo, se expendió con los Apóstoles, y se cimentó sobre la sangre de los mártires.
No tuvo su origen en Grecia u otra región que no sea Palestina. La Iglesia Ortodoxa no muere, porque descansa sobre Cristo, y tiene la promesa suya de que existirá hasta el fin de los siglos. En vano sus enemigos y todos los corifeos de la impiedad tratarán de destruirla, de negarla, de perseguirla.
La Iglesia Ortodoxa, a semejanza de su divino Maestro y fundador Jesucristo, desde su mismo nacimiento, en el año 33 d. C., ha padecido y sufrido terribles persecuciones bajo el Imperio Romano pasando por las musulmanas, turcas, hasta nuestros días.
La sangre de infinidad de mártires ha sellado y probado al mundo la sublimidad de su amor y perfección y la veracidad de su doctrina divina. A pesar de todo siempre ha subsistido y triunfado. Ella vive y vivirá eternamente en Cristo, y seguirá confiada en sus palabras: "Yo estaré en medio de vosotros hasta la consumación de los siglos. Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella."
La iglesia ortodoxa fue fundada por Nuestro Señor Jesucristo sobre los doce Apóstoles, en la ciudad de Jerusalén cuando envió el Espíritu Santo prometido, en formas de lenguas de fuego sobre el Cenáculo, en el día Pentecostés, mientras todos los Apóstoles, la Virgen María y discípulos, se hallaban reunidos y rezando (Hechos 1:13-15).
Esta fue la primera comunidad cristiana o de creyentes en Jesús, es decir, la primera Iglesia cristiana. Su doctrina, como lo es El mismo, es divina, es sobrenatural, enviada por Dios para la salvación de los hombres.
Cristo permanece con su Iglesia hasta la consumación de los siglos. El es su única cabeza y jefe.
No existen en su iglesia Jefes Universales e infalibles por sobre todos los obispos y concilios. Sólo una autoridad suprema: Cristo, su Fundador, verdadero Dios y verdadero hombre. Desde Jerusalén, el Evangelio fue propagado por los Apóstoles en los países vecinos.
Fue en Antioquía donde los creyentes en Jesucristo comenzaron a llamarse por primera vez "Cristianos"; saludable nombre que llevamos hasta hoy día" (Hechos 11:26).
Luego la prédica cristiana llegó hasta Roma, capital del Imperio Romano, donde el Apóstol S. Pablo formó la primera comunidad cristiana, compuesta por varias familias a las que él mismo enumera y saluda en su Epístola a los Romanos, Cap. 16.
Desde Roma, el Evangelio fue propagado a todo el Occidente y a otras partes del mundo.
La administración de los cristianos la ejercían los Obispos; el de más autoridad en cada región llevaba el título de Patriarca.
El mundo cristiano tenía cinco Patriarcas:
1) El de Roma,
2) Constantinopla,
3) Alejandría,
4) Antioquía, y
5) Jerusalén;
todos ellos tenían iguales derechos, eran independientes en la administración de su región e iguales entre sí, considerando primero entre iguales "primus inter pares," al Patriarca de Roma, por ser la capital del Imperio (ler Conc. Ecum., art. 6°; 2° Conc. Ecum., art. 3°; 4° Conc. Ecum., art. 28; 6° Conc. Ecum. art. 36).
La más alta autoridad de la Iglesia Cristiana era y es aún el Concilio Ecuménico, cuyas decisiones son obligatorias para toda la Iglesia.
Con la libertad del culto, aparecieron herejías en la prédica del cristianismo, por lo cual fue necesario corregir estas erróneas interpretaciones sentándose las bases de la verdadera doctrina cristiana, lo que ocurrió en el primer Concilio Ecuménico, formado por 318 Santos Padres, que el Emperador Constantino convocó en la ciudad de Nicea — en el año 325.
Allí fue compuesto el "Credo o Símbolo de la Fe, que en pocas palabras, expresa claramente nuestra creencia y doctrina cristiana. Este Credo fue completado en sus últimos artículos en el II Concilio Ecuménico en Constantinopla (año 381) y por ello se llama Credo o Símbolo de la Fe Niceno-Constantinopolitano.
Mas tarde fueron convocados otros Concilios Ecuménicos (siete) reafirmándose en ellos el verdadero dogma cristiano, siendo las resoluciones de estos obligatorias, constituyendo con la Santa Escritura la base y el fundamento de la Iglesia cristiana.
El triunfo del cristianismo se produjo tres siglos después de la muerte de Cristo: con la paz decretada por Constantino, emperador de Roma.
Hasta ese entonces el cristianismo vivía en las catacumbas, lugares en donde se celebraban todos sus actos religiosos, y aprendían a conocer a Cristo (Libro Hecho de los Apóstoles).
Desde ese momento la Iglesia de Cristo sigue su camino a través de todo el mundo en la prédica de la doctrina de Jesucristo
¿Cuándo Nació la Iglesia Ortodoxa?
La iglesia ortodoxa, fundada por Cristo sobre sus doce Apóstoles nació el año 33 de la era cristiana, cuando en el día de Pentecostés el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles reunidos en el Cenáculo en forma de lenguas de fuego.
La Iglesia Cristiana Ortodoxa nació con Cristo y sus Apóstoles. Ella no nació ni se formó en el año 858 con Focio, ni en el año 1054 con Miguel Cerulario, como equivocada y erróneamente algunos pretenden enseñar, La Iglesia Ortodoxa vio la luz allá en la Palestina con Jesucristo, se expendió con los Apóstoles, y se cimentó sobre la sangre de los mártires.
No tuvo su origen en Grecia u otra región que no sea Palestina. La Iglesia Ortodoxa no muere, porque descansa sobre Cristo, y tiene la promesa suya de que existirá hasta el fin de los siglos. En vano sus enemigos y todos los corifeos de la impiedad tratarán de destruirla, de negarla, de perseguirla.
La Iglesia Ortodoxa, a semejanza de su divino Maestro y fundador Jesucristo, desde su mismo nacimiento, en el año 33 d. C., ha padecido y sufrido terribles persecuciones bajo el Imperio Romano pasando por las musulmanas, turcas, hasta nuestros días.
La sangre de infinidad de mártires ha sellado y probado al mundo la sublimidad de su amor y perfección y la veracidad de su doctrina divina. A pesar de todo siempre ha subsistido y triunfado. Ella vive y vivirá eternamente en Cristo, y seguirá confiada en sus palabras: "Yo estaré en medio de vosotros hasta la consumación de los siglos. Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella."